Aquí va una clase intensiva de reflexión y despertar colectivo e individual, la sustancia inseparable de una verdadera humanidad que todavía, tras milenios de despiste, no acaba de alcanzar esa nueva experiencia vital que cada vez es más urgente y necesaria, tanto para la supervivencia de la especie humana como para la calidad imprescindible de una Vida que valga mucho más la alegría que la puñetera pena, como antivalor añadido en el hueco cada vez más grande del valor eliminado in crescendo, por la pésima forma de entender nuestra sustancia y nuestra esencia, atados por hábitos sociales domesticadores y sadomasoquistas, mucho más que educativos, sanos y liberadores.
Estas reflexiones de Noam Chomsky dan en el clavo, sin la menor duda. Es cierto que lo que Hannah Arendt llamó "la banalidad del mal" se cuela por todas partes, y eso debería hacernos caer en la cuenta de que los problemas colectivos no sólo existen porque el capitalismo los crea y los aumenta, sino, sobre todo, porque hay una base personal, aún mayoritaria en, la humanidad, que, como en la Cueva de Platón, está habituada a la normalización de lo más egópata y primario del "sí mism@s", que impide a la mayoría avanzar y superar el animalismo primitivo heredado, mezclándolo con lo que llaman "ciencia" y hasta confunden con el término consciencia. Todo lo contrario. Analicemos semánticamente la raíz lingüística del término latino: cum scientia=con conocimiento, que aunque se ha confundido desde hace milenios, no es lo mismo que cum sapientia= con saber. El saber es solamente acumular teoría, tener noticias de que las cosas existen en la superficie, nada más, sin embargo el conocer requiere la integración de lo sabido teóricamente, porque sólo nos lo han contado, explicado, lo hemos leído y estudiado en clase, nada más, sin entrar en la consciencia, humana. Una cosa es sólo "saber" y otra conocer. Por ejemplo, se pueden tener en casa y saberse de memoria un montón de recetas de cocina y no haber cocinado jamás. Se pueden estudiar muchos idiomas en casa y en nuestro país, pero sólo podremos hablarlos y conocerlos de verdad, si nos vamos a vivir al país que conoce en la práctica el uso básico y natural de cada lengua. Pues ésa es la diferencia que hay entre la periferia y la profundidad del Ser humano. Nuestra cultura se basa, fundamentalmente en la sapientia. En ser "listos", curiosos, fardones, parlanchines, presumidos a causa de la "brillantez" del homo sapiens. Pero con una falta tremenda de lo que en Grecia se llamó gnosis= conocimiento.
En semejante situación la propia evolución de la especie sufre un atasco persistente y milenario. Por esa sinrazón hemos llegado al actual estado específico. El saber es el máximo nivel al que puede llegar el ego humanoide en su actual estado, sólo humanoide, porque aún no es completa y plenamente humano de verdad, pues sólo se puede llegar esa nueva condición cuando el ego cavernario y primitivo deja de llevar el volante del coche o el timón del barco, para dejar la conducción en manos de la consciencia, que ya no es sólo cosa de uno solo, sino también la esencia más plena y sana del Nosotr@s, y dejar así que el consciente factor humano de verdad, siempre in crescendo, en la experiencia inteligente de la humildad sofraterna, haga evolucionar la animalidad primaria, productora de la egopatía, una verdadera pandemia milenaria y recurrente, que para esta pseudohumanidad no sólo es "lo normal", sino también lo rimbombante, el éxito, el aplauso, el dinero a espuertas y el ppoder enloquecido, que se apropia de todo hasta agotarlo, contaminarlo, pudriendo, destruyendo todo lo que pilla, y hasta lo que el mismo trastorno va fabricando, vendiendo y comprando. Un ejemplo recientísimo: el contenido de la canción con que España ha participado en el último festival de Euroficción. No hay palabras para calificar ese completísimo modelo de egopatología sistémica.
Algo parecido es el significado del concepto "lucha" tomado como algo valioso y ejemplar, porque se le ha concedido el "don" de lo popular, de lo que no se resigna a sufrir daños causados por los poderes desatados, crueles e injustísimos, de este mundo, aunque esa "lucha" no ofrezca la posibilidad del verdadero cambio, sino sólo el salto de un tipo de ego, a otro. Pues a la larga, todos los "vencedores" de las luchas, acaban enredados en las mismas cadenas del ppoder y, como sucedió, por ejemplo, en la URRSS, estableciendo un zarismo de izquierdas, tan desastroso como el de derechas. O como sucedió en el cambio del imperio romano por el imperio cristiano, montando guerras de religión, cruzadas y "santas inquisiciones".
El capitalismo y todo tipo de abuso inhumano, no son la causa de la desgracia globalizada, sino la consecuencia de la atrofia humana tan dormida y perdida en las garras de lo inhumano, precisamente, por la falta total de consciencia, de alma y de sensibilidad intelectiva, un estado laberíntico, que, entretenido en su maraña constante, rota sobre sí mismo, incapaz de cortar por lo sano y de iniciar un nuevo rumbo para la especie y para la misma creación constante del panta rei .
Que la perversa manipulación de la industria farmacéutica mundial y hasta de la propia medicina convertida en taller mecánico y negocio pseudoasistencial, y que la propia "ciencia" sin consciencia se hayan convertido en más dependencias del mismo laberinto, apoyándose en falsos remedios meditativos a base de yoga, meditaciones tecnodirigidas, medicamentos en plan drogas, enredos y soplos paranormales, todo ello a base de pagar un pastón, sin que eso cure de verdad a nadie y las depresiones vayan en aumento, al mismo ritmo que los inventos de la I.A. y la depredación antiecológica al servicio del negocio mundial, en el que se pretende que sea imposible vivir sin estar pegados a las máquinas, a los móviles, a las pantallas, al cotilleo constante, frívolo, estúpido y letal para el cambio cada vez más urgente e impresicindible que sólo puede producirse mediante el despertar individual del Nosotr@s, que además de materia es energía que mantiene la vida en distintos planos del SER. Y todo ello, porque una multitud de personas dormidas y sólo preocupadas por el ruido y "las luchas", por las ganas de pelear, de ganar y de imponer lo que a ellos les gusta o les interesa, tampoco puede ser la garantía de que las cosas evolucionen en vez de involucionar.
El Todo se sostiene con la salud, la energía y el equilibrio sano de sus elementos, sin los cuales el Todo se quedaría en nada. De modo que lo que ya nos toca es dejar de combatir, de ver enemigos en los diferentes, nos toca crear y aportar nuevos planos de la consciencia, como ya dejó clarísimo Pierre Teilhard de Chardin y por cuya aportación se le castigó y se le cerró la puerta a su preciosa aportación, que de haberla tomado en serio y puesto en marcha, habría aportado una energía magnífica, que habría abierto mucho antes las puertas a una nueva concepción del mundo y de la humanidad, que sin duda habría facilitado la asimilación del fenómeno humano en el medio divino, mucho más allá de religiones y ataduras sin sentido ni posible comprensión. Pues la verdadera humanidad es divina sin necesidad de ataduras, juicios, condenas, peleas, conflictos ni fijaciones.
Antes que cualquier creencia, ideología, rituales, negocios, fanatismos o intereses egópatas confundidos con libertades y derechos, está el Bien Común; sólo la proximidad afectuosa, la comprensión, la capacidad de la empatía, la verdadera humanidad de la compasión, el cariño y la ternura, también en el funcionamiento diario de reglas, leyes e instituciones, aportan muchísima creatividad y muestran caminos nuevos a estrenar, que no siempre muestran otros y otras, sino que también son obras y gracias de cada un@ de nosotr@s, no es necesario ser importantes ni famosos ni poderosos, basta con aprende cada día a ser verdaderamente human@s; sólo así puede crearse a cada paso, a cada respiración, a cada idea, la nueva tierra y el nuevo cielo.
La solución no es ni será jamás la condena y derrota de "los malos" ejecutada por la victoria salvadora de "los buenos". Mientras haya guerra de cualquier tipo entre nosotr@s, y estemos divididos y enfrentados, aunque sea por las mejores causas, nada podrá cambiar en este mundo. Repetiremos curso infinitamente suspendid@s en el examen final...
Así que dejemos a un lado los juicios y las condenas, y abramos la Casa Común de par en par, para que a quien nos pida un trozo de pan le demos también parte del pan nuestro de cada día, entendiendo las diferencias, confiando en el Maestro del Corazón mucho más que en WallStreet, en Hollywood o en Las Vegas, ni en los templos del saber sin conocer, sino bailando junt@s al ritmo divino y humano de la Vida Infinita, mientras damos las gracias desde dentro de cada un@ de nosotr@s por cada instante de vida, por cada milagro tan de Tod@s, como, sencillamente, de cada un@.
El Amor Infinito que es nuestro origen y destino, ya se encarga de hacer cada día la lista de la no-compra/regalo en el supercielo de la Igualdad, de la Sororidad y de la Fraternidad...Ahí está el divino cajero nada automático sino supraconsciente, de la Libertad verdadera entre l@s hij@s que vuelven a casa, supercontent@s de encontrarse por el camino.
Ánimo, hermano Noam Chomsky, tú también estás eternamente invitado al abrazo que alimenta y regenera a cada instante, sin que nadie nos manipule ni cambie los personajes del mismo relato para que la cosa parezca lo que no es y volvamos a morder el mismo anzuelo una vez más, que ya está bien,¿no?... Ains!!!!
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