lunes, 22 de agosto de 2022

La vida y el presente como revelación constante integrada en el wifi cuántico y cualitativo del espíritu que Somos, y mayoritariamente, ignoramos.


  

        Gerencia tu vida | Revista Enfoque

 

 Es cada vez más necesario y urgente el cambio de percepciones de esa "seguridad inmutable" a la que aspiramos angustiosa y confusamente como especie y como individu@s. Es decir, que sin evolución energética, personal y colectiva, racional emotiva y espiritual no es ni será posible la vida de la humanidad y como consecuencia, la del Planeta tal tal y  como ha sido hasta ahora: habitable y suficiente para que la vida sea posible. 

Nunca hemos estado sol@s ante  una colección de "misterios", que nunca lo han  sido. Ese sobeteado y cacareado "misterio" es solamente el resultado de no tener aun desarrollada la capacidad para ver aprendiendo a mirar. Y viceversa: aprendiendo a mirar para poder ver. El taller/hospital que repara ese déficit visual del conocimiento, la gnosis -en griego- , lo gestiona directamente el Espíritu, no el poder, ni el dinero, ni la fama, ni el orgullo, ni la wikipedia, ni Instagram, ni el prestigio público, ni las redes sociales, ni el glamour. Hace más de dos milenios, tanto Asklepios como Hipócrates, en la antigua Grecia, ya lo descubrieron facilitando el proceso con un letrero esculpido en el dintel de la puerta de los centros de atención médica, que no en vano, eran templos terapéuticos...Gnothi seautón. Nada más y nada menos que conócete a ti mismo/a. La mejor medicina y el camino disponible para la regeneración evolutiva.

A lo largo de la historia humana, desde la más remota antigüedad, como en un goteo delicado y paciente, han ido apareciendo de época en época,  seres híbridos entre lo parcial y lo total,  y también seres de luz capaces de intuir, comprender e iniciar el proceso transmutador y sobre todo haciendo de sus vidas una demostración práctica de que "sí se puede" superar el peso de la herencia genética, de los instintos, de la oscuridad y sus refugios sumergidos en el inconsciente colectivo. Curiosamente esos seres y sus mensajes pedagógicos no han sido escuchados ni comprendidos en su totalidad, salvo por minorías, debido a que es fundamental el cambio individual para pasar al colectivo y no al revés, tan solo se han percibido ruidos, gritos, sermones, promesas, juicios y condenas,  todo superficialmente, presionando con el miedo a un "dios" que al parecer nosha creado para confundirnos y manipularnos según los caprichos de su voluntad, y pasados por la Thermomix de muchas interpretaciones  ad hoc que a lo largo de la historia han dado lugar a todo lo contrario de aquello que los mensajeros del Infinito nos van aportando para nuestro desarrollo y crecimiento cósmico, y no solo terrícola y limitadísimo. 

Si, por ejemplo, revisamos el comportamiento de Shakiamuni/Buda y de Jesús/Cristo comprenderemos mejor la situación. Ellos cambiaron el proyecto de vida que se encontraron al llegar a esta existencia preparada desde la antigüedad  para seguir una dinámica familiar, laboral, religiosa y social determinada. Mucho más mecánica que inteligente y lúcida. Habían nacido, el uno para ser rey en la India y el otro para ser carpintero en Nazaret. Con seis siglos de distancia. En culturas totalmente diversas. Y sin embargo, descubrieron idéntico manantial interno, idénticos tesoros a disposición de la humanidad, idéntica luz inagotable manando de su interior hacia el mundo. Shakiamuni lo aplicó intensamente al trabajo interior de descubrir el Buda en el que tod@s estamos integrad@s, para ello renunció al trono, a su familia, y a su vida cómoda. 

Jesús, al nacer, ya traía hechos los deberes individuales y por ello se dedicó a convocar a los más necesitados para comunicarles la  eu angellós, la buena noticia, el evangelio, que significa el cambio, el salto evolutivo del primitivismo ancestral y autómata de los instintos hasta convertidos en normas impuestas, al horizonte liberador del Espíritu. 

Hasta su llegada lo fundamental era la 'Ley de Dios' administrada por la oligarquía religiosa e inmisericorde cayendo sobre los seres humanos, pero a  partir de él, apareció el amor, el perdón, la compasión y la ternura de Dios, cuidando al ser humano como un padre cuida de sus hijos e hijas. Un "dios" que se manifiesta como hombre, mujer, niñ@s, enfermos, pobres, marginados, pecadores, mediante la energía espiritual que convoca, reúne y va cambiando la esencia de las cosas, y de los mismos seres humanos según se necesita y se actúa desde lo individual a la asamblea y viceversa. O sea, llegando al estado de Budha tocando la realidad, a pie de calle. Igual que Shakiamuni, para quien la compasión es la misma que la del Cristo. Como testimonio directo e inesperado está el reportaje directo del Pentecostés, una fiesta religiosa  judía que con la presencia de los nuevos mensajeros regenerados, se convirtió en la primera implosión colectiva del Espíritu, nada menos que en Jerusalén, donde acababan de crucificar al nuevo maestro de la nueva generación espiritual, por si con el estupor y desconcierto de la resurrección no hubiese habido bastante. El prodigio fue que una multitud de varias procedencias, culturas y lenguas, en medio de la calle, comenzase a bendecir y a cantar alabanzas y lo más sorprendente: que todos y todas comprendían lo que se expresaba en lenguas desconocidas.

Así fue descubrir el nuevo camino que acompaña la transformación personal que Juan Bautista materializó con el baño público bautismal, un signo que el mismo Jesús aceptó también al bautizarse en el Jordán, dando testimonio de que también su camino era como el de todos sus hermanos de especie y no como una excepción. Empezar de nuevo. Renacer. Resucitar cada día, como la luz cuando acaba la noche y llega el alba en la maestría de la vida, demostrando que la noche no es mala sino solo el momento de descansar el cuerpo pero, al mismo tiempo, iluminando el alma, la conciencia y los sentimientos con la luz creadora, inmaterial e infinita del Espíritu, para el que la oscuridad ya no es necesaria, porque en él no hay dualismos, sino una unidad preciosa y nunca impuesta en lo diverso. Ya ha perdido su vigencia al árbol del bien y del mal, porque se ha crecido y despertado. El Paraíso es el regreso a la Casa de Tod@s. El amor de la familia eterna ya sin papeles ni vallas ni pasaportes.

Ahora nos toca afrontar lo que los primeros cristianos en su momento llamaron "la segunda venida de Cristo". ¿Cómo será esa venida?  En realidad Jesús no se ha ido nunca, no nos ha abandonado jamás. como colectivo humano ni como individuos, aunque no se le conozca. Lo mismo que el sol , el aire, el agua y la tierra, están disponibles naturalmente para todo el Planeta. Ya lo dijo: "permaneceré con vosotros hasta el fin de los tiempos". Y así es. Es en nuestra conciencia, el estado en que el Maestro y su luz se funde con nuestro Ser individual, o sea,  una gota del océano infinito que es Padre/Madre. Unidad tan flexible y diversamente rica como inseparable e indestructible aunque todo se desmorone y se haga papilla, incluidos nuestros trajes biológicos. Así lo experimentan hasta quienes como los musulmanes  sufis y los budistas zen proceden de otros aprendizajes religiosos. Todos y todas somos el mismo Ser repartido en diversos formatos y recipientes. 

Jesús no tuvo nada fácil explicar personalmente esa realidad. Por eso eran las parábolas su mejor método comunicador, junto con la curación de los males y la acogida a los más necesitados, enfermos, perdidos y despistados. 

Cuando sus seguidores le preguntaron cómo comunicarse con Dios, él les dijo que no hacía falta ir a los templos ni gritar ante los altares las peticiones y alabanzas, que bastaba con entrar en el silencio de un rincón cualquiera dela propia casa, cerrar la puerta y decirle en la intimidad que le reconocemos como padre de todos, siempre a la escucha...

La oración del Padre Nuestro lleva siendo la clave espiritual y material del encuentro desde hace veinte siglos más 22 años. Durante los cuales nos ha pasado de todo. Hemos crecido en muchos aspectos y nos hemos estancado en otros tantos. Uno de ellos es la manía de repetir mantras aprendidos aunque su contenido no se entienda o ya no tenga mucho que ver con lo que vivimos actualmente, aunque en su momento la utilidad del mantra ayudase a comprender mejor la realidad que se vivía entonces. 

Cuando Jesús nos enseñó a relacionarnos directamente con  el Abba, el papaíto en arameo, además de ser mucho más ignorantes que ahora en tantas cosas, -y a lo mejor por eso mismo teníamos un futuro por delante-, por eso mismo la oración se basaba en la esperanza de recibir con el tiempo los dones necesarios, era un conjunto de peticiones que necesitaban un tiempo para poder recibir las respuestas. El Padre Nuestro de entonces era un ruego unido a una espera. Es cierto que las respuestas a las peticiones se han ido recibiendo según la disposición de los solicitantes. Había tiempo para esperarlas. Pero ahora en la situación globalizada exponencialmente demoledora que padecemos, nos ayudará más al cambio de conciencia reconocer en presente la acción regeneradora de nuestro Origen Infinito, de nuestro Padre/Madre, una vez descubierta e integrada su completa y bendita androginia. Y por ello, también nos dará más energía, empuje, seguridad  y conexión orar en presente mejor que en futuro, dando ya por realizadas las soluciones que en otro tiempo se pedían sin prisas, haciendo ahora  del factor tiempo un aliado en vez de un obstáculo. El Espíritu es genial para producir el efecto mariposa, lo que llaman "milagros", que es también física cuántica, como la evolución no se reduce a Darwin ni la gravitación universal a la manzana de Newton. En el Espíritu no hay tiempo ni espacio, nada se repite porque en él como ya vislumbró Parmenides, panta rei. Todo fluye.

 Tengo la intuición de que si ahora Jesús estuviera aquí en un cuerpo material y alguien le pidiese que le enseñase a orar, la respuesta se parecería mucho a esta:

Padre/Madre nuestr@, que estás presente en todas partes, en la vida y dentro de cada un@ de nostrotr@s, agradecemos y disfrutamos al pronunciar tu nombre, sea cual sea, qué más da, porque eres  la luz sustentadora del mundo y del  cosmos, y por ello se hace tu voluntad, que también es la nuestra, así en la tierra como en el cielo. Tú nos das el pan de cada día, porque eres nuestro verdadero alimento inagotable. Y perdonas nuestras deudas cuando nosotr@s comprendemos y perdonamos a nuestros deudores, e incluso recibimos el regalo maravilloso de descubrir que no hay nada que perdonar, porque todo nos ayuda a crecer con tod@s. Y estamos segur@s de que viviendo en Ti con toda la familia universal, degustando el banquete de la gracia y la alegría, nunca nos dejas caer en la tentación de ignorarte ignorando el bien común que también eres Tú, repartid@ en el milagro de cada instante. Amén!

Es lo que tiene estar en la puerta llamando durante siglos, con paciencia inagotable  y que por fin l@s hij@s vayan reconociendo la voz, abran y descubran que la cena ya la trae cocinada Padre/Madre en la fiambrera de la vida infinita, que por eso mismo no necesita el plástico. de un tupperware 😇


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