No
es una exageración, es una realidad científica que hay que afrontar. Y
es que se está poniendo cada vez más difícil encontrar un hueco para
poner la toalla en la playa:
- Por cada centímetro que sube el nivel del mar, se pierde aproximadamente un metro de playa.
El aumento de la temperatura del agua, las tormentas, DANAs y demás
eventos climáticos extremos, están llevando a las playas al límite.
- Además, algunas prácticas urbanísticas, con ese afán por llenar de cemento y ladrillo la primera línea de playa, también están destruyendo la costa.
Pero aún hay
soluciones, sol. Soluciones que han de ser urgentes y locales, porque
cada tramo de litoral tiene características propias, y que pasan por reducir las emisiones causantes del cambio climático y adaptar la costa para que pueda ejercer su función de barrera protectora.
Para que la
costa pueda protegernos de los peores impactos del cambio climático,
primero tenemos que protegerla y conservar sus playas.
Gracias por tu compromiso,
El equipo de Greenpeace
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