lunes, 27 de junio de 2022

Menos empresas indecentes manipulando estados, menos absurdos contributivos y más luces, por favor!

                  La Justicia Social, Gestión De, Dibujo imagen png - imagen transparente ...

Hoy quiero compartir unas sugerencias que se me han ocurrido al pensar detenidamente en la actual situación económica, para la gestión justa del IVA, que me parece realizable, necesaria y mucho más justa que el actual impuesto a ciegas que ahora padecemos. Ya venía dándole vueltas al marrón desde hace mucho tiempo, pero creo que ayer tarde sucedió algo que me ayudó especialmente a ver e integrar un poco mejor el panorama.

En una de la muchas tertulias televisivas por las que pasé haciendo zapping, encontré a otro "experto" más, en economía, -según le presentaron-, que expuso una contundente y aplastante defensa justificadora del cobro estatal del IVA tal y como está, unida a la negación absoluta a realizar cualquier modificación más justa en el modo de gestionarlo. Ante unos argumentos empecinados se llegaba a la conclusión demoledora de que a los Estados y gobiernos del planeta no les queda más remedio que obedecer a la pastacracia oligócrata,  porque es su obligación, solo son títeres "legales" y autorizados con todo su fundamento por la propia "democracia", en un sistema especulador desquiciado, cuyos testaferros se han convertido en secretarios y administradores chupatintas y obedientes de un poder absoluto basado exclusivamente en el dinero y la especulación financiera; lo más terrible fue comprobar que tales aseveraciones no eran críticas sino plena normalidad, sin objeciones, como lo era que el economista lo explicase con aquel convencimiento y razones profundamente irracionales y carentes del más mínimo rastro de ética, e incluso de inteligencia capaz de superar el nivel de establo y zahúrda funcional del establishment que ya tod@s admiten como una realidad inamovible e intocable, donde el ser humano ya ha perdido su humanidad para convertirse en una masa amorfa y manejable por el Gran Hermano de Orwell, que para colmo no viene de fuera ni es cosa de demonios; es lo peor y más torpe de la propia especie. Un horror. 

El primer flahs del teleshock fue pensar que si el estudio de la Economía en la universidad produce semejantes tinieblas y socavones antropológicos, ¿a qué nivel de deterioro estamos llegando como especie? Estas discapacidades se colocan de asesores, de directores de empresas, de profesores, de funcionarios, directores e interventores de bancos, de gestores políticos, de presidentes, secretarios, ministros, concejales, alcaldes, etc, etc, y esa corte de destarifos se prolonga en los medios de comunicación que, por el mero ejercicio de la legítima libertad mediática y el derecho a la libre información, se convierten en difusores de la peor pandemia mental y anímica, arando y sembrando el terreno psicoemocional, regado por la realidad manipulada que se genera en el mismo laberinto, es decir, con una sociedad encerrada en la cárcel de su trampantoja, confusa y desesperante falsa y animalesca "libertad", que justamente, de libertad ya no tiene prácticamente nada más que el grafismo y la fonética del término gramatical, porque de la semántica original no queda ni rastro. Ahí radica el juego sucio de este mundo: en mantener las morfologías y cambiar los significados del lenguaje y de las ideas, de modo que el cambio no signifique una mejoría sino una cadena invisible que esclaviza al mismo tiempo la conciencia humana y el inconsciente colectivo. El recolmo del absurdo es utilizar lo que nos intercomunica y nos puede despertar, para incomunicarnos, aislarnos en el sinsentido y dormirnos. El modo más fácil y eficiente de incomunicar no es poner mordazas ni prohibir palabrotas y argumentos incómodos, sino confundir al cambiar el significado del lenguaje sin que lo parezca. Y eso lo hace la publicidad, la adopción de significados alternativos sin que nadie se dé cuenta. Un ejemplo para ilustrar: la palabra latina beatus, significa feliz, pero a nosotros nos ha llegado como alusión a alguien  religiosamente mojigato, tía buena o tío bueno, originalmente, buena mujer y buen hombre, o sea, buenas personas, que ha derivado en mujer u hombre con cuerpos despampanantes y sexualmente atractivos. Lista, listo, es un término de origen germánico que significa ordenado, dispuesto para ser eficaz, pero en la manipulitis que nos maneja, ha derivado en pícaro, tunante, aprovechado, la palabra hostia, significa en latín, víctima en sentido religioso, que entre nosotros significa la eucaristía en la comunión católica y en lo laico accidente, golpe, caída, chasco, o desengaño emocional. Valor, originalmente es en latín valentía, virtud, con la que ayudar, pero también precio mercantil de cualquier cosa, hasta de lo que no se puede vender ni comprar, pero que puede acabar en venta, como por ejemplo, la honestidad, la empatía, la honradez, la compasión, el verdadero amor o la justicia. 

Con estos juegos malabares etimológicos, muy  sutiles entre morfologías y semánticas, formas y fondos, la zona más tenebrosa y primitiva de nuestra propia especie nos viene gobernando desde siempre, adaptando a nuestros hábitos su perenne necesidad de permanencia animal en el control de todo lo que pilla y es en este tiempo ya históricamente implosivo cuando especialmente se emplea más a fondo para no perder el poder sobre nuestro sistema racional-emotivo. Para eso están los medios de comunicación, anteriormente la imprenta, el telégrafo, el teléfono, la radio, la tele, internet, los móviles y las redes sociales...Todo ello es la trayectoria del logos convertido en verbo que habita entre nosotr@s, pero siempre con la ambivalencia de nuestros caminos, como posible instrumento para manipular, esconder la gratuidad de lo mejor y promocionar lo que más dinero cueste y mejor negocio reporte, aunque el precio y la ganancia impliquen que los valores cambien de orientación.

No se trata de que estemos esquizofrénic@s, ni poseíd@s por demonios ni "salvad@s" por nuestras creencias teóricas mucho más que prácticas, sino de que tenemos disponibles varios planos e iniciativas de comprensión y experiencias que debemos conocer, experimentar y aprender a coordinar, en lo individual y en lo colectivo, para no estar en un eterno conflicto con nosotros mismos y con el entorno, rezando a dios para que nos libre del demonio. Nosotr@s tenemos parte en ambos planos y estamos siempre en el punto de tener que elegir en qué plano nos encontramos más  complet@s, realizad@s, plen@s y felices: en el equilibrio o en el caos, en la ética o en el destrozo, en la serenidad profunda o en el barullo epidérmico del deseo intermitente y caprichoso, en la verdad sin tapujos o en la mentira del escaqueo personal y compartido. 

Una vez situad@s en el eje de nuestra realidad, desbrozado, al menos un poco, el panorama de la situación, podemos entrar en el punto bien concreto acerca de cómo organizar y gestionar el tema injustísimo del cobro del IVA. Impuesto de Valor Añadido. Se supone que el cobrador universal es el Estado. Veamos, el IVA es necesario, claro que sí, para poder mantenernos socialmente, porque en teoría, con el IVA deberían atenderse todas las necesidades sociales y económicas de la ciudadanía. Pero todo ello es solo una especulación. Hay una realidad inocultable: no tod@s l@s ciudadan@s ganan lo mismo y por ello no pueden pagar lo mismo, pero todas  todas necesitan vivir con la misma dignidad, derechos y obligaciones cívicas. El IVA es injusto desde su misma base porque cobra las mismas tasas a quienes para nada cobran lo mismo ni disfrutan de la misma calidad de vida. Realmente es espeluznante comprobar que tantísimos gerifaltes legisladores cultísimos, licenciadísimos, doctoradísimos y votadísimos en tantos años de democracia(¿?) no se hayan  dado cuenta de ese detallejo, que en realidad es la demostración de si hay o no una verdadera democracia como una justicia distributiva imprescindible en los Estados que se consideran nada menos que la élite social y política del planeta. Y no. No se han coscado o no se han querido coscar. Esto solo puede deberse a que el gerifaltado se desenvuelve políticamente entre la tontuna de la ignorancia ninguneante y la pija escasez de luces o el cinismo irresponsable sacatajadas de "lo de siempre", una mecánica que con las prisas del magoneo no tiene tiempo de pensar en si lo que hace es justo, decente y ético o simplemente es negocio, que como muy bien afirmó el ppepperismo valenciano hace años, "ya se sabe que en política se entra para forrarse". 

En ese plan, y con tanto estrés ideológico, financiero y electoral, es normal que nadie haya caído en la cuenta de la urgente necesidad que tiene la sociedad española de poner orden, justicia, equilibrio y ética en el dichoso IVA. Y por si sirve de algo, como es mi inclinación natural, una vez descrita la enfermedad, vayamos al tratamiento más decente y con posibilidades de que la cosa mejore de verdad y no solo de boquilla. En fin, será cosa, digo yo,  de haber sido madre de familia supernumerosa con un sueldo del ejército español sin más, por lo que he comprobado que la economía -en griego "el orden de la casa"- puede mejorar mucho aplicando normas justas y que la justa inversión en eliminar la pobreza no solo no arruina a nadie, sino que favorece y equilibra a todos, sin preferencias ni excepciones. Por eso se me ocurre que un gobierno como el actual, de coalición y más abierto a la igualdad, la libertad y la fraternidad, podría establecer un nuevo concepto del IVA, para empezar, cambiando las siglas y para continuar creando un carnet de consumo y precio justo, con una Tarjeta de Identidad Consumidora (TIC), en la que conste un enlace clasificador que informe del poder adquisitivo de cada ciudadano, algo como el DNI, pero aplicado a la economía del poder adquisitivo. Lo mismo que una tarjeta sanitaria. Y así poder cobrar el precio justo a cada persona. Porque desde luego es una barbaridad que quien cobra 3.000€ al mes pague lo mismo por el pan, el pescado, las legumbres, la leche, la fruta el jabón o el material escolar, o los zapatos o la ropa, que un pobre que pide en la puerta del súper o una madre o padre de familia que cobra 400 o 600 @ al mes, o que está en el paro o que se le ha terminado la aportación del paro y no encuentra trabajo o que no puede pagar el alquiler de su casa y le desahucian, o si paga la luz y el gas no puede hacer la compra o pagar el alquiler y no digamos nada si se le rompe la lavadora o el calentador del agua, o una lámpara, porque no puede pagarse un técnico ni reponer el aparato, ni por supuesto tiene un seguro para atenderle, no se lo puede pagar. El Estado está para solucionar todo eso. Y si no es capaz de hacerlo y encima, como hace la derecha se aprovecha para llenar los bolsillos de sus patrocinadores y amiguetes, pues, (a)paga y vámonos.

La simple lógica debería iluminar las neuronas del gerifaltado, limpiarlas a fondo y hacerle comprender que un IVA en ese plan es más una pandemia de miseria letal cronificada que una solución económica para ningún país que tenga dos dedos de frente. Ya no se trata sólo de ser generosos y justos con nuestros hermanos de especie, se trata también de no arruinarse como estado, porque los pudientes que consumen son muchos menos que los pobres consumidores, si todos los pobres dejan de consumir porque no pueden pagar, el mercado y la economía se va por el desagüe, quienes mueven el mercado global no son los ricos, que son poquísimos sino los pobres y de clase media tirando a baja, justo, los más perjudicados laboralmente. Que los gobiernos listísimos no se den cuenta de este problemón significa que son discapacitados políticos y económicos, por muchos curriculums brillantes que ostenten. Y si usan estas situaciones para forrarse su lugar no está en la política sino en el siquiátrico penitenciario si son de izquierdas o en la cárcel a pelo si son  derechas.

Seguramente con un orden justo humanizado e inteligente que coloque en su lugar las necesidades personales y sociales de la ciudadanía, se afrontarían mucho mejor las crisis nacionales y las globales que no dependen de los estados sino del sistema erróneo de funcionar más como una OTAN que como una ONU y más como un Mercado-Estafa  Común que como una UE, pero en las que también una disposición ética y honesta de los estados tendría un peso y un valor indiscutibles para cambiar  el patético destino actual de la humanidad. 

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Queridos hermanos Pedro Sánchez y Felipe VI: ¿estos chicos indigentes y sus familias -también nuestros y vuestros hermanos de especie, os/nos guste o no-  deben pagar el mismo IVA que se paga en La Zarzuela y La  Moncloa? ¿Se puede implementar una  igualdad ética de costes en medio de la desigualdad social y distributiva de recursos, y ofrecer oportunidades en libertad responsable y fraternidad cada día más urgente, en un sistema como éste, depredador y aberrante, tan disléxico político como esquizofrénico económico, que se contradice constantemente entre lo que dice dice y "denuncia" y lo que provoca con lo que hace fatal o con lo que no sabe ni contestas cuando se trata de hacerlo bien? ¿No debería ser ese equilibrio humanitario una de las obligaciones más necesarias e imprescindibles de los Estados, sobre todo, civilizados, cultos y democráticos(¡?) como se supone que son España, la UE y los USA?

Ya no se trata de derechas, de izquierdas o de bamboleo en  columpio centrista, se trata sencillamente de tener como base un eje social e individual, responsable  y flexible, de luces largas, cortas e intermitentes y una buen caja de herramientas colectivas, participativas e institucionalizadas o de ser un completo black out de fantoches saltimbanqui, que hacen de ese estado su profesión y su forring office puerta giratoria fashion. Un marrón inconfinable. Ainsss!!!

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