Es
necesario aprender a volar sol@s para poder aterrizar y construir con
tod@s. Nadie puede aprender a caminar arrastrado por los demás. Como
tampoco puede aprender a leer y a escribir si no lo intenta ni lo
practica, por mucho que le expliquen como se hace. La experiencia
necesaria que nos sustenta y nos nutre es intransferible. Los bebés
gatean solos, se agarran, se caen y se levantan solos, y nos dan la
mano para caminar cuando han sido capaces de dar sus primeros pasos
hasta sentirse seguros de su equilibrio. No les podemos forzar en el
proceso, solo respetarles y estar a su lado. Aprender a caminar y a
volar es la toma de conciencia de un sí mismo que no es ego, sino vida
esencial, solo después de ese despegue, podemos ser comunidad, fratría y
sororidad, familia planetaria, sin que el ego nos intoxique con sus
pulsiones instintivas, del yo, mi, me, conmigo y para mí, solo para
mí...y a los demás que les den lo que yo no quiero darles si no saco
tajada del negocio. Hay que despedirse de ese montaje para empezar a Ser y a Vivir.
Entrando en el territorio de las mayúsculas iniciales y del vuelo profundo del yo al Nosotr@s. Buceando en el océano del Ser hasta descubrir que tod@s y todo somos gotas felices y luminosas, estables y fluídas de su amorosa inmensidad -Parménides y Heráclito ya cayeron en la cuenta por separado aparente-. ¡Qué intuitivos y qué bonicos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario