viernes, 24 de abril de 2020

Un S.OS. de la AAVV de Campanar, en València, que explica en directo y vivísimo un grave problema entre el cappital-ppoder y el trabajo de los labradores, la base alimentaria y económica de nuestros pueblos








Estimades,
Espere que estigueu totes bé.

Estem encetant una campanya per posar en valor les collites de ceba i 
creïlles que els nostres llauradors estan a punt de collir.

Les grans superfícies (Mercadona, Consum, Lidl, Carrefour, El Corte 
Inglés) ara estan important ceba i creïlla de fora (Perú, Nova 
Zelanda,...) en la qual cosa afonen els preus de les collites 
autòctones.
Vos demanem si podeu ajudar amb la difusió de la nostra campanya en 
contra d'aquesta situació.

De moment podeu compartir la noticia del facebook de la Taula per la 
Partida. Máxima difusió.

En breu traurem una campanya per a la resta de plataformes socials

Moltes gràcies

Una abraçada i cuideu se
Pep
AVV Campanar                                                                 




Traducción:
Queridas, espero que estéis bien.

Estamos iniciando una campaña para revalorizar las cosechas de cebolla y patatas que nuestros labradores están a punto de recoger.

Las grandes superficies (Mercadona, Consum, Lidl,Carrefour, El Corte Ingés) ahora están importando cebolla y patata de fuera( Perú, Nueva Zelanda...) con lo que se hunden los precios de las cosechas autóctonas.
Os pedimos, si podéis, ayudar con la difusión de nuestra campaña en contra de esta situación.
De momento, podéis compartir la noticia del facebook de la Taula per la Partida. Maxima difusión. 

Moltes graçies.

Una abraçada i cuideu se

Pep
AAVV Campanar               


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Tras haber recibido el mensaje, he intentado conectar con esta dirección pero no lo he conseguido, así que dejaré aquí la idea que quisiera enviarles, por si sirve de algo.

Ante una realidad tan miserable para los más humildes y tan rentable para los más irresponsables como avaros sin conciencia, a los que les importa un rábano que se arruinan todos menos ellos, creo que tenemos dos vías de intervención si nos lo proponemos como ciudadanía.

1. La denuncia simultánea del problema en las redes sociales, en la prensa y en la Administración del estado, es decir , en la Consejería de Agricultura y en el Ayuntamiento de València en la Concejalía correspondiente y ante la Presidencia del Govern de la Generalitat.

2. Al mismo tiempo conectar con los labradores y con nuestras asociaciones barriales de vecinos y estructurar un sistema de compras directas de los productos citados, cebollas y patatas,de los productoresa los consumidores. Mientras dure el confinamiento lo podríamos hacer por internet, quedando en las AAVV respectivas para llevar y recoger los pedidos, con fecha y horario predeterminados, de los que se avisaría a los compradores vía on line o teléfono. 

De ese modo se pueden mover las palancas de muchas conciencias.  De una parte de la ciudadanía que aun no es consciente de la pérdida de derechos y deberes en que estamos hundiéndonos, como del empobrecimiento de los campesinos y de la agricultura, que es la base fundamental de los países,  que supone la importación masiva de productos para el consumo, en este caso alimentario, desde países lejanísimos, como Perú o Nueva Zelanda en el caso de las cebollas y patatas, que se extraen de los terribles monocultivos cada vez más numerosos que están acabando con los bosques de todo el mundo, no para dar de comer, sino para enriquecimiento escandaloso de los intermediarios (Mercadona, Consum, Lidl, Corte Inglés, etc...) y la desaparición del pequeño comercio de barrio, que puede dar  de comer a tantas familias que no especulan y pueden vender directamente del productor al consumidor con un beneficio controlable y adecuado a la proximidad y sin la toxicidad de un transporte ya vitalmente insostenible. El coronavirus lo está dejando clarísimo.   Con el agravante de un aumento exponencial de la toxicidad del aire, a base del incremento de vuelos comerciales a lo largo y ancho del Planeta, completamente evitables si nos alimentamos de productos cultivados en proximidad. No consumen lo mismo unas furgonetas con batería eléctrica que una flota diaria de aviones en vuelos intercontinentales a base de queroxeno quemado y expulsado a la atmósfera, para que comamos productos que los intermediarios prefieren comprar en Cuzco o en Medellín, porque les sale tirado de precio a cambio de una explotación masiva de esclavos, que tarde o temprano acabarán emigrando y pidiendo papeles en España, porque en su tierra están machacados y España que les compra todo el producto de su martirio, les parece el paraíso.  Si tanto protestan luego por la emigración, ¿por qué la provocan? 
O sea, que con su "inteligencia" de halcones financieros están arruinando la sociedad propia y ajena.Y convirtiendo el Planeta en un sumidero irrespirable, en el que el dinero tarde o temprano perderá su valor porque no se come, ni se bebe ni se respira. Y en ese plan por exceso de aberraciones, cualquier bacteria o virus estacional se convierte en contagioso y mortal. No sabemos cuánto puede aguantar en pie un sistema tan estúpido, como injusto, obsceno y criminal . 

O las grandes superficies corrigen su desbocada trayectoria desde ya, o lograrán que la ciudadanía les haga el vacío según vaya comprendiendo el tinglado y se organice la dinámica entre la producción y el consumo con otra mirada mucho más inteligente,simple, próxima y asequible, adaptada a un tiempo completamente distinto y que además no suponga más desigualdad, más ceguera y más sufrimiento social que acaba con todo como ya estamos comprobando.  
Los sistemas políticos tendrán que independizarse del poder financiero y comprender que es la humanidad la que ha creado el dinero, y no al revés,  para hacer intercambios comerciales, como una herramienta, no como un dios-basura al que se adora a base de destrozar todo, incluídos los propios adoradores del invento.





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