martes, 9 de septiembre de 2025

Muchas gracias, hermano Roberto R. Aramayo, por estas magníficas reflexiones tan adecuadas al momento tan histórico como histérico, que estamos soportando. Tus sugerencias son magníficas y, por desgracia, supervinculadas al ambientazo demoledor que se columpia en los horizontes terrícolas, para demostrar que el peor pasado puede seguir siendo presente for ever and ever. Y que si los seres humanos no despiertan, el verdadero autocastigo del marrón, no es el finiquito de la muerte física sino la reencarnación de lo peorcito de cada un@ de ell@s. O sea, la repetición de curso ya globalizada, por no ser capaces de aprobar individual y socialmente las asignaturas del autoexperimento a nuestra bola egópata, desde la Prehistoria hasta hoy. No hay otra explicación más adecuada para semejante erre que erre. Sólo una egopatía absoluta y completamente en la parra, de contagioso egodiseño propio, puede resistir millones de años en semejante plan. Cualquier ser humano sano de verdad, le temería mucho más a una pseudovida de tal calaña que a lo que llaman muerte, porque en realidad los zombies en semejante disposición, aunque parezcan vivos mecánicamente, están muertísimos evolutivamente, por eso sólo consideran vida y normalidad, las guerras, las matanzas, los enfrentamientos, las comparaciones, las envidias, las torturas, la seducción corrupta, los abusos y la burradas que les facilitan vegetar y considerar vida lo que sólo es un espacio temporal entre materia y energía, con principio y final garantizados. Porque esa misma disposición depredadora y egopólica ya diseña y dtermina por sí misma la propia caducidad mecánica a cada instante de su trayectoria. Es algo parecido a que los troncos encendidos de una hoguera autopropulsada, no quisieran convertirse en ceniza. La destrucción violenta y cruel del Nosotr@s jamás genera vida ni energía supraconsciente que supere la toxicidad del apego repetidor e incapaz de despertar, porque está voluntariamente encerrado en las cloacas de su propio diseño. Con la toxicidad que producen es imposible que lo que llaman "vida" pueda ser eterna e inagotable, puesto que son ell@s mism@s, quienes la generan y la utilizan en este nivel de la creación. Ignorando que eso sucede porque son células de la Inmensidad Creadora, autolimitadas por su propio proceso involutivo. Hij@s pródig@s, incapaces de descubrir en la profundidad de la inociencia y de la luz, el camino de salida del infierno puesto en marcha y prolongado en el tiempo y en el espacio por ell@s mism@s, por la misma especie, que tantas veces, al descubrir lo que han hecho y sus consecuencias, acaban suicidándose y siendo víctimas de sus propios instintos, miedos, tendencias y calamidades autopropulsadas, y desconocedoras de la medicina del espíritu, de la conciencia, del alma, de la verdadera inteligencia, del Amor Infinito que todo lo crea y todo lo renueva, que todo lo comprende, lo perdona y lo recicla para bien común e individual, y también para que la Vida Verdadera siga su camino eterno constantemente renovado en la respiración, en la sensiblidad, en la conciencia, en la autointegración en el Nosotr@s, que es la felicidad como fuente común inagotable y sanadora. De momento no hay los menores indicios de que ningún mandamás corrompido hasta los tuétanos haya conseguido descubrir ni disfrutar algo parecido. Si fues así, nadie con semejante experiencia estaría bombardeando Ucrania ni Gaza, ni acosando a Venezuela para saquear el gas y el petróleo, ni cerrando fronteras a los más pobres y abandonados, durante milenios, por las mismas fuerzas imperialistas , destructivas y locas de atar, que les robaron tierras, minería, naturaleza y seres humanos para convertirlos en esclavos, estableciencio mediente el appartheid universal un auténtico sistem in failure, que ahora, por desgaste y abusos contra el propio Planeta que encontraron como casa de tod@s, en semejante plan no les va a dar la oportunidad de una vida eterna, y para colmo horripilante tiránica, depredadora.Y suicida, para más inri. De modo que ya no se podrá reencarnar con tanta facilidad en un sistema vital materializado que no dispone nada más que de un Planeta vivo y acogedor, con el que ellos mismos y su forma de vida y de noSER están destrozando sin comprender la relación inevitable entre lo que hacen y lo que les espera como consecuencia de su estado completamente involutivo y demoledor. Desear una "vida eterna" en semejante plan ya es un suicidio en sí mismo y una guerra liquidadora y sin cuartel para los demás. O sea, que o se cambia ya a una tierra y a un cielo nuevos en este mismo mundo, o sanseacabó lo que se daba. Nosotr@s decidimos, querida familia terrasecuestrada en la Cueva de Platón por nuestras propias obsesiones de todo tipo...Ains😱😱😱😱💫, de nuestro salto supraconsciente depende nuestra resurrección como indivíduos y como especie, no nos creamos ni creeemos el rurrun de la basura y saltemos cuanto antes a la bendita Casa Común que tod@s llevamos dentro, familia querida ...😍🙌🙏 !!!!!


TRIBUNA

¿Tiranos para siempre? Las confidencias de Putin con Xi Jinping sobre longevidad e inmortalidad

Uno siempre se pregunta de qué hablarán los líderes mundiales cuando se reúnen.
Putin y Xi Jinping
Putin y Xi Jinping. (Foto: Kremlin).

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Uno siempre se pregunta de qué hablarán los líderes mundiales cuando se reúnen. ¿Se interesarán por cómo va el país del otro mandatario? ¿Preguntarán por la familia? ¿Discutirán problemas de calado? Ahora sabemos algo más, al haber transcendido una conversación privada entre Putin y Xi Jinping. Ambos parecen preocupados por sus propias expectativas vitales. A sus 72 años el mandatario chino cree poder alcanzar los ciento cincuenta con relativa facilidad. Pero a Putin eso le parece una bagatela y apuesta directamente por la inmortalidad. Ahí es nada.

Putin parece padecer lo que he dado en llamar el síndrome de Calipso. Así se llamaba la diosa que ofrece a Odiseo una eterna juventud, oferta rechazada por Ulises para volver a su hogar. Aunque quizá no le importara seguir la suerte de Titón, el mortal a quien Zeus concedió la inmortalidad que le pidió su enamorada hija Eos o Aurora. Ser inmortal no le impidió al pobre Titón seguir envejeciendo y sufrir una decrepitud insoportable que repugnó a su enamorada. En sus ‘Viajes de Gulliver’ Swift se refiere a personas inmortales que padecen los agobios de una edad avanzada y envidian a quienes abandonan este mundo.

No es raro que los tiranos quieran serlo de por vida y cambien para ello unas reglas de juego que les permitan hacerlo así o emprendan guerras que les hagan continuar en su puesto de mando. La novedad sería el que ahora los mandatarios con esa vocación querrían seguir siéndolo para siempre. Cuesta concebir que Calígula o Nerón hubiesen logrado la inmortalidad perpetuándose como emperadores hasta el final de los tiempos. La historia hubiera sido muy otra.

De no mediar un tiranicidio, muchos dictadores han dejado de serlo por una muerte más o menos natural, como sería el caso de Stalin y Franco. Sin duda, se hubiesen apuntado al carro de Putin, si hubieran tenido esa opción, ahora serían una especie de momias vivientes. Otra cosa es que sus respectivos legados hayan logrado sobrevivir e incluso renacer, como sucede con el del propio Hitler. Sus hazañas quedan reivindicadas por la nostalgia de una época dorada donde no se daban ciertas penurias y todo era presuntamente perfecto, al menos para una pequeña élite con enormes privilegios.

Hubiera sido curioso que Trump interviniera en esa conversación. A buen seguro habría suscrito la longevidad invocada por su antagonista homólogo chino, porque no le importaría seguir en La Casa Blanca unas cuantas décadas más, envejeciendo con garbo para gran espanto de Melania. Cabe suponer que nuestros grandes líderes no piensan en una longevidad o inmortalidad extensivas al conjunto de la humanidad, sino solo para un pequeño grupo de afortunados. Porque de lo contrario no habría sitio ni recursos que diesen abasto para todos. Ni siquiera los habría para quienes ya dan en acapararlos ahora.

Vivir más tiempo es una conquista que ya se ha realizado en algunos lugares y que merece la pena cuando las circunstancias resultan propicias. Pero los horizontes vitales de Putin y XI Jinping nos estremecen, al significar la pervivencia de ciertos dirigentes en el poder, sin margen alguno para ningún tipo de alternancia. Imaginar por ejemplo a Netanyahu como perpetuo primer ministro de Israel es algo absolutamente desolador y eso mismo vale para el caso de Putin sin ir más lejos. Tradicionalmente se pasaba el testigo a un miembro del propio linaje o de la misma cuerda. Pero ahora corremos el riesgo de ver las mismas caras perpetrando sus idiosincrásicas atrocidades. Una nueva pesadilla.

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