viernes, 27 de mayo de 2022

Un repasito nunca está de más, en plan rap de la abuela.

 


                  I

Buenos días, familia humana.

Hoy brilla la luz diaria de un presente que es eterno

en su constante fluir .

La luz deja su mensaje en la propia oscuridad

para que se reconozcan las huellas del infinito

velado en espacio y tiempo,

repartido sin cesar en la paz y en el sosiego,

cuando el pensamiento calla,

donde el Espíritu escribe, limpia, sana,

pule, arropa, nos sostiene y alimenta.

Que el verso de cada instante 

nos convierta en el poema,

en el renglón que traduce el libro de la conciencia.

 

Solo somos en presente, presente de indicativo,

el pasado ya no existe y el futuro aún no ha venido

y quizás no llegue nunca a convertirse en ahora

si dejamos el instante abandonado, difuso,

inoperante y dormido en bruma condicional

y nieblas de subjuntivo

en el agujero negro de un ayer que ya no es,

cosido  al apego ansioso de las sombras pasajeras

con máscaras de 'ilusión' nacidas de nuestra psique

que solo pueden llenar el zurrón de la nostalgia

con turbias melancolías,

cadenas que nos amarran en las cavernas del nunca

a un "siempre" que no camina porque le teme al presente

y solo sueña el  futuro  que deriva en imposible  

de un porvenir aparente

si no hay conciencia y camino  convertido en despertar. 


Despierto está el universo,

despierta la luz, la tierra, su espacio, sus elementos,

despierta la flor, el árbol, despierto el niño que llega,

también el niño que somos y que entiende a su manera

la sorpresa del cariño mientras crece y balbucea.

Despiertos nuestr@s herman@s

cuando emoción y conciencia se unen en el sentimiento

con el alma y con la idea

y de pronto conectamos con una sola palabra,

tal vez con una sonrisa, quizás con una mirada,

y de repente se enciende esa chispa que no estaba,

una onda incandescente, un soplo de compasión,

un pellizco de empatía, una palabra que alumbra

lo mismo que una bombilla sin cables, postes ni torres,

en un sótano  sin luz, que revela sin pensarlo

los porqués y paraqués de todo lo que sucede

en un pequeño rincón del mundo que nos sostiene.


Es el reconocimiento de la perenne igualdad,

ese vínculo infinito 

que nos hace tan humanos y nos convierte en familia

que transmuta los instintos, que comprende sin juzgar

y celebra a cada paso el gozo de compartir,

cada verso irreversible que no sabe de rutinas

ni de calificaciones:

el wifi de esa Consciencia, ese tejido implosivo

que no necesita redes ni pescas filibusteras

de intereses y dineros, ni chismes ni peripecias,

ni "expertos" especialistas, en manejos y opresión,

sólo nos basta y nos sobra con reconocer al Otro

como familia diversa y al mismo tiempo, también,

tan tuya como tan mía, tan suya como tan vuestra,

tan cósmica, tan completa que se incluyen los colores

y las razas y las lenguas, donde se pueden curar

los traumas y los dolores con el abrazo del cielo

regenerando los cuerpos,

que eleva las emociones al plano de la inocencia,

esa fiesta sin final del nuevo mundo a estrenar 

que llega para quedarse, realizar y compartir,

comenzar y construir ese logro nunca visto

que jamás llegó a existir porque no lo construimos

mientras perdimos el tiempo en un torpe sinvivir

de chapuzas y esperpentos, ya que todos esperaban

entre sermones y ritos

que todo fuera un milagro con tanto credo enlatado,

por los siglos de los siglos; 

y en realidad no era eso,

porque "el milagro" depende de lo que hagamos nosotr@s

con la herencia que traemos y cómo la gestionamos, 

y no de lo que nos pasa, sino de cómo asumimos, 

acogemos y orientamos todo lo que nos sucede, 

aquello que compartimos o aquello que acaparamos 

entre miedos y egoísmos,

complejos de todo y nada, que acaban por destrozar

nuestra vida y nuestro entorno, haciendo puré el planeta, 

y convirtiendo la vida en un infierno inhumano.

No habrá jamás otro espacio 

que resista ni sostenga un sistema tan cruel 

ni otra especie como ésta.

                     II

 En realidad ignoramos, convencid@s y embobad@s

en los puestos y reclamos del mercadillo global

qué valor tiene "lo nuestro" ni qué pinta el ser humano

en semejantes movidas. Porque nos desconocemos

y además nos ignoramos haciendo todo al revés.

Los talentos empleados en las mejores propuestas

construyendo el bien común,

son los que más fructifican y más beneficios dan

a la corta y a la larga del camino temporal.

Pero talentos ahorrados por miedo, por avaricia

o tan solo por pereza e irresponsabilidad,

el tiempo los devalúa y en la miseria se quedan.

No solo arruinan bolsillos, sino también la existencia,

la salud y el equilibrio cuando falta la conciencia,

perdidos y anestesiados en el propio lodazal,

en la propia dependencia trucada de "libertad"

en sociedades drogadas y existencias somnolientas,

envueltas en la mentira para dar sentido a un mundo 

que nada tiene que hacer, porque se muere dormido,

como la Bella Durmiente, en un sueño agotador,

pesadilla delirante en perenne confusión,

que solo puede sanarse con el beso de un Amor

que nada tiene que ver con delirios ni obsesiones, 

poderes ni seducción, ni víctimas ni verdugos

ni engaños al por mayor. 

 

Nos basta con encender las luces de una verdad

recogida en los adentros,

que se nutre del Amor y dejar que nos envuelva

el wifi que nos sostiene, nos guía y nos alimenta

y jamás nos manipula, que no miente ni atormenta,

una bienaventuranza que no pide credenciales,

que no abusa ni destruye,

que no confunde ni aburre, que siempre tiene respuesta

y un refugio inexpugnable

para cada ser humano, 

donde sentirnos familia, acogidas y amparados.

Esa canción está escrita en la misma partitura 

del creyente y del ateo, latiendo en lo más profundo

para que quede bien clara:

No hacen falta religiones cuando el Amor infinito

inunda los interiores e inaugura un horizonte

regenerado y fecundo, donde hay sitio para todos

los que quieran renacer, sin pugnas y sin prejuicios,

y entonces, sí, se comprueba un resultado genial:

el milagro es la frecuencia que se hace normalidad

y cambia el giro del mundo.

                 III

Así que vamos a ello, pues no hay nada que perder

y todo está por ganar,

que nadie pierde ni gana cuando cambia el panorama

en la nueva humanidad

y ya sobran las medidas, los precios y las facturas,

cuando se encuentra la vía hacia la luz infinita

que le da sentido a todo y no tiene vuelta atrás.

Nadie falta, nadie sobra y todo está por crear

en ese nuevo presente que es la sorpresa constante 

en la vida sin fronteras del impulso universal.


Antes le llamaron "dios"

pero no hay nombre que abarque,

ni concepto que defina esa Consciencia total,

ese Amor irreversible

que no se puede medir y no se puede explicar

hasta que no se descubre

como Casa Universal, como bienvenida eterna

que no prefiere ni excluye y que integra por igual 

al que falla y al que acierta, lo inmóvil

y lo que fluye, lo eterno y lo temporal.

Los hielos y los desiertos, los bosques,

parques y selvas, las montañas y la mar,

lo sublime y lo imperfecto,

lo fácil y lo difícil, lo exquisito y "lo vulgar",

expresan de maravilla el mejor de los poemas

que constantemente escribe el Amor que nos engendra

y que nos hace posibles entre energía y materia,

en alma e inteligencia, asomando entre las cosas

y que una vez ya despiert@s, donde se mira, se ve.

Que siempre a la vista está para quienes quieran verlo

y hasta invitarle a cenar, porque siempre está en la puerta

del luminoso silencio, sorprendente y armonioso,

sin trampas y sin cartón, aun en medio del estruendo 

de un cerco  devastador y del caos más demencial, 

susurrando cada nombre,  llamándonos sin cesar...


           Fraternidad. En la senda de Fratelli tutti - Franciscanas MDP        



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