En esta canción Serrat va mucho más lejos de lo que parece sencillamente una crítica al abandono necesario de la vida rural, por vivirla exactamente al revés. Sencillamente, porque sólo se vive(¿?) lo que se ha heredado, y nunca se ha intentado cambiar ni mejorar para bien de tod@s, pues lo heredado, en todos los sentidos, para el ser humano que aún no se ha descubierto por dentro, se convierte en el único modo repetidor e indespertable del mismo panorama terrícola. Escuchando las campanas de la iglesia del pueblo, no se puede oír el despertador en la mesilla de noche. Y así lo único que podrá despertarnos es que un muerto nos cante su versión de lo que hay. Pues, esa es exactamente la situación histórica de lo habitual en la población del Planeta Tierra. Mayoritariamente se vive así. En la inercia tomada como normalidad e imitando y reproduciendo lo que hemos visto y padecido desde niñ@s,aunque venga envuelto en tecnología e I.A.
En la demoledora y perezosa comodidad del vegetar aparentemente juntos, pero en realidad, cada uno en su "infrareino" incapaces de evolucionar, repitiendo día a día, el mismo código del pueblo blanco al lado de un barranco, donde llevan durmiendo miles, y tal vez millones, de años...¿Qué es el genocidio de las guerras, sino el resultado de no haber nacido nada más que físicamente, para repetir las mismas atrocidades de los imperios del pasado, haciéndolos presente sin futuro para millones de víctimas y sólo cientos de verdugos depredadores de sí mismos? Pues eso es lo que sucede cuando el ego se atasca en su miseria y no descubre ni facilita la inmensidad y la libre integración en el Nosotr@s.
La música y la poesía tienen la cualidad del despertador en la mesilla, cuando en la noche interminable no nos permitimos abrir las ventanas para disfrutar del amanecer...La luz del Amor Infinito nunca, nunca, fuerza a nadie a despertar. Siempre está a disposición de quien quiera descubrirlo porque ya va madurando.
No dejemos que la muerte y el enterramiento de la ceguera egópata, tonta, suicida, violenta, rabiosa e ignorante condenen a la humanidad dormida a no salir del cementerio como unos muertos...Que no saben que están vivos, obviamente, porque en su entorno vida y muerte no se distinguen entre sí.
Gracias, Joan Manuel, hermano!
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