A estas alturas de la Historia y sobre todo tras las dos guerras mundiales del siglo XX, ya deberíamos haber cambiado de entendederas y de perspectivas. Parece mentira que tanto sufrimiento y tanta destrucción, dejando Europa hecha una ruina y parte del Planeta hecho una miseria, con millones de muertos por todas partes, aun se quiera repetir la misma jugada en el siglo XXI.
Lo de Putin en Ucrania es una verdadera locura sin sentido alguno de la historia ni de la antropología ni siquiera de la economía ni de la política, en primer lugar porque, a estas alturas de la civilización humana nunca puede ser un estado extranjero el que decida el destino de otro estado. Es como si ahora Italia, Inglaterra, Francia, España o Portugal viejos titulares de Imperios en otras épocas de la Historia, se propusieran reconquistar sus imperios de antaño. No tiene el menor sentido que con la inteligencia y el conocimiento disponibles en el siglo XXI haya comportamientos coyunturales en la política internacional, propios, como mínimo, de la época de Cesar, de Nerón, de las cruzadas, de Felipe II o del siglo XVIII en las colonias latinoamericanas de entonces.
Y no me refiero solo al desfase demencial de Putin -la locura no consiste en ser imbéciles sino en usar contra natura la razón y la manipulación de las emociones colectivas utilizando retorcidamente el pensamiento al servicio del instinto, del deseo, la violencia, las fijaciones, los propios intereses e incluso los traumas del "jefe supremo" sin solucionar ni curar, -en este caso concreto, de una megalomanía de manual-, como sucedió en los casos de Napoleón, Stalin, Mussolini, Hitler o, aquí en España, con el dictador Franco, el último tirano europeo del elenco siglo XX, de cuyas polvaredas continúan montándose los contemporáneos lodazales que llevamos décadas presenciando en el reguero de basura que aun queda sin reconocer, desinfectar y limpiar, desde la conciencia, la humildad y la salud mental desde un despertar individual y colectivo. Antropológicamente cultural.
Es alucinante que a estas alturas del Historia, esta "civilización" para poder entenderse solo disponga del odio, del miedo y la violencia, de la amenaza nuclear, con la que se puede acabar con la vida humana y hasta con la biología del propio Planeta, incluidos los mismos atacantes y provocadores, demuestra un desequilibrio psicoemocional atroz, tanto por parte de Putin como de la OTAN.
Se supone, en teoría, que Occidente, Europa y los USA, tienen unos valores y están en un nivel más civilizado y humanizado que Rusia, al menos Europa tuvo que asumir la debacle de las dos guerras mundiales, el exterminio de los campos de concentración, las persecuciones, los bombardeos y las masacres, y que una vez terminada la guerra, quedó clarísimo el por qué de todo, pero en Rusia no fue así: "los malos" nazis vinieron de fuera y los rusos "comunistas" los padecieron, Stalin los "salvó". Luego el politikburó se hizo con el poder totalitario y todos llevan, como los españoles pasados por una dictadura semejante en el fondo aunque diferente en las formas, la tira de años obedeciendo para que se pueda vivir sin que el estado te liquide, al precio que sea. De esa procedencia ha salido Putin. Una Rusia imperialista de base lo sostiene, es otro Zar. Pues el zarismo solo cambió de envase y de nomenclatura, la sustancia es idéntica. De hecho los campos de trabajo del imperio zarista Lenin y el comunismo los mantuvieron en activo igualmente. En realidad el pueblo ruso nunca ha conocido la democracia ni sabe lo que es. Porque como pasa en España, hasta el concepto "democracia" pasa por el poder absoluto de un grupo determinado que por mayoría absoluta hace de su capa un sayo y se pasa hasta leyes y tribunales por la zapatilla, unos la del pie derecho, los otros la del izquierdo, nunca han hecho nada mediante un consenso y una cooperación de la diversidad y con la prevalencia del bien común sobre los intereses de los partidos más potentes, un sistema que es, sin duda una derivación solapada del imperio de siempre, disfrazado de partido político ad hoc. Ese disfraz pseudo democrático es el populismo de Trump, de Bolsonaro, Le Pen, de Vox y del pp e incluso del obediente y "civilizado" Psoe, también del obediente y civilizado manejo de los USA y de la UE.
La oligocracia cleptócrata de fondo lleva siglos sin perder comba en todos los frentes del mundo mundial, pero ahora el cerco climático y sus cuatro jinetes del Apocalipsis infiltrados en la economía, en los hospitales, en los negocios, en los móviles, en las iglesias, en los bares, están empezando a pasar la factura. Eso deriva en presión y en miedos, en chantajes, en un batiburrillo imparable, que ya no se arregla con tanta facilidad. La supertecnología también falla más de lo deseable, -qué fastidio no ser dioses, ¿verdad?- y no es nada fácil que Superman y Spiderman tenga que aceptar sus riesgos su vulnerabilidad y sus fracasos. Así que vamos al lío, a ver quién es más chulo, más resultón y más poderoso, el amo del mejor y más caro papel higiénico en el retrete global.
Si la UE y los USA estuviesen en mejor estado, jamás habría existido ni habría hecho falta una OTAN, sino un constante estado pedagógico de apertura y escucha hacia esa Rusia y esa China, a las que hay que ayudar a que despierten y desarrollen conciencia, no a que se encierren en sus deplorables fanatismos comerciales y rampantes, donde, como resultado de un comunismo deforme y perverso, -en las antípodas de Hegel, de Karl Marx y de la nueva conciencia social que su análisis profundo aportó a la humanidad, mucho más cerca del evangelio que de las revoluciones genocidas -, han derivado en unos estados sin alma, sin conciencia y sin valores humanos, éticograma completamente plano, solo recosidos a la fuerza por el poder, los intereses y los juegos sucios de la amenaza constante, el chantaje y las mafias como modelo social para sobrevivir forrándose, como recurso absoluto, los demás que no alcancen ese poder para cuatro gatos, son solo mano de obra baratísima y pura carne de cañón, frente a la invulnerabilidad de las oligocracias de poder y pastón. Sí, pp, qué coincidencia, ¿verdad?
Putin es el resultado de un mundo sin alma. La evidencia es clarísima: el ansia de poder y la falta de alma y conciencia es la base de todo automatismo destroyer, lo mismo a derecha con Hitler, Mussolini y Franco, Trump o Bolsonaro, que a izquierda con Stalin, Tito, Castro o Mao. Putin está en medio del lodazal: con la materia del capital y la energía de la máscara KGB, que ocupan el lugar de una conciencia inexistente que el pueblo ruso le subvenciona generosamente. Todos ellos son pasteles/bazofia de la misma masa y de distinta hornada temporal.
Es el pueblo global el que ahora debe responder con su actitud y su conciencia, creando un nuevo nivel evolutivo, que sea una ruptura sin sangre ni guerras. Una bifurcación conductual, donde negarse a disparar, a matar, a arruinar, a depredar, a odiar, y comenzar a trabajar junt@s en ponerse a salvo, en compartir, en cooperar en las mejores y más sanas alternativas, no solo para el ego particular sino sobre todo para el bien colectivo, sin el que el ego particular se muere, pero el Nosotros es la vida, la energía, la salud y la felicidad. No es el caso de Rusia ni de la OTAN.
Es posible que si la OTAN no estuviese en el Mar de Azof ni en los entornos de la ex URSS, el tema de Ucrania y Rusia no habría llegado a esta barbaridad. Y para colmo la ocurrencia yanky de declarar una ciberguerra de bancos y negocios solo ha servido para dar la razón, reforzar la estrategia y potenciar al "enemigo malo", que por adelantado tiene sus pertenencias a buen recaudo, previendo la jugada de "los buenos", algo que Rusia lleva haciendo mucho tiempo, siendo el KGB de la informática mundial. Parece mentira que con tantos medios y tanto poder se pueda ser tan cortos de vista. Que no vayan al oculista de la lucidez a graduarse las gafas de ver.
Es bueno que China, de momento, esté de árbitro en la ONU, para parar los pies a la insensata borrachera de Putin y a las respuestas cibernéticas de un Occidente que ha perdido los papeles en este destarifo, al menos los chinos tienen un arsenal en reserva: recurrir a la inteligencia de Sun Tzu, en la que hace más de dos mil años, la conciencia unida al pensamiento sano dejaron el legado antibélico de sensatez más acertado de la historia humana: "El arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin necesidad de combate, porque jamás las guerras benefician a nadie ni a ningún país. El método más acertado es que el mando militar esté siempre supeditado a la legítima y reflexiva autoridad política" . Vamos, la misma posición sabia de Unamuno, ente la guerra civil española: De nada sirve vencer enemigos si no se es capaz de convencerlos de que no es necesario matarse para que ganemos todos y no muera nadie. Por eso cuando vio en acción a los Putin del momento esppañolazo se lo dejó claro: Venceréis pero no convenceréis. En efecto,no convencieron, por eso machacaron. Y así estamos con las secuelas arrastrando todavía.
Está claro que en el caso de Rusia la autoridad política actual no es legítima, puesto que ni siquiera permite la disidencia del propio pueblo ruso ante la decisión del Jefe del Estado y está interfiriendo en otro país, como Ucrania, que no le ha votado en las urnas.
Tal vez la solución más serena y justa sea algo salomónica: que la ONU invite y ayude a Ucrania a convocar un referéndum para que el propio pueblo decida quienes quieren seguir siendo ucranianos y quienes prefieren ser rusos. Y que, o bien, si hay muchos en plan ruptura las regiones prorusas se separen de las que no desean dejar de ser ucranianas o bien, si los prorusos son muy pocos, que renuncien a su nacionalidad y Rusia les acoja y les permita ser rusos y vivir en Rusia, si tanto lo desean, y que Ucrania pueda ser mayoritariamente libre e independiente, una buena vecina y ya está. Por ejemplo en Italia en ese plan está la república de San Marino , en Francia el Principado de Mónaco, entre España y Francia está el Principado de Andorra y ninguno de los tres estados está en guerra con el territorio que lo rodea, al contrario, se llevan divinamente. A lo mejor es la lección de la vida geopolítica que el zarismo ruso aun no ha conseguido vislumbrar ni asimilar y desde luego ni las bombas ni las muertes de seres humanos y lo destrozos sociales van a conseguir solucionar nada.
Esto deberían explicárselo a Putin y también a Biden. Es evidente que ni siquiera se les ha ocurrido y mucho menos ponerlo en común para llegar a un acuerdo, mientras se toman unas tisanas de Tila, Melisa, Passiflora y Azahar, con galletitas sin azúcares añadidos que alteran los nervios, endulzadas solo con miel.
Lo que queda clarísimo es que en Ucrania están demás tanto Putin como la OTAN y los USA. ¿Qué pintaría China "ayudando" a Extremadura si se peleasen Don Benito y Villanueva de la Serena por el cambio de nombre? Pues eso mismo, xd!
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