Reflexiones y algo más

 Hay días en que zappeando en la tele para encontrar una emisora que solo programe música agradable, sin más pretensiones, me voy encontrando con emisoras cristianas evangelistas. Hay unas cuantas, en las que constantemente unos "pastores" -se ve que "las pastoras" no existen- predican sin parar acerca de las peores señales , citando constantemente la Biblia, con una inclinación especial por el Antiguo Testamento. Y sacando a relucir la buena noticia, o sea, el evangelio, solo cuando necesitan resaltar y revalorizar aun más los relatos del Génesis, Éxodo, Números, Levítico, Deuteronomio, Profetas, Job, Salmos, Sabiduría, Eclesiastés, etc, etc...

Se experimenta algo así, como si se entrase en una pirámide egipcia y se estuviese tratando de descifrar el significado de los jeroglíficos. Como estudio arqueológico puede resultar interesante, pero como alimento para almas y conciencias, la cosa se queda un poco como en Lascaux, Altamira o La Valltorta. Los predicadores no paran de dar citas textuales comparando situaciones y de asegurar que como este mundo no tiene arreglo, lo mejor es apuntarse a la segunda venida de Cristo, que vendrá para llevarse a los más presentables y dejar que se pudra el resto, ya que los ángeles del Apocalipsis a sellazo limpio se están encargando de provocar catástrofes, guerras, hambre y pandemias, para que todo esto reviente. Menos mal que según la profecía solo se van a salvar 144.000 justos. No se sabe qué harán con todos los millones de cristianos que superan esa cifra. En fin...Hay interpretaciones para todos los gustos. Lo que queda cristalino es que manipular y asustar, enardecer y desquiciar, es un riesgo total cuando el lugar de la conciencia lo ocupan los sermones y las ideas fijas, dogmas y lavados de cerebro, sin tocar la realidad y confundiendo la energía del espíritu con el chamanismo religioso o con uno de aquellos programas de Uri Geler doblando cucharillas. 

Luego escucho o leo las barbaridades que las ultra derechas están publicitando contra todo lo que signifique conciliar, comprender, acoger, pacificar, dialogar, compartir y cooperar en vez de andar a leñazos y haciendo la vida imposible a "los malos", o sea, a los diferentes, a la pluralidad de la vida misma, a los pobres, enferm@s, desastid@s, marginad@s, excluid@s, maltratad@s, violad@s, refugiad@s, que "su dios" ha creado, incomprensiblemente, en algún momento de debilidad o despiste...

Menuda ocurrencia, si solo "los buenos" tienen la razón y la sartén por el mango, ¿para qué ocuparse de los malos, que están así porque quieren? Porque algo están haciendo mal, eso seguro, y así no van a salvarse y se van a quedar aquí, mientras la supremacía de la perfección ocupará los cielos a trompetazo limpio, que para eso está su dios omnipotente dirigiendo la maniobra desde su trono comodísimo, el mismo que le reveló a Constantino en la batalla de Puente Milvio, que solo con la cruz como estandarte ganaría la batalla y el trono en tenguerengue,  que luego ya arreglarían cuentas con el Edicto de Milán y la creación del nuevo cargo jerárquico del Pontifex instalado en la colina Vaticana, para combinarse divinamente con el Imperator en la Domus Aurea...

Cristianizar el imperio era urgentísimo para que todo siguiera igual, aunque pareciese que cambiaba y se "convertía", claro, el imperio acabó bautizándose a la fuerza, para salvarse, vamos, igual que las vacunas en plena pandemia. O te bautizas, o no lo cuentas. Solo un pésimo patriota se negaría a bautizarse en un imperio que sobrevive gracias al milagro de la bautizofilia masificada, poco importa creer o no, en el bautizo/vacuna, lo importante es el pasaporte que facilita todos los trámites. Parece que las cosas en determinados aspectos no han cambiado mucho en los circuitos del poderío trotamundos y sobre todo, trotareligiones. 

Y, poco a poco, me van llegando ráfagas de entendimiento exprés. Ráfagas que agradezco profundamente y que voy compartiendo desde aquí mismo con quienes quieran leerlas, por si al conectar más allá de la materia, ayudan, desinfectan y suavizan, por si pueden fortalecer y cooperar edificando junt@s el bien común ya en bifurcación exponencial. 

¿Qué explican en el silencio esas ráfagas inmateriales? Pues caminos diversos que acaban fundiéndose en el mismo punto de encuentro, matices muy variados que en vez de descomponer componen una sinfonía sin principio ni final, en la que tod@s somos compositor@s, papel, tinta, lápiz, claves, silencios, notas, instrumentos y voces unidas  en una coral infinita, que puede afinar o desafinar, pero que siempre suena, envuelve y abraza, y la luz de ese abrazo sin fronteras ya se encarga de afinar el sonido y hacer de la imperfección un huerto-jardín sorprendente e inagotable en la Casa de Todos. El Universo de los universos. Sin robots ni algoritmos. Ni jefes. Ni magnates. Ni superstars. Porque el internet que nunca falla, somos Nosotr@s una vez liberad@s de la oscuridad y de sus ataduras, de los tortazos contra la pared de la cueva platónica. Y todo el kit, sin necesidad de abandonar la tierra ni de apuntarte a un ritual hijo del miedo o de la vanidad o de la avaricia o del aburrimiento. Porque el cielo es nuestro Ser en el que somos, nos movemos y existimos. 

En ese punto de fusión, todo lo que escuches, leas o veas, tendrá un sentido constructivo y despertador para ti y para tu entorno. Irás comprendiendo sin que nada ni nadie te lave el cerebro. Y todo lo que hagas y te salga al encuentro, te ayudará, aunque, así de pronto, no sea agradable ni apetecible, acabará siendo vitamínico y curativo, porque te mostrará el método homeopático de la mejor y más completa salud. No es una receta, es una actitud original en cada un@. Nadie hará ese descubrimiento en tu lugar. No lo olvides, familia! Es un trabajo individual imprescindible para que mejore el tejido colectivo. 

La "segunda venida" de Jesús de Nazaret -'como un relámpago de Oriente a Occidente'- de la que habla el Nuevo Testamento, es ese despertar que nos transforma desde dentro. El despertar para darle la vuelta al 666  de "la bestia" y convertirlo en un 6+6+6=1+8=9, porque 144.000 'salvados' es 1+4+4=9.000 el número de la humanidad. Nadie se quedará fuera de Casa si así lo desea y lo trabaja sin más esfuerzo que el de amar y reconocer en el amor la luz de la vida para todos y todas, un estado interno en el que ya no hay nada que perdonar porque todo tiene sentido y un por qué clarísimo. No hace falte que le pongamos nombres ni reglas. Todo se manifiesta en su momento sin etiquetas que lo clasifiquen, o que con la mejor intención lo manipulen,  porque el Ser acabará dejándolas sin valor ante otra realidad transformadora e inmanipulable, tan sencilla y fresca como el aire limpio y tan fuerte y sólida como un Himalaya acogedor del que tú mism@ formas parte, incluso antes de que te dieras cuenta.  Nadie nos va a salvar sacándonos de la Tierra. Somos nosotr@s quienes la cambiaremos mientras despertamos y dejamos que el Ser que Somos, Sea y se manifieste a través de nuestra realidad.