Cervantes y el Quijote
¿Tuvo éxito Cervantes en vida o fue reconocido después? La verdad tras la publicación del Quijote
De La Mancha a Madrid y de allí al cielo literario
Seguir la pista de las andanzas y desempeños que Miguel de Cervantes realizó en vida ha sido tarea de múltiples historiadores (cervantistas) desde que se tiene constancia de la envergadura de su obra. Soldado en los Tercios españoles en la Batalla de Lepanto, cautivo durante años en Argel, espía para la corona de Felipe II, comisario de provisiones para la Armada Invencible, recaudador de tercias y alcabalas y, como se conoce popularmente, escritor, ocupación que le llevó a ganarse la gloria literaria.
La obra literaria de ficción más reeditada, traducida y conocida universalmente, de cuyo nombre es imposible no poder acordarse, surgió en la mente de uno de los personajes más ecléctico y, a su vez, menos conocido de la historia de España. Pocos son los datos contrastados, siendo muchos de ellos fruto de la costumbre, la tradición y los testimonios traspasados de generación en generación.
Gestación de la gran obra
Miguel de Cervantes dio a luz a uno de los personajes más complejos y pintorescos de toda la historia de la literatura universal. Para poder acercarse a los orígenes del mismo, se precisa visitar la localidad de Argamasilla de Alba. Es aquí, en este municipio manchego con larga tradición cervantina, donde se estima que Cervantes comenzó a dar forma a la primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha y, con firme convencimiento, afirman que las raíces de Alonso Quijano residen en esta localidad.
Según la teoría argamasillera, Cervantes concibió al personaje de El Quijote mientras permanecía cautivo en la Casa de Medrano, propiedad de una prominente familia del municipio entre los siglos XVI y XVII. “La tradición y los testimonios trasladados de generación en generación, dice que Miguel de Cervantes se mantuvo encarcelado por cometer irregularidades en su conducta en esta localidad entre el año 1601 y 1603”, subraya David Armero, auxiliar de Turismo del Ayuntamiento de Argamasilla de Alba. Este dato también se ratifica en el prólogo de la edición de 1863 del Quijote, impresa en la Casa de Medrano.
Teoría de la inspiración
Los cervantinos de la localidad manchega de Argamasilla de Alba poseen otra teoría respecto a la creación del personaje de Alonso Quijano. La hipótesis recae sobre un histórico hidalgo demente argamasillero, don Rodrigo de Pacheco, quien supuestamente fue tomado como modelo para el boceto del Quijote mientras Cervantes sufría prisión caciquil en la Casa de Medrano. Según la documentación de la época, se conoce que el Marqués de Pacheco estaba enfermo por el mal de la locura, lo que pudo servir como fuente de inspiración a Cervantes.
En el cuadro ex-voto, que se conserva en la capilla de los marqueses de Casa Pacheco, en el parroquial de Argamasilla de Alba, donde se aprecia a los marqueses de Pacheco y aparece una leyenda en capitales romanas que ha dado origen ha estas conjeturas: “Apareció nuestra Señora a este caballero estando malo de una enfermedad gravísima […] que tenía en el celebro de una gran frialdad que se le cuajo dentro”.
Cervantes acude a la imprenta
Con el manuscrito ya terminado en 1604, Cervantes se dirigió a la ciudad de Madrid en busca de una imprenta donde editar su nueva obra. Miguel de Cervantes ya había publicado otros libros antes, como La Galatea; sin lograr una buena acogida entre los lectores del Siglo de Oro español, por lo que no se consideraba un escritor de éxito como lo eran Lope de Vega o Quevedo.
Se dice que Cervantes no se encontraba en una buena situación económica, por lo que tuvo que acudir a un librero costeador, una figura habitual en el mundo editorial de la época. Estos financiaban a escritores primerizos u obras que demostraban especial calidad literaria, corriendo a su cargo el coste de imprenta e impulsando al mercado las nuevas creaciones.
Para sacar adelante la delirante historia del pseudo hidalgo caballero, Cervantes buscó al mejor de los libreros, el prestigioso librero Real, Francisco de Robles, quien servía para la corona de Felipe III. De Robles quedaría fascinado por la originalidad de la obra y la compró a Cervantes por mucho menos dinero del que posteriormente generaría.
A finales de 1604, Cervantes y Robles visitan la imprenta madrileña de Juan de la Cuesta, ubicada en la actual calle Atocha, para encargar la impresión de 1.800 ejemplares del Quijote. “Una gran cantidad para la época, teniendo en cuenta que escritores consagrados como Lope de Vega o Quevedo encargaban tiradas de entre 1.000 y 1.200 copias”, señala Jara Martínez, mediadora cultural de la Sociedad Cervantina de Madrid.
El éxito se materializa
En las Navidades de ese mismo año, los operarios de la imprenta de Juan de la Cuesta trabajaban sin descanso para terminar a tiempo el enorme pedido de pliegos que requieren las 692 páginas de la primera parte del Quijote. “A comienzos del siguiente año, la aparición de esta obra en las librerías revolucionó a la comunidad lectora no solo en España, sino también en el resto de Europa”, expresa Martínez.
En Inglaterra, la primera parte del Quijote llegó en 1612, traducida por Thomas Shelton. Esta sería la primera edición traducida en lengua de habla no hispana de la historia. Le seguiría la edición en el país galo, traducida por el gramático francés, Cesar Oudin, publicada en 1614. Más tarde, en 1622, saldría la publicación italiana a cargo de Lorenzo Franciosini, también gramático y traductor de lenguas hispanas. En Alemania, alrededor el 1648, aparecería una traducción parcial de desconocida autoría. También se traduciría mas tarde al Holandés, cuando Lambert van den Bosch publicara en 1657 la primera edición ilustrada de la historia.
En resumen, en menos de 20 años después de la publicación del Quijote, la obra ya se conocía en tres de los principales idiomas del momento, y poco más tarde, se extendería por toda Europa. El éxito de la principal obra cervantina fue inmediato, los lectores del momento reconocieron la enorme calidad de la obra, y esto hizo que las aventuras del Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha traspasara fronteras y se convirtiera en un gran hito de la literatura universal.
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