miércoles, 23 de febrero de 2022

Es de agradecer, pero la iniciativa se queda bastante corta, querido Pablo Casado

 

Casado se despide en el Congreso: “Entiendo la política como el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros”

El líder del PP abandona el hemiciclo tras interpelar a Sánchez y recibir una larga ovación de su bancada.

El País

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Que el respeto y la entrega a las mejores causas son básicos en todas las relaciones humanas es indiscutible. Pero especial y concretamente en la política lo fundamental junto con el respeto, es la entrega a los principios éticos fundamentales y al bien común, ya imprescindibles para la vida de la propia humanidad, por encima de todo, hasta por encima de los propios intereses tanto personales y familiares, como de partidos, creencias, clases sociales, de grupo ideológico, si todo ello resulta tóxico y destructivo para el bien de todos los seres humanos, independientemente de su origen, procedencia, cultura, idioma, etnia,género, religión o nacionalidad. 

No hay que entregarse a nadie por mucha afinidad que se tenga, sino tratar de ser uno con el potencial inmaterial de la conciencia y sus valores prácticos, que son, en definitiva, el verdadero motor absolutamente inofensivo, regenerador de energías a partir del 'reconocionismo', como lo llama Santiago Alba Rico,  y por ello fundamental para nuestra evolución, para nuestra humanidad. 

Por el contrario, la entrega autómata e instintiva a algo o a alguien, hecha desde emociones y razones teledirigidas, o sea, ideológicas, no solo es inútil para el bien común, sino sobre todo es demoledora, porque nos priva del filtro higiénico del  alma y de la conciencia, nos deja a la altura ética de los robots, monitorizados por un sistema nacido de los hábitos externos implantados en tiempos remotos para convertirnos en masa manejable, pero ahora remasterizados por una nueva forma de manipulación a distancia, que se instala en nosotros como lo hace un contador o un motor. 

El drama de partidos y formaciones políticas establecidos en el viejo sistema es que los individuos han sido amaestrados para funcionar en masa, sujetos a unas consignas que a base de escucharlas a todas horas se convierten en lavado de cerebro como 'normalidad' y modus vivendi, desde el que apreciar cualquier diferencia, error, fallo, carencia o problema,  se considera una traición al propio sistema, que ya es costumbre y hasta "cultura". Por eso es imposible que se puedan implementar mejoras en esa estructura ciclópea y ya completamente desfasada para un tiempo en el que la entropía natural del desgaste del planeta y de la propia especie, si no evoluciona y se transforma, se deshace sin más, por sí misma. Lo acabamos de ver en el caso del pp. Es un ejemplo, pequeño, pero  muy ilustrativo de lo que le está pasando a la humanidad. Es imposible seguir igual tras el choque de trenes entre lo que se está muriendo y lo que está comenzando a nacer. 

No es momento de hacer, como se ha hecho hasta ahora, que "los buenos" o "los listos" sobrevivan y "los malos" y "los tontos" se vayan por el desagüe, al contrario, es el momento de decirle a Casado, no te vayas, quédate, aprende  y cambia con todos y todas, y a Ayuso, no te subas a la torre de tu ego teledirigido porque está rota por dentro y te vas a estrellar, tú misma sabes qué has hecho y qué no has querido hacer. Tienes derecho a cambiar,a arrepentirte,  y a despertar, a salir del pozo habitual donde te ahogas que hasta ahora has creído tu seguridad.  Ni bipartidismo ni peleas de gallos constantes nos sirven para un tiempo en el que todo va a ser distinto si queremos sobrevivir como especie y planeta. 

El bien común no es un invento "comunista" sino la siembra y cosecha del evangelio que Jesús el Carpintero, laico y aconfesional, hermano universal de toda la humanidad, sin excepciones,  firmó con el autógrafo de su propia vida y nos dejó como piedra filosofal para la alquimia humana, que partiendo de la materia limitada alcanza la energía inconfinable, creadora, modificadora, fluida y sustentadora del cosmos y sus variaciones mutantes, mediante la conexión personal y comunitaria con el wifhi universal, del que la cibernética solo es un indicio no un lugar "para quedarse", sino una herramienta de transición que también tiene fecha de caducidad. Una pista. Como lo fue y lo es el fuego,  el vuelo de los aviones, la energía nuclear, tan mal entendida como empleada, los motores, la música, el canto, la danza, las matemáticas, la física, la química, la medicina, la poesía o el lenguaje, la pintura, la escultura o el cine. Toda nuestra civilización está regada de hallazgos y pistas, que nuestro despiste y constante distracción con lo perecedero, casi no nos ha permitido descubrir e integrar aún.
 

Por eso es tan fundamental que no nos "entreguemos" a nada ni a nadie por una mal entendida "fidelidad", precisamente, para poder participar como hilos sanos y resistentes, delicados y acogedores, en el tejido infinito del Ser que somos y que aún no hemos descubierto; ese descubrimiento solo es posible desde el Amor, sí, esa energía que en vez de romper, cose, que en vez de destrozar, teje, que en vez de seducir y conquistar ayuda, en vez de gritar y condenar escucha, comprende y absuelve en común. Y desde esa actitud comienza la cooperación sana, no la complicidad interesada. La nueva humanidad que nos espera en la puerta de casa, como a l@s hij@s pródig@s, que han estado milenios dando tumbos y vueltas a la misma rueda en distintos paisajes espacio temporales, creyéndose los reyes y reinas del mambo, mientras, en realidad, solo comían bellotas con los cerdos en la macrogranja de su propia ceguera, tan soberbia como tonta y "divertida". Aclaremos que etimológicamente, divertire  en latín, que es su origen, no significa 'pasarlo bien', sino lo contrario: perderse, despistarse, derramarse, desperdiciarse. 

Ojalá este episodio ppeppero sirva de lección meditativa y para atar cabos, al propio pp, a los partidos que aun estén en ese plano de Atapuerca ppolítica fashion y a tod@s nosotr@s, que si no despertamos podemos caer en la misma fosa séptica. Nadie ha nacido vacunado contra la propia demolición. Tod@s somos galletas de la misma harina. Ni nadie está por encima ni debajo de nadie cuando conecta con la luz en su propio interior para poder ver sin problemas la igualdad con su prójimo. El Nosotros que nos salva del ego límbico/reptiliano y sus secuelas.

 Un twitt a la carta de Íñigo Errejón. Sin más comentarios.

Todos los españoles saben lo que hay bajo las alfombras de Génova. Por eso allí rige una sola ley: no se tira de la manta. Casado -por razones internas- lo intentó y le han acabado tirando a él.


Buen miércoles, familia!

No hay comentarios: