Gracias, hermano Antonin Dvorak, por este delicioso regalo, que puede acompañar nuestro camino por este mundo, atravesando causas y efectos, cuestas difíciles, subidas y bajadas, luces y sombras, lo viejo y lo nuevo, lo amargo, lo salado, lo dulce y lo nutritivo...pero siempre con la seguridad de que estamos componiendo en nuestro entorno, como tú: La constante "Sinfonía del Nuevo Mundo"con la orquesta del Amor Infinito a nuestra disposición, que orienta los resultados según en qué partitura personal y con qué instrumentos elegimos hacerlo..., nada más y nada menos!
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