-Muy buenas noches, querida audiencia, bienvenidos y bienvenidas a nuestra cita semanal con la actualidad, aquí, en el Agujero Negro, el programa que solo se ocupa de la verdad . Como ya saben ustedes, esta cadena se esmera en investigar a fondo cada noticia, cada rumor y cada evento importante para que ustedes no carezcan nunca de información fidedigna y sin tapujos, directa y sin contemplaciones. Vamos al lío. Esta noche entrevistaremos al ministro de Consumo, Ángel Buenavista, que lleva unas semanas siendo la diana favorita del pp e incluso de los propios miembros del gobierno de coalición.
-Buenas noches ministro, y gracias por acudir a nuestra cadena informativa en vez de darnos esquinazo.
-Buenas noches, Ruperta, y gracias al Agujero Negro por invitarme, estaré encantado de responder a tus preguntas.
P.
-Bueno, pues comenzamos por preguntarle como se siente usted tras la
reacción tan virulenta de la oposición a sus declaraciones en el
semanario Res Veritatis, en las que usted se ha explayado en sus
críticas a las macrogranjas españolas, afirmando que la carne exportada
por ellas es peligrosa para la salud y acusando a los carnívoros de
atentar contra el Planeta. ¿Está usted intentado que la gente se haga
vegetariana?
R. -Es evidente que esa reacción de la oposición y de ciertos medios informativos, no se ajusta para nada a la realidad y forma parte de bulos que deberían dejarse de lado e ignorarse en una sociedad sana, adulta y democrática. Pero, ya que estamos en ello, le diré que el hecho de que yo sea o no carnívoro nada tiene que ver con una realidad deplorable, como es la de las macrogranjas españolas, que basan su producción y ganancias en la contaminación que produce un aumento enorme de carbono que aumenta exponencialmente el deterioro medioambiental de todo el Planeta e incluso dando las espalda a las recomendaciones de la ciencia y de la OMS, ante los problemas del cambio climático. No es cosa mía, sino de la responsabilidad de mi trabajo actual como ministro de Consumo. Algo que no tiene nada que ver con regular las rebajas de los grandes almacenes, ni con dirigir las compras de la ciudadanía, sino con revisar la calidad y las secuelas, en todos los aspectos, de lo que se consume. Diríamos que es algo así como ejercer una pedagogía básica para que haya una conciencia social que se implique en distinguir lo consumible sin causar daños a sí misma ni al medio ambiente, de los productos nocivos y tóxicos para ese mismo medio ambiente, del que nosotros, la especia humana, también formamos parte.
P. -Bufff, qué cantidad de datos me aporta, señor ministro, es que me desborda tanta información junta, ya le digo...Así que , vamos a lo esencial: ¿Usted cómo se ha tomado esas críticas y las bromitas de Sánchez con lo del chuletón, le parece adecuado que unos compañeros de gobierno de coalición salgan en ese plan ante esas declaraciones suyas?
R.-Bueno,
creo que cada uno es libre de pensar y expresar lo que le parece
adecuado, yo no soy quién para juzgar ni criticar expresiones o ideas de
cada cual si no son ofensivas ni hacen mal a nadie ni impiden que la
verdad se conozca también desde los gobiernos responsables. Mientras el
Ministerio de Consumo haga su función y cumpla con sus deberes, allá
cada cual, tenga el cargo que tenga. Yo no estoy al servicio de dimes y
diretes sino al de la ciudadanía y del bien común.
P.-Pero a usted. es seguro que le han tenido que molestar tantos comentarios y pullas, incluso de los socios de gobierno.
R.- Un gestor del consumo de un Estado no puede estar pendiente de las ocurrencias de quienes opinan y sueltan chascarrillos sobre lo que desconocen, porque no es su especialidad laboral del momento, o sea la gestión de un ministerio al servicio del bien común y no de los estados de ánimo del entorno. Ya somos mayorcitos y suficientemente adultos como para permitir que cosas nimias se conviertan en esenciales.
P.- Me despista usted mucho con sus respuestas, señor Buenavista, y no, no quiero que se escaquee de mis inquisitivas y molestas preguntas. Insisto: ¿No le pone de malhumor tener que aguantar que su jefe de equipo, el Presidente del Gobierno, se mofe de sus declaraciones y no le tome en serio?
R.- Usted lo ha
dicho, es un socio de gobierno, no mi jefe. En una coalición no hay
jefes, porque entonces sería otra cosa, como un equipo de fútbol, por
ejemplo, o un batallón militar, un banco, una secta, una empresa
comercial, pero nunca una coalición para gobernar en la que todos y
todas l@s miembr@s tienen idéntica responsabilidad, más allá y por
encima de lo que piensen y sientan en sus criterios particulares,
mientras las diferencias no afecten peyorativamente a la conciencia del
código ético, que, por supuesto, es la base del bien común. Esta
necesidad renovadora requiere una superación de tabúes paralizantes,
sobre todo en una cultura como la nuestra, acostumbrada a la dependencia
en manada de una cabeza pensante sobre todas las demás cabezas, que no
deben pensar sino obedecer ciegamente, incluso en temas en los que está
en juego algo mucho más que la opinión: el descubrimiento y la solución
de problemas y conflictos, que para nada deben "normalizarse" como
sistema, que exactamente hasta ahora ha sido en nuestro país la base de
un funcionamiento caduco y apalancado en la Edad Media y en los
imperios del pasado, ya insostenibles en lo que McLuhan denomina la aldea global
y nosotros llamamos globalización, no solo de empresas y sistemas, sino
sobre todo de humanidad e inteligencia no exclusivamente cibernética, sino también
social, política, económica, y sanamente lejos de ideologías manipulables a gusto
del poder que mejor embauque empeñado en recortar lo esencial y
favorecer lo superfluo, o sea, el interés autómata de los menos conscientes y más
proclives "profesionales" a venderse en el mercado de la impolítica, que como ellos está de
espaldas a la conciencia y al bien común de la mayoría que, a su vez, sostiene con
su trabajo de esclav@s todo el tenderete patológico, que manejan los más desalmados mediante la
manipulación de los instintos y la emociones, a lo que llaman
"libertad". Una libertad más falsa que Judas, una trola sin más, una tomadura de pelo, que carece de sentido cuando no se puede pagar
un techo que nos cobije, ni la luz, ni el gas, ni la farmacia, ni el billete del metro, ni la reparación de una
avería en la lavadora. Donde un ser humano que no se pueda comprar y
pagar el funcionamiento de un móvil o de un ordenador, o viva en la
España Vaciada, está condenado a ser confinado en un campo de exterminio social,
en un Treblinka o un Auswitz urbanita y virtual, eso sí, totalmente cibernético, y a disposición de los USA y demás potencias rapaces. Hay que leer la autobiografía de Edward Snowden y seguir el rastro de Julian Assange, para saber de qué va el inconfinable Señor de los Anillos planetario. Esto es lo que hay y debemos
afrontar sin dispersarnos en tiquismiquis y cotilleos, fruto de los
bulos que entretienen a la Tierra Media, mientras Mordor y sus orcos facilitan los problemas en vez de ayudar a
resolverlos. Y así los elfos acaban mediáticamente crucificados y despellejados por los inventos y estupideces de quienes ya han hecho una profesión de la tortura social y viven de ella.
P- Vuelve usted a confundirme, señor Buenavista...Me rompe los esquemas con este mogollón de razonamientos inesperados, ante los que no tengo información, yo solo hablo que lo que me cuentan y me dicen que cuente, por el pinganillo entre anuncio y anuncio publicitario. Yo solo quiero saber si...Bueno...si usted cree que eso de las macrogranjas puede tener consecuencias en la estabilidad del Gobierno de coalición.
R.-
Espero y estoy convencido de que la coalición aun se reforzará más,
precisamente gracias al sano y participativo debate constante y a la
certeza de que todos los miembros de esa coalición deseamos lo mismo: el
bien común y compartimos el mismo espíritu de regeneración social y
política, y no politiquera, como lo ha definido muy bien la Ministra de
Trabajo, como sería estar constantemente pendientes de malos entendidos y
chismorreos sin pies ni cabeza, que sin duda son también unas trampas
entorpecedoras de esa oposición sin más recursos ni propuestas que
crear conflictos constantemente para ocultar su incapacidad y colaborar
entre todos en asuntos y tiempos que exigen acuerdos constantes y no
enredarse en un mercadillo de intereses atrapapoderes. La verdadera
política no consiste en ser un rebaño obediente y sumiso, sino,
precisamente en ayudar a los pueblos y naciones a dejar de serlo sin
matarse por ello, sino aprendiendo a escucharse, a entenderse y poder
cooperar en lo más adecuado y justo para tod@s.
P.-Pues
nada, llegados a este punto, creo que hay que dar por terminada la
entrevista, el tiempo manda y hay que seguir entrevistando a más
invitados. Je, je, je...Gracias por haber aceptado la invitación, Ángel
Buenavista, Ministro de Consumo.
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