I
Buenos días, familia humana.
Hoy brilla la luz diaria de un presente que es eterno
en su constante fluir .
La luz deja su mensaje en la propia oscuridad
para que se reconozcan las huellas del infinito
velado en espacio y tiempo,
repartido sin cesar en la paz y en el sosiego,
cuando el pensamiento calla,
donde el Espíritu escribe, limpia, sana,
pule, arropa, nos sostiene y alimenta.
Que el verso de cada instante
nos convierta en el poema,
en el renglón que traduce el libro de la conciencia.
Solo somos en presente, presente de indicativo,
el pasado ya no existe y el futuro aún no ha venido
y quizás no llegue nunca a convertirse en ahora
si dejamos el instante abandonado, difuso,
inoperante y dormido en bruma condicional
y nieblas de subjuntivo
en el agujero negro de un ayer que ya no es,
cosido al apego ansioso de las sombras pasajeras
con máscaras de 'ilusión' nacidas de nuestra psique
que solo pueden llenar el zurrón de la nostalgia
con turbias melancolías,
cadenas que nos amarran en las cavernas del nunca
a un "siempre" que no camina porque le teme al presente
y solo sueña el futuro que deriva en imposible
de un porvenir aparente
si no hay conciencia y camino convertido en despertar.
Despierto está el universo,
despierta la luz, la tierra, su espacio, sus elementos,
despierta la flor, el árbol, despierto el niño que llega,
también el niño que somos y que entiende a su manera
la sorpresa del cariño mientras crece y balbucea.
Despiertos nuestr@s herman@s
cuando emoción y conciencia se unen en el sentimiento
con el alma y con la idea
y de pronto conectamos con una sola palabra,
tal vez con una sonrisa, quizás con una mirada,
y de repente se enciende esa chispa que no estaba,
una onda incandescente, un soplo de compasión,
un pellizco de empatía, una palabra que alumbra
lo mismo que una bombilla sin cables, postes ni torres,
en un sótano sin luz, que revela sin pensarlo
los porqués y paraqués de todo lo que sucede
en un pequeño rincón del mundo que nos sostiene.
Es el reconocimiento de la perenne igualdad,
ese vínculo infinito
que nos hace tan humanos y nos convierte en familia
que transmuta los instintos, que comprende sin juzgar
y celebra a cada paso el gozo de compartir,
cada verso irreversible que no sabe de rutinas
ni de calificaciones:
el wifi de esa Consciencia, ese tejido implosivo
que no necesita redes ni pescas filibusteras
de intereses y dineros, ni chismes ni peripecias,
ni "expertos" especialistas, en manejos y opresión,
sólo nos basta y nos sobra con reconocer al Otro
como familia diversa y al mismo tiempo, también,
tan tuya como tan mía, tan suya como tan vuestra,
tan cósmica, tan completa que se incluyen los colores
y las razas y las lenguas, donde se pueden curar
los traumas y los dolores con el abrazo del cielo
regenerando los cuerpos,
que eleva las emociones al plano de la inocencia,
esa fiesta sin final del nuevo mundo a estrenar
que llega para quedarse, realizar y compartir,
comenzar y construir ese logro nunca visto
que jamás llegó a existir porque no lo construimos
mientras perdimos el tiempo en un torpe sinvivir
de chapuzas y esperpentos, ya que todos esperaban
entre sermones y ritos
que todo fuera un milagro con tanto credo enlatado,
por los siglos de los siglos;
y en realidad no era eso,
porque "el milagro" depende de lo que hagamos nosotr@s
con la herencia que traemos y cómo la gestionamos,
y no de lo que nos pasa, sino de cómo asumimos,
acogemos y orientamos todo lo que nos sucede,
aquello que compartimos o aquello que acaparamos
entre miedos y egoísmos,
complejos de todo y nada, que acaban por destrozar
nuestra vida y nuestro entorno, haciendo puré el planeta,
y convirtiendo la vida en un infierno inhumano.
No habrá jamás otro espacio
que resista ni sostenga un sistema tan cruel
ni otra especie como ésta.
II
En realidad ignoramos, convencid@s y embobad@s
en los puestos y reclamos del mercadillo global
qué valor tiene "lo nuestro" ni qué pinta el ser humano
en semejantes movidas. Porque nos desconocemos
y además nos ignoramos haciendo todo al revés.
Los talentos empleados en las mejores propuestas
construyendo el bien común,
son los que más fructifican y más beneficios dan
a la corta y a la larga del camino temporal.
Pero talentos ahorrados por miedo, por avaricia
o tan solo por pereza e irresponsabilidad,
el tiempo los devalúa y en la miseria se quedan.
No solo arruinan bolsillos, sino también la existencia,
la salud y el equilibrio cuando falta la conciencia,
perdidos y anestesiados en el propio lodazal,
en la propia dependencia trucada de "libertad"
en sociedades drogadas y existencias somnolientas,
envueltas en la mentira para dar sentido a un mundo
que nada tiene que hacer, porque se muere dormido,
como la Bella Durmiente, en un sueño agotador,
pesadilla delirante en perenne confusión,
que solo puede sanarse con el beso de un Amor
que nada tiene que ver con delirios ni obsesiones,
poderes ni seducción, ni víctimas ni verdugos
ni engaños al por mayor.
Nos basta con encender las luces de una verdad
recogida en los adentros,
que se nutre del Amor y dejar que nos envuelva
el wifi que nos sostiene, nos guía y nos alimenta
y jamás nos manipula, que no miente ni atormenta,
una bienaventuranza que no pide credenciales,
que no abusa ni destruye,
que no confunde ni aburre, que siempre tiene respuesta
y un refugio inexpugnable
para cada ser humano,
donde sentirnos familia, acogidas y amparados.
Esa canción está escrita en la misma partitura
del creyente y del ateo, latiendo en lo más profundo
para que quede bien clara:
No hacen falta religiones cuando el Amor infinito
inunda los interiores e inaugura un horizonte
regenerado y fecundo, donde hay sitio para todos
los que quieran renacer, sin pugnas y sin prejuicios,
y entonces, sí, se comprueba un resultado genial:
el milagro es la frecuencia que se hace normalidad
y cambia el giro del mundo.
III
Así que vamos a ello, pues no hay nada que perder
y todo está por ganar,
que nadie pierde ni gana cuando cambia el panorama
en la nueva humanidad
y ya sobran las medidas, los precios y las facturas,
cuando se encuentra la vía hacia la luz infinita
que le da sentido a todo y no tiene vuelta atrás.
Nadie falta, nadie sobra y todo está por crear
en ese nuevo presente que es la sorpresa constante
en la vida sin fronteras del impulso universal.
Antes le llamaron "dios"
pero no hay nombre que abarque,
ni concepto que defina esa Consciencia total,
ese Amor irreversible
que no se puede medir y no se puede explicar
hasta que no se descubre
como Casa Universal, como bienvenida eterna
que no prefiere ni excluye y que integra por igual
al que falla y al que acierta, lo inmóvil
y lo que fluye, lo eterno y lo temporal.
Los hielos y los desiertos, los bosques,
parques y selvas, las montañas y la mar,
lo sublime y lo imperfecto,
lo fácil y lo difícil, lo exquisito y "lo vulgar",
expresan de maravilla el mejor de los poemas
que constantemente escribe el Amor que nos engendra
y que nos hace posibles entre energía y materia,
en alma e inteligencia, asomando entre las cosas
y que una vez ya despiert@s, donde se mira, se ve.
Que siempre a la vista está para quienes quieran verlo
y hasta invitarle a cenar, porque siempre está en la puerta
del luminoso silencio, sorprendente y armonioso,
sin trampas y sin cartón, aun en medio del estruendo
de un cerco devastador y del caos más demencial,
susurrando cada nombre, llamándonos sin cesar...
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