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Santos Cerdán, convertido ya en el mayor escándalo de la legislatura, ha salido de la cárcel con
permiso del juez, que lo mantenía encerrado provisionalmente por el
riesgo de destrucción de pruebas antes del juicio. Es el único alivio
para el PSOE: si el juez lo ha soltado, será porque cree que no hay
mucha más porquería que esconder. Salvo ese detalle, todo lo demás pinta
peor que nunca.
Con todas las piezas sobre la mesa, el último informe de la UCO señala sobre todo a tres obras concretas
que el Ministerio de Ábalos adjudicó por más de 245 millones a la
alianza empresarial formada por Acciona y Servinabar, la empresa
controlada en secreto por Cerdán. Hablamos de una autovía en Logroño,
un ferrocarril en la provincia de Barcelona y unas reparaciones de
emergencia en un conocido puente de Sevilla. En esas operaciones, la
empresa de Cerdán se habría embolsado casi 5 millones de euros y está
por ver cuánto de eso realmente se dedicó a efectuar trabajos y cuánto
fue pura comisión a repartir entre Cerdán y su socio. A la salida de la
cárcel, Santos Cerdán ha hecho unas breves declaraciones: no es lo que parece.
Pero
el exsecretario de Organización del PSOE no puede ser muy optimista con
su futuro judicial y tiene un espejo en el que mirarse: para José Luis
Ábalos, su antecesor y ya veremos si también su cómplice, la Fiscalía
Anticorrupción pide nada menos que 24 años de cárcel, por el caso paralelo de las comisiones en la compra de mascarillas, el anteriormente conocido como Caso Koldo.
- El desierto de Almería. A Juanma Moreno se le ha aparecido Santos, porque gracias a ese informe de la UCO casi nadie está hablando del otro informe de la UCO:
ya van cinco detenidos en Almería por otro caso mascarillas y los
agentes investigan a dos hermanos del presidente de la diputación,
miembro de la dirección del PP en Andalucía. Feijóo, claro, quiere enterrar el asunto.
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