Qué mejor regalo de la Consciencia universal, a la que se suele llamar "dios", que encontrar en este mundo unos hermanos, maestros, compañeros de camino, acogedores y protectores de la humanidad en su más doloroso camino: la enfermedad, el dolor, la ignorancia de sí mismos, la vulnerabilidad, el desconcierto, la soledad y el miedo ante lo desconocido, incontrolado y no comprendido del propio camino vital. El médico de familia es una vocación individualizada del infinito que aterriza en las conciencias abiertas y dispuestas al servicio del Amor que todo lo crea y todo lo ilumina, aun en la oscuridad circundante más persistente.
Hoy es el día mundial del médico de familia, pero en realidad esa celebración es diaria para toda la humanidad.
Gracias infinitas al Doctor José Ignacio Torres y a todos y todas sus compañer@s homeópatas de luz, por su entrega, por su vocación y por realizar cada jornada esa labor imprescindible para la humanidad y que así la compasión, la salud, el equilibrio, la sabiduría terapéutica del autoconocimiento hipocrático y la fraternidad universal sin fronteras, se hagan visibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario