martes, 4 de junio de 2024

Ole, ese Nacho Escolar!!!!! 👍👍👍👍👏👏👏👏🙌🙌🙌😍😍😍😍


Ser europeo

Ignacio

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Dos datos que probablemente están relacionados: España es uno de los países más europeístas y, al mismo tiempo, el Estado menos chovinista de Europa; donde menos gente cree que su cultura es superior a la del resto. Ambas realidades sociológicas sin duda nacen de nuestra historia: del pésimo siglo XIX, de tres cuartas partes nefastas del siglo XX, de cómo Europa fue clave para sacarnos de ese atraso.

La construcción nacional española fue incorrecta e incompleta. La patria, la soberanía del pueblo, eran un invento progresista, que venía de una Revolución Francesa que convertía a los súbditos en ciudadanos. Pero en España fracasó la patria del pueblo y triunfó su versión reaccionaria: el nacional catolicismo. Una construcción que, de tan deficiente y excluyente, se cayó después a trozos y nos legó un país acomplejado, incluso cuando dejó de tener motivos para ello. En todas las encuestas, los españoles creen que España está peor de lo que está, en comparación con otros. Que somos más corruptos, más pobres, más incultos o más atrasados de lo que realmente somos.

España, con todos sus problemas, es hoy uno de los países más prósperos del mundo y en gran medida se lo debemos a la Unión Europea. Una Europa imperfecta, mejorable, que en muchas ocasiones decepciona –como ahora ante el genocidio de Gaza o con su hipócrita política migratoria–, pero que se parece más a ese ideal de libertad, igualdad y fraternidad que aquí llegó más de un siglo tarde. No hacen falta muchas ucronías para imaginar cómo sería este país si no hubiéramos entrado en la UE: uno peor, eso es seguro. Tampoco hay duda alguna de qué sería de España si dejáramos de ser Europa: basta con viajar a Reino Unido.

La Unión Europea ha sido un éxito civilizador, la construcción política que más felicidad ha generado a sus afortunados habitantes. Si pudiéramos elegir dónde nacemos –solo la región, no la familia–, Europa sería la apuesta más segura, aunque haya países más ricos. Porque esta Europa imperfecta, mejorable, es la zona del planeta que mejor ha compaginado la igualdad y la libertad. Porque fueron los europeos quienes inventaron el estado del bienestar. Y también quienes lograron traer la paz a un continente violento, depredador, colonialista y que provocó las grandes guerras mundiales.

Es una Unión Europea que también ha aprendido de sus errores. Basta comparar la negligente y dañina respuesta que dio ante la crisis del euro y la quiebra del sistema financiero con cómo se ha gestionado la salida de la pandemia. 

 Es una Europa que hoy está amenazada por el renacer de la extrema derecha, que tanto daño hizo antes en nuestra historia, y que hoy pone en cuestión los pilares mismos del edificio, esos que figuran en la carta de derechos fundamentales de la UE: la dignidad, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la ciudadanía y la justicia. Es esa Europa en la que, como español, yo también creo. Y que explica por qué hay tantos españoles que, antes que cualquier otra identidad, queremos ser y sentirnos europeos.

Texto publicado en el número 44 de la revista de elDiario.es, 'Qué ha hecho Europa por nosotros'. Hazte socia o socio antes del 30 de junio y te la enviamos a casa. 

 

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 Comentario del blogg:


Muchas gracias, Nacho Escolar, por esta declaración de europeidad imprescindible, para vivir integrad@s en el mismo tejido que nos sostiene, Europa. Pero, pensemos, ¿a qué Europa nos referimos y qué Europa queremos? 

Nuestra historia continental tampoco se libra de compartir la misma genética histórica sea del país que sea. Unos en esppañol, otros en francés, en portugués o en alemán, austriaco, italiano, polaco, inglés , griego, húngaro o ruso... Tenemos una historia durísma, donde la guerra siempre ha sido "la niña bonita" del gallinero y el ppatroterismo la justificación absoluta de todo lo ppeor. 

Europa se curará de su propia enfermedad cuando sea capaz de decir adiós a las fronteras, a las guerras sean donde sean, y al complejo de madrastra superiora mundial que ha dejado en herencia a los USA, que ahora son los padrastros superiores de la humanidad, siguiendo el modelo materno. Tenemos tanto que reconocer, que aprender, que aceptar y compartir con todas las víctimas del Planeta, tanto perdón que pedir y recibir, que hasta que esa cuestión no se sane y se cure de verdad, no habrá gobiernos ni parlamentos que la reconstruyan, porque los mejores y más sanos siempre serán los "flojos" y los peores y más tóxicos, los "fuertes", cuando,en universo más amplio y creador,  la cosa es completamente al revés: sólo mediante el bien común y la fraternidad universal como sistema de gobierno europeo y mundial, podrá tener arreglo y sentido existencial este destarifado, ciego y loco continente psicopenitenciario, en el que nada parece lo que es, y cuando lo parece, se acaba montando el pollo armamentista de turno para que los afines a la rupestrilandia  de siempre no pierdan ganancias ni ppoderes manipuladores, aunque para ello se den la mano Feijóo y Puigdemont, que para ello ya disponen de una fantasmal amnistía, que para cada uno de los dos significa lo contrario y así acabar en las mismas for ever and ever, again, rodead@ de Van der Laydens, Melonis(¿!), Rajoyses, Feijóoses, Macrones, Orbanes, todos juntos cortando las orejas y el rabo al banderilleado y rejoneado toro de la democracia, de la solidaridad, de la acogida, de la honestidad, de la justicia y de la ética...

Ojalá ser europeo fuese lo que dices hermano Ignacio, eso sería genial, ¡ya lo creo, qué más quisiéramos! Ojalá la luz se encienda ya mismo en mentes, almas y conciencias al contacto con las urnas y que de ese modo el pueblo europeo, por primera vez en su historia, pueda llegar a ser el héroe verdadero, autoliberador y sanador de lo peor de sí mismo, el Sócrates, el Hipócrates, el Aristóteles, la Hildegard von Bingen, el Galeno, el Paracelso, el Serveto, el Galileo, el Hahnnemann, el Kant, el Descartes, el Hegel, el Buda, el Cristo, el Gandhi, el Luther King, el Mandela, el padre Ángel, la sor Lucía Caram, las familias gitanitas de la Fuensanta y de Las  Casitas Rosas en El Cabañal, los emigrantes de Entrevías y en Pozo del Tío Raimundo, con Josema Llanos y Enrique de Castro recogiendo lo chungo y pasando la fregona del cariño, la ternura y la normalidad... ojalá! Eso sí que sería un bombazo de amor y vida verdaderamente NUEVA!

Y también la comprobación personal y comunitaria de que hasta el salto cualitativo cósmico que descubrió el Premio Nobel de Física Ilya Prigogine, está a la disposición colaboradora de la conciencia despierta entre las especies cósmicas de esa creación que no para de fluir en las ondas infinitas y cambiantes del panta rei...



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