Opinión
"Reordenar España" también sin latinoamericanos

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En una entrevista sorprendente en La Vanguardia, Santiago Abascal confirma lo que ya se venía vaticinando hace tiempo en los corrillos políticos: Vox no está aquí para acompañar al PP, sino para sustituirlo. Nada nuevo; al fin y al cabo, desde EEUU hasta Alemania, desde Argentina hasta Italia, la ultraderecha ha venido a quedarse con el espacio conservador más tradicional, eso que los partidos que lo representan llaman "de centro-derecha”. De momento, a los de Abascal las encuestas les están dando la razón con un crecimiento considerable, aunque todavía no pueda hablarse de un posible sorpaso y siempre gracias a la inestimable ayuda de aquellos partidos a los que la extrema derecha quiere sobrepasar, o sea, a un Partido Popular echado al monte de la derechización.
La baza ganadora de Vox es la lucha contra la inmigración, o sea, la xenofobia, nada nuevo, y su herramienta para captar electorado es inocular el miedo a ésta, sobre todo, a la musulmana, un temor que se va esculpiendo en la sociedad a través de un relato falso, como el aumento de la violencia, la "dificultad para acceder a la vivienda" (¡!) y la aniquilación de identidades y culturas; pero no solo. En la citada entrevista de La Vanguardia —que conviene no perder de vista por ser un tipo de canal que, hasta ahora, carecía de interés para la ultraderecha—, Abascal insiste mucho en ese mantra neofascista que es la invasión migratoria, la islamización de España que viene a imponerse, pero en un giro de mayor xenofobia, si cabe, el presidente de Vox pide un cierre de fronteras completo, metiendo el dedo en pleno debate interno del PP: ¿Qué hacemos con los inmigrantes latinoamericanos —una importante bolsa de votos conservadores, por ejemplo, en Madrid— cuando hablamos de expulsiones?
Vox, como Donald Trump en EEUU, tiene ese dilema resuelto y esta entrevista a Santiago Abascal supone un buen altavoz para hacer llegar el mensaje a Feijóo (y a Ayuso): "Llegados a este punto de invasión migratoria, creo que hay que parar porque hay un 15% de inmigrantes legales en paro. Hay que parar. España no puede asumir más inmigración. No es el momento de decir queremos este tipo de inmigración en vez de la otra. Ese momento ya pasó. Hay que reordenar España", advierte Abascal en La Vanguardia. La dirección nacional del PP negocia en estos momentos y a cara de perro un sucesor para el inclasificable Carlos Mazón en la Comunitat Valenciana; no quieren que haya elecciones pero, además, buscan que no se note que hay más cesiones del PP a Vox que las varias y fascistas que ya aceptara el del Ventorro. Las pretensiones por parte de los ultras van a máximos, conscientes de que llevan el viento de cola hacia las futuras urnas y no tienen nada que perder con o sin elecciones. Se les nota en el fondo y en la forma en cómo plantean sus exigencias —públicamente— a quienes intuyen —y los hechos les respaldan— que acatarán la xenofobia, la aporofobia, la islamofobia y lo que venga. Solo falta comprobar hasta qué punto Feijóo es consciente del olor a sangre propia que le precede.
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