jueves, 10 de febrero de 2022

Cuando trabajo y pobreza van de la mano, es porque se vive en el abuso "normalizado". ¿Cómo te sientas y te sientes en un terraza, servid@ por un@ esclav@? ¿No sería mucho más justo que hubiese un self service y que nadie tuviese que "servir" a nadie? La (in)cultura política y económica feudal del señorito y el cortijo, del señorío y la servidumbre ya no debería tener lugar en este mundo tan "modelno" para las tecnodependencias, tras miles de años de suplicio repartido en miseria para los muchos y abundancia para unos cuantos. Eso se acabaría con la igualdad de oportunidades de una justa e imprescindible fraternidad universal, y la misma calidad ética y pedagógica en valores, derechos y deberes humanos. La justa dignidad de un salario mínimo no solo no hunde la economía, la reconstruye y la fortalece permanenetemente, porque "oikonomía" -su raíz original- no significa enriquecimiento especulador para unos y pobreza para el resto, sino "sistema de organización de la casa" de todos. Del Estado.Y por ello, de las familias e individuos trabajador@s, sin quienes ningún estado puede sostenerse por mucho dinero que acumulen sus bancos/piraña y sus mamporreros pseudopolíticos. Siempre que me paseo por las calles de Alemania, de la Alsacia francesa, o de la Suiza vecina, me acabo admirando de no ver ni un solo mendigo pidiendo. Hay atención, techo y comida para las urgencias y un salario mínimo que permite vivir con dignidad y si hay algún imprevisto, ayuda directa del Estado, con un control y un apoyo constante, en los peores momentos...Ayuda para instalar autonsumo enegético, y un "barrio solar" en Freiburg. O sea, que sí se puede. Otra coasa es que haya inteligencia y cultura suficiente para ser NORMALES y no la eterna excepción "different" del vecindario UE, convertida en atracción turística, haciendo negocio con su propia miseria. Sólo en España se puede habitar en el siglo XXI con las mismas "normalidades" que en la Edad Media y el Barroco -el Renacimeinto y la Ilustración nunca fueron posibles- Somos un fósil metahistórico la mar de friky. Una reliquia de lo más cutre con la que seguir haciendo negocio, a costa de demolerla y vender los despojos a la clientela aficionada a los tongos turísticos y al balconing. Gracias, Javier Gallego y eldiario.es!


Trabajadores pobres

Un camarero trabaja en una terraza

A la patronal le parece mal que los trabajadores pobres se conviertan en mileuristas. Están en contra de que la ministra de Trabajo suba el salario mínimo de 965 a 1000 euros. En 2022. El término surgió en 2005 pero 17 años después, a la CEOE aún no le parece momento de que los que menos cobran sean ni siquiera mileuristas. Dicen que no pueden asumirlo porque ya asumieron otra subida en 2019, porque los sueldos ya son casi los de antes de la pandemia pero no los beneficios y porque ya. Ya basta, ministra, ya está bien de querer derechos para los trabajadores, que bastante hemos cedido con la reforma (aunque han cedido bien poco).

De ahí viene la negativa empresarial. El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, necesita calmar las aguas internas después de haber concedido la reforma al Gobierno socialcomunista. ¡Y ahora quieren que subamos el salario de los pobres (porque eso es el SMI)! ¿Pero esto qué va ser? ¿Una democracia? Lo que la patronal no dice es que la vida se ha encarecido por la pandemia como no había sucedido en 30 años, que la inflación está en el 6,7%, que la alimentación ha subido un 5%, que la luz se ha disparado un 40% y los carburantes un 25%, mientras que esta subida es sólo del 3,5%. Esta subida mínima ni siquiera compensa la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores en esta nueva crisis. 

A los empresarios les parece demasiado cuando ni siquiera es suficiente. Tampoco cuenta la CEOE que la Carta Social Europea apunta a que el SMI sea el 60% del salario medio, unos 1.150 euros por 14 pagas, que es el compromiso que firmó el Gobierno con los sindicatos para final de legislatura. Estaríamos aún a 150 euros al mes por debajo de lo que recomienda Europa, pero dice la patronal que paremos el carro, que ya hay ocho comunidades que cumplen la sugerencia de Bruselas. A las 9 restantes que les den. Haber nacido bien. Haber nacido en el norte de Europa, que es que no sabéis ni elegir bien dónde nacer, proletariado. 

El mantra neoliberal de que la subida del salario mínimo hunde la economía ha sido desmentido por las subidas de estos últimos años y por el último Premio Nobel de Economía, David Card, galardonado justamente por demostrar que una subida en torno al 3% (como quiere el Gobierno) no sólo no destruye empleo sino que lo crea y no sólo en época de crecimiento, también de recesión. La sorprendente conclusión a la que llegó la investigación es que los empresarios siempre pueden recortar por otro lado. ¡BOOM! Quién lo hubiera pensado. Qué locura, reducir beneficios para repartir mejor la riqueza. ¿¡Qué somos, comunistas!?

En el sentido contrario, el Banco de España publicó hace un año un análisis que probaba la destrucción de empleo debido a la anterior subida. La Patronal lo enarboló como una bandera al grito de CEOEOEOEOE. Contaban los empleos que presuntamente no se crearon, no los trabajadores que subieron de categoría gracias a la medida. El tiempo ha venido a quitarle la razón: 2021 ha sido el año con el mayor recorte del paro de la historia. 

Aún así en España sigue habiendo trabajadores pobres. Personas que tienen un empleo pero no un sueldo suficiente para vivir dignamente, para comida y techo, no te digo ya para formar o mantener una familia. Somos el 2º país con más trabajadores, y sobre todo, trabajadoras, en esta situación de esclavitud moderna. Por eso, es urgente, justa y necesaria esta medida que no necesita la bendición de los empresarios. Ahora hace falta que el PSOE no ponga palos en las ruedas por respeto a sus dos siglas intermedias. Repita conmigo: reducir beneficios para repartir la riqueza. Qué locura.

Produce Carne Cruda

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