lunes, 18 de febrero de 2019

El sexto sentido de género femenino, Lidia Falcón y Almudena Grandes, una columna junto a la otra, una sororidad universal con la vida y un futuro entre pparéntesis y ppeligros. Que la prudencia no es miedo, sino la visión inteligente de la realidad y sus potenciales posiblidades por descubrir y desarrollar en común. Todo es posible y nada está perdido de antemano si las conciencias se lo proponen y se empeñan.


El fascismo que viene


Cuando Hindemburg, presidente de la República de Weimar, nombró canciller a Adolf Hitler la socialdemocracia alemana, el partido de izquierdas más grande de Europa occidental, aconsejó a sus militantes, “ahora a esperar”. Ya sabemos lo que sucedió después.

El fascismo avanza cuando la izquierda no sabe darle respuestas ni soluciones a los sectores más desprotegidos de la sociedad. En toda Europa. Incluyendo la poderosa Alemania, el descontento de los trabajadores se refleja en el aumento de los partidos filofascistas, mientras la socialdemocracia, muy herida después de la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética y el bloque comunista, pierde peso, afiliados y votantes.

Esta situación, de extrema incertidumbre, comienza a instalarse en España con el resultado de las elecciones andaluzas sin que se haya visto una reacción adecuada por parte de la izquierda que salió perdedora. La convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril no parece que vaya a ser el remedio. Puede temerse, fundadamente, que ni la campaña electoral en plenas vacaciones de Semana Santa, ni la precipitación con que deben celebrarse los comicios vaya a beneficiar a las formaciones de izquierda, que siguen instaladas en su convicción de que las estrategias seguidas hasta ahora son las correctas.
Y el Movimiento Feminista sigue ensimismado en sus acciones de siempre. Con su instalación en la negativa a participar en política, considerando que la única pureza es declararse apolíticas y apartidistas, las participantes están dedicadas a organizar las manifestaciones del 8 de marzo, tarea que al parecer les ocupa todo el año, a pesar de que tanto los manifiestos como las pancartas y los recorridos son repetitivos desde hace veinte.

Me recuerda el título de la novela de Juan Marsé, Encerrados con un solo juguete. La manifestación del 8 de marzo se ha convertido en el mayor objetivo del MF, dedicado durante interminables meses e interminables horas a discutir los términos de los manifiestos que se leen, los recorridos y las pancartas de cabecera, sobre todo para rivalizar en protagonismos y visibilidad mediática.
Convertida en una Epifanía, las manifestaciones son el momento más álgido que visibiliza la fuerza del MF. Pero duran cuatro horas en un año. ¿Y después, qué? Pues a volver a reunirse para organizar la del siguiente.

Estos dos últimos años 2018 y 2019, se ha añadido a las movilizaciones la convocatoria de huelga, con falta de seriedad y conocimiento de lo que es una huelga. La huelga es el arma más poderosa que tienen los trabajadores y las trabajadoras asalariados, y ha costado doscientos años de luchas y numerosas víctimas que el poder la permita, precisamente por ello hay que utilizarla con racionalidad y sensatez, ya que su seguimiento acarrea numerosos conflictos, sanciones, marginación de las empleadas e incluso el despido, como saben muy bien sindicatos y trabajadores. Eso en el empleo asalariado, si hablamos de las tareas de cuidados y trabajo doméstico es absolutamente irreal plantearle a las mujeres que se encuentran aisladas en el domicilio y tantas veces, desgraciadamente, sometidas a más represión por parte del hombre que domina la pareja que la que se sufre en la empresa.

Una huelga de 24 horas para el trabajo asalariado sólo puede tener alguna expectativa de éxito si la convocan todos los sindicatos, en ninguna medida puede salir adelante en las mujeres que trabajan en el domicilio y los cuidados, ya que ni los niños ni los ancianos y enfermos pueden estar desasistidos 24 horas. Y el llamamiento a los hombres para que las sustituyan tendrá un seguimiento minúsculo, no solo porque muchos de ellos estarán en desacuerdo con la huelga, sino porque la mayoría trabaja en empresas que no consentirían la ausencia del trabajo. Ello, en realidad supondría pretender una HUELGA GENERAL, lo que es impensable en estos momentos, dada la situación del mercado laboral. Imposibilidad que bien conocen los sindicatos.
Con estas perspectivas, se ha añadido a las disensiones en el seno del MF la actuación del lobby proxeneta en las Comisiones del 8 de marzo, camuflado de organizaciones feministas, que han condicionado durante años las declaraciones de los Manifiestos impidiendo que se reclamara la abolición de la prostitución, incluso tratándolo de trabajo sexual.

Hoy además se evita también pedir  la prohibición de los vientres de alquiler.
Ha sido una dejación del MF permitir estos últimos años que los prostituidores y sus cómplices se hicieran con la dirección de las Comisiones  8 de marzo, consintiendo que en las manifestaciones incluso acudieran grupos con pancartas pidiendo la legalización. Hora es ya de que el abolicionismo tenga el protagonismo que precisa y se avance en una legislación que ponga coto al infame negocio de la prostitución y frene el imperio de la mafia de la prostitución que ha convertido España en el prostíbulo de Europa.
Mientras tanto, y desde hace años, numerosos grupos feministas, organizan exposiciones de fotografías de mujeres luchadoras, de artistas, concursos de relatos feministas, festivales de cine de directoras, jornadas sobre literatura, presentaciones de libros de escritoras. Dedican a ello, como es evidente, miles de horas, de esfuerzos y de dinero, para, en algunos casos, seguir recordando las consignas misóginas de autores medievales.

Mientras, la derecha lleva meses en plena campaña electoral.
Este alejamiento del MF de la implicación política, esta negativa sistemática a apoyar una opción electoral, aparta a miles de mujeres de participar en los comicios con una opción de izquierda. Las de derechas no están influidas por el feminismo. No supimos que el MF hubiera dado consigna de voto antes de las elecciones andaluzas. Ni siquiera podemos estar seguras de que hubieran votado todas las que salieron a manifestarse después del 2 de diciembre.
Con la determinación de que todas las acciones han de circunscribirse a manifestarse en la calle con una pancarta apolítica, el MF está permitiendo que muchas de sus participantes se abstengan en las elecciones, y es incapaz de apoyar un partido feminista que las represente.
Después del 28 de abril y del 26 de mayo volveremos a vernos en la calle protestando por la pérdida de derechos y posibilidades que el triunfo de la derecha traerá consigo. Pero entonces  ya será tarde.

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Como siempre, los análisis de Lidia son profundos y muy acertados. Me parece interesante comentar algunos aspectos del contenido:


Por una parte creo que el amplio y universal concepto que llamamos "política" no debería reducirse  solo a un par de aspectos: el partidismo-ideología y la gestión de lo colectivo derivada del binomio inicial.
"Política" es también todo movimiento social que con su dinámica provoque cambios importantes en los estados, en sus instituciones  y sus territorios, no significa que ni las intenciones ni los contenidos ni las formas sean buenas para todas, como sería deseable, sino que siendo también "política" pueden ser éticamente rechazables si  están adscritos a ideologías socialmente perjudiciales, pero que al contar con seguidoras y seguidores, adquieren en la democracia el demagógico 'derecho' a existir, mientras no demuestren violencia materializada y delitos palpables, lo cual significa que disponen de un margen muy amplio para colar "legítimamente" lo que les dé la gana. 
Este fenómeno se debe a un déficit ético y pedagógico en la formación y expresión de la conciencia. ¿En qué escuelas y familias se enseña, sobre todo con el ejemplo, a discernir desde la libertad dónde empiezan y acaban su validez moral y social los DDHH? Que sean universales no significa que sean ilimitados ni  un 'todovale' para fijaciones, manías, dogmatismos, enjuagues "legales" e intereses indecentes camuflados de normalidad democrática(¿?) ¿Dónde aprende la ciudadanía a distinguir el egoísmo y la caspa, del bien común y sus reglas sanadoras? El derecho limita inevitablemente con el deber. Y viceversa. Se regulan entre sí. 


En el tema de las gestaciones subrogadas y los vientres de alquiler falta un ingrediente esencial que debería estar clarísimo para una ciudadanía sana y consciente: engendrar un ser humano no es como hacer una compra en el cortinglés. 
 El ser que se engendra no es propiedad de sus manipuladores fecundantes y "secuestradores" de su vida incipiente y futura, en plan granja, pero sí adquieren una decisiva e inapelable responsabilidad sobre  las consecuencias de su decisión, y no son dioses omnipotentes, controladores de vidas humanas por derecho de pernada comercial, a golpe de talonario. Tampoco lo son los padres y madres normales, que son cuidadores, educadores y totalmente responsables de sus hijos hasta que éstos adquieren suficiente madurez y autonomía para gestionar sus responsabilidades propias. 
Un ser humano es un complejo biológico y psicoemocional más allá de una simple mecánica reproductora. No es como un quiste en la matriz de la madre que con el parto se elimina y adiós muy buenas, en cuanto se pilla la pasta y se sacude el marrón de tener que educar y cuidar a alguien que les importa un bledo. Esa madre de alquiler que ha puesto el óvulo y/o el útero, o ese padre fecundador a precio convenido, aunque no lo sepan, han dejado una impronta genética en el feto que durará para siempre. Ese ser, por más que le quiera su familia mutilada y postiza al 50%, íntimamente siempre será un huérfano energético y genético, por intencionalidad cuántica, de madre o de padre. Quizás nunca se lo digan, pero la víctima inocente experimentará mientras viva las secuelas psíquicas, emocionales, energéticas, físicas y hasta bioquímicas, del abuso con que se le utilizó desde su fundación como zigoto de compraventa. 

Los mismos hijos fraudulentos y secuestrados después de nacer por el personal sanitario en clínicas y hospitales, que en el franquismo fueron miles y miles, confiesan hoy en día, que aunque fueron queridísimos y super bien cuidados por los padres y madres compradoras, siempre echaban de menos "algo" intangible materialmente en la relación, que con el tiempo les hizo escarbar y buscar en el pasado hasta descubrir la verdad de su origen. Depresiones inexplicables en niños pequeños, que lo tenían todo, inadaptación a la familia y en la escuela sin tener causas que lo justificasen...Tristezas profundas, anorexias y procesos autodestructivos que la abundancia de juguetes, caprichos y tratamientos psicológicos carísimos no conseguían erradicar del alma y la mente de unas criaturas abandonadas a un destino que cósmicamente (cosmos significa equilibrio, orden universal) no les correspondía, aunque materialmente fuese espléndido, se las había privado del derecho a su inteligencia vital...Y eso que su concepción se realizó en aquellos tiempos por vías naturales. Da escalofríos imaginar lo que espera a los hijos del baby fack que ahora es una moda para ególatras, horteras amorales y sin conciencia, convencidos de que el ser humano es una máquina más para explotar y manipular en el laboratorio de un capitalismo meramente funcional, desalmado y desprovisto de cualquier rastro de conciencia. En el que los peores pronósticos de Huxley y Orwell, se quedan en mantillas.

Otro lado espinoso y convertido en entuerto es el tema de la prostitución, aunque en este asunto las responsabilidades personales estén más claras que en el de las granjas de mujeres cluecas reproductoras, inmersas y perdidas en la miseria humana, material y ética.

La prostitución es el comercio consentido perpetrado con el propio cuerpo. Se reduce al alquiler del sexo y a la compraventa de una dignidad que no existe ni en quien se vende ni en quien compra, tan degradante y patológica resulta la oferta como la demanda, porque evidentemente no hay conciencia que la haga posible en ninguno de los dos flancos. ¿Puede llamarse libertad al instinto primario e irreflexivo de tal funcionamiento completamente al margen de los sentimientos, de la inteligencia y de las propias autoestima y dignidad? ¿Hay sitio para la libertad donde no hay conciencia para elegir, que la distinga de la esclavitud? ¿Qué será más útil, eficaz y sano: castigar con leyes despersonalizadas, aplicadas en todos los casos por igual, a penas de prisión y abandono, haciendo que los delincuentes salgan del castigo cada vez más tarados y en peores condiciones para convivir, o decretar una terapia restrictiva temporal de libertad y respeto personal, con el poyo de una rehabilitación pedagógica y sanadora de los infractores? Pues así también se debería actuar en los casos de proxenetismo y prostitución. Reeducando y rehabilitando. La sexualidad es libre mientras no se practique desde la vejación y el abuso, pero el comercio con ella es un delito contra la dignidad y la integridad humana.

Tenemos, además, el problema de las esclavas y esclavos sexuales, que están secuestradas por mafias monstruosas, capaces de lo peor, mediante el engaño y el chantaje, como por ejemplo el tráfico de esclavas sexuales procedentes del Tercer Mundo. Ellas o ellos no han podido elegir, se les prometió un trabajo en Europa y hasta pagaron por ello, con tal de poder ganar dinero y enviarlo a sus familias para no que mueran de hambre. Madres, hijas y hermanas, padres, hijos y hermanos, que se ven aprisionadas en verdaderos campos de concentración en medio de la culta y farisaica Europa  a cambio de que no se les haga daño a sus familias y les pueda llegar algo de dinero de vez en cuando, tras los beneficios rentables que se cobran testaferros, chulos y madames (mujeres con garras de tigre macho, que también las hay, aunque cueste y duela reconocerlo) 

Este espantoso panorama no es de ahora. Es una herencia de larguísimo  recorrido, por la que ha transitado sin inmutarse la mejor y más "selecta" derechona histórica y su iglesia cómplice con el silenciador de su intocable "secreto de confesión" por medio del cual se ejerce el poder absoluto sobre la clientela, y para más inri, nada menos que "en el nombre dios". Ahí queda el caché, para quien lo quiera disfrutar. El confesionario es el prostíbulo cotilla mataconciencias y responsabilidades mejor valorado y bendecido, incluso, como  padre fundador de la corrupción ideológica, religiosa, política y económico-financiera. Sí, en  la misma onda que luego pretende regenerar y "salvar" a las prostitutas y a los presos, mientras se lo pasa pipa en los actos litúrgicos contemplando y agradeciendo con sus sacramentos, a  los clientes del género putero y con los jefazos de los mindundis en chirona, desde ese Vaticano, en el que según el último recuento investigador más del 90% de sus habitantes se reparten entre homosexuales "de la parroquia" que no reconocen su condición y derivan en homófobos, y pederastas desatados que consideran sus abusos la justa compensación por no disponer de un celibato opcional que, como dice en una de sus cartas Pablo de Tarso, es mucho mejor que abrasarse cayendo en lo peor por la ilusión engañosa (como es toda ilusión) de participar en lo mejor de lo mejor. En la crème de la crème celestial, vamos.

Es cada vez más urgente que la propia Constitución incluya en sus normas los valores éticos y morales para la convivencia cívica, como en  la gestión política y en la administración del estado; establecer el cumplimiento práctico de la obligatoriedad deontológica en la sociedad es algo mucho más urgente e importante que imponer en la Carta Magna, cuando interesa, la impunidad e irresponsabilidad de los reyes  ante sus delitos. Una prerrogativa indecente que debería avergonzar al estado y a los ciudadanos, si esto no fuese la fonda del postigo.

Si el feminismo tiene un handicap es su propia condición. No por estar compuesto por las mujeres, ni mucho menos. Es que, seguramente sin querer,  ha caído en la misma trampa de la que viene huyendo, en este caso, en un "ginearcado" autocomplaciente y nada autocrítico, o sea, patriarcado fashion que se ha convertido en  un -ismo más. Un juego de poder que se ampara, como todas las ideologías, en seductores y rimbombantes golpes de efecto. Por eso el mismo movimiento está en riesgo de acabar autoseducido y autofagocitado, convertido  en la burbuja de una especie de Asperger colectivo, que puede pasar de ser su esencia a ser su caricatura y, también, su mausoleo. 

Más que la desgracia de que pueda ganar la derecha, debería preocuparnos que fracasen las mujeres como última tabla de salvación de la humanidad, aceptando basuras sin ética como modus operandi, políticas sin capacidad para un nosotras/nosotros bien aterrizadas. Sin fiarse más del glamour que de la honestidad, la coherencia, la modestia, la lucidez, el equilibrio y la altura moral de la política. Política sin ética y exceso de narcisismo es tiranía bocazas y comida sin sustancia alimenticia. Comida-basura. En plan fast-food a tutiplén.

Esperemos que la conciencia colectiva haga su labor despertadora y cumpla su misión, antes del 28 de abril tenemos un 8 de marzo.  Esperemos...Esperamos...Esperaremos...

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