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Pedro Sánchez ha pasado al ataque.
El jueves, el día del bombazo, el día en el que nos aseguró que se
acababa de enterar de que su mano derecha en el PSOE, Santos Cerdán, era
un más que probable corrupto, pidió varias veces perdón por confiar en
quien no debía. Fulminar a Santos Cerdán y luego pedir disculpas era
necesario para sobrevivir a esta crisis, pero quizá no suficiente: ayer
estuvo reunido cinco horas con la dirección de su partido, que le
demandó más medidas, más cambios, pero sobre todo le dio su respaldo
para sostener el Gobierno hasta 2027. Habrá nuevo organigrama para el
partido, habrá auditoría externa y habrá una comisión de investigación
parlamentaria propuesta por el propio PSOE.
De esas cinco horas, Sánchez salió con otro tono,
más arriesgado: “Mi deber como capitán es tomar el timón y proteger el
Gobierno de coalición progresista”. Sánchez sabe que en esta partida la
única carta que tiene es la más importante: es él o Vox.
“Yo no solo represento a los votantes del PSOE, represento a millones
de personas que no quieren un gobierno de Vox. Entregar las riendas del
país a PP y Vox sería una tremenda irresponsabilidad”. Y es verdad, y
eso le da mucho poder de resistencia ante lo que esté por venir.
- Si lo más importante para ti es, más allá de los detalles de la
trama, si cae o no cae el Gobierno, la respuesta corta a día de hoy
sigue siendo la misma: no. Todos los socios de investidura, de Sumar a Podemos,
de PNV a ERC, tienen que hacer su coreografía para marcar distancias,
pero ninguno cargará con la culpa de un adelanto electoral que derive en
un gobierno de Vox. Como Sánchez lo sabe, ha retado a la derecha a
presentar una moción de censura. Eso por ahora tampoco va a pasar.
Eso
no significa que el PSOE esté tranquilo. Está lo contrario de
tranquilo. ¿Cómo es posible que Ábalos y Cerdán hicieran todo aquello y
que nadie se enterara? ¿Qué más hay que no sabemos? Hoy en el podcast,
analizamos el pánico que se ha extendido en el partido. Lo hacemos con
José Enrique Monrosi, el compañero que le ha hecho las preguntas que
había que hacer tanto a Santos Cerdán como a Pedro Sánchez.
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