viernes, 19 de agosto de 2022

Interesantísimas reflexiones. Muchas gracias, J.Ignacio González Faus y Religión Digital.

 MIRADAS CRISTIANAS

Recuperar a Rusia 

Francisco no se cansa de repetir que la guerra de Ucrania no tiene más salida que sentarse y dialogar, (más fuerte que Ucrania y Occidente se cansará de ir ayudando), lo cual sería desastroso para la misma Ucrania. O bien: una internacionalización de la guerra, lo cual será aún más catastrófico. Y que, además de todos los desastres de rigor, contribuiría a una falsa identificación entre Rusia y Putin.

Y Rusia no es Putin. Como Alemania no era Hitler y como Israel no es el Likud. Putin es solo algo así como el Likud ruso. Como Netanyahu viene a ser el Putin de Israel: la perversión de una realidad tan grande como el judaísmo, al que tanto debe la humanidad, y que en estos momentos está aprovechando el horrible holocausto que sufrió, como título colorado para producir su pequeño holocausto palestino. Y en esto tiene toda la razón Mahmud Abbas, aunque no nos guste reconocerlo, por la mala conciencia latente en Europa por su pasado antisemita.

Se puede objetar a eso que Putin tiene apoyo de la mayoría del pueblo ruso.  Pero este es un dato típico de todas las dictaduras: Hitler tuvo apoyo de la mayoría del pueblo alemán, como lo tiene el Likud del pueblo de Israel y como lo tuvo Franco de la mayoría de los españoles (aunque, en cuanto llegó la transición, resultó que todos eran “demócratas de toda la vida”). ¡Quien lo hubiera dicho antes! Pero ese es un rasgo de la psicología de los pueblos que viene a constituir la “ley de la gravedad” política.

Y volviendo adonde íbamos: si Putin no es Rusia sino la perversión de lo ruso, es importante para Europa una recuperación de lo ruso, que forma parte de nuestra identidad europea, mucho más que Wall Street. Nuestros son, entre otros, Tolstoi y Dostoievski, Boris Pasternak, Rachmaninov y Chaikovski, Alekhine, Navalny (que viene a ser el J. Assange norteamericano), Maria Skobtsov y Svetlana Aleksiévich (al menos por la lengua), Mendelejev y Andréi Sajarov, el autor de esa frase fundamental que no me canso de repetir y que pone en evidencia a Putin: “la intolerancia es la angustia de no tener razón”. Por eso nada hay más intolerante que el talibanismo (que es la perversión de lo religioso) y que El Capital (que es la perversión de lo humano): porque ambos temen o adivinan, allá en el fondo, que no tienen razón.

Rusos son todos esos y otros más. Por eso, lamento decirlo pero yo me siento mucho más ruso que norteamericano. Por eso me duele tanto la actitud ciega del patriarca Kirill que ha confundido la defensa de Rusia con la defensa de lo peor de lo ruso, mostrando una vez más lo ciegos que pueden llegar a ser los nacionalismos absolutizados.

Ya es un poco tarde pero, al menos, miremos de actuar antes de que sea demasiado tarde. 


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Comentario del blog


Excluir y condenar no conduce a nada, sobre todo en un mundo globalizado donde para seguir vivos la pluralidad,la diversidad y la comprensión deben ir sistémicamente de la mano, y con muchas más razones perteneciendo al mismo continente y a la misma cultura. Aunque realmente, baste en esencia con pertenecer a la misma especie en el mismo planeta. 

La fraternidad auténtica no discrimina jamás por ninguna razón ni conveniencia. O la humanidad consigue llegar a ser realmente familia global o la misma vida se irá a pique sin poder evitarlo ni con la ciencia ni con la tecnología ni con la pasta, que sin alma ni conciencia son solo desperdicios tóxicos y letales. 

Convendría no olvidar nunca que, en efecto,  tod@s somos Rusia, Ucrania, Siria, Afganistán, Libia, Palestina, Chile, Brasil, Colombia, Oceanía, y África completa, pero también somos Israel, Irán, China, Corea del Norte. El Salvador,Nicaragua, Méjico, Arabia Saudí y EEUU, aunque jamás nos gustaría hacer lo que ellos hacen, of course!

 Es inevitable que en las familias no sea todo "perfecto", y sin embargo, tantas veces lo superamos porque nos queremos y nos ayudamos, poniendo comprensión y escucha donde no la hay a causa de las tensiones y daños colaterales que ocasiona la ceguera de los instintos y unos impulsos más animales que humanos, con el agravante de que se utilizan desde una racionalidad primaria y sin ética, al servicio, no de la inteligencia y del entendimiento, sino desde el instinto no evolucionado. 

El amor sin empatía nunca funciona porque en realidad no es amor, sino solo deseo y afán de control sobre los otros. Ahí, en ese punto,  tiene mucho sentido aquel toque evangélico de poner la otra mejilla o de compartir algo más de lo que te pide y exige "el enemigo"; es la única manera de desmontar los motivos del odio, del abuso, de la violencia y de la venganza, frutos de la egopatía mezclada con la inconsciencia y la falta de valores éticos, o sea, lo opuesto a la vieja y siempre vigente, Ley del Talión, con su ojo por ojo y diente por diente, que no es justicia sino venganza, en las antípodas de la misericordia, del perdón y de la compasión, las únicas herramientas que de verdad deshacen los conflictos porque dejan en evidencia  las tendencias más torpes y primitivas de nuestra especie, que debemos transformar en capacidad para convivir, con la mejor calidad posible. 

Estamos convirtiendo el Planeta en una cárcel social, económica y climática, y para compartirla en las mejores condiciones posibles, hay que cambiar las primitivas normas penitenciarias, los conceptos "intocables", las fijaciones, los prejuicios, los juicios y condenas constantes. Serenarse, poner a nuestros semejantes por encima de nuestros intereses, porque hasta esos intereses egoístas se pueden transformar en generosidad, acogida de lo diferente, inteligencia colectiva y felicidad compartida. 

Si queremos un futuro posible en este mundo no queda otra que hacer de las Bienaventuranzas compartidas la legislación vigente. No como una religión (religare es atar dos veces y de eso nada, xd!), sino como una liberación que nos resucita y nos deja nuev@s para siempre, que nos da la vuelta como a un calcetín, sin forzar nada, con toda fluidez, sin que nos queden ganas ni motivos para volver a lo de antes, "a lo de siempre", sino siendo una puerta abierta, serena y libre, gozosa en medio de todo lo que pase o no, hacia un estado nuevo del Ser, que se construye día a día y que no necesita más orientación que la del Espíritu inspirador, que sopla desde un dentro renacido, donde quiere y como quiere, sin trabas, sin fetiches sin tabús ni enredos. Eso, que Dante describió con tanto acierto en su Divina Commedia. Una experiencia que si no se vive es imposible describir con tanta claridad como belleza. 

Tal era io a quella vista nova:

Veder volea come si convenne

L'imago al cerchio e come .vi s'indova;

Ma non eran da ciò le proprie penne:

Se non che la mia mente fu percossa 

Da un fulgore en che sua voglia venne.

All'alta fantasia qui mancò possa;

Ma già volgeva il mio disio il velle,

Si come rota ch'igualmente è mossa,

L'amor che muove il sole e l'altre stelle.  


    Imágenes Variadas: Fotos de mariposas sacadas de cerca (50 Fotos)

 Metamorfosis le llama la ciencia. Qué buena metáfora.

 

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Más madera pa la hoguera sobre la cuestión ruso/ucraniana desde la República de Público. El cotilleo ideológico es un destrozo de la libertad de expresión y una falta de respeto hacia el sufrimiento de las víctimas: mientras los desquiciados opinadores acusan y atacan desde sus sofás empantallados, los comprometidos currantes que conocen en vivo y en directo la realidad de la que hablan e informan, tienen que disculparse y pedir perdón por denunciar las patrañas y ser lo más decentes posible. ¿Es tan difícil admitir que Ucrania es cómplice de Rusia en la guerra que se han montado entre las dos opciones sin tener en cuenta el sufrimiento y la crueldad que esa estúpida guerra de egos territoriales está causando a millones de seres humanos, a los que nadie les ha preguntado si están dispuestos a ser masacrados por el enfrentamiento entre dos egocentrismos idénticos aunque con disfraces distintos para la ocasión? Es la ciudadanía ucraniana y rusa la que está muriendo en la guerra y no sus impulsores desde sus puestos de mando y demagogia, que se lo pasan bomba fardando y siendo protagonistas mundiales de una hecatombe sin más motivos que sus ambiciones y egocentrismos particulares, enmascarados de un patriotismo filonazi teledirector en ambos casos. 

Amnistía Internacional no ha ofendido a nadie por informar con la verdad por delante y desde la primera línea de contacto. Lleva un montón de años trabajando por salvar vidas y libertades de conciencia y de acción, para que desparezca en lo posible el dúo más terrorífico de nuestra especie: el verdugo y la víctima; pero en esta ocasión tanto Zelensky como Putin son los verdugos. Las víctimas son sus compatriotas, indefensos y manipulados con un cinismo y una mentirología de manual.

Aquí va un informe de Público sobre el tema. Si entráis en el periódico podréis ver y escuchar un video cristalino sobre el tema, donde miembros de A.I. explican perfectamente el caso. No os lo perdáis, es una joya informativa.

 

Lucha por el relato: ira por un informe de Amnistía Internacional sobre Ucrania | Inna Afinogenova

 

La sociedad cada vez se parece más a Twitter. En tiempos de blancos o negros, las opiniones contrarias no son bien recibidas y se niegan, independientemente de que reflejen la realidad o no. Por no hablar de los grises, que directamente no existen.

 Así ha sucedido con un informe de Amnistía Internacional, una organización que ha demostrado en otras ocasiones su independencia de los Estados, denunciando, por ejemplo, torturas en las cárceles de países considerados democracias plenas. Esto ya no vale para nuestros tiempos y su último informe, que habla sobre prácticas por parte de las tropas ucranianas que ponen en riesgo a la población civil, ha sido tan atacado y vilipendiado que hasta la propia organización, en contra de su práctica habitual, ha pedido disculpas por el “daño causado por el mismo”, cuando nunca lo hizo ante las quejas que recibió.

 Esto no es nuevo: cuando ha denunciado torturas en las cárceles, se le ha acusado de repetir el discurso de las organizaciones terroristas. Ahora se le acusa de repetir el de Rusia y al contrario que en aquellas otras ocasiones, en esta Amnistía ha reculado.

 Poco importa que esas tácticas sean más o menos comunes en diferentes guerras y que en ningún caso se diga que las bombas que van a matar a esos civiles sean precisamente de Ucrania. En la guerra por el relato todo vale y aquí no puede haber coincidencias con el enemigo… ni siquiera si esas coincidencias se dan en la defensa de los derechos humanos de la población ucraniana

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