jueves, 30 de marzo de 2023

Esta es la vía; gracias, Carlos Sánchez Mato. Pasar de sumar a multiplicar, como Jesús consiguió con los panes y los peces. Que nadie falte a la hora del milagro, porque solo así el milagro es posible. En realidad sólo Somos plenamente conscientes, eficaces, lúcidos y humanos de verdad, cuando estamos unid@s para las mejores causas, no sólo para nuestros asuntos y fijaciones, cuando juntamos lo mejor que tenemos y lo menos bueno se transforma también en compost para el cultivo de la más sano. Que ni la soberbia, ni la cabezonería, ni la inmadrez sabihonda nos impidan crear sabiduría, humildad, que es la toma de conciencia de la realidad y del progreso compartido; si Podemos se niega a servir a la causa de TOD@S acabará por no poder nada, sumar significa unirse para 'PODER' TRABAJAR POR EL BIEN COMÚN. Sólo y nada menos que éso. O sea, la base de todo el proyecto transformador y regenerador de la sociedad. Para PODER hacer algo que valga la alegría más que la pena sobran las fijaciones, los egos y las ideas preconcebidas fuera de la realidad, convertidas en dogmas y estrategias interesadas en salirse con la suya, cuando "la suya" no es la de tod@s. Claro que sí, querido Carlos, hermano, tod@s queremos abrazar a Podemos, sólo falta que Podemos se deje abrazar por tod@s y no sólo por los "que le caen bien", que por desgracia son muchos menos de los que hacen falta para construir algo serio , estable y decente en la sociedad y en el Estado. No es Yolanda la que se cierra en banda, y lo sabes...nunca ha sido esa la vocación de IU. Otra cosa es que Podemos lo comprenda y se baje del burro. Ojalá lo haga cuanto antes, más que nada, por el Bien Común. Con las fieras aullando en el Congreso y envenenando los medios con los fines y vicecersa, no estamos para sofismas ni jueguecitos como el Stratego que es lo que serían unas "primarias" en estos momentos...Si Podemos no lo comprende, y sigue en el mismo plan, será una pena muy grande, obviamente, pero mucho peor sería que ese grupo político no fuese capaz de ver la que hay liada con la ultraderecha ppeppera con unas elecciones a la vuelta de la esquina, como para hacerles el juego en semejantes circunstancias. No se puede ser sofista y a la vez responsable político con ética e inteligencia. Hay que elegir y tener claro qué es lo fundamental: ¿Ganar sumando o perder dividiendo para quedarse a gustito saliéndose con la suya? ¿No debería preocuparles más el marrón con las consecuencias del sí es sí, que hacer unas primarias en estos momentos? Posiblemente si no hubiesen eliminado los círculos de la base social cuando llegaron al Parlamento liquidando el 15M, no estaríamos ahora en un trance tan demencial. Por desgracia no hay causas sin efectos y viceversa. A no ser que haya generosidad y sentido común suficientes para que se preduzcan los milagros.

 

Sumar no. Multiplicar

Las ministras Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra.

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No es clickbait. Bueno, o sí. Porque se ha escrito tanto sobre el tema… Yo creo que a estas alturas es difícil leer o escribir dejando en un rincón los prejuicios que cada uno tenemos. Yo lo voy a intentar empezando por responder a una pregunta.

¿Por qué trabajar juntas con lo diferentes que somos?

Bueno, porque es un ingrediente necesario para que se opere un milagro, uno de verdad. 

Alguien a quien no he tratado por edad y que no sabremos nunca si existió como mito o como personaje histórico, le ocurrió eso de juntar en un “mitin” a unos cinco mil. Y estaban los de organización jodidos porque pensaban con buen criterio, ¿cómo le damos algo de comer a este gentío, que ya se hace tarde? Que no tenemos más que cinco panes y un par de peces. La suma de esto no daba para satisfacer a todo el mundo.

Y hubo un milagro.

Sí. Hay quien cree que fue algo puramente mágico al estilo Harry Potter. Otros, que hemos vivido muchas cosas ya en la vida en general y en política en particular, pensamos que el hecho excepcional fue que la gente buscó en su mochila, sacó lo que tenía y lo compartió. Lo puso a disposición del resto. Cuenta la leyenda que apareció pan suficiente y peces en tal número, que hasta sobró.

Yo he tenido la enorme fortuna de experimentar eso en muchas ocasiones y por eso estoy convencido de que es posible. Creo que tenemos cultura política, ideas, experiencias y conocimientos en cada una de nuestras mochilas como para que haya de sobra para todas y todos.

Solo hay que creérselo, sacarlo y ponerlo a disposición de todo el mundo. Es jodido porque lo mismo yo pongo aquí lo mejor y el de al lado se guarda lo que tiene y…

Puede pasar. Yo opté hace mucho tiempo por no guardarme nada. Y me va mejor. Que cada uno vea lo que quiere aportar en esta nueva fase. Pero a mí me emociona pensar lo que puede nacer con lo que ya tenemos y conocemos. 

Porque nuestra suerte es inmensa y no dedicamos el tiempo que deberíamos a glosar los valores enormes que atesoramos en ese amplio espacio que hay en la izquierda transformadora plurinacional del estado español. Con muchas de las personas he tenido y tengo diferencias sensibles en diagnóstico y en propuestas de solución a los problemas a los que nos enfrentamos. Pero me une a ellas muchísimas más cosas de las que me pueden llegar a separar. 

Yolanda Díaz, inteligencia a raudales y trabajadora incansable, Ione Belarra con empuje y determinación para dar y tomar, Irene Montero, brillante e imparable, Alberto Garzón, que optó por usar la economía para que haya menos pobres y no para que haya más ricos o Ada Colau, pedazo de partisana.

Pero no nos basta con reconstruir el espacio de Unidas Podemos. Toca ir más allá y por eso hay que ser capaces de que Sumar sea atractivo también para Más País, Compromís y Equo. Claro que podría encontrar muchas cosas en las que no estoy de acuerdo con estas organizaciones. Pero esto no va de heridas personales o lo que ha ocurrido en el pasado. Se trata de sacar lo que cada uno lleve en la mochila…

Joder, que tenemos mucha suerte. Porque estamos ante una gran oportunidad que pasa también por aspirar a coordinar fuerzas y conformar un bloque histórico del que formen parte fuerzas que hicieron posible el gobierno de coalición como EH Bildu y ERC y gentes como Mertxe, Oskar, Bel, Gabriel o Pilar. Yo soy de los que pienso que cuantas más naciones, mejor. 

La clave del éxito precisará de que las organizaciones políticas seamos capaces de asumir un papel respetuoso. Y que en ningún caso asfixiemos a las personas que no militan en ninguna de ellas y a las que ha interpelado el proceso de escucha que ha puesto en marcha Yolanda Díaz.

“Baja a la tierra, Carlos”. Que aquí hay que firmar acuerdos, que hay muchas formas de hacer primarias, infinitas metodologías que negociar y fórmulas diversas. 

Pues claro que sí. A mí si me hubiesen dado la posibilidad de elegir, habría preferido que a estas alturas estuviese acordado todo porque no soy de dejar las cosas para la última hora. Pero no se va a resolver ni presionando, ni forzando a nadie a hacer lo que no quiera hacer, ni buscando culpables. Que nadie se dé por aludido. O que nos demos todos. 

Creo que hay vías para superar los bloqueos. De hecho, a mí no me da igual la forma en la que se haga este proceso y tampoco soy neutral ante el resultado. Pero no es lo más importante ahora. 

Pienso que debemos tener primarias y que la gente, que voluntariamente se apunte a un censo creado al efecto, pueda votar libremente a quienes pueden impulsar la siguiente fase de nuestra realidad política. Claro que yo tengo más sintonía con las personas con las que comparto militancia en Izquierda Unida, pero os aseguro que me saldrían un centenar de nombres capacitadísimos más allá de mi organización que deberían ejercer responsabilidades de enorme calado si aspiramos a gobernar este país y a transformarlo en profundidad. Y estoy seguro de que todas las diferencias que tenemos se resuelven con debate y métodos democráticos. No puedo creer que ese acuerdo sea inalcanzable. Y tampoco pienso que sea necesario rubricarlo para hacerlo posible.

¿Ingenuidad? Bueno, quizá. Pero creo que ahora mismo no viene mal y que debe estar aderezada de unas pizcas de confianza. Y alguien tiene que empezar porque lo contrario nos pesaría toda la vida. Nos va demasiado a los de abajo en este envite. Tiene que salir bien.

Y por eso es imprescindible que, para sumar de verdad, esté Podemos, no falten ni Izquierda Unida ni los Comunes y formen parte Alianza Verde, Equo, Más País, Compromís y Anticapitalistas. Y además que no aparquemos la ambición de convencer a las fuerzas políticas que legítimamente aspiran a la independencia de sus naciones porque, mientras compartimos estado, hay muchísimas cosas que podemos hacer juntos para mejorar la vida de la gente, especialmente las personas más vulnerables. 

Nos sale un programa bonito con los mínimos de todas y todos. Pero, sobre todo, compartiríamos una hoja de ruta que esperanzaría no solo a quienes alguna vez votaron cambio sino a quienes jamás se acercaron a una urna porque no les convencimos de que desde la institución podíamos de verdad mejorar su situación.

Mientras eso ocurre, yo voy a ir ilusionado el 2 de abril al Magariños. Cuantos “imposibles” ha hecho “posibles” nuestro querido Estudiantes allí. 

Y quiero darle allí un abrazo en el templo del Estu a Ione, a Pablo, a Irene, a Pam, a Alejandra y a tantos otros. Porque sin ellos y ellas, sin la militancia de Podemos, no vamos a ningún sitio. Pero tampoco sin Yolanda, sin Izquierda Unida y sin todo el empuje que da quienes no se cansan de soñar que esta vez (esta sí) va a ser la buena.

Y si el domingo no estamos todas y todos, perseveremos para hacerlo posible cuanto antes.

Ojalá Sumar se quede pequeño. Porque se trata de multiplicar. 

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 Aquí dejo este artículo de Javier Valenzuela en InfoLibre, publicado hoy mismo, sobre el mismo tema. Creo que queda clarísimo el panorama. O la izquierda que necesitamos se une y Podemos se despierta, o las consecuencias serán que Podemos acabará como Ciudadanos, y  la izquierda una vez más sumida en una  injusta minoría, la mayoría votante absteniéndose en las urnas y los "de siempre" machacando  todo el país y a la mayor parte de las sociedad desde el Estado y sus instituciones, o sea, España convertida en una Cañada Real  completita. Y todo gracias a Podemos. Nunca se lo perdonarán quienes confiaron, les votaron e hicieron posible su presencia en Europa, en el Parlamento y en el Gobierno de Coalición, para acabar hundiendo el presente y el futuro en el fondo del ppozo. Será un trauma político que no se querrá repetir otra vez, pasándolas moradas de verdad. Las bases sociales confiaron en ellos y el 15M les abrió las puertas. El pueblo ha sido traicionado y su dolorosa  decepción no les permitirá volver a gobernar nada. Lo triste es que lo tengan que pagar IU, Compromís, Más País, Los Verdes, Adelante Andalucía, Podem, La España Vaciada. O Podemos cambia ya o adiós Podemos, eso seguro...Será inevitable. Es lo que tiene jugar con fuego cuando se acumula pólvora en el equipaje, creyendo que solo son trapos para lavar a golpe de escaño o de leyes pensadas con los pies y pisadas con la cabeza. Como el Ahorcado del Tarot. O la ley 'del sí es sí'.

                                              

(No os asustéis con este arcano. Carl Jung, uno de los referentes más avanzados de la psiquiatría, los utilizaba como indicadores y puertas disponibles del inconsciente colectivo. No se trata de "magias" ni de "visiones", es solo una posibilidad de entender, distinguir y elegir (interlegere) realidades que se conectan simbólicamente y dibujan signos que aclaran conocimientos, intuiciones y experiencias. Sólo eso).

 

 Cibermorfi

¿Ni sumamos ni pudimos?

Opinar sobre la situación del magma político a la izquierda del PSOE es meter la cabeza en un avispero. Te la pueden acribillar a picotazos. La susceptibilidad y la irritabilidad son extremas, en algunos muy particularmente, cabe precisar. Sólo se aceptan adhesiones inquebrantables, cualquier matiz es tachado de traición.

Y sin embargo, más allá de los hooligans, parece existir un amplio consenso sobre unas cuantas cosas importantes entre el electorado potencial de ese espacio político. En primer lugar, que no es inevitable que el PP, apoyado por Vox, reconquiste La Moncloa el próximo invierno. La situación económica está lejos de ser catastrófica, el escudo social funciona razonablemente y las querellas territoriales se han ido apaciguando. En cuanto a Feijóo, ha demostrado ser muy poca cosa, si no directamente bobo. Y sus únicos socios posibles de Gobierno, los de Vox, han hecho el ridículo con el show parlamentario de Ramón Tamames.

En segundo lugar, la mayoría del electorado potencial de la izquierda alternativa al PSOE no está pidiendo a gritos que sus dirigentes, partidos, movimientos, facciones, sectas y capillas se dediquen a interpretar por enésima vez la escena del Frente Popular de Judea de La vida de Brian. Dividirse por cuestiones de dimes y diretes, procedimientos, puestos en las listas o notas a pie de página. Es más bien lo contrario, es el estoy, estamos, hartos” expresado este miércoles por Quique Peinado aquí mismo.

Tal y como están las cosas, solo hay dos alternativas de Gobierno para España. O una repetición de la coalición entre el PSOE de Pedro Sánchez y las fuerzas situadas a su izquierda, o la llegada de Feijóo a La Moncloa con la muleta de Vox.

Es posible que el PSOE mantenga o hasta incremente algo su peso parlamentario, pero no es seguro que lo haga la constelación situada a su izquierda si no acude unida a los comicios. Y si ese espacio ahora representado por Unidas Podemos, y que el proyecto Sumar aspira a renovar y ampliar, no conserva, como mínimo, su actual número de diputados, peligra la idea de una segunda legislatura de Gobierno progresista de coalición. Es una cuestión de aritmética.

Por eso resultan tan preocupantes e irritantes las polémicas politiqueras en torno a una candidatura liderada por Yolanda Díaz que reúna a todas las sensibilidades situadas a la izquierda de Sánchez. Al abandonar el Gobierno, Pablo Iglesias acertó al señalar a Díaz como su candidata a liderar el espacio de Unidas Podemos. Era, y sigue siendo, la política netamente de izquierdas más popular entre la ciudadanía. Paradójicamente, Díaz no para ahora de recibir pullas y zancadillas de Iglesias y muchos de sus seguidores.

Probablemente Díaz no estuvo fina al no invitar a Ione Belarra e Irene Montero a aquel acto en Valencia del pasado noviembre. Quizá haya sobreactuado en algunos de sus distanciamientos respecto a Podemos. Y no parece haber sabido atajar la idea de que con Sumar pretende crear su propio partido, o, en todo caso, su propio partido más Errejón y otras fuerzas pequeñas, una especie de Izquierda Unida Plus o Premium.

Pero ya estamos en pleno ciclo electoral. Es estéril lamentarse por lo que pudo ser y no fue. Lo es también regodearse en el rencor y el deseo de venganza. Y, desde luego, es absolutamente suicida dejarse llevarse por el narcisismo y el sectarismo.

Jamás he satanizado a Podemos, al contrario. He dicho y escrito en repetidas ocasiones que hizo una aportación muy valiosa a la política española al recoger la justa y necesaria indignación del 15M. Introdujo aire fresco en una estancia cerrada al poner en cuestión los dogmas del régimen del 78 y decir alto y claro que nuestra democracia es mejorable. Y, desde luego, fue, y sigue siendo, víctima de una campaña de odio y mentiras sin parangón. Una campaña cruel y sistemática orquestada por el establishment, desde su cúpula hasta sus cloacas.

Pero lamento tener que decir que Podemos ha ido a peor. Lo señala Ignacio Sánchez Cuenca, que nunca fue hostil a ese partido, en un artículo en CTXT que le ha valido críticas desaforadas. “Podemos”, escribe Sánchez Cuenca, “ha dejado de transmitir ilusión y novedad. Su discurso está dominado por la reivindicación de su propia existencia frente a la hostilidad del exterior”.

Pues sí. Podemos ha ido asumiendo el espíritu de una Numancia asediada. No reconoce el menor error, no hace la menor autocrítica, señala paranoicamente como esbirro del sistema a cualquiera que no esté de acuerdo con lo que dice. Ha ido agriándose y marginalizándose. Y esto no es saludable.

Dicho esto, creo que Podemos tiene que estar en Sumar. Sería un desastre que no estuviera, que los electores a la izquierda del PSOE se encontraran en los próximos comicios generales con dos papeletas: una encabezada por Díaz y otra por Belarra y/o Montero.

Que la división de los suyos desanima a la izquierda y lleva a parte de ella a la abstención es un hecho probado. Que el sistema electoral premia la unidad y castiga el fraccionamiento, es también indiscutible, digan lo que digan algunos sabiondillos.

Díaz debería hacer un último gran esfuerzo para integrar a Podemos en Sumar. No dentro de unas semanas, ya mismo. Sería decepcionante que no consiguiera con compañeros de viaje político lo que consiguió como ministra con la patronal y los sindicatos.

Y Podemos debería dejarse de zarandajas y anunciar esta semana su incondicional disposición a integrarse en Sumar. Tiempo habrá luego para discutir sobre primarias, censos, cuotas o lo que sea. Este sería el nuevo gran servicio que podría rendir a la causa por la que nació en 2014. Y una prueba de que conserva la visión.

Sin Podemos quizá Díaz no sume lo necesario.

Sin Díaz quizá Podemos tenga que rebautizarse como Pudimos.

 

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