domingo, 28 de septiembre de 2025

He encontrado en Infolibre este artículo de un senador del PSOE y creo que su lectura reflexiva, decente y sensata, puede ayudar bastante, en medio del caos generalizado made in fachilandia, donde sólo se percibe rabia, violencia, inmadurez política e insuficiencia racionalemotiva por parte de una derecha deficiente, en todos los aspectos imprescindibles para poder gobernar cualquier cosa y que, como sucede con Donald Trump, es un auténtico disparate que sea votada por sus propias víctimas sociopolíticas, financieras, "legales", morales y económicas. Precisamente ese caos que las fuerzas corruptas promueven en todos los aspectos convivibles, debería ser el despertador social, el toque definitivo de alarma que avise por qué y en donde se está cayendo por parte de la ciudadanía. Menos mal que el desastre genocida en Gaza está ayudando a aclarar la situación y no sólo en Esapañ, sino también en el resto del mundo. Qué se puede esperar de unos ppartidos ppolíticos(¿?) que en vez de valorar la actitud de España ante la monstruosidad de Netanyahu, el genocidio en Gaza, las actitudes cómplices de Trump y de quienes le apoyan, se dediquen a atacar, calumniar y despellejar "legalmente"(¿!) al jefe del Gobierno y al propio Gobierno de Coalición, que por primera vez en la historia del marrón hispánico ha conseguido funcionar unos cuantos años, en cooperación, en responsabilidad, en crecimiento económico, en ayudas sociales y en transparencia política, algo que al descubrir corruptos en el PSOE les ha obligado éticamente a abandonar cargos, a dimitir e incluso a ir a la cárcel y a dejar la política activa como en el caso de Cerdán y sus complices Ábalos y Koldo, todo ello unido al reconocimiento del fallo socialista con pedida de perdón inculida. ¿Alguien ha visto o escuchado alguna vez pedir perdón al pp o a vox por sus ocurrencias demoledoras? No podemos ni maginar qué pasaría en este país si esa morralla cegata, antiética e inhumana gobernase. Parece que la memoria social haya olvidado por qué no se hizo nada ni nadie dimitió con el caso Aznar que nos metió en la guerra de Irak, que mintió y calumnió en el caso del atentado de Atocha como en el caso Gurtel, por qué tampoco la Justicia(¿!) hizo nada en el caso Gal y el falso socialista, Felipe González y comparsas, ni en el caso M.Rajoy, corrupto hasta las trancas, y tantísimos ppepper@s ppodrid@s, lo mismo que lo de Cospedal, Barberá, Mazón, Correa, Olivas, Fabra, Castedo, Zaplana, Blasco, Crespo, Cotino, Montalvo... etc, etc, etc...Por no hablar del intento de golpe de estado preparado, sin duda alguna, para fijar en el poder la monarquía impuesta por la dictadura previa, sin un referendum para poder elegir democráticamente el modelo es Estado, algo que la actúal sociedad española aún no ha podido hacer, una situación tan aberrante como políticamente demoledora. Llevamos casi un siglo encenagados y repitiendo el mismo curso sin conseguir aprobar la reválida democrática...Ains!!!! España debe recuperar cuanto antes y en paz regeneradora la memoria histórica perdida entre guerras civiles, dictaduras e imperios fracasados convertdios en procesiones y desfiles de todo tipo, para no seguir repitiendo el mismo curso en la escuela primaria de la aberración, donde ppolítica ppodrida, fraude y desvergüenza, mentiras, calumnias y falsa legalidad manipuladora ocupan la misma bancada legislativa y judicial mientras aún no se apoderan de e invaden la ejecutiva y siguen siendo el quinteto fracasado repetidor for ever and ever, and ever again, para llegar al acuerdo conjunto de la responsabilidad de una política más humana, ética y civilizada. Por esa razón al pueblo nos conviene escuchar, leer y reflexionar junt@s, aportes como este artículo de un senador socialista y despierto, para salir del basurero y no seguir confundiendo la dignidad responsable de la política más sana con la basura podrida y el espectáculo vergonzante de no dar una en el clavo de la decencia, de la ética, de la dignidad en la verdadera justicia, y si alguna vez eso sucede en la política opuesta, ocultarlo, criticarlo y hasta difamar la honestidad como delito. Tal vez si el Poder Judicial lo eligiera la ciudadanía cada cuatro años en las urnas y no los compinches profesionales a la carta del desguace, la cosa sería muy diferente...🙌🙌🙌🙏🙏🙏 !!!!


Por el respeto y el decoro del PP en el Senado

Francisco Manuel Fajardo Palarea

La intención de quienes aprobamos el Código de Conducta de las Cortes Generales el 1 de octubre del 2020, por cierto, desconocido para senadores del PP con altas responsabilidades, viene expresada desde su preámbulo cuando explicitábamos que la ratio decidendi de esa regulación era garantizar que la ejemplaridad y transparencia constituyeran los principios básicos de conducta de los parlamentarios y parlamentarias. Lógico, ya que, como representantes de nuestro pueblo, debíamos responder con nuestro comportamiento a los más exigentes imperativos éticos.

Ya dentro del articulado, en su Art. 1, apartado 1, concretamos la exigencia de una conducta que respondiera a altos estándares de integridad y transparencia, en aras de mantener y reforzar la confianza ciudadana en las Cortes Generales. En su apartado 2, le dimos el carácter de vinculante para los integrantes de las Cortes Generales en el ejercicio de sus funciones y durante todo el periodo de su mandato. Por último, en el Art. 2, dedicado a los principios, establecimos como aquellos de carácter general, la integridad, transparencia, diligencia, honradez responsabilidad y respeto, tanto a los demás miembros de la Cámaras como a la ciudadanía en general.  

La desesperación existencial de las derechas

Hago la precedente introducción porque, en el último pleno del Senado, una senadora del PP, no como consecuencia de un súbito arrebato producto de un debate porque era la primera en intervenir, sino de forma perfectamente preparada y deliberada, se dirigió al Grupo Socialista, del que formo parte, con las siguientes palabras: “Solo así me explico yo que haya en La Moncloa y en el PSOE tantos chulos, tantos sobones, tantos machistas y tantos puteros”. La intervención recibió los aplausos en los escaños de su grupo. Dejo a cada lector que valore la conducta de la senadora y de quienes la aplaudieron, pero para mí lo ocurrido pugna frontalmente con el Código de Conducta, ya que ataca sus fundamentos.

Parece que no hemos aprendido nada y que vamos en contra de lo que se pretendía, sobre todo en lo referente a mantener o recuperar la confianza de la ciudadanía en sus representantes. La desafección ciudadana hacia las instituciones democráticas no era un fenómeno anecdótico, sino estructural. Como señala Aguilar García (2022), citando a Linz (2012), hasta hace poco existía una crítica generalizada a los partidos, pero no a la democracia, por lo que se deducía que el problema no era el sistema, sino su aplicación ética. Sin embargo, en mi modesta opinión, la situación se ha agravado, alentada por la desesperación existencial de la derecha y la extrema derecha, ya que ahora se cuestiona el propio sistema democrático.

El Código de Conducta es un modelo de civismo político

En mi opinión, el Código de Conducta es un modelo de civismo político. No se trata de una medida de control, sino de un acto de dignidad democrática en el que el desacuerdo no se convierta en violencia verbal, la crítica no sea calumnia y la pasión política no reemplace la dignidad humana. El insulto, la descalificación y la manipulación mediática son formas de corrupción simbólica. Por supuesto que se permite la crítica dura, la denuncia y la ironía política, pero siempre que no ataquen la dignidad humana del interlocutor. Para impregnarse de lo que es el parlamentarismo de altura, recomiendo leer al maestro Luis Carandell.

Sé que habrá quienes planteen la dicotomía de la pugna de lo anteriormente escrito con el derecho a la libertad de expresión, ex artículo 20.1 de la Constitución, o la inviolabilidad de los parlamentarios, ex artículo 71.2. Pero lo tuvimos claro, no se trata de restringir la libertad de expresión, sino de definir qué es expresión política legítima, como diría Jürgen Habermas: “La libertad de expresión solo es legítima cuando se ejerce en el marco de la comunicación no coercitiva” –es decir, sin humillar, sin deshumanizar, sin reducir al otro a un enemigo–. 

Nuestra Constitución nunca otorgó un permiso para insultar, para calumniar o injuriar, para desacreditar o para azuzar el odio. La jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos lo dice claro: “La libertad de expresión es uno de los fundamentos esenciales de una sociedad democrática, pero solo si se ejerce con pluralismo, tolerancia y espíritu de apertura” (Sentencia Hadyside, 1976), y la inviolabilidad no es un escudo para insultar, sino un privilegio para hablar con libertad y responsabilidad. Es un escudo para la verdad, no un escudo para la mentira.

Espero un acto de dignidad política

También soy consciente de que esto contrasta con la lógica del «parlamentario estrella» que predomina en la derecha española, en ese continuo concurso para ver quién dice o escribe la mayor barbaridad contra el adversario político, apelando a lo emocional y apartándose del esfuerzo de razonar. Y todo ello con el objetivo de ganarse los favores de su cúpula, conseguir viralidad en las redes sociales y desarrollar la política como un espectáculo, olvidando que no se nos mide por los «me gusta», sino por el impacto positivo que podemos generar en la vida de las personas. Sin embargo, la ciudadanía no solo juzga al Parlamento por lo que legisla, sino también por su comportamiento.

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En definitiva, creo que merece la pena que lleguemos todos y todas a la conclusión de que, si no nos respetamos los parlamentarios entre nosotros y nosotras, no estamos respetando a la ciudadanía a la que representamos. Por ello, espero un acto de dignidad política por parte de la senadora o del presidente de la Cámara al inicio del próximo pleno del Senado, que se celebrará el día 30 de septiembre, para poner un punto y aparte y abrir un camino de entendimiento que evite tantas faltas de respeto, practicando algo tan sencillo como la buena educación.

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Francisco Manuel Fajardo Palarea es senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa


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