miércoles, 7 de junio de 2023

Muy bien, Isaac Rosa, hermano, ésa es la vía más sensata y positiva, para romper la maldición ilusionista de las izquierdas.


Un artículo menos sobre Sumar, Podemos y la unidad de la izquierda

eldiario.es
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, interviene durante el acto 'Empieza todo' de la plataforma Sumar

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Este iba a ser un artículo más sobre las negociaciones para Sumar, la difícil unidad de la izquierda, las filtraciones interesadas, el papel de Podemos, las últimas palabras de Pablo Iglesias, las acusaciones cruzadas. Iba a ser un artículo con bastante hartazgo y cabreo, y con no poca desesperación y desánimo al ver cómo se agotan los diez días de plazo y no solo no hay acuerdo, sino cada vez más ruido.

Empecé a escribirlo por la mañana, con la radio de fondo. Tenía un buen título, ingenioso y a la vez contundente, y unas cuantas metáforas potentes además de un par de referencias cinematográficas que me venían al pelo. A mitad del segundo párrafo escuché a Feijóo en la radio, contando con toda naturalidad y franqueza que en cuanto llegue al gobierno derogará la ley de memoria democrática y la ley trans, reformará otras leyes como las del aborto, educación o eutanasia, y se cargará el Ministerio de Igualdad. Eso solo para empezar, en sus primeros días en la Moncloa.

Se me quedó atravesado el segundo párrafo, justo cuando más duro me estaba poniendo en mi crítica a aquellos dirigentes o ex dirigentes que estos días entorpecen o directamente boicotean las negociaciones. Para recuperar el hilo, leí unos cuantos artículos publicados esa misma mañana sobre el mismo tema, y eché un vistazo a Twitter, donde periodistas, políticos y tuiteros de izquierda comentaban el asunto, presumían de información de primera mano, lamentaban la marcha de las negociaciones, se mostraban pesimistas sobre su desenlace, pronosticaban un daño irreparable para el 23J… Entre las lecturas se me cruzaron también las noticias sobre el asalto violento de ganaderos a un edificio oficial en Salamanca, debido a la política negacionista del gobierno de PP y Vox en esa comunidad que hoy funciona como avance a pequeña escala de lo que puede ser un gobierno nacional de derecha y ultraderecha.

Ya no hubo manera de seguir escribiendo mi artículo de cabreo, hartazgo, desesperación y desánimo. Apreté la tecla de retroceso y lo borré todo. Pensé que no hacía falta otro artículo, uno más, que nos contagie de todo ese cabreo, hartazgo, desesperación y desánimo, no cuando todavía faltan unas horas, pocas pero decisivas, para que salga algo de esas negociaciones. Pensé que nos jugamos mucho en las próximas elecciones, y que salga lo que salga de esas negociaciones, con esos bueyes tendremos que arar, no vale quedarse en casa ante la perspectiva de un gobierno reaccionario que ya está asomando la patita.

Pensé que, aunque lo que acaben acordando tampoco nos gustará, no será un acuerdo ideal, dejará flecos y heridas abiertas, habrá exclusiones y decepciones, y pondremos en duda las palabras ilusionantes con que seguro lo presentarán; pensé que aun así los votantes de izquierda tenemos que venir ya desilusionados de casa, no podemos fiar nuestro voto a la ilusión de una candidatura o un proyecto, porque nos va mucho en estas elecciones. No podemos abstenernos, ni contribuir a la abstención de otros, con la excusa de que no nos han dado motivos para la ilusión, que nos han desanimado.

El viernes a medianoche, si se confirman los peores pronósticos de los más pesimistas que estos días escriben y tuitean, ya veré si retomo mi artículo donde lo dejé. Y si el 23J termina en desastre, ya ajustaremos cuentas y pediremos responsabilidades y cortaremos cabezas y proclamaremos que “ya lo decía yo”. Pero por ahora, mientras quede una posibilidad de levantar una candidatura de izquierda, y mientras no se hayan cerrado las urnas y no esté todo perdido, yo prefiero no contribuir al desánimo y la desmovilización, que ya están bastante bajos los ánimos. Venga. 

 

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Comentario del blogg:


Centrarse mayormente en la ilusión como objetivo primordial y motor de lo más necesario, es un disparate. El término "ilusión" procede del verbo latino y su enunciado temporal y modal: "illudo, illudere, illussi, illussum", cuyo significado es ser engañados, engatusados y estafados, siempre, eso sí,  desde la broma, la burla y la tomadura de pelo...

No, la ilusión no tiene el significado que se le ha ido dando desde la manipulación del lenguaje a favor de "lo de siempre". Se trata de ese proceso narcótico de los poderes tradicionales de este mundo, para dar a entender desentendiendo, que todo puede cambiar, pero que en realidad el objetivo ilusionista es que todo siga igual detrás del escenario ilusionante. 

Así que esa 'ilusión' tan valorada por el flanco izquierdo, es la peor de las herramientas en el telar de la vida. Se la confunde muchas veces con la esperanza y el optimismo, pero hay una diferencia básica que la separa del dúo bioenergético: esperanza y optimismo nacen y crecen desde acciones bien concretas y conscientes, como lo son el compromiso activo, la implicación personal de servicio común en las tareas colectivas, la aportación de ideas e iniciativas con generosidad y sensatez, en fin, que esperanza y optimismo, dependen de una calidad mucho más ética que estética, -la verdadera estética aparente sólo es posible si hay ética esencial- de lo que hacemos, mucho más que de lo que imaginamos, sentadit@s esperando a ver qué pasa, y abducidos por lo que nos cuentan, sin la referencia directa de los hechos, del convivir y compartir opiniones, rebufos, cabreos y despotriques, enchufados al grifo de la 'ilusión' cada vez más desparramada y sin más fundamento que el hartazgo y el estropicio.  

De ese nihilismo personalizado ante la realidad que nos cuentan nace en la humanidad lo ilusorio como válvula de escape, dejando todo lo que deberíamos poner en marcha en manos de una nebulosa ilusionista como lo es el poder opiaceo y embaucador hacia la nada, sobre las masas que ejerce el barullo manipulador mediante la saturación superficial desinformativa, mucho más que in-formativa. Puro y durísimo ilusionismo servido a domicilio sin ningún miramiento ni objeción. 

Hay que dejar de morder y comerse sin más constantemente la manzana tóxica de la madrastra, en plan Blancanieves, para que el sueño permanente  no deje a la sociedad roncando noche y día en la cama de los enanitos que, mientras todos los que podrían hacer algo válido duermen drogados, trabajan sin parar en la minería de la supervivencia. 

Si queremos salir de este estropicio, no recurramos más a la "ilusión" soporífera, disfrazada de propuestas alienantes, que a la hora de la verdad, sólo dejamos en manos de los padrastros y madrastras que van  regalando el chupachups de esa "ilusión", que siempre acaba reventando o desinflándose como los globos. 

Hay que madurar para espabilar, hacernos común y socialmente adult@s desarrollando una conciencia que permita distinguir lo "ilusionante" de lo real, lo que enseña a construir entre todos, de lo ilusorio que sólo atonta y deja para el arrastre a gran parte de la sociedad más vulnerable.

Esperanza y entusiasmo realizador jamás son ilusiones, sino programas posibles y realizables de vida y de trabajo en lo común y en lo privado. La ilusión está de sobra, e incluso es un estorbo, si se vive conscientemente el presente compartido creando sin cesar las vías que necesitamos, y que en realidad son lo único de que podemos disponer. 

La tan aludida y sobeteada ilusión es, sobre todo, como explica su valor semántico, la manera más tonta y ensimismada de autoengañarse. Así que, menos ilusionismos y mucha más conciencia con propuestas y ganas realizables, la realidad energética de una masa crítica y consciente puede dar la vuelta como un calcetín si se lo permitimos y la vamos transformando sabia y humildemente, comprometid@s desde dentro de lo real, desde la verdadera base que nos sostiene, y no sólo desde las máscaras y los disfraces quita y pon de lo ilusorio, que hoy es un bombazo y mañana no es nada más que un estacazo, mientras los adictos al ppoder nos manipulan tan ilusionistamente, de tal modo que lo que hoy parece verdad mañana sólo será una mentira miserable, y la culpa, de los "malos", que por eso siempre pierden, de tal modo que en ese plan es imposible que algo cambie a mejor, si la realidad se tira por  el desagüe y la mentira ilusionante se disfraza de verdad. 

No dejemos otra vez más que doña ilusión dirija sus habituales maniobras orquestales en la oscuridad, para seguir en las mismas, repitiendo y suspendiendo el mismo curso, mientras la luz que llevamos dentro sigue casi apagada, al ralentí,  como si no existiera. Nuestra alma, nuestro ser, nuestra voluntad, son los interruptores, así que adelante, sin canguelos ni cabreos deprimentes y anímicamente agotadores... Encendamos de una puñetera vez la luz que somostod@sjunt@sumando.

 

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