miércoles, 28 de septiembre de 2022

Descubrirnos por dentro y compartir lo mejor que hay dentro y fuera, no es cosa de religiones, sino de verdadero crecimiento humano y por ello, divino. No dependemos de creencias ni de ideologías, porque todo depende de la conciencia que el alma desarrolla durante nuestras vidas, o sea, no dependemos en realidad de consideraciones abstractas y lejanas, tantas veces inasequibles, sino que somos y realizamos lo que decidimos hacer y vivir con lo que somos y desarrollamos, de no centrar nuestra vida solo en el "cuánto", sino sobre todo y por encima de todo, en el "cómo", en el "por qué" y en el "para qué y para quién/quiénes" Si eso lo vamos consiguiendo en lo individual y en lo comunitario por medio del cariño, la compasión y la fraternidad sin exclusiones, la evolución de nuestra especie estará a salvo y será un éxito, no una hecatombe autogestionada(¡!), que ya sería el colmo. Lo mejor de todo es que sí se puede. Y que ese camino se expande con efecto mariposa por medio de una energía infinita e inagotable que tan paleolíticamente llaman "dios", como hicieron las antiguas civilizaciones, y cuando aún no se ha descubierto lo que ES y lo que HAY, y que las elucubraciones "devotas" tantas veces enredan más que aclaran...¡Afortunadamente, él, ella, ello, es el océano y nosotr@s, las gotas de su/nuestra agua! Muchas gracias, hermano José Ignacio, por tu ayuda y esa necesaria linterna en una noche oscura global, que en realidad solo es una burbuja con legañas en medio de la luz sin límites que nunca se apaga ni cobra recibos por alumbrar sin deslumbrar: la Casa Común de la familia pródiga ¡y a la vez, bienaventurada con el regalo de la esperanza sin fronteras!

 

Para los que quieren volver, pero no saben a dónde 🤩🤗😇🙏

Faus: "El objeto del amor de Dios es el mundo, no la Iglesia"

Búsqueda De Dios
Búsqueda De Dios Aamir Suhail

Hablando con gentes que buscan “algo más”, en las que el vacío es casi una herida, que quieren volver pero no saben a dónde porque (me dicen) la catequesis que recibieron ni les sirvió ni la recuerdan…, he pensado a veces en remitirlos directamente al evangelio. Pero tampoco eso es fácil: porque los evangelios, por inspirados que sean, tampoco se libran del sello y los tonos de hace veinte siglos. Pues Dios actúa siempre respetando lo humano, y no sustituyendo lo humano.

Quiero proponer por eso un resumen de lo que quieren decir los evangelios, con la aportación de cada uno y comenzando por el último:

1.- “Dios ama tanto a este mundo que le envió a su Hijo no para condenar al mundo sino para salvarlo” (Jn 3). El objeto del amor de Dios es el mundo, no la Iglesia. La Iglesia, si no es una señal viva y eficaz de ese amor, es infiel a Dios.

2.-¿Qué significa ese amor de Dios al mundo? Pues que: “dichosos los pobres, los hambrientos, los que lloran; y malditos los ricos, los hartos y los que persiguen a los anteriores” (Lc 6).

3.- ¿Qué significa eso para cada ser humano? Pues que dichosos los que ante la situación anterior reaccionan con un hambre de justicia que brota de la misericordia y con una misericordia que llega hasta el hambre y sed de justicia, con todas las consecuencias que de ahí puedan seguirse (Mt 5; y si eso no queda bastante claro puede añadir el lector la célebre frase de Mt 25: “tuve hambre y Me disteis de comer: a Mí me lo hicisteis”.

4.-¿Qué consecuencias puede tener esa opción para nosotros? Pues que (inesperadamente) alguna vez gritemos “pase de mí este cáliz” y “Dios mío ¿por qué me has abandonado?” (Mc 14 y 15).

Desde este marco pueden leerse los evangelios como cada cual guste. Añadiendo, por si ayuda a decidir, que el Jesús de Marcos es el de la libertad, el de Lucas el de la misericordia (por eso la pasión de Marcos es un drama más existencial y la de Lucas tiene más pinceladas políticas). El de Mateo es el Jesús de la unidad de la historia (de ahí la forma como está construido y sus aparentes contradicciones). Y el de Juan es la afirmación de que, en esos tres rasgos, se revela Dios.

La Trinidad
La Trinidad

Puede quedar una última pregunta para todos los que intentan volver: ¿qué caray es eso de la Trinidad? Pues recuerdan que aprendieron a santiguarse “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu”, sin saber lo que decían.

Un detalle significativo, previo a la respuesta: los grandes místicos han sido por lo general profundamente trinitarios. Los intelectuales y los teólogos no demasiado. Y es que la Trinidad significa más o menos esto: el Nuevo Testamento concluye con la frase: “Dios es Amor”. Y eso significa: la Clave Última de todo lo que existe (llámala Dios o como quieras llamarla), es un Misterio de Comunión Infinita y Absoluta. Eso es todo.

Jesús
Jesús

Los humanos podemos tener pequeñas experiencias de comunión: asombrosas a veces pero relativas y finitas. Hasta dónde puede llegar ese atisbo nuestro en el Ser Infinito y Absoluto, no podemos ni imaginarlo. Solo cabe el asombro adorador, sobrecogido y confiado ante esa Buena Noticia.

Porque se trata de una gran noticia. Que sale al encuentro de la lucidez de un Sartre, cuando proclama que “el hombre es una pasión inútil”: porque somos una pasión de Absoluto y el Absoluto no existe. El anuncio cristiano se atreve a decir que no somos una pasión inútil, sino una pasión esperanzada 🤩🤗😇🙏!!!

Publicado en La Vanguardia


No hay comentarios: