València y sus fallas: Patrimonio inmaterial de la humanidad según la UNESCO -que evidentemente no tiene ni idea de lo que ha hecho decretando el reconocimiento de una perenne contradictio in terminis. Otra vez fallas sin piedad. Ahí estamos, nadando entre el disfrute de un@s que sostienen la piromanía contaminante, ya inexplicable a estas alturas del finiquito planetario, y el martirio de otr@s que la sufren y padecen.

 

Fallas de Valencia

Primeras críticas contra una plantà peligrosa

M.D  

El vendaval añade peligrosidad. La plantà llega a sus últimas horas y durante las mismas han empezado a escucharse voces quejándose de la peligrosidad de trabajar con el viento reinante desde el lunes por la tarde. Es el caso de Vicente Torres, de SacabutxArt: «¿Soy el único que piensa que debería declararse el concurso nulo, arrimar las figuras y dejar de jugarnos la vida debajo de las fallas? ¿Qué sentido tiene ahora mismo estar bajo de estructuras efímeras con estas rachas de viento?», se pregunta.

Calendario pirotécnico

El viento de 60 km/h silencia la Catedral de la Pólvora y amenaza la mascletà de hoy 

Diario Levante. EMV 

 Comentario del blogg

Parece que el cambio climático puede convertirse en el psiquiatra de la locura fallera. Ojalá! Y quizás, en la curación del disparate convertido en tradición pirómana y negocio bendecido, en "cultura" insostenible, se mire por donde se mire. 

Es muy reconfortante que este fallero, Vicente Torres, y más voces, se manifiesten quejándose de "la peligrosidad de trabajar con el viento reinante" al servicio del disparate festero, incapaz de distinguir entre el derecho a la juerga y el deber de cuidar unos de otr@s y evitar que el jolgorio se convierta en patiment i perill públic, empezando por los propios trabajadores en "La Plantá", que saben de qué hablan. Los riesgos de que los ninots aplasten a la gente a causa del viento demoledor en estos días, solo son la punta del iceberg fallero, lo más grave y "normalizado", es el daño irreparable en la atmósfera y en la biosfera, en la litosfera, en la hidrosfera, un daño que no solo es valenciano, sino también extensivo a los alrededores geográficos y habitados por seres vivos. Ya no se trata, para más inri,  solo de la combustión de materiales, sino de qué sustancias tóxicas a tope están hechos y decorados esos materiales, polietilenos, poliuretanos, plásticos y todo tipo de inventos derivado del petróleo. 

La tradición se ampara en imitar celebrando la primavera,  las hogueras limpiadoras e higiénicas para aquellos tiempos, con las que los carpinteros valencianos desde la Edad Media, quemaban en la calle los residuos materiales de sus talleres, virutas, astillas, maderos unutilizables, etc...más los trastos viejos de cualquier vecino de la calle que se apuntase a la catarsis celebrativa. Nada que ver con el destrozo "artístico" de los monumentos combustibles de la actualidad, una liturgia colectiva y selectiva, en modo "casal"que se ha convertido en oficio, industria, negocio y medio de vida, con el agravante cada vez más grave de su propia peligrosidad in crescendo en la medida en que la sostenibilidad vital y biológica, disminuye exponencialmente. Algo parecido al negocio de los estancos, que son la exclusiva del Estado para vender y distribuir el veneno del tabaco, con la misma e inofensiva "normalidad" que si fuese sobres, sellos y pólizas para el correo. Un plan que llevaba en marcha más de un siglo, pero que la tecnología, internet y Amazon, están reventando.

 ¿Por qué no se piensa en la contaminación terrible que se "contagia" a otros lugares que no son "falleros"? Nuestro derecho a la diversión -para no convertirse en abuso-, debe llevar emparejado el deber de respetar el derecho a respirar, a sentirse seguros por las calles y en el curro fallero, a dormir y a descansar, para quienes no son falleros. Ser fallero es una elección libre, no un 'deber' para todos los valencianos. El concepto y la experiencia de la democracia también  lleva implícito un respeto básico y fundamental a la diversidad y que eso lo olvide la única ciudad y cultura, que ha sido capital de España, en la Edad Contemporánea, en lugar de Madrid, como es el caso de València, porque era un modelo de libertades, democracia, pluralidad y cultura, debería repensarse, por parte de tod@s.

¿Por qué en una zona geopolítica con ese legado cultural e histórico tan destacado -con un Vicent Ferrer, un Joan Gilabert Joffrè, una Isabel de Villena, un Blasco Ibáñez, un Doctor Pesset, un García Berlanga, una Manuela Solís, una Pilar Mateo, una Juana Francés, una Isabel Clara Simó, un Raimon, una Adela Cortina  y un Paco Brines, no se piensa en la cantidad de enfermos crónicos que se ven obligados a respirar mierda, humos y cenizas tóxicas, porque no tienen dónde refugiarse, ni dinero para huir de la quema? ¿Por qué nadie cae en la cuenta de por dónde pueden llegar las ambulancias a atender casos de emergencia si todas las calles y esquinas están bloqueadas por las carpas de marras y los "monumentos" piroclásticos del fallerismo, a lo largo de todo un mes? 

Si hay tantas personas hermanas nuestras sin hogar y sin techo ni comida ni higiene ni salud, tiradas bajo los puentes de los Jardines del Turia o en las gradas de la antigua Hacienda ,en el Jardín de San Agustín y del Hospital, al lado del MUVIM, por ejemplo, ¿es justo en ese plan quemar dinero a montones para celebrar al carpintero José de Nazaret, el padre terrenal del hijo de ese dios al que tanto nombran y rezan, o sea, el marido de su madre, María, la 'Xeperudeta', a la que llenan de flores en vez de emplear el pastón en la juerga florida del esperpento y de los disfraces, peinados y abalorios que cuestan un ojo de la cara, no sería más coherente, ético e incluso civilizado, emplear ese pastón en erradicar las necesidades básicas de esos pobres a los que Jesús, José y María -cuyas imágenes se veneran tanto- nunca dejarían tirados por las esquinas para montarse un fiestón demoledor, y para colmo, en medio de un apocalipsis climático, sanitario, económico, político, bélico, migrante e impensable en un mundo tan pijo como cegato e irresponsable, que se jacta de ser pionero en todo menos en conciencia, inteligencia real y humana, no especulativa y mecánica, totalmente en la inopia y de espaldas a los Derechos y Deberes Humanos? Por ejemplo, ¿no sería más respetuoso, práctico, creativo y signo de verdadera cultura evolutiva, montar fuera de la ciudad una "ciudad fallera" permanente, llena de naranjos, jardines, huertos y plantas donde se pueda ir a a cooperar trabajando y a comprar lo necesario directamente del productor al consumidor, y donde haya, además,  talleres de costura que conserven el arte fallero en el vestir  y todo ello abierta a un turismo pedagógico, donde recopilar material, información, talleres artesanos, con gastronomía, música, danzas, teatro sobre el tema, material cinematográfico y documental sobre Las Fallas, y una promoción de iniciativas que mejoren las fiestas haciéndolas sostenibles. Estableciendo premios para los casales que presenten proyectos pedagógicos y ecológicamente sostenibles, que los casales sean centros de acogida para migrantes que quieran aprender el valenciano e integrarse en la sociedad. Crear una vida nueva, que sustituya a la piromanía actual, a la que dentro de muy poco la misma ONU y la OMS acabarán por exigir que se acabe por pura necesidad globalizada. Ahora mismo la piromanía fallera, ecológicamente, es una especie de Putin climatológico, al que todos aplauden porque no mata directamente, sino contaminando pasito a paso, casal a casal, ninot a ninot, condimentados y envueltos con un sabroso allioli de pólvora.

Me pregunto y comparto la pregunta: ¿Servirá de algo disfrutar quemando, contaminando, atufando y dejando sordo al personal durante un mes, sin parar, si dentro de una semana, debido al amontonamiento festero,  va y se produce otro estallido de un Covid-22, debido a la chifladura colectiva de quienes prefieren sus juergas "sagradas" y tradicionales a la conservación y sostenimiento de la vida y del Planeta que les permite vivir? Y me sigo preguntando:¿de verdad tiene sentido ese meritorio "patrimonio inmaterial de la humanidad" decretado por la UNESCO, que está destrozando el patrimonio material de la humanidad que lo hace posible? Menudo oximoron, ¿no?

València, València, ¿dónde tienes la conciencia, el alma y la inteligencia? Ah, busca i rebusca, bonica, segurament eixa siga la mateixa gràcia que tè él misteri faller!