sábado, 25 de junio de 2022

Nuestro querido e imprescindible Pablo Romero, desde Público, ha logrado hacer una síntesis de antología en el tema OTAN/PSOE/TRANSICIÓN(¡?), un estudio de repaso que hasta ahora se ha venido echando más de más que de menos sobre todo en los niveles del ppoderío/ppudrerío, en los recovecos de la memoria histórica más reciente, sí, esa que se ha quedado colgando en el vacío enredada en los cuarenta años postfranqustas, como si tras la última dictadura las neuronas memorísticas de la ppatria se hubiesen ido al paro indefinido e interminable. Pablo Romero en aquella época era un niño muy pequeño y muy lindo, pero le quedaron huellas profundas en el inconsciente y en el alma, por ello ha dedicado su profesión, su tiempo y su conciencia, a revolver los archivos y las hemerotecas, y ahí está el testimonio de aquellas realidades inolvidables para quienes las vivimos a pelo, olvidadas para los intereses y negocios de un urdir enredos en lugar de trabajar con salud y transparencia al servicio de la politeia en una verdadera democracia y no en este simulacro-pastiche, especie de Patio de Monipodio político patrimonial en el que la España, pasada por la Thermomix del des¡guace social y de valores normales, jadea agotada y hecha trizas por el mismo sistemita "salvador" que nos oprime muy constitucionalmente y con todas las de la ley, ad hoc, por supuesto, para que no falte detalle. La gran pregunta a tiempo pasado: ¿estaríamos en la OTAN y metidos en una guerra de egos mandones entre ucrarusianos, pasándoles armamento para que la cosa siga viento en popa, y en una crisis de país devastadora social y económica de valores humanos, derechos y deberes, si en vez de ganar el PSOE las elecciones en 1982, las hubiese ganado algo pareceido a lo que ahora se llama Izquierda Unida, (no lo de Santiago Carrillo, porfis, pero sí lo de Nicolás Sartorius, Julio Anguita, Gerardo Iglesias, Cristina Almeida, Manuela Carmena, -los Abogados de Atocha asesinados por la ultraderecha del momento- o Marcelino Camacho)? La ignorancia de nuestra propia historia y las chapuzas kakogobernantas que le han ido haciendo los honores como palmer@s de todas las ferias y romerías, nos han regalado este futuro alucinante, convertido en presente impresentable. Las generaciones que ya estamos pasadas de rosca somos responsables de esa herencia, de este legado ppodrido y ppringoso que ahora les toca soportar a las generaciones que trajimos al mundo, se supone que para mejorarlo y no para hundirlo y hudirse con él. Esperemos que el cambio de conciencia de UCI que la vida humana necesita ya, en cada país, cultura, etnia, lengua, creencias e ideologías, aunque sea tarde, SEA, de verdad, muy especialmente aquí, en las Españas de tan híspidas y desoladoras herencias y tradiciones. Es necesario descubrir el valor de la humildad, bajarse humos y orgullos, -empezando por el bribón coronado que es la bandera, el pendón constitucional del pifostio-, para rebobinar y pedir perdón a todos nuestros descendientes, en la España de siempre que no hemos sabido ni querido cambiar ni mejorar, solo remendar con hilo desgastado y agujas sin punta, agujereando lo remendado, destrozando lo poco que había, en plan polillas o carcomas, pobrecicos, qué horror de herencia! Menudo marrón les hemos dejado. Necesitamos urgentemente convertirnos en la lavandería celtibérica, pero no como negocio -¡que ya os veo venir, aprovechateguis de toda laya!- sino como nuevo sistema de vida, de higiene racionalemotiva, de pensamientos sanos y luminosos, voluntades generosas, mucho más fraternas que cómplices y compinches, ventilación ética y desinfección decente, teniendo claro que, como canta Silvio Rodríguez, solo el amor consigue encender lo muerto, convierte en milagro el barro, alumbra lo que perdura y engendra la maravilla...O eso, o esto se va a la mierda 'per se' sin que nadie le empuje expresamente, porque es la mierda misma expendiéndose ad infinitum y muy legalmente, como lo más natural...No olvidéis que si se quiere se puede, siempre. Sólo es necesario que se quiera lo mejor para tod@s y no solo para "los nuestros", porque l@s nuestr@s somos TOD@S, el Planeta incluído, que es la casa común, en la que nadie está por casualidad sino para aprender, descubrir, amar y celebrar la vida, compartiendo lo que hay y mejorando lo presente mientras se superan los peores pasados y se mejoran las bases de los posibles futuros, que nunca serán posibles si nos cargamos el presente...No es difícil de entender, pero claro para eso las entendederas, la conciencia y la ética son fundamentales, nunca lo olvides querida familia humana!

 

Así pasó el PSOE del "OTAN de entrada NO" a abrazar el Tratado del Atlántico Norte 

Del traje de pana y coderas a las corbatas de seda, la historia de la entrada de España en la Alianza Atlántica fue una de las grandes desilusiones de la izquierda española en los años 80.

 

Ahora que España celebra el 40 aniversario de su ingreso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), viajamos en el tiempo para comprobar cómo el PSOE de Felipe González dio una voltereta político-ideológica al pasar del rechazo absoluto hacia la Alianza Atlántica a considerarla imprescindible para el país. La excusa tenía un nombre: Europa. La realidad, otro: el temor a que Marruecos se anexionara Ceuta y Melilla.

El PSOE, en realidad, 'heredó' la firma del tratado cuando alcanzó el poder por primera vez en octubre de 1982. El anterior presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo había anunciado un año antes en su discurso de investidura la entrada de España en la OTAN y firmó el 30 de mayo de 1982, ahora hace justo 40 años.

Ya antes, en 1980, el Gobierno de Adolfo Suárez había empezado las negociaciones para incorporarse al bloque militar occidental, sobre todo por el empeño del entonces ministro de Exteriores Marcelino Oreja.

 Portada del diario Ya el 30 de mayo de 1982.

Portada del diario Ya, 30 de mayo de 1982

En aquella época, España estrenaba una frágil democracia con enormes retos económicos, políticos y de seguridad; fueron los 'años de plomo' de ETA, del intento de golpe de estado del 23-F en 1981, de la eterna crisis económica y del paro, del nacimiento del sistema de las autonomías.

Los socialistas habían estado impulsando su campaña "OTAN de entrada no". Además, exigían desde la oposición un referéndum para preguntar a los españoles sobre si era conveniente o no la adhesión al Tratado de Washington.

También eran los años de las americanas de pana con coderas, de la izquierda antimilitarista, del "cambio necesario" tras cuatro décadas de dictadura franquista. La postura contra la Alianza acercó al PSOE y al Partido Comunista Español (PCE). Como resultado, el movimiento pacifista y anti OTAN multiplicó su respaldo social y protagonizó manifestaciones masivas de protesta.

De repente, el PSOE obtuvo una aplastante victoria en las elecciones generales del 28 de octubre de 1982. El tratado estaba firmado y España era el país numero 16 de la Alianza Atlántica. Y mientras que el Partido Socialista aún rechazaba la pertenencia a la OTAN, fue a partir de 1984 cuando el Gobierno de Felipe González se puso manos a la obra para lograr en apenas dos años convencer a los suyos y a los demás que había que pasar del "no" al "sí", con un lema antagónico: "Vota SÍ en interés de España".

 Mucho se ha hablado del "engaño" que supuso el famoso referéndum de 1986, en el que el Gobierno socialista preguntó a los españoles acerca de la permanencia o no en la OTAN. Quienes acudieron a depositar su voto se encontraron con una papeleta de promesas enrevesadas -con tres cláusulas que apenas se cumplieron después- y específicamente diseñadas para recabar la mayor cantidad de 'síes'.

¿A qué se debió ese giro, esa 'voltereta', de los socialistas, que en la oposición protestaban contra la OTAN y en el Gobierno, abrazaron con fuerza la permanencia de España en el Tratado? Un pequeño viaje por las hemerotecas nos muestran desde la perspectiva de los años, la fabulosa pirueta de un partido que decía una cosa en la oposición y otra cosa cuando se alzó con el poder. Como tantas veces hemos visto desde entonces.

"DE ENTRADA NO"

Los principales partidos de la izquierda en la incipiente democracia española, el PSOE y el PCE, estaban radicalmente en contra de lo que el Gobierno de Calvo Sotelo había firmado. Los manifiestos en la prensa eran constantes, y la prensa de la época así o reflejaba. La campaña de los socialistas fue realmente masiva: 1.325 vallas publicitarias y 125.000 carteles, según cuenta el profesor de la UCM Javier Muñoz Soro en un artículo publicado en 2016 (PDF). 

 La campaña del PSOE contra la entrada de España en la OTAN.

 VICTORIA Y CISMAS

Cuando la mayoría absoluta del PSOE en las Generales de 1982 catapultaron a los socialistas al poder, algo comenzó a cambiar. No sólo por los manifiestos que aparecían (sobre todo en en el diario El País), firmados por lo más granado de la intelectualidad y la cultura en España, en apoyo a los socialistas, sino por la llamada "ambigüedad calculada" de González, como recogía el ABC en vísperas del famoso referéndum de 1986. 

 Imagen de archivo del diario ABC.

Felipe González marcó el nuevo rumbo con su famoso Decálogo de Paz y Seguridad, expuesto en el debate sobre el estado de la nación de 1984. Este golpe de timón supuso, por un lado, una ruptura total de los socialistas con el PCE y, por otro, una crisis interna entre los miembros más ortodoxos del PSOE y esa nueva generación de lideres encabezada por González.

EUROPA, EUROPA, EUROPA

Este giro pragmático, que alejó definitivamente a los socialistas de los partidos de la izquierda, se justificó en su día por la conveniencia de entrar en la Unión Europea, entonces la Comunidad Económica Europea (CEE). Parecía que lo uno era casi un requisito para lo otro.

Portada de El País.

La intensa campaña a favor del sí obtuvo el fruto deseado por el Gobierno: ganó la apuesta con un 52,54% de los votos a favor, un 39,85% en contra y un 6,54% en blanco. Participó el 59,42% del censo electoral. Pero en realidad, la entrada de 

MIEDO

Portada de El Periódico con el triunfo del sí a la permanencia en la OTAN.

España en la OTAN parecía la solución un problema que atenazaba a España tras la pérdida de sus últimas colonias en África. El asunto de las ciudades de Ceuta y Melilla, reclamadas por Marruecos, necesitaba un blindaje apropiado.

Sólo la pertenencia en la OTAN podía garantizar la integridad territorial en una España pobre, débil, con un ejército heredado de la dictadura de Franco y desfasado respecto de los países del entorno.

No sería hasta 1999, ya con el Partido Popular de José María Aznar en el Gobierno, cuando España se integró plenamente a la estructura militar de la OTAN.

De ese modo, poco se cumplió de los que votaron los españoles por los pelos en 1986, tras cinco años de contradicciones de los socialistas: España se integró en la estructura militar de la Alianza, y ha ido aumentando el uso de las bases militares por parte de EEUU (aún quedan las de Rota y Morón como de uso conjunto) según el año.

Ahora, 40 años más tarde, se discutirá en una cumbre en Madrid, a finales del mes de junio, el futuro de la Alianza Atlántica, cuyo protagonismo vuelve a resurgir a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania.


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