El cesto de las chufas: Ahí le has dao, Hermano Cortés. No hay nada más cierto que la evidencia. Jesusito de nuestras vidas lo dejó clarísimo y lo sigue dejando cada día en esa resonancia magnética de la conciencia que flota y bucea en el océano del caos y las divisiones carentes de luz y de fluido creador, aunque siempre a las puertas de casa, autosecuestradas por las rutinas "salvadoras" de lo que no puede salvar nada, porque está en las antípodas de su propia salvación, o sea, de su propio despertar. Algo muy difícil si se pasa toda la vida roncando y dando vueltas en las aspas del mismo molino destarifado, que en realidad sólo muele la buena salud del mundo y la esperanza activa del cambio...