jueves, 1 de junio de 2023

 

Autocrítica


Archivo - La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, en un acto sobre la ley del 'sólo sí es sí'.

Javier Gallego


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“Cómo no va a ganar la derecha si la ETA ha vuelto y gobierna con Perro Sanxe en un régimen totalitario que ha intentado robar las elecciones mientras a ti te ocupan la casa cada vez que sales a robar el pan y no te llega ninguna ayuda porque se lo llevan los inmigrantes y los chiringuitos feministas”. Este mensaje ha calado. El poder es reaccionario, controla los medios, intoxica a la opinión pública y quiere acabar con este Gobierno de coalición. Eso es indiscutible, pero no basta para explicar la derrota de la izquierda porque si bastara, no se entendería por qué entonces ha podido ganar alguna vez, gobernar ayuntamientos y autonomías y formar un Gobierno progresista. Si gana la derecha es también responsable la izquierda.

Si se ha impuesto el relato de la derecha es también porque la izquierda no ha sabido comunicar el suyo. Si a la derecha le va mejor es porque la izquierda lo ha hecho peor. Si no conectas con las clases populares es porque no estás hablando ni su lenguaje ni de sus problemas. El cliente no siempre tiene la razón pero llamar idiota al cliente no va a hacer que tú la tengas y mucho menos que el cliente vuelva. Podemos y debemos criticar, hasta quedarnos sin saliva, el país en el que vivimos, lo malos malísimos que son los poderes fácticos y sus castas y sus mafias y sus cloacas, pero eso ya lo sabíamos, eso ya estaba, y si has perdido el favor de la gente, si has perdido a la gente que tenías cerca es porque te has alejado de ella. Hay que hacer autocrítica. 

Pero a la izquierda le cuesta. Cree tener la razón y la moral de su parte por lo que siempre acaba buscando culpables ajenos a sus propios errores. Cada vez que dice que va a hacer autocrítica acaba echando la bronca y los balones fuera. Saca el flagelo para hacer penitencia y acaba a latigazos con la parroquia. Empieza pidiendo perdón y acaba pidiendo explicaciones. Pecado original de la izquierda moralista: dar lecciones más que aprenderlas. Abroncar y aleccionar al ciudadano que no se entera, al votante que no sabe votar, al aliado que no nos da la razón, al obrero sin conciencia. La primera lección de autocrítica es mirar la viga propia antes de señalar la paja ajena. Es la humildad. 

Cada palo que aguante su vela. En este entierro la responsabilidad está muy repartida. Sumar se presentó antes de tiempo, distorsionó la campaña, desgastó a otras marcas y a su marca propia antes de nacer siquiera. Sumar restó, pero Sumar no se presentaba. Es una falacia decir que la culpa de todo la tiene Yolanda Díaz. La izquierda ya estaba dividida. Miren Madrid, Andalucía y Valencia. Miren Huesca, donde cinco formaciones distintas se quedan fuera sumando el 20% de los votos, mientras dejan paso a la ultraderecha. Segunda lección de la autocrítica: todos somos diferentes, pero hay que encontrarse en lo que nos iguala. Hay que ser generosos. Ceder en lo propio para ganar en lo colectivo.  

Ni siquiera todos estos factores explican la debacle de Podemos. Es de tal magnitud que ya no se pueden obviar las responsabilidades propias. Alguien en la dirección debería asumirlas como hizo Pablo Iglesias, como ha hecho Sánchez convocando elecciones. El partido morado ha sufrido una descomposición en las urnas paralela a su descomposición interna. Se ha ido reduciendo por fuera tanto como por dentro. Le han aislado pero se ha aislado. Se ha bunkerizado. Ha quedado reducido a un reducto. Duro e impenetrable. Les han hecho antipáticos, pero se han terminado creyendo el papel. Lo entiendo. Se han tenido que proteger del acoso. Pero por protegerse, han acabado rompiendo puentes, usando sus inmensos logros como arma arrojadiza más que como lugar de encuentro y convirtiendo a Yolanda Díaz en poco menos que una aliada del demonio, el Ibex 35 y la OTAN. Eso no lo entiende ni comparte la mayoría de los votantes de izquierdas. 

Así que la tercera lección de la autocrítica es de El arte de la prudencia de Gracián. “Los malos modos todo lo corrompen, hasta la justicia y la razón. Los buenos, todo lo remedian”. Me sumo a la autocrítica. Los periodistas tenemos la responsabilidad de contribuir a bajar el ruido de fondo y generar espacios de diálogo. Pido disculpas si alguna vez no lo he hecho. “No todo se ha de conceder ni a todos. Es una gran lección de la vida el saber negar, pero lo es mayor el negarse uno mismo. Conseguir la admiración general es mucho, pero es más ganar el afecto”, escribió Gracián. Toca cuidarse y cuidar este frágil equilibrio que es la unidad de los diversos. Con humildad, generosidad y prudencia. Una autocrítica para el votante: esto también va contigo. Puede que Sumar no sea tu mejor opción para ir a votar y que esta coalición haya tenido muchos defectos, pero la otra opción es la ultraderecha en el gobierno. 

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Comentario del blogg :

Querido hermano Javier Gallego. Tienes toda la razón al afirmar la necesidad, la urgencia y el valor responsable y ético de la autocrítica. Gracias, por la honestidad informativa e imprescindible a la hora de compartir la vida sorofraterna en ese territorio de la Casa Común, que es la Humanidad. 

Sólo quiero aportar algunos matices que me parecen fundamentales a la hora de meter en el mismo saco Sumar y Podemos. En teoría coinciden, su base teórica es Karl Marx. Pero la misma interpretación de esa base es totalmente opuesta en el modus operandi de ambas opciones. Con los mismos ingredientes en la cocina social se pueden hacer maravillas o bazofias, todo depende de los cocineros y cocineras, de sus luces y aplicaciones e incluso de las mejoras de las recetas, de la inteligencia, de las actitudes  y el ingenio  de cada chef en el modo de cocinar. De hecho el mismo Iglesias lo dejó meridiano en los dos estropicios de Vista Alegre , un oxímoron total y premonitorio: ni vista ni alegre, sino ceguera y fracaso, con el resultado del abandono in crescendo de much@s militantes podemitas, al comprobar, como en los malos restaurantes, que nada tenía que ver lo ofrecido con lo servido; IU, desde siempre, es suma, pero el hegemonismo podemita es resta, no se puede sumar y mangonear al mismo tiempo a los seres humanos,  como se suma el dinero al hacer caja en un negocio. Es cuestión de conciencia y de alma. Y por desgracia, en la política habitual, ambos estados de la inteligencia no gozan de prioridad como fundamentos básicos, al contrario, se consideran especulaciones filosóficas e incluso, religiosas, fuera de la realidad, pero nunca el material de construcción de una sociedad humana que valga el equilibrio y la paz justa y sostenible mucho más que la pena del autodesguace. Son mucho más Putines y Zelenskis, que Kennedys y Kruschefs, que Gandhis, Luther Kings y Mandelas...Ninguno de los cinco solucionadores se dejó seducir por el canto de sirena hegemónico. 

El 15M llegó para quedarse, IU se puso a su servicio desde el comienzo, sin cábalas hegemonistas ni controladoras, ni manipuladoras, ayudando, escuchando y acudiendo en ayuda de desahuciad@s, parad@s, marginad@s, maltratad@, emigrantes... Sin embargo Podemos, simple y calculadamente, vino a sacar tajada político-laboral de los problemas, de no haber sido así, Iglesias y Montero nunca hubiesen abandonado Vallecas para aterrizar en Galapagar. Ya no se trata del morbo pijo, sino de valores tangibles e incompatibles con el modus vivendi. Personalmente, de toda la gente de IU que conozco, nadie está a semejante nivel de inmersión en tal contradictio in factis. No se trata de culpabilizar a nadie, se trata más bien de dilucidar entre disposiciones y actitudes, para no caer en las redes del absurdo, como lo es predicar una cosa y vivir haciendo lo contrario de lo predicado. Recurramos a las palabras de Jesús de Nazaret referidas a los "expertos" en farisesmo: "Haced lo que dicen pero no hagáis lo que hacen". Los verdaderos puntales de la humanidad, los verdaderos maestros,  enseñan y transforman el mundo que les rodea, con lo que hacen mucho más que con lo que dicen que hay que hacer, si luego  ellos mismos no lo hacen o incluso hacen lo contrario. Montando pollos por todas partes, sin reflexionar en común, sin escuchar, obsesionados por imponer criterios en las coaliciones y precipitándose en el abismo del disparate de una igualdad mucho más teórica y retórica que aplicable, es evidente que todos los caminos se bloquean por los mismos caminantes dormidos, y tortazo constante. Ya lo dice Antonio Machado, no son los caminos (ideologías/rituales) lo que nos salva, sino el caminar para que haya caminantes que entre ell@s se animen  a crear huellas de infinito en lo caduco y cambiante:

 "Caminante no hay camino, se hace camino al andar,

al andar se hace camino

y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca 

se ha de volver a pisar. 

Caminante no hay camino, sólo estelas en la mar"  


Ese y no otro era el plan social del 15M. Al que Podemos se merendó en un plisplás. IU lo entendió a la primera y por ello, para intentar frenar la invasión de los bárbaros, se tragó su experiencia, su saber, su curriculum histórico, sus motivos para dejar a un lado el podemismo irreflexivo y torpe, pero, a pesar de todo, creyendo en la posibilidad de que la siembra madurase con la experiencia en el cole del tereno político, pero Podemos no lo interpretó así, sino todo lo contrario, por eso en la Comisión de Análisis de València, sin ningún tiquismiquis, se aplicaba a saco el mantra "Hay que comerse IU, es nuestra oportunidad para llegar al poder". Esa disposición fue la que nos hizo salir del círculo podemita a tant@s cooperador@s de los inicios, creo que en València, excepto Pilar Lima, ya no queda nadie de ell@s en Podemos. IU cargó con ese equipaje iluso y basado en una total idiothía podemita. Han sido su sensata experiencia y su servicio incondicional a las bases sociales lo que han permitido que Podemos haya durado cuatro años como socio de gobierno. 

Pero todo absurdo tiene un límite: los aldabonazos y los golpes de la realidad acaban por dejar en cueros todo montaje sin cimientos éticos y sostenibles. Un ejemplo actualísimo de ello es que las clases de ética psicológica de Oriol Junqueras en la cárcel, hayan ayudado a despertar la conciencia de elementos como Rodrigo Rato. Por eso IU confiaba en el efecto contagio de inteligencia, de luces, de alma y conciencia, cuando veían a Pablo Iglesias emocionado abrazando a Julio Anguita o tomarse en la Puerta del Sol, una simbólica cervecita con Alberto Garzón...Pero no. A la vista está, que el ego bulímico es la vacuna más eficaz contra la lucidez y la posible sabiduría de la humanidad. 

No, querido Javier, no es Yolanda Díaz la que se ha cargado Podemos, ha sido Podemos el que sorbito a sorbito, ha decidido beberse la cicuta destilada por  sí mismo, desde 2014 hasta ahora, sin parar. Sumar no mata nunca a los pueblos, pero sí lo hacen mano a mano, la resta y la división constante al servicio de las egopatías que ni siquiera alcanzan a percibirse desde la indispensable, necesaria y urgente autocrítica inexistente si no hay conciencia disponible, sobre todo cuando sólo se funciona desde los cabreos, las pataletas y la sordera crónica hacia todo sonido y palabra que les pueda poner en crisis consigo mism@s. La abstención del voto a la izquierda no es por sumar, precisamente, sino por todo lo contrario: en la suma el orden de factores nunca altera el producto. No hay unos factores por encima de otros, ningún número mangonea a los demás, independientemente del valor cuantitativo que tenga cada uno, todos aumentan el valor del resultado, del Todo, algo imposible en las hegemonías. 

Quizás unas terapias a cargo de Oriol Junqueras fuesen parte del remedio. Esperemos que mestre Oriol  salga pronto de esa cárcel, que nunca mereció, y ayude al podemismo silvestre en banca rota, a reconocer lo que hasta ahora l@s podemitas no han sido capaces de ver ni de imaginar dentro de sí mism@s, sin  una conciencia de la que, evidentemente, carecen, como le ha pasado a Rodrigo Rato, según él  ha confesado y reconocido públicamente...

Todo tiene arreglo cuando se reconoce el origen de los trastornos que uno mismo provoca sin pensarlo, y se reparan las roturas, pero también es cierto que cuanto antes se vean las causas de los fallos,  y espacio y tiempo no se invierten en  montar debacles, más posibilidades hay en positivo y menos poder se le da a lo negativo. Pero, repito, para ello la autocrítica, la honestidad y la praxis del imperativo categórico kantiano son in-dis-pen-sa-bles ("obra de tal modo que tu conducta se pueda convertir en ley universal") o sea, que ayudes a todos a desarrollar lo mejor y no fomentes lo peor de nadie para jorobar a tod@s y todo, como resultado de tus ocurrencias, y que así sea el equipaje fundamental para que todo funcione en la humanidad evolucionando sin secuelas destroyers, incluidos, obviamente, l@s promotor@s del pifostio, en plan zombi como el golem del Señor de los Anillos, y su apego ansioso al poderío, en plan, "mi tesooooooro, mi tesoooooro...!" mientras todo se hace ppolvo a los ppies de Mordor, que se frota las manos por tanta ganancia sin haber hecho nada más que forrarse, despellejar y enfangar todo...¡Increíble, pero cierto! 28M es la prueba del algodón, porrón, pon, pon, porrompompero...Ains!!!

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