lunes, 20 de abril de 2020

Por si sirve de algo


Como cada día, con la luz nueva me llegan ideas para compartir y hoy ha llegado esta: se trata de una sugerencia económica para la UE. Y consiste en la creación de un sistema de apoyo mutuo creando un fondo de ayuda intocable para ningún otro fin, sostenido por todos y dedicado fundamentalmente a solventar problemas de emergencia tanto parcial como comunitaria , es decir,  catástrofes, pandemias y crisis económicas globalizadas o producidas en cualquier país de la UE, por ruina del sector público y fallo sistémico de la clase política y financiera, como por ejemplo pasó en Grecia, España, Portugal, Italia, Chipre en 2008, donde la ciudadanía, sostenedora básica del estado, fue arruinada y reducida a la miseria, suprimidos derechos y convirtiendo los deberes impuestos y aumentados hasta el disparate, como castigo. 

En este momento de hundimiento laboral urbi et orbe es un suicidio que las ayudas se hagan otra vez a base de acumular más deuda aún en los estados. Una deuda con intereses vergonzantes, que supondría un terrible panorama: pagar=morir. 
Una buena solución a esa barbaridad, puede ser que los bonos de ayuda procedentes del fondo especial para esos casos, se den sin intereses, según sean las necesidades declaradas y que cuando la situación particular del país en crisis o general de toda la comunidad, como es el caso actual, mejore, se vayan devolviendo poco a poco, sin agobios, con las cantidades reguladas según la capacidad económica de cada estado y su situación, sin que la devolución se convierta en asfixia económica, y para que con los reintegros del préstamo el depósito de esos fondos se recupere por sí mismo y se mantenga siempre solvente y estable, como un seguro, sin tener que vaciar las euro-arcas de repente cuando suceda una calamidad de cualquier tipo. De ese modo ya no habría desconcierto ni tensiones violentas a la holandesa ni presiones añadidas a la angustia, a la indefensión, a la vulnerabilidad que produce el sufrimiento social y económico de los estados miembros sumidos en tragedias y dramas que desbordan y hunden a los seres humanos y a los países. Sería una caja europea de ahorros para emergencias. Si algo así estuviese establecido desde hace años, el golpe económico de la pandemia actual no habría sido tan terrible para los más dañados por la hecatombe ni tan desconcertante y difícil para el resto de países europeos. Más vale prevenir que arruinarse arruinando.

Necesitamos una pedagogía eficaz y compartida que nos eduque en valores humanos sin hacer "caridad limosnera", sino justicia distributiva sostenible,que también es imprescindible y vital para el proyecto europeo, si queremos que no se vaya a pique. Para que eso suceda necesitamos que el neoliberalismo económico se humanice y coloque en primer lugar al ser humano y luego lo demás, que recargue su inteligencia en mejores fuentes y recuerde más a Adam Smith y a Gandhi, que a Reagan, Thatcher y Trump, Sarkozy, Esperanza Aguirre o Isabel Ayuso, y que la socialdemocracia recuerde más a Marx, Hegel y Heráclito, Keynes y Varoufakis,  que a Lenin, Stalin o a Mao Tse Tung, al Che Guevara que Castro, a los hermanos Cardenal más que a Somoza y Daniel Ortega, a Rosa Luxemburgo, Hildegard von Bingen y a Petra Kely más que a La Pasionaria y a Carmen Alborch.

Todo tiene arreglo si nosotros, los seres humanos, una vez superadas las taras añejas, nos empeñamos en ejercer, sencillamente la Humanidad que somos.

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