sábado, 5 de marzo de 2022

Ay, Qué Pesado • Mecano [Letra]

 

Esta canción de Mecano siempre me ha gustado mucho, porque anima a superar tiempos que se acabaron y no dejaron nada constructivo más que el aprendizaje para no volver jamás a repetirlos. Lo pasado, si fue bueno y nos ayudó a mejorar, no debe ser una trampa para quedamos atrapados para siempre en el mismo engranaje ya superado de las melancolías, así no podremos seguir avanzando en nuestra evolución ni ayudar a que los demás se liberen de sus ataduras y aprendan a volar por dentro. A renacer. Y si la experiencia del pasado fue negativa, dolorosa, manipuladora, vacía o agobiante, razón de más para el borrón y la cuenta nueva. Vivir atrapados por los fantasmas de lo que nunca podrá repetirse, por muy maravilloso que fuese en su momento temporal, es una patología. 

Esta actitud se refleja en la mentalidad política del Planeta. Las potencias macroeconómicas del momento no parecen tener recursos para crear nuevos espacios socioeconómicos sanos y justos, de cooproducción e intercambio saludable de recursos e iniciativas buenas para todos,  ante los problemas del nuevo tiempo solo saben recurrir al pasado, como dice esta canción. O sea, a la confrontación, al conflicto constante y a la guerra, para rematar. E incluso a incrementar la contaminación medioambiental obsesionadas por acumular energías demoledoras. Donde hace falta luz e inteligencia solo ponen oscuridad y torpeza. Donde hace falta aire limpio solo emiten gases tóxicos como moneda de cambio para comprar hasta la libertad, que se asfixia entre el consumismo obligatorio que nos está dejando sin Planeta que rebañar.

Cuando Putin emprende esa guerra está repitiendo el pasado y cuando el resto del mundo intenta solucionar el problema poniéndose a su mismo nivel, a base de armamento y clima amenazante, como hace el mismo Putin, solo se está funcionando en un callejón sin salida, en un laberinto de lo más torpe y destructivo que ata constantemente a la humanidad a los peores aspectos de su pasado. Las guerras no acaban solas, hay que acabarlas cuanto antes, si es que se ha tenido la torpeza de entrar al trapo y ayudar a ponerlas en marcha, por ejemplo, manteniendo una OTAN que se creó para hacer frente disuasivo a la URRS, cuando ya hace tres décadas que la URRS no existe. Por ejemplo, siendo incapaces de deshacerse y desactivar el propio arsenal nuclear y esto vale para Rusia como para USA y permite que otros países, como Irán, por ejemplo, o China o Corea del Norte, jueguen al chantaje igual que las dos bestias apocalípticas en primera línea que manejan los miedos y las tecnologías para amdrentarse mutuamente. Después de lo que llevamos experimentado y padecido tras Hiroshima, Nagasaki, Chernobil y Fukushima, no se entiende tanta irresponsabilidad y que sean tan pesados, como incapaces de superar el pasado jugando peligrosamente con la amenaza de la extinción. O sea, atrapados en su falta de luces e incapaces de reconocer su nulidad para sostener la vida a base de promocionar la muerte constantemente y usándola para hacerse con los mandos de un Titánic global cada vez más al borde del finiquito. 

Ya es hora de que los pueblos del mundo se sacudan el muerto manejante, aprendiendo a construir vida y a organizarse desde lo pequeño, desde el día a día, desde un presente continuo que se libere del pasado tóxico para poder dar paso a un futuro saludable y decente. Esperemos que se rompa esa inercia,  y que Ucrania no se convierta en un paradigma de lo irresoluble. Ucrania no es ni un modelo ni un ejemplo y posiblemente no ha acertado hasta ahora con el modo de funcionar. Por eso hay que ayudarla a salir del marrón y a que su caso no se alargue ni se repita ni contagie a los vecinos. Hacer un negocio con los úteros de alquiler, usando a las mujeres ucranianas como gallinas cluecas a cambio de pasta extranjera y con las centrales nucleares más potentes del mundo, a lo mejor tiene algo que ver con su forma de organizarse un futuro demoledor o de elegir a las personas inadecuadas para gobernar. ¿Cómo estaría España si la gobernase un actor, qué formación tendría para hacer frente nada menos que a un estado en situación tan delicada y tensa como ser la vecina más difícil de un ex-imperio como el ruso que se niega a ser ex -como los maridos maltratadores- y pretende mantener el poderío a toda costa? 

En fin, es lo que tiene empeñarse en la pesadez punitiva de vivir en el pasado, haciendo el papel de Atila como Putin y de una Ucrania suicida jugando con fuego entre la OTAN y la UE. Hay que estar superciegos y totalmente alienados para jugar en ese casino de la destrucción. Hay que ayudar a las víctimas, sin duda, pero no las glorifiquemos porque así tampoco las ayudamos. Ucrania se ha equivocado de métodos y de orientación. Ser libres para dar saltos al borde de los precipicios, es un peligro para sí mismos cuando no hay luces en  el camino ni en las entendederas de quienes dirigen la marcha. 

Para que el futuro sea posible hace falta un presente que sepa liberarse para siempre del pasado, no solo del comunista, sino también del capitalista que ha terminado por conquistar y apoderarse del comunismo y reunir bajo la misma batuta a ambas orquestas desafinadas, perdidas y letales.

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