sábado, 25 de diciembre de 2021

¿Sirven de algo los discursos del rey, para que todo mejore y cambie?¿Mejoran la paz mundial los dicursos de los generales y de los fabricantes de armamento? ¿Mejoran la justicia social los discursos de los banqueros y las propuestas de turismo espacial de Bezos?

        Amapolas, Campo, Atardecer, Oscuridad

Un salto imprescindible que necesitamos tanto como respirar es superar la obediencia como sistema y no confundirla con la responsabilidad imprescindible para ir avanzando y no en plan cangrejo; tragarse la basura y el disparate por orden del estado sin remangarse y deshacer con inteligencia y cooperación los residuos políticos y convertirlos ya en compost y abono para las cosechas necesarias, no es obediencia, es resignación paralizante y fatal. Si es cierto que el Estado somos Tod@s,  hay que darle ideas e iniciativas nuevas, creativas, sostenibles y nunca dañinas para nadie ni para el medio ambiente y nuestra Madre Naturaleza, sin la cual no podemos vivir.

 Cada instante que vivimos está más claro que lo turbio no funciona, que vivir en la oscuridad nos condena al batacazo constante y en cadena, tanto en lo individual como en el colectivo, dos realidades que ya son inseparables en el día a día. No podemos ni debemos resignarnos solo a gruñidos y protestas desesperadas, estallidos emocionales del cabreo, cuando ya no podemos más, ni a que nos sigan lavando el cerebro desde unos medios de comunicación que hacen de la información un sistema de alcantarillado ya aceptado como "normalidad", por el que corre a lo bestia la basura licuada, apestando, salpicando y haciendo de todo ello el pan duro y enmohecido de cada día. 

Las formas de estado también tienen fecha de caducidad, la vida y la conciencia evolucionan. Si ya no se lava en el río sino en lavadoras, no se plancha con carbón en el depósito de unas planchas de hierro del siglo XIX, si hay neveras y frigoríficos en vez de despensas/fresquera con ventanucos en la pared con mallas de alambre para que pase el fresco y no entren bichos, si en vez de usar animales de carga se usan tractores y cosechadoras, y en vez de carros y diligencias se usan coches, autobuses y en vez de trenes con locomotoras de carbón se viaja en el TALGO, en el AVE y en avión, ¿Cómo es posible que en la organización cognitiva y práctica de toda esa sociedad, aun estemos adorando y apuntalando constantemente unas normativas estancadas en la Ilustración, en el liberalismo  pastacéntrico e imperialista del siglo XVIII y en las bases más ancestrales de las primeras revoluciones industriales que ya se nos caen solas como las ruinas de la prehistoria y cuyo sostenimiento cada vez más insostenible se hace a costa de inventar retruécanos normativos que les proporcionen una actualidad y una eficacia que ya no tienen? Nos pasamos la vida poniendo como ejemplo a los ilustrados como Montesquieu, en vez de hacer lo que ellos hicieron: cambiar todo lo que no funcionaba e instruir a los pueblos y sociedades con otra pedagogía regeneradora y más sana. En España se alaba a seres como Concepción Arenal, pero no se hace lo que ella hacía en las cárceles, ninguna institución pública se dedica a predicar con el ejemplo de aborrecer el delito y compadecer al delincuente, que era el lema de aquella mujer lúcida, consciente y sin miedos ni pereza y entuertos morales, en modo trampantojo, que es el modus operandi en que vegetamos más que vivimos.

Repetir constantemente las mismas letanías ante los mismos desastres, que se retroalimentan si no cambiamos de sistema y de herramientas, no nos soluciona el panorama en absoluto, al contrario, empeora exponencialmente. No se puede salir de la miseria moral, cognitiva, corrupta y degradante a base de crítica y chismorreo quejica como hábito "normal", que nos deja peor de lo que estamos. Las ideas y pensamientos negativos a quienes primero hacen daño, enferman y paralizan es a quienes las generan y las expanden.

¿De qué nos sirve soportar cada año los mismos discursos de un rey tan maniatado a su trono como nosotros a una Constitución que nunca se pone al día de la propia historia, cuando la sociedad y los acontecimientos han dado y siguen dando la vuelta total a los contenidos y razones fundamentales de esa Carta Magna, cuyos cimientos éticos son solo un paripé a la hora de la verdad y su aplicación un desastre, porque sus artículos y mandatos solo se consideran trámites teóricos mayoritariamente irrealizables y solo utópicos? ¿Donde queda el derecho ciudadano a vivir en un estado laico y aconfesional, a una vivienda digna, a una sanidad, a un trabajo, a una educación, a una justicia que sea para tod@s igual, incluido el jefe del estado, los diputados, senadores y miembros del Consejo de Estado? Justamente esos cargos deberían implicar una exquisita conducta éticamente impecable. Está claro que sí se puede: Julio Anguita, Marcelino Camacho, Gerardo Iglesias, Manuela Carmena, etc...son ejemplos de que no se nos está pidiendo un imposible.Y de que más que inmunidad estatal lo necesario es tener conciencia y una base espiritual que hace posible la decencia, que no es cosa de las religiones sino de una buena salud psicoemocional y moral que orienta sanamente el libre albedrío, la libertad y nuestras opciones y nuestros actos hacia el bien común como objetivo y finalidad del bien individual.  ¿Dónde dice la Constitución que estamos obligados a tener valores éticos y humanitarios que nos eduquen por encima de intereses económicos, financieros y enredos políticos "legales"?  

Nuestra Constitución actual es en la teoría un compendio de entelequias rituales y de coartadas oficiales para sostener injusticias que  favorecen a los poderosos que dominan las instituciones sin que nadie les pida cuentas y en la práctica una especie de laberinto cretense por el que se pasea un Minotauro depredador de los  prisioneros que no saben siquiera donde están,  extraviados y manipulados en los vericuetos del invento y convencidos de que las normas son incuestionables e intocables, no porque sean maravillosas, sino porque son "normas" y hay que obedecerlas. 

En un Estado justo y equilibrado, las leyes y normas están al servicio del bien común y no a disposición de unos cuantos que pueden comprar abogados defensores o refugiarse en sus altos cargos para corromperse como lo más natural Es una barbaridad  que el bien común se coloque al servicio de las normas y de quienes las manejan. 

Ahora, veamos asuntos concretos en los que podemos aportar soluciones e iniciativas. 

Además de salir a las calles en manifestación es imprescindible:

1) Organizarnos en comisiones grupales, por barrios y municipios, y establecer entre tod@s un índice de materias urgentes que solventar. En la pandemia se puede hacer on line.

2) La Casa Real se lleva un pastón del PIB que le pagamos entre todos solo por pasearse, saludar, aceptar reverencias, presidir banquetes y hacer teatro gestual, y leer en voz alta lo que otros escriben y les dicen que lean, incluido el discurso anual de Navidad. En realidad el rey es una marioneta de los poderes pastófilos,  eso sí, con un sueldazo. Tenemos el derecho legítimo de exigir al rey una responsabilidad por ello y por eso debemos articular un comité ciudadano que una vez al mes visite La Zarzuela y exponga ante el Jefe del Estado sus dudas, sus dificultades y sus necesidades. Y le exija que para seguir en el cargo -que no es un derecho de pernada sino una responsabilidad de muchísimo peso sobre todo moral- debe consultar a la ciudadanía acerca de qué modelo de estado prefiere. Esa consulta también podría ser on line.Seguramente las barreras que existen entre el rey y el pueblo desaparecerían con esos contactos periódicos y frecuentes, de necesaria pedagogía para que los estados salgan de la caverna Atapuerca fashion. Al rey le falta calle y aprender a sentirse un ser humano mortal y corriente, y no una excepción,  por desgracia, cuando los reyes se casan con plebeyas no se acercan más a los plebeyos, sino que las plebeyas se entronizan y se adaptan por completo al papelón en los reinos de pijolandia.

3) Si el voto sale negativo, el rey deberá renunciar a la corona que moralmente no le corresponde,convocar un referéndum sobre el modelo de Estado y asumir si desea integrarse o no en el terreno político de a pie, y si lo hace, que sea organizando un partido y presentándose a las elecciones con un programa y un compromiso concreto social.  Un país del siglo XXI no necesita faraones - y menos impuestos por un dictador previo- que vivan a costa suya, sino ciudadan@s que trabajen por lograr el bien común sin exclusiones ni preferencias, que es lo que hasta ahora estamos soportando, amparado en esa Constitución que más bien funciona como trampantojo que como pauta justa, coherente y sensata. 

4) El pueblo/ciudadanía se comprometerá a no exiliar al rey si no sale elegido en las urnas como miembro del Parlamento, siempre que él, con su familia, se adapte a ser un ciudadano más, sin privilegios de casta ni trapicheos dinásticos. Tiene formación, cualidades y medios más que suficientes para llevar una vida digna e incluso, ejemplar en cualquier trabajo que  le dé dignidad y el respeto que de verdad merece quien es capaz de ser honesto, coherente y ético. 

5) Ese trabajo de deconstrucción regeneradora estatal no lo van a hacer los políticos "profesionales" que se sienten casi a la misma altura del rey: viven también del Estado y eso es una complicidad manifiesta que les hace estar en un lugar muy parecido, porque incluso muchos de ell@s llevan años y años en la misma órbita de la "bien pagá". Es decir, que muy pocos en el fondo, desean que esto se convierta en una república y que la Consti se haga más ética que estética aparente. Porque igual ya la cosa sería harina de otro costal. Se entiende el miedo, claro, pero seguramente valdría la pena el cambio. La decencia cristalina y sus resultados producen una felicidad social y privada que vale la alegría mucho más que la pena. O si no,que se informen en Bután, un estado asiático cuyo rey optó hace años por conseguir el PIB de la felicidad. Y se ve que lo consiguió. Aunque visto lo visto en estos pagos, yo apostaría porque esa tarea la implemente la politeia. O sea , la ciudadanía.  Más que nada porque lo más transformador es que los cambios a mejor no sean impuestos, sino el PIB de la conciencia como exigencia vital de la propia evolución.

Tenemos que reinventarnos y salir cuanto antes de la burbuja en que aun vegeta el pasado efímero, que describe Machado en su poema, dedicado al hombre de casino provinciano. "Tiene mustia la piel y el pelo cano/ojos velados por melancolía...Ese hombre no es de ayer ni es de mañana, si no de nunca, de la cepa hispana, no es un fruto maduro ni podrido, es una fruta vana de aquella España que pasó y no ha sido, esa que hoy tiene la cabeza cana". Así apareció anoche Felipe Borbón en las pantallas, por desgracia, representando a una gran parte del pueblo español. No se sabe qué es más grave si ser la causa o ser el efecto de un panorama semejante. Muy penoso.

No olvidemos que de nuestra actitud y de nuestra conciencia dependen las mejores iniciativas y cambios que necesitamos y deseamos, que las cosas y situaciones nunca cambian desde "arriba" ni desde "fuera", sino desde abajo y desde dentro. Que tampoco cambian desde la rabia, el barullo y la violencia que se disipan como las gaseosas en cuanto se ve lo que hay y lo que no puede haber. Cansan y agotan antes de que nos demos cuenta de que solo son rebufos del instinto emocional que el poder unas veces utiliza, manipula, o reprime y castiga, así todo sigue lo mismo que siempre. Cambios sociales sin cambio personal es sembrar trigo en la playa o intentar criar mejillones en las Lagunas de Ruidera y plátanos en Andorra. 

Los poquitos casi invisibles somos necesaria parte del Todo. Y sin nuestra cooperación consciente y activa es imposible que algo bueno, sano y positivo se realice. 

Ánimo, familia querida, procuremos que quienes nos rodean estén cuidados, atendidos, orientados, que se sientan escuchados y bendecidos por la luz que todos llevamos conectada aun sin saberlo, el wifi que nunca falla, aunque hasta ahora no nos hayamos dado cuenta del sistema tejido en el amor. Tus pensamientos, deseos, ideas, palabras y acciones tienen, sin duda, efectos mariposa donde tú ni te imaginas,  úsalos con mando a distancia desde la conciencia aunque no puedas hacerlo vis a vis. Pero hazlo. Bendice lo más jodido en vez de aumentar la jodidura con pensamiento tóxicos y odiosos, te irán llegando ideas regeneradoras, in crescendo, para remediar los destrozos, ideas prácticas que puedes compartir y emitir de cerca o de lejos, como verdaderos regalos de una Navidad constante. 

En tiempos como estos hay que abrir caminos en la niebla y en la oscuridad hasta que amanece. Cuando llega el día se comprueba que nada ha sido en vano y que nada pasa por casualidad sino por causalidad y que lo que llamaban 'milagro' son leyes universales que Buda, Pitágoras, Hildegard von Bingen, Hipatia de Alejandría, Jesús de Nazaret, Miguel Serveto, Paracelso, Giordano Bruno, Francisco de Asís, Inmanuel Kant o Spinoza, ya descubrieron hace la tira de siglos, como Teilhard de Chardin, Tesla y Einstein lo hicieron en el siglo pasado. No hay cabos sueltos. Todo está en conexión, cuanto más se tarda en descubrirlo más se sufre, más se destroza la propia especie humana y el mundo que habitamos.

¡Feliz solsticio de invierno! El Nacimiento de Dios en el mundo está en tod@s nosotr@s si así lo queremos y lo facilitamos... ¡Ah, y no tiene fecha de caducidad!        



                 Imagenes de luz animadas - Imagui


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