Qué es la energía agrovoltaica y por qué podría salvar el mundo
Si tan solo el 1% de la superficie usada para la agricultura en el planeta se combinara con la producción de energía solar, se conseguiría cubrir la totalidad de la demanda mundial de electricidad
Darío Pescador
eldiario.es
El cambio climático nos está obligando a cambiar a un ritmo acelerado. Por un lado, es imprescindible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y aquí la energía solar fotovoltaica es la gran solución a corto, medio y largo plazo. Sin embargo, los paneles solares ocupan mucho espacio, y en el futuro se espera que ocupen aún más.
Por otro lado, el aumento de las temperaturas, el descenso de las precipitaciones y el riesgo de desertificación está modificando la agricultura y el aprovechamiento del suelo.
Los invernaderos, e incluso las estructuras que den sombra, se convierten en una necesidad cuando el sol es demasiado fuerte y hay que evitar que las plantas se sequen. ¿Por qué no combinar las dos cosas y solucionar ambos problemas?
Esta es la premisa y la promesa de la energía agrovoltaica:
instalar paneles fotovoltaicos en los campos de cultivo. Por un lado,
se aprovecha mejor el suelo necesario para la energía solar y por otro,
se protege del sol a las plantas más delicadas. Las ventajas de esta
estrategia son muchas:
- Protección para las plantas contra las altas temperaturas y las condiciones climáticas extremas: si tenemos plantas en el balcón, podemos entender fácilmente que a veces demasiado sol puede matar a la planta. Los cultivos tienen un punto llamado saturación de luz a partir del cual se pueden producir daños en la planta y aumenta la demanda de agua. La posición de los paneles solares puede ajustarse en para proporcionar la cantidad adecuada de sombra cuando sea necesario.
- Reducción de la evaporación y aumento de la humedad del suelo:
la sombra de los paneles solares reduce la evaporación del agua del
suelo y se pueden conseguir ahorros de hasta el 29%. Esto permite
optimizar el uso del agua en el cultivo.
- Protección del ecosistema: la integración
agrovoltaica contribuye al desarrollo sostenible ya que, por un lado,
las estructuras de sombra ayudan a conservar la biodiversidad y reducen
el uso de herbicidas. También se pueden combinar con pastos y la cría de
animales en el mismo terreno.
- Aumento del rendimiento en la producción la electricidad:
según un estudio de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), en EE UU,
pionera en agrovoltaica, no solo los cultivos se benefician. El
rendimiento de los paneles fotovoltaicos depende de la temperatura y,
gracias al efecto refrigerante de la evaporación de las plantas, el
rendimiento de los paneles aumenta hasta en un 10%.
Además de los paneles solares elevados sobre el suelo, existe la posibilidad de crear “invernaderos fotovoltaicos” en los que el tejado soporta los paneles solares. En estas estructuras se pueden controlar las condiciones con mayor facilidad e incluso dedicarlas a cultivos hidropónicos que aprovechan más aún el espacio disponible.
Un proyecto piloto junto al lago Constanza,
en Alemania, pone de manifiesto las ventajas y también los desafíos de
esta tecnología. El suelo es muy caro en esa zona, y la producción de
energía solar produce 10 veces más ingresos por metro cuadrado que los
cultivos de maíz, patatas o soja.
Para los propietarios de los terrenos sería más fácil abandonar
los cultivos, sin embargo, la combinación de ambas actividades está
dando buenos resultados.
Según los cálculos del estudio anterior de OSU, si tan solo el 1% de la superficie usada para la agricultura en el planeta se combinara con la producción de energía solar, se conseguiría cubrir la totalidad de la demanda mundial de electricidad. Es una oportunidad que no debemos desaprovechar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario