Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.

Sor Juana Inés de la Cruz

Una vez acabado el libro de Henry Miller titulado El coloso de Marusi no puedo dejar de pensar en una de sus frases: no necesitamos la verdad tal como nos la sirven los diarios. Once palabras, que conforman una idea de una gran lucidez.

Vuelvo a ella una y otra vez, para coincidir con el escritor americano en la necesidad de declararse en huelga y rechazar todo interés por lo que haga el vecino. No sé muy bien por qué, quizás por una cuestión de educación, pero desde niño he pensado así y me conforta no ser el único ser extraño del planeta.

Coincido en la confianza en el poder que tenemos los ciudadanos de ser capaces de desprendernos de la prensa, la televisión, la radio, los teléfonos móviles y las redes sociales que son en la actualidad la principal fuente de esclavitud en este siglo XXI. Y es que, tal y como dice Byung-Chul Han, estamos muy bien informados, pero carecemos de orientación debido a la ausencia de un relato.

Todo lo que era sólido

Para Miller, hace casi cien años, los periódicos eran fuente de mentira, odio, avaricia, envidia, sospecha, miedo y malicia. ¿Qué podemos decir los ciudadanos actuales después de haber vivido recientemente una pandemia con escasa libertad?  ¿Dónde estuvo el relato? ¿Quiénes fueron los protagonistas? ¿Quiénes lo narraron?

En televisión dicen y dicen.

Tantas cosas. Loro de colores

que parlotea incansable.

Entretiene, dispersa, miente,

apaga conciencias, perturba mentes.

Manolo García

Los informativos de televisión se han transformado en un monstruo bicéfalo que o vomita violencia o te quiere vender algo. Los propios locutores son mujeres y hombres anuncio y te dejan bien claro que todo lo que no tiene morbo ni es gore está en venta.

Las redes sociales están inundadas de narcisismo pueril que suele rayar en lo ridículo cuando no es un corrillo de insultos y un cultivo de todos los odios posibles, antiguos y nuevos.

Quizás, se salve la radio. Un medio en general menos hostil, con voces que parecen ecuánimes, equilibradas y respetuosas (¡qué caro está el respeto!) y que sigue manteniendo programas musicales y culturales (existen en la televisión, aunque son minoritarios) de calidad, donde se practica el difícil arte de la escucha.

Es muy posible, que no sea casual la puesta en escena estos días en el Teatro Español de El sueño de la razón de Antonio Buero Vallejo. Escrita en 1970 es de plena actualidad, como toda obra clásica, porque nos habla de la España de siempre, condenada a la incultura y al ostracismo por culpa de la frivolidad y simpleza de los gobernantes.

La humanidad tropieza reiteradamente en la misma piedra. Esto explica por qué los monstruos provocados por el sueño de la razón han surgido como de la niebla, se acercan y nos acechan de nuevo. Pero parece que mientras nos hacemos selfies y devoramos series en las pantallas no nos damos cuenta ni nos preocupamos de los nuevos “fernandos séptimos” del siglo XXI.

¿Con cuántos Goyas capaces de rebelarse contra el tirano contamos?

Pensadores como Esquirol, Bauman, Byung-Chul Han, Marcus Gabriel o Zizek apostarían por Buero y estarían de acuerdo con Miller, porque casi todo lo que era sólido, se ha transformado en líquido.  

¿Estamos en occidente ante una nueva caída del Imperio Romano?

Dice Antonio Muñoz Molina en su ensayo curiosamente titulado Todo lo que era sólido que a “ellos” el trabajo fértil y bien hecho no les interesa, porque sus frutos tardan en llegar, y cuando llegan no suelen ser espectaculares y no les ofrecen la posibilidad de exhibirse como benefactores o salvadores.

Leyendo a los clásicos y reflexionando con Muñoz Molina es posible que los médicos de familia entendiéramos de una vez por todas por qué nadie hace nada por sacar a flote a la Atención Primaria, base de la fertilidad del Sistema Nacional de Salud. Y posiblemente igual hicieran muchos clínicos, investigadores, artistas, narradores y poetas, que, en definitiva, constituyen para mí el núcleo de la verdad y la belleza.

Fugere non possum

Hablando de belleza, no puedo dejar de pensar en Retrato de una mujer en llamas, una obra de Céline Sciamma que cuenta con la excelente interpretación de Noemie Merlant y Adèle Haenel en sus papeles principales.

Vuelvo a ver esa película, que en la primera ocasión ya me pareció una obra de arte y siento que entre todas (directora, fotógrafa, inspiradoras, pintora, actrices) son capaces de crear diálogos, imágenes y sonidos de una gran belleza narrativa y plástica.

Me quedo pensando y recordando las miradas, el lenguaje de las manos, los suaves contactos de los cuerpos, la verdad no deseada en los destinos y sobre todas las cosas, en ese vestido verde que alcanza un hermoso protagonismo del que no puedo huir. Porque la huida es imposible tal y como canta el coro de mujeres en torno al fuego. Fugere non possum es a la vez el canto y el grito comunitario que conmociona al espectador.

Del mismo modo que Miller se siente ajeno a ese mundo que gira en torno a la violencia y la necedad de la segunda guerra mundial, la actriz Adèle Haenel, en la cima del éxito anuncia su retirada de la escena cinematográfica el año 2022 por no querer formar parte del “otro” espectáculo del cine; un espectáculo, que ella define como una industria capitalista, patriarcal, racista y sexista.

Con tantos años de distancia las palabras y acciones de Miller y Haenel son sin duda valerosas. De un valor, que debería contagiarnos e invitarnos a compartir al menos, la capacidad de decir no a los que imponen normas injustas y deciden por nosotros.

Deciden, y no somos capaces de darnos cuenta, porque tal y cómo nos explica Kallifatides, la globalización, que en esencia significa que el capital internacional puede hacer lo que quiera y donde quiera, se ha convertido en una nueva teoría cósmica con muchos y muy hábiles defensores, de tal manera, que por mucho que hagamos e independientemente de nuestra ideología, las fuerzas divergentes de la religiosidad civil y el materialismo a ultranza propias de esta sociedad bélica y consumista nos mantienen atrapados y nuestra libertad nace constreñida.

La pregunta que surge de todo ello es qué hacer en un contexto tan hostil al trabajo individual y colectivo centrado en el presente, pero mirando al futuro, sin exigir un rendimiento inmediato para cada uno de nosotros.

Haremos un pastel para desinfectar

el tuétano del coloso,

lo limpiaremos de billetes

y de nada;

proclamaremos el estado

de ingravidez.

Izara Batres

La habitación propia

Hace ya mucho tiempo que los sanitarios hubiéramos tenido que adoptar una postura del valor y coherencia mostradas por el escritor, el dramaturgo y la actriz.

Por varias razones. La primera de ellas, estética, porque somos como ellos, una profesión centrada en el arte. El arte del diagnóstico, el tratamiento y el cuidado.

La segunda, por ética. Porque hace décadas que desafortunadamente, el cuidado está devaluado y la profesión médica es cautiva del capital.

Y la tercera, y no por ello última, por vergüenza torera. No es aceptable, que las decisiones sobre las condiciones de trabajo de los profesionales sanitarios y los presupuestos en salud, cada vez más insuficientes (independientemente de quienes estén en el poder) dependan de la arbitrariedad y la ignorancia.

Es indudable, que los médicos laboramos en gran medida desde una habitación propia, quizás demasiado aislada de los demás, y que todos aquellos profesionales que seguimos con la ilusión intacta lo hacemos desde el agradecimiento y la resistencia, esa resistencia íntima esquiroliana de atender a quien lo necesita independientemente de las normas, carteras o protocolos.

Y será preciso no olvidar la lección:

saber, a cada instante, que en el gesto que hacemos

hay un arma escondida, saber que estamos vivos

aún. Y que la vida

todavía es posible, por lo visto.

Jaime Gil de Biedma

Es necesario recordar que seguimos siendo herederos de los griegos. Para Miller y para muchos de nosotros, los amantes de la cultura, Grecia es la cuna de los dioses; pueden haber muerto, pero su presencia sigue dejándose sentir.  

Sentimos a Atenea, la vencedora, hija favorita de Zeus, moldeada por Fidias; a Afrodita, diosa de la belleza y el amor sensual, y la vemos a través de Simonetta Vespucci saliendo de las aguas gracias al pincel de Botticelli; sentimos a Apolo, portador de la verdad, la belleza y la armonía, patrono del oráculo de Delfos, que nos recibe triunfal con su talla de jugador de baloncesto en los Museos Vaticanos. Vislumbramos y anotamos las palabras de Asclepios, dios de la medicina y de la curación.

Con todos ellos y desde la convicción profunda en lo que hago y amo, a través del compromiso ético con los pacientes, sus familias y la sociedad, y la fuerza que genera la estética del valor asombrosamente poético de nuestro trabajo pienso que jurar a Hipócrates hoy en día no deja de ser un acto de rebeldía.

Invito por ello, a la rebelión, a todos los amantes de la salud, la verdad y la belleza. Una rebelión profunda, pacífica y comunitaria, que surja desde la habitación propia de cada uno de nosotros. Será la rebelión de los que creemos en la utilidad de lo pequeño, de lo supuestamente inútil, y en la fertilidad del trabajo bien hecho, día a día, de manera anónima y sin esperar nada a cambio.

Nada, porque sabemos de lo que hablamos; y eso, nos da la mayor de las fuerzas: la del amor.

Bibliografía

  1. Bauman Z. Vida líquida. Austral. Madrid. 2013
  2. Buero Vallejo A. El tragaluz. El sueño de la razón. Austral. Madrid. 1989
  3. Byung-Chul Han. La sociedad del cansancio. Herder. Barcelona. 2021
  4. Byung-Chul Han. No- cosas: Quiebras del mundo de hoy. Herder. Barcelona. 2022
  5. Byung-Chul Han. Vida contemplativa. Elogio de la inactividad. Taurus. Barcelona. 2023
  6. Castellanos N. Neurociencia del cuerpo. Cómo el organismo esculpe el cerebro. Kairós. Barcelona. 2022
  7. Esquirol JM. La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad. Acantilado. Barcelona. 2016
  8. Gabriel M. ¿Por qué el mundo no existe? Pasado y presente S.L. Barcelona. 2015
  9. García M. El fin del principio. Aguilar. Barcelona. 2020
  10. Gil de Biedma J. Retrato del artista en 1956. Lumen. Barcelona. 1991
  11. Gil de Biedma J. Las personas del verbo. Debolsillo. Barcelona. 2023
  12. Kallifatides T. Otra vida por vivir. Galaxia Gutenberg. Barcelona. 2022
  13. Miller H. El coloso de Marusi. Edhasa. Barcelona. 2014
  14. Muñoz Molina A. Todo lo que era sólido. Seix Barral. Barcelona. 2013
  15. Ordine N. La inutilidad de lo inútil. Acantilado de bolsillo. Barcelona. 2013
  16. Sor Juana Inés de la Cruz. Obras completas. Porrúa. México. 2004
  17. Varios autores. Poesía de la luz. Valparaíso. Granada. 2022
  18. Woolf V. Una habitación propia. Austral. Madrid. 2016
  19. https://www.rtve.es/television/20230610/retrato-mujer-llamas-curiosidades-finale-explicado-pintora/2448513.shtml
  20. https://youtu.be/Ge0M1L92YDQ
  21. https://www.teatroespanol.es/el-sueno-de-la-razon

No hay comentarios

  1. Avatar sol ruiz el 18 junio, 2024 a las 12:46 pm

    Tu comentario está pendiente de moderación.

    Querido José Ignacio, qué acierto y qué regalo de post!
    Muchísimas gracias por esa Medicina inseparable homeopáticamente de alma, conciencia, luces y Esencia de Vida…. Hipócrates es todo el tratamiento completo de Humanidad y energía renovadora constante, su enseñanza y su profunda empatía ultratemporal siguen en pie mediante quienes son parte despierta del mismo tejido universal: médicos/maestros y alumnos/pacientes, en la base del Ser.
    Un abrazo sin fronteras, querido hermano

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