miércoles, 1 de marzo de 2023

Gracias a espuertas, Javier Gallego y eldiario.es; la verdad en carne cruda y despellejada canta La Traviata a grito pelao. Es de una evidencia apabullante. Aisss..


La gente de bien👍👍👍👍🤗🤗🤗🤗🙏🙏🙏🙏

Feijóo, a su llegada al cumpleaños de Aznar, junto a su pareja, Eva Cárdenas

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En un discurso contra la ley Trans y la ley del solo sí es sí, Feijóo acabó exigiéndole a Pedro Sánchez que dejase de legislar contra “la gente de bien”. A la derecha siempre le ha gustado dividir España en dos clases: la gente de bien, que son ellos, y los malos españoles, que somos los rojos, masones, travestis, separatistas, ateos y demás degenerados que queremos romper la patria y manchar su buen nombre. De esta división viene la guerra civil. En ella se resume todo el clasismo de los conservadores. Por ella distinguen a la gente bien, de la gente pobre, porque la “gente de bien” es también “la gente bien”: el niño pera, la niña pija, la señora del visón y el señoro de traje y corbata. Con ella separan a la gente decente de misa los domingos, de la chusma atea que quiere acabar con la reserva espiritual de Occidente. La superioridad moral de la derecha no es democrática, es económica y nacionalcatólica. 

Pues, por lo visto, para Feijóo las personas trans no son “gente de bien”. Los trans no son más que otra ralea de desviados que mañana irán en masa al registro a cambiarse de género por capricho. La gente de bien es otra. La gente de bien es la que dirige la banca y las eléctricas, la que obtiene beneficios históricos pero recurre el impuesto a sus ingresos con el que el Gobierno quiere financiar las medidas contra la crisis porque les parece “discriminatorio e injustificado”. A la gente de bien no le parece injustificado y discriminatorio crecer sin medida mientras muchos españoles tienen dificultades para pagarles. La gente de bien son los Roig y compañía que suben la cesta de la compra por encima de la subida general de precios. Los Ortega que ganan como nunca y pagan como siempre: mal. Pero no los llames capitalistas depravados. Llámalos gente de bien.  

A la gente de bien no le gusta que te suban el salario mínimo ni que hagan una reforma laboral para convertir tu contrato de falso autónomo en contrato fijo. La gente de bien no quiere que haya mucha gente de bien. Prefieren seguir siendo un club reducido porque en el palco del Bernabéu el aforo es limitado. La gente de bien estaba el sábado en el Teatro Real celebrando el 70 cumpleaños de Aznar, al que faltaron los ex ministros del PP que han pasado una temporadita en la cárcel porque la gente de bien tiene tendencia a coger el dinero ajeno y llevárselo a Suiza o a un paraíso fiscal lejano. Aunque lleva siempre la banderita de España en la muñeca y coloca banderones nacionales en plazas principales. 

La gente de bien tiene una doble moral muy acusada. Son muy estrictos con la moral del pueblo llano pero muy relajados con la propia. Muy de hacer lo contrario de lo que predican. Muy de Semana Santa pero poco cristianos. Les encanta meterse en tu vida y en tu muerte, en tu casa y en tu cama, y hasta en tu vientre, pero hacer lo que les sale del bajo vientre en lo que respecta a lo suyo. Quieren llevar a sus hijos a colegio de pago pero que se lo paguemos todos. Son enemigos de lo público, los inventores de expresiones tan castizas como “la teta del Estado”, pero muy amigos de chupar del bote y vivir del cuento. La gente de bien esconde, bajo sus puños y puñetas de blanco nuclear, puñados de dinero del blanqueo. 

La gente de bien, sin duda, se hizo la semana pasada un impagable retrato, la fotografía de la moción de censura de Vox. Ahí había una buena representación de lo que son: los que utilizan la política en beneficio propio, pero dan lecciones de democracia y constitucionalismo. Los que se denominan “la España que madruga” aunque nunca han madrugado. Los que hablan de chiringuitos pero han vivido siempre de ellos, como Abascal. Los que se reforman la mansión pero no pagan al obrero, como Espinosa de los Monteros. Los que quieren que el Estado les financie a la “chacha” que es como llaman a la inmigrante a la que pagan en negro para que les haga la comida y les vista a los niños. Tamames es gente de bien. Esa gente que tiene la ideología donde tiene la cartera, parece fiable pero es traicionera, cambia de chaqueta según sople el viento y divide España en vencedores y vencidos. 

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Comentario del blogg:

Ahora nos toca, como base social, despertarnos un@s a otr@s con iniciativas inteligentes compartibles y realizables, trabajar desde la resistencia creativa hasta lograr hacer innecesaria "a la gente de bien". Y eso solo lo puede conseguir un compromiso de conciencia personal y colectiva, nunca "la lucha" eterna y estéril que es un boomerang agotador que cambia hechos puntuales, pero no el rumbo de la historia humana, y hasta con apoyo institucional, para acabarlo de arreglar. 

Solo desde la desobediencia civil no violenta e inteligente se pueden conseguir verdaderas transformaciones. En el franquismo nació la objeción de conciencia ante el servicio militar obligatorio. Al principio eran cuatro gatos "delincuentes" y "hippies", luego fue aumentando la remesa y empezaron a meterlos en la cárcel, igual que a Gandhi al inicio social de su trayectoria, lo que hizo despertar a mucha gente que tenía asumida mecánicamente la violencia como un derecho y hasta una obligación. Se empezó a reflexionar, algo que en Eshppaña no es precisamente lo normal y tras petar el dictador se fue descubriendo el territorio social de la conciencia y la superación intelectiva del terrible mantra imperial si vis pacem para bellum, si quieres la paz ten muy a mano la guerra, machote. Traducción libre, pero tal cual. 

Y se aceptó en el Estado la objeción de conciencia a cambio de aceptar un servicio social compensatorio, un hecho que hasta llegó a comprender Aznar, que ya es la repera del camino noviolento. Por ejemplo, trabajar en Cruz Roja, o en tareas como guarda forestal, o chicos de los recaos de cualquier invento estatal que no obligase a ir armados ni a pelear contra nadie. Ya fue un paso, lento, pero un paso fundamental. Nunca olvidaré la emoción y la sonrisa de un padre militar, piloto de combate del Ejército del Aire, cuando su hijo mayor, durante la comida, soltó en la mesa que se había hecho objetor de conciencia y como estudiaba la especialidad de hortofruticuldura y jardinería le habían destinado a cuidar del Parque Natural del Pinedo al lado de El Saler, junto al mar. Y eso en una familia cuyos antepasados militares durante generaciones eran 'lo normal'...Sí, de ahí también puede nacer la noviolencia y la conciencia que la alimenta y establecer nuevos valores sin despreciar ni ofender a lo anterior, es cosa de la evolución, ni más ni menos. Se puede, ya lo creo que se puede. Y sobre todo, se debe a la vida y a la energía infinita que la hace posible.

La total liberación del marrón llegó con José Bono como Ministro de Defensa en tiempos de Zapatero, que convirtió la violencia guerrera transitoria e impuesta como lo había sido siempre el servicio militar, en una profesión remunerada y al Ejército en la empresa contratante de tres en tres años, que convertía el ser soldados sin más, en una profesión al alcance de cualquier joven ansioso de experiencias heavis y no en una obligación forzosa. Un autentico logro noviolento por parte del Gobierno socialista de aquellos años fue la creación de la UME, la unidad militar de emergencias. Una antigua sugerencia de los resistentes noviolentos del Arca gandhiana en los años setenta, que Pepe Beunza(*) se ocupó de compartir con la sociedad y  de sugerir a los gobiernos en general. Una aplicación militar desarmada y al servicio de los pueblos,para evitar catástrofes, minimizarlas y hacerlas lo menos destructivas posible. Cómo no recordar su utilidad responsable y generosa en la pandemia del Covid-19, en pleno confinamiento la UME limpiaba y desinfectaba las calles, ayudaba y atendía a los pocos viandantes que cruzaban el vacío urbanita del momento buscando una farmacia o un hospital, buscando al médico o comprar lo más urgente...

La UME, todo un logro, donde se puede participar como servicio público y hacer del ejército lo que nunca ha sido: un servicio público, social, útil de verdad fraterno y noviolento.  Por primera vez en la historia el milagro de un ejército pacífico dedicado a ayudar en vez de matar "legítimamente", claro... Y su origen, Gandhi, Jesús de Nazaret "el Cristo", Shidarta"el Buda",o"El Arte de la Guerra" de Sun Tzu...O sea, los valores éticos del espíritu nunca nos han abandonado, pero para ello es imprescindible y necesaria nuestra evolución y nuestro despertar consciente para para poder reconocer que hasta lo imposible tiene arreglo, si la humanidad se lo trabaja cooperando en lo mejor de sí misma, desde lo singular a o global y viceversa. Y de ese modo, las bases sociales orientan a los gobiernos para que elijan las mejores, las más inofensivas y efectivas soluciones sin demoledores efectos secundarios, como los de las guerras, el odio, el miedo, la violencia "justa" y sus secuelas.

Pero en España, una vez solucionado el problema de la "objeción de conciencia" en plan chapuzas, sin una pedagogía social en la enseñanza y en la familia, se diluyó en la nada  la necesidad de objetar ante la violencia, y para colmo también, al convertirse esa violencia en un trabajo normalizado y remunerado por el poder político, la misma violencia se asentó como un valor y un negocio que, ya, instalado  en la libertad de elección, deshizo la posibilidad social de reflexionar, madurar y evolucionar colectivamente hacia un plano noviolento sin sentirse obligados por las circunstancias, con lo cual se ha normalizado y aceptado que la violencia sea una necesidad, una medicina, un remedio para los momentos chungos en que no se sabe gestionar o, sencillamente, no interesa establecer la paz en medio del conflicto...y con un buen ataque a tiro y bombazo limpio, limpísimo, se arregla todo en un plisplás. Se puede decir que normalizar la violencia y la fabricación de armamento es parecido a legalizar la droga y a venderla en los kioscos para luego no dar a basto para desintoxicar a los "normalmente" afectados por el consumo tóxico. Y, si para colmo hay respuesta ad hoc, pues ya está el negocio en marcha. Y  de paso, un negocio creador de empleo de lo más kuky, si total, los trabajadores que fabrican las armas y los dueños de las empresas no matan a nadie directamente, ¿verdad?, solo a mindundis del Tercer Mundo, desconocidos, seguramente malos y tontos, para nada gente de bien, xd! 

Fabricar armas, por supuesto,  da la posibilidad superlibre de utilizarlas -preguntad en USA, que son unos cracks en el tema-  y de comprarse una pistolita, un rifle o una escopeta y usarla si se quiere, la mar de bien, ellos no obligan a apretar gatillos ni dan órdenes de disparar a todo lo que se mueva, eso ya es cosa de derechos y libertades, de disciplina y obediencia militar, fíjate tú...

¿Conciencia, eh? ¿Y eso que es? ¿Dónde la venden, en elcortiglés, en Carrefour, en Mercadona? ¿Es un arte marcial? ¿Una nueva modalidad deportiva que se puede entrenar en el gimnasio? ¿ O una novela de ciencia ficción premiada en algún certamen literario o, quizás, una peli digna de  un Goya e, incluso, de un Oscar? Uy, qué lío, con tanta publicidad mezclada con tanta noticia, un@ ya no sabe donde empieza una cosa y acaba otra...¿No será este caos otra modalidad más de la violencia que dispara constantemente balas de locura tecnoaplastante a tutiplén, para evitar que la gente pare y piense? Ainsss!!! 

Tal vez la misma objeción de conciencia que en los años 70, 80 y 90 del siglo pasado despertó a miles de jóvenes españoles hasta conseguir que el servicio militar no fuese obligatorio , podría ser ahora también en tantas burradas, la mejor terapia estatal para un país como este, más perdido que el pudor, la ética y la memoria de Ramón Tamames o la vergüenza y la conciencia de Abascal y sus colegas de estropicio. Chi lo sa!

 (*)Wikipedia

José Luis Beúnza Vázquez, conocido como Pepe Beúnza (Beas de Segura, Jaén, 1947), fue el primer objetor de conciencia español por motivos políticos al servicio militar obligatorio. Anteriormente, por motivos religiosos, centenares de Testigos de Jehová habían sido objetores de conciencia, sobre todo en los años 1960. Por ello, se distingue la motivación política de la insumisión de Pepe Beúnza, quien, por consiguiente fue pionero del Movimiento Insumiso en España y promovió junto con Gonzálo Arias el «Voluntariado para el Desarrollo»

Biografía

Nieto del abogado y político carlista navarro Joaquín Beunza (que sería asesinado por milicianos republicanos en Fuenterrabía en las primeras semanas de la guerra civil española) e hijo de un notario de la misma significación política, nació en Baeas de Segura (Jaén) pero durante su infancia vivió en Tolosa, Reus y Valencia debido a los sucesivos destinos de su padre. En la Universidad de Valencia estudió ingeniería técnica agrícola y participó en el movimiento antifranquista. Durante su etapa de estudiante viajó en autoestop por Europa y conoció la Comunidad del Arca, donde entró en contacto con Lanza del Vasto. Así se introdujo al anti-militarismo y la desobediencia civil.

En enero de 1971, se presentó al cuartel y se negó a incorporarse a filas, motivo por el cual fue encarcelado. El 23 de abril, en un consejo de guerra, fue juzgado por desobediencia y condenado a quince meses de prisión, que cumplió en la prisión de políticos de Jaén. Acabada la condena, recibió la orden de volver al cuartel pero en vez de hacerlo, organizó un servicio civil en el barrio de Orriols, en Valencia. Entonces, fue juzgado y condenado en un nuevo consejo de guerra por deserción. Cumplió condena en un batallón disciplinario de la legión en el Sáhara.

Posteriormente, trabajó de jornalero y Okupa en "Els Gallecs" (Barcelona), durante 18 años como profesor en la Granja escuela de la Torre Marimon en Caldes de Montbui y como técnico en el Parque del Montnegre y el Corredor.

En 2012 Pepe Beúnza recibió el Premio del Insititut Catalá Internacional per la Pau de Constructores de Paz en nombre del colectivo de objetores de conciencia e insumisos del servicio militar obligatorio español.1


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Una prueba de esa conciencia noviolenta y comprometida con la realidad de cada día son estas reivindicaciones vivas y directas en Madrid. La conciencia ecologjsta ya no es solo cosa de grupos despiertos, sino un despertar humano colectivo y urgente sin más, lo mismo que las reivindicaciones para salvar la sanidad pública para salvar de la quema la misma vida.

 

"No a la tala": las protestas medioambientales dejan de ser un monopolio ecologista

Concentración para defender la arboleda de la zona de Madrid Río, el 18 de febrero.

La polémica sobre la tala de árboles en el parque Madrid Río ha impulsado en las últimas semanas la unión vecinal contra el maltrato de los espacios verdes. La tala de más de 1.000 árboles por la extensión de la línea 11 de Metro ha provocado que unos 2.000 madrileños de cuatro distritos se levanten contra las obras a través de toda clase de colectivos que van más allá del ecologismo, desde asociaciones vecinales a grupos de madres y padres de colegios. 

"Han intentado sumarse partidos, pero es una protesta apolítica porque el valor de esta lucha reside en que es vecinal. El parque es parte de nuestra vida y el barrio lo siente como propio", afirma Maite Gómez, presidenta de la asociación Pasillo Verde Imperial, una de las zonas afectadas por la ampliación del Metro. 

Esta vecina de Arganzuela es la portavoz del movimiento que más contestación social ha levantado desde que se supo que las obras del suburbano acabarían con árboles que han tardado medio siglo en crecer. Ahora dan sombra en verano y sirven de cobijo para vecinos de todas las edades frente al ruido y el tráfico de la ciudad.  

La zona que defienden desde esta asociación es un pequeño tramo del parque que sobrevivió a la reforma de la orilla del río Manzanares que soterró la M-30 hace ahora dos décadas. En teoría, también debían salir ilesos de la construcción de la nueva estación Madrid Río, pero una vez superado el periodo de consulta pública de la obra, la Comunidad de Madrid cambió su ubicación para levantarla en mitad del parque, llevándose por delante 279 árboles

"Tenemos vecinos que jugaban aquí cuando eran pequeños y que ahora vienen con sus nietos, por eso hay tanta conciencia ciudadana y tantas ganas de trabajar para frenar la tala", señala Gómez. "Es indigno porque es el único punto de relajación y frescor que tenemos", añade.  

Los árboles de este tramo del parque superan los diez metros de altura y son muy frondosos por su edad. Si desaparecen, la alternativa que tienen los vecinos son pequeños árboles jóvenes que no cumplen la misma función. "La naturaleza tiene la función de reducir el polvo y la contaminación del aire, y mejora el bienestar de los ciudadanos", recuerda María José Caballero, portavoz de Greenpeace. "Los árboles maduros, además, son una barrera esencial contra el sol en verano y reducen la temperatura entre 2 y 8 grados. En invierno retienen la nieve, evitan riadas y filtran los contaminantes del agua. También aportan humedad al aire, muy importante en una ciudad seca como Madrid, y eso no lo consigue un árbol joven", recalca. 

El otro punto caliente de las obras de la Línea 11 está al otro lado del río, donde van a construir la parada de Comillas, que originalmente no estaba planificada, pero la presión vecinal obligó a redibujar el diseño de la vía. En el parque de Comillas, que ya está vallado y listo para las obras, está prevista la tala de 212 árboles también plantados hace décadas.  

En el parque irá la estación, lo cual es bienvenido por los vecinos, pero también se aprovechará para meter la tuneladora bajo tierra, por lo que tendrán que limpiar todo el parque para hacer hueco. "Nos enteramos de eso en el último momento y van a arrasar con todo. Sabíamos que algo nos costaría tener una parada, pero tiene que haber un término medio", comenta Elena Sigüenza, portavoz de la Asociación de Vecinos del Barrio de Comillas. 

Ese espacio verde es la única zona de recreo en un kilómetro a la rotonda y tiene una petanca y tres pistas deportivas, además de bancos y sombra, por lo que sirve de vía de escape para vecinos de todas las edades. También tiene pegado el colegio público Perú y los niños van a ese parque a la salida de las clases. En verano acoge además un cine al aire libre. 

Sigüenza ya se hace la idea de que podría perder un jardín que le ha acompañado durante años, pero desde su asociación siguen peleando para proteger los árboles y este sábado por la mañana se van a concentrar con muchas otras asociaciones en el Puente de Toledo. 

"En este barrio llueve sobre mojado y estamos curtidos en defender nuestros árboles", señala. "Ya intentaron quitarnos los árboles de la Avenida Antonio López y fue la guerra, aunque después si consiguieron talarnos algunos cuando pusieron el intercambiador de la estación Plaza Elíptica. Tenemos canas ya de las cosas que nos hacen, pero la fuerza vecinal es imparable", zanja la portavoz.  

El ejemplo de la zona de Arganzuela, donde han logrado paralizar al menos temporalmente la tala, aunque los vecinos de la zona de la parada Madrid Río son escépticos con la medida cautelar que ha tomado la Comunidad. "Tememos que no van a talarlos ahora porque hay elecciones, pero después van a ir a degüello", opina Maite Gómez. 

Aunque la respuesta a la tala está protagonizada por los vecinos, los movimientos ecologistas sirven de importante altavoz para la causa y Ecologistas en Acción es una de las organizaciones que trabaja en el terreno para proteger estos árboles. Jesús Martín, responsable del Área de Naturaleza de esta ONG en Madrid, critica que en los últimos meses son muchas las zonas de la región que están sufriendo la tala discriminada, un problema que relaciona con la cita electoral del 28 de mayo. 

"En periodo electoral se transforma la ciudad y una de sus víctimas siempre es el árbol. Se busca construir e inaugurar instalaciones rápidamente y por el camino se tala indiscriminadamente", explica.

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