Y el ácaro de la sarna se quedó con nosotros
Es posible que muchas personas piensen que la sarna es una enfermedad de la antigüedad, cuando las condiciones higiénicas eran muchos mas precarias, y que ya no se padece, pero hace tan sólo tres semanas una mamá me ha consultado porque en la guardería a la acude su hija se había detectado un caso de sarna.
Creo importante considerar el sentimiento del paciente y familiares cuando se les dice que tienen sarna. Porque aunque está claro que la situación higiénico-social no es causa del contagio, es evidente que la primera impresión les traslada a la Edad Media, a esa creencia de suciedad y de maleficio. No comprenden con qué circunstancia y entorno pueden haber contactado y sobre todo, se preguntan por qué. Luego llegan las dudas sobre la eficacia del tratamiento y el miedo a contagiar a personas cercanas.
Tratar esas sensaciones, acompañar al enfermo y aclarar sus dudas, aportando seguridad y confianza es también labor del médico y quienes utilizamos la terapéutica homeopática contamos con esos medicamentos tan útiles en el tratamiento tanto físico como emocional y mental.
Vamos a hacer un recorrido por la de historia de esta patología, su etiología, síntomas, vías de contagio, tratamiento convencional y la prevención de contagios. Así mismo, revisaremos cómo se puede tratar con homeopatía.
Antecedentes históricos
Ya Aristóteles, en el siglo IV a.C. hablaba de “akari”, un ácaro que afectaba a la madera.
En la Edad Media eran muchos los casos de afectación de la piel con picor intenso que se trataban con azufre (esto es interesante considerarlo cuándo comentemos los medicamentos homeopáticos). En ese momento, como muchas otras enfermedades, se pensaba que era producida por maldiciones y “castigo divino”.
Ya en el siglo XVII se identificó el ácaro de la sarna y en 1834, Simón François Renucci consiguió extraer dicho ácaro de varios pacientes.
Años mas tarde, en 1844, Ferdinand von Hebra, en su obra ”Acerca de la sarna” (Uber die Kratze) describió la enfermedad de forma exhaustiva.
Samuel Hanhemann, en el siglo XIX, gran médico a quien debemos el estudio, investigación y desarrollo de la Homeopatía, dedicó gran parte de su trabajo a comprender y tratar las enfermedades en pacientes que tenían antecedentes de sarna, en lo que él denominó la Psora.
Etiología
La sarna, también llamada scabiosis, – del latín scabere que significa rascar-,está provocada por el Sarcoptes Scabiei, variedad hominis, un pequeño ácaro, también conocido como “arador de la sarna”, que pertenece a la misma familia que las garrapatas. Tiene ocho patas, un cuerpo oval y la hembra mide 0,4 milímetros por lo que sólo son visibles al microscopio. El macho es mas pequeño y muere tras la cópula. Esta variante hominis sólo vive en la piel las personas, donde la hembra, una vez fertilizada, se introduce bajo la piel excavando diminutas galerías para depositar sus huevos y muere a las 5 semanas, tras la puesta. Los huevos eclosionan a los 3 o 4 días pero tan sólo un 10% llegan a adulto.
Su ciclo de vida es de 20 días, pasando por las fases de huevo, larva, ninfa y adulto.
Prevalencia
No es una enfermedad de declaración obligatoria en casos aislados (sí en caso de brote, que se considera cuando aparecen mas de dos casos en el mismo ámbito y en un espacio corto de tiempo, según normativa de las Comunidades Autónomas). Se sabe que en la Comunidad de Madrid se ha pasado de los 3.413 casos en 2018 hasta los 18.352 en 2023. La Academia Española de Dermatología afirma que los casos aumentan un 40% cada año en España desde 2019.
Parece ser que la convivencia durante el período de aislamiento debido a la pandemia por Covid ha podido favorecer las condiciones para el incremento de los contagios.
¿Cómo se contagia la sarna?
Como ya he comentado su propagación no está vinculada con clases sociales ni con deficiencias higiénicas. Se contagia por el contacto directo de piel con piel, incluyendo el contacto sexual, con las personas que padecen la enfermedad.
También se puede contagiar al compartir objetos con una persona infestada como prendas de vestir, ropas de cama, toallas y sofás porque el ácaro puede vivir fuera de la piel hasta 3 días.
Aparece, sobre todo, en familias, residencias de ancianos y de estudiantes, guarderías, cuarteles, prisiones y centros de acogida.
Las sarna se transmite durante el periodo de incubación y hasta que se eliminan los huevos y los ácaros. El periodo de incubación es de 2 a 6 semanas en personas que no han tenido sarna y de 1 a 4 días en re-infestadas.
Se puede dar en personas de cualquier edad, sexo, raza y nivel económico.
¿Qué síntomas presenta?
La scabiosis se manifiesta en la piel con:
- Prurito o picor muy intenso que empeora por la noche (cuando la hembra deposita los huevos). Es debido a una reacción alérgica a los ácaros, huevos y sus excrementos. Este picor es mayor en las zonas en las que aparecen las lesiones.
- Pequeños granos, pápulas, erupción de color rosado hasta rojo que se localiza, principalmente, en las muñecas, zona de pliegues (entre los dedos, cuello, ingles, axilas, glúteos, región mamaria y pene), pero pueden aparecer en otras partes del cuerpo.
- Lesiones de aspecto alargado con forma de surcos que corresponden a las galerías excavadas por el parásito.
Puede ocurrir que los síntomas tarden en aparecer o que se confundan con una urticaria, alergia o eccema lo que, con frecuencia, retrasa el diagnóstico y el tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento para eliminar la sarna?
Es importante tener en cuenta las diferentes vías terapéuticas y actuaciones para conseguir el bienestar del paciente, su curación lo antes posible y controlar la diseminación y la reaparición.
Tratamiento farmacológico.
1.- Aplicación tópica de Permetrina al 5% o benzoato de bencilo en concentración del 10% al 25%, desde el cuello y por todo el cuerpo dejándolo actuar entre 8 y 14 horas antes de aclarar.
Para asegurar que se elimina el parásito es conveniente realizar una segunda aplicación una semana después.
2.- Tratamiento oral con Ivermectina, un antiparasitario, que se recomienda sobre todo en sarna severa o ineficacia del tratamiento tópico.
El picor es atenuado con antihistamínicos.
¿Cómo actuamos con homeopatía?
El tratamiento tópico descrito se hace necesario para eliminar el ácaro, pero serán de gran ayuda los medicamentos siguientes para tratar la molesta sintomatología y el terreno del paciente, evitando así las recidivas.
– SULFUR, de elección en el picor que empeora por la noche, con al calor de la cama y al contacto con el agua, ya sea fría o caliente. Tras el picor el paciente describe una desagradable sensación de quemazón.
– HISTAMINUM para regular los mecanismos de reacción alérgica.
– APIS MELLIFICA considerado un medicamento de edema y serosas, su modalidad de mejora con el frio y ante posible edema y lesiones por rascado pueden hacerlo interesante en esta situación.
– PSORINUM, es el bioterápico específico, tanto en los afectados como para prevención en los contactos. Es utilizado, además, en personas que tienden a las parasitosis, con patologías de repetición y con lentitud en la recuperación de enfermedades. Son pacientes con astenia, ansiosos que mejoran comiendo y muy frioleros. Su piel presenta un aspecto sucio y enfermizo.
Y, como siempre en el método homeopático, indagaremos en la individualidad del paciente para conocer el medicamento idóneo de terreno, principalmente los ya nombrados Sulfur y Psorinum y Calcárea Carbónica.
Medidas higiénicas complementarias.
- Actuación sobres los contactos cercanos a la persona afectada y aplicación de medidas tópicas aunque no tengan síntomas.
- Lavado por separado de la ropa personal de la persona infestada y contactos, así como sábanas y toallas, todo en agua caliente a 60 grados y, si es posible, secado en secadora a temperatura alta.
- Aspirado de colchones y sofás usados por afectados y contactos.
Es muy importante seguir correctamente las pautas higiénicas y de tratamiento, tanto para evitar la propagación del parásito como la reinfección de las personas ya afectadas.
Os comparto también que en el caso de la niña de la guardería que os conté al principio, le prescribí una dosis semanal de Psorinum como preventivo. No tuvo ningún síntoma ni contagio.
Y como siempre, contestaré con gusto los comentarios y sugerencias. Muchas gracias
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