jueves, 9 de diciembre de 2021

BROTES DE OLIVO DÓNDE ESTÁ TU TESORO

  


Esta canción es preciosa. Las voces de l@s niñ@s le dan un toque superevangélico, no religiosamente protestante o católico, sino sencillamente, "buena noticia" directa y ya está. Nada religioso, sólo, y tan plenamente humano como divino. 

Es cierto que el tradicional concepto "dios" necesita una profunda revisión por parte de los seres humanos, que en diversos aspectos psicoemocionales van superando las fijaciones de los tabús. Lo que llaman 'dios' desde la noche de los tiempos, se queda muy desfasado cuando se experimenta la conexión en el interior y no se queda la cosa flotando entre dogmas, órdenes, premios y condenas, pecados y virtudes, miedos y euforias con ínfulas de pueblo elegido pululando por  las naves de los templos entre estatuas e imágenes super artísticas, ni en los manteles de los altares ni en el tañer de campanas y  campanillas o de solemnes músicas de órgano. Lo que llaman "dios" es mucho más que un dios al uso y nos habita sin poseernos ni forzarnos. Como nos habitan materialmente la luz o los elementos, las sensaciones y las ideas o nos mantiene la tierra para que podamos andar o el agua cuando nadamos y buceamos hasta lo profundo, pero en un plano mucho más sutil, constante y vivificante y como el aire, el vehículo material más sutil para el espíritu. 

Lo que tiene ese proceso es, precisamente, el descubrimiento de lo mejor y más sustancioso de cada ser, de cada "un@ mism@", que es en realidad el puzle gigantesco de un Nosotros cósmico, donde muerte y vida ya no asustan ni aprisionan, porque son diversos aspectos de la misma Realidad que moldeamos mientras nos moldea en el taller del Amor. Es el tesoro al que le pone música y voces esta canción. Las palabras son Evangelio, buena noticia, de Jesús nuestra referencia más próxima en el tema. Hasta para Karl Marx. 

La felicidad, la plenitud y la misma vida, no son compatibles con los apegos, los miedos, los prejuicios, los chantajes, la hipocresía, la opresión, la mentira, la miseria íntima, agresiva y violenta, las negruras de lo que ata, paraliza e impide el trabajo del dúo alma/conciencia. 

Dice la canción, con palabras de Jesús: No atesores en Tierra, donde la herrumbre corroe, donde los ladrones roban y las polillas carcomen, atesora en las alturas (que no significan precisamente casta social de alto copete, ser importantes y famosos, sino sencillamente ni necesitar humillar y dañar a otros para sentirse por encima,  un plano libre de cadenas y ansiedades por poseer algo o a alguien o lo que ves en otros y te parece que tú no tienes), porque donde colocas tu atención, tu intención y tu deseo, tu energía, dicen la canción y el Evangelio, ahí está tu corazón, tus sentimientos, mucho más que emociones primarias y pensamientos estrategas y superficiales.

 Tu plenitud y tu felicidad dependen de ti, de cuál es tu tesoro, para no acabar como el golum de El Señor de los Anillos. De si eres capaz y estás dispuest@ a  descubrir el puzle del que formas parte o solo te quedas en la experiencia de tu soledad egopática como pieza aislada que no ve el Todo, y solo se percibe a sí misma dando tumbos ansiosos sin saber para qué, mientras choca con y agrede a las demás piezas, que con ella forman el conjunto pleno y magnífico que aun no ha descubierto. Solo desde ahí es posible la paz, la armonía, el perdón y la compasión, la empatía y la felicidad sin finiquito, en cualquier situación, incluido el dolor, la decepción, las crisis, los problemas y las dificultades que nunca serán tan horribles como las imagina y las pinta la precariedad del egoísmo, si nos liberamos de él.

Todo eso es Dios y mucho más, que aún está por descubrir mientras crecemos o nos negamos a crecer. Tú también formas parte del divino engranaje. Y eres libre para elegir el camino que lleva a Belén. No a una religión, ni a la misa del Gallo. Al Belén donde nacer de verdad. El Belén de la conciencia. Que está, paradójicamente, ¡en tu interior! Y le puedes llamar como quieras. La Navidad no es una fecha, es un estado de conciencia al que puedes nacer cada día. Cuando lo experimentes por primera vez, nunca volverás a ser la misma ni el mismo. Es de lo único que jamás podrás arrepentirte. ¡Palabrita del Niño Jesús! 

Quiero dejar aquí la letra de una canción que me encanta cantar bajo la mascarilla por lo bajini cuando camino por la calle,:

 "Dios está aquí. Tan cierto como el aire que respiro.

Tan cierto como la mañana se levanta.

Tan cierto como que este canto lo puedes oir,

moviéndose entre las cosas,

lo puedes sentir, cantando contigo aquí,

te acompañará cuando por la puerta salgas

lo puedes llevar por siempre  en tu corazón"

No hay comentarios: