Luna, la miniviolinista, tiene 7 años y ha compuesto esta canción dedicada a África. Es increíble que una niña a esa edad tenga más inteligencia y empatía que los gobiernos y empresas de Europa y del mundo ricachón. Toda la familia es música. Aunque ella ha nacido en Alemania, sus padres y su hermana son emigrantes españoles, que no tuvieron más remedio que largarse del truño español si querían ejercer sus profesiones: arquitectura, ingeniería informática, magisterio, y hortofruticultura ecológica por supuesto, para tener acceso a una educación en valores decentes para sus hijas, desde el mismísimo kindegarten.
Sí, querida family, en Alemania se hacen cosas tan raras como organizar con toda normalidad un concierto familiar -por supuesto gratis y abierto a la libre y voluntaria participación directa musical y ocurrente del vecindario- en la puerta de casa, para celebrar, por ejemplo, que ha dejado de llover o el cumpleaños de alguien, o que simplemente es primavera... pues, aunque el mundo esté patas arriba sigue amaneciendo cada día, inevitablemente y celebrarlo en común ayuda mucho más que lamentarlo en privado rumiando mala leche condensada en 'nuestros pueblos blancos colgados de un barranco...' como canta Serrat.
Como madre y abuela, confieso que me siento mucho más feliz sabiendo que están estupendamente lejos, que si estuviesen aquí, a mi lado, pasándolas canutas en el pozo negro de las Hispanias unas y otras, tan grandes en el caos de lo miserable, como canijas en lo fundamental e imposibles de arreglar, pero con complejo social, político e ideológico de hidalgo del Lazarillo, para remate...
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