Prima di votare, ¡¡¡¡Pensa!!!! cioè, pensate, pensiemo...
Hay ocasiones en que los votos se pueden convertir en disparos que matan la salud social, la inteligencia colectiva, destrozan el presente y el futuro empeñados en mantener en pie y repetir un pasado que en su momento destrozó todo lo que se le puso por medio para salirse con la suya sin tener en cuenta las vidas de l@s oprimid@s, olvidad@s, castigad@s, excluidos y exterminados...No demos marcha atrás ¡Votemos justicia, conciencia, acogida, perdón, inteligencia, escucha, abrazo y Humanidad con mayúscula! Para eso es necesario pensar en vez de seguir inercias y malos rollos infiltrados en los medios para convertir los medios en fines...y viceversa. Maquiavelo lo dejó cristalino...
La humanidad nunca debería olvidar que el nazismo y a Hitler los votaron democráticamente los alemanes en los años 30 del siglo XX; nunca se imaginaron en qué locura derivaría su decisión en las urnas. Los españoles sólo hemos podido elegir el modelo de Estado una sola vez en toda nuestra historia. En 1931. Hasta la primera república española nos la impusieron los políticos del momento y a la greña en el Parlamento, que era un sindiós, primero con la escapada borbónica a Francia, y luego con la escapada de Amadeo de Saboya, entre bambalinas y tejemanejes, que ya no podía soportar el marrón, y, por supuesto, sin que que al pueblo se le preguntase nada al respecto, que ya estaba demasiado entretenido aguantando la guerra de Cuba, la tercera guerra carlista y los golpes de estado a mogollón y en cadena, por parte de las fuerzas armadas, según la tendencia de cada general, coronel o comandante que se atreviese a partir el bacalao de la subversión. La única Constitución con atisbos republicanos era de 1812 y tampoco el pueblo la había leído y mucho menos aprobado nunca. El pueblo español lleva toda su historia siendo el baúl de la Piquer, de estación en estación y a capricho del cuplé y la tonadilla cortijera de los señoritos del momento. Igual que ahora.
Cuando estudiamos la historia de España, jamás pensamos que aquel caos podría volver a reproducirse en los siglos XX-XXI, pero es lo que que tienen los cambios aparentes de facha/das a las que sólo les lavan la cara y luego se les da una mano de pintura a los mismos pedruscos del Pleistoceno y a las vigas devoradas por las carcomas. Y ahí estamos, tan ricamente, tan confundidos por el eterno pifostio, que hasta se descarta irresponsable e incívicamente la participación democrática en las urnas para los más avanzados y espabilados inmersos en sus inteligencias cada vez más artificiales e ilusas, que pueden dar un giro imprescindible al cotarro fatídico de la maldición de Atapuerca si los españoles del siglo XXI toman conciencia de que lo de hace 211 años sigue segregando basura social, política, económica, cultural y hasta religiosa, ¡Tomaya! Si esto sigue en este plan, seremos el fósil político más antiguo del mundo, convertido en zombi turístico y haciendo del Pazo de Meirás la verdadera catedral de las Esppañas, en el inmemorial camiño de Sanfranco, ainsss!!
Pero todo tiene arreglo si queremos. En nuestras manos está la solución de la disolución de los terribles entuertos. Hace 200 años no se votaba y por eso, los marrones políticos eran una condena perpetua para la pobre ciudadanía. Pero ahora sí se puede votar y nosotr@s decidimos lo que nos parece más justo y más decente, ya no podemos culpar a nadie de lo que nosotr@s no queramos arreglar y solucionar, dejando las responsabilidades políticas al capricho de cualquier tarado que se apunte a promover lo más costroso y espeluznante, injusto, corrupto e inhumano, aunque les pirren las procesiones y las romerías. Si te quedas en casa esperando que las cosas que requieren tu participación y tu permiso se hagan solas o/y a capricho de lo más carcundio, torpe, putrefacto y amoral, ya es responsabilidad tuya/nuestra. Piensa, piensa a cuántos hermanos y hermanas nuestr@s, vas a condenar a una vida terrible e injusta si todos los votantes hacen lo mismo que tú: abstenerse y dejar que la Ley D'Hont lleve al Gobierno lo peor de cada casa. Piensa, piensa, pueblo español y despierta igual que Blancanieves, pero no con el beso de un príncipe, sino con el abrazo generoso de una buena República de La Conciencia, que siempre despierta y sin perderse por el camino, suma y sigue...a ppesar de todo! Querid@ votante, no te rindas para que con tu rendición no provoques la debacle que padecerás durante cuatro años, en el mejor de los casos.
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