Gracias Librújula por escribir y Público, como siempre, por publicar. Un abrazo inconfinable y desenmascarillado para toda la familia: la humanidad
10 poetas para festejar el Día Mundial de la Poesía
Crece el granado y el almendro crece;
gime el cerezo y muestra las heridas
que los corzos dejan en su tronco;
con las flores sueña el manzano mudo;
con el fruto redondo, el albergero.
Una ciruela roja es la promesa
del temblor de una rama aún inexistente.
Miro todo este aliento vegetal
embrionario y me remite
al comienzo de las cosas y a ese tiempo
que excede fugitivo
la edad del ser humano.
Afuera hay sol (Olifante) de María José Sáenz
demasiada cantidad de cuerpo
sola ante sus dimensiones
casta respiración
vacía el aliento
comienza allí
la parte enmudecida
regida por el no
pero hay un templo en la memoria malcriada
con la fiebre al descubierto.
La nimiedad (Huerga y Fierro) de Sara Martín
no huye el ave
aguarda el dulce premio
a su plumaje
ningún sabor se parece
al soñado en lento labio
pico que horada
frambuesas
uvas
arándanos
gotean sobre el recuerdo
del cómplice
Tapiz rojo con pájaros (Bala perdida) de Olga Muñoz Carrasco
QUIETAMENTE
Dormí con tanta esperanza
en mi corazón oprimido
que noté cómo,
traspasado,
florecía.
Lengua muerta (Páramo)de Esther Cabrales
COLEÓPTEROS
Mariquitas que rompéis los siete sellos y seguís viendo al
cordero : unificaos y degollad al chico del arco porque
Miré y entonces había un caballo verdoso; el que lo
montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía hay
que matar con la espada con el hambre con la peste
¿Hasta cuando vas a estar sin hacer justicia?
y el sol se puso negro como un paño de crin
la estrella se llama Ajenjo : aguas infectadas
herir la tierra con plagas sepultadas de cadáveres
porque la Bestia surgirá del Abismo y
las criaturas celestiales serán arrojadas al mar
los siete ángeles de las siete trompetas se pusieron a tocar
y la voz del cielo que yo había oído me habló una vez más
y me dijo: que cada quien escuche lo que le tengan que decir los ángeles y sus trompetas: apocalipsis total
Fábula maternal (Bartleby) de Begoña Callejón
sobre la librería del salón
porque no han encontrado
un sitio en esta casa todavía
hay dos casas de pájaro
la tuya decorada
desabrigada y rústica la mía
serán para colgar las llaves
como ella tú y yo
somos dos casas haciendo
de esta casa un hogar
Tiempo de frutos (Piezas azules) de Ramiro Gairín Muñoz
nunca valoré lo suficiente cómo tus manos se unían en lo
inservible con las mías durante las heladas
sé que guardas todavía la pureza de nuestros dientes de leche
no me propondré nunca enterrarte bajo la leña calcinada.
[nota de progreso]
Länder (Editora Regional de Extremadura) de Xavier Rosell Mendo
XI
Estoy viva
como fruta madura
Gioconda Belli
Madura en la fruta pintada,
como terciopelo oscuro.
Coloniza lento la pieza
y aporta forma nueva.
La lámina escondida
en un cajón olvidado
donde el moho realiza
su fiel trabajo, su lenta
apropiación
de toda vana mentira.
Sobre madera húmeda
descansa la hermosa
engañifa; el trompe-l’oeil
de la única fruta falsa
que en casa me legaron.
Suceden tardes (Sloper) de Marcos Augusto
Un solo mapa desplegado
hasta llegar la noche,
un único trayecto
que a tientas reconoces.
El camino se eleva en lo recóndito,
en los restos de tierra entre las uñas,
en el empeño de las manos
tras el redoble de una voz progenitora.
Su ademán permanece tras la muerte
como una flor de huesos
que niega su orfandad.
Greenwich (Algaida) de Pablo Luque Pinilla
III
Otro día más, me echo
el alma al hombro
y el sencillo deseo de vivir
contra todo pronóstico
Otro día ya, te oigo cantar
alzado de mí mismo,
con el ala algo más oscura
solitario amigo
Te sigue un séquito d cientos
de compañeros, de ondas…
¡mi atención se concentra
allí en la primera hora!
Para tu visita temprana
el alba te prestó
la figura de un pájaro,
y su cítara, el sol.
La segunda persona (Sapere Aude) de Fulgencio Martínez
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ABRAZO Y HOMENAJE PARA DIEZ
(QUE SON MILLONES)
Diez poet@s, llegad@s por sorpresa,
a compartir el fuego de esa llama
que deshace la cera de la mugre mundial
y la recicla en luz inapagable
ésa, la misma apología de una vida
in crescendo
como chispa infinita
que nunca nos deslumbra
y por siempre acompaña
diez esencias benditas, lúcid@s,
hermanad@s, tangibles y abrazables
con el alma, la brisa, el amor
y la palabra, verso/verbo
que habita entre nosotr@s
sin complejos ni nada parecido
Diez vidas en constante homenaje
a un perenne universo en construcción
y dulce reciclaje en lo profundo
entre la periferia de las cosas
Un milagro, sin duda,
que vibra como un eco
en ese más allá de tiempos y de espacios,
en ese no lugar que todo lo diseña
en el trazo infinito
de un amor sin fronteras
palpitante en los versos aún no escritos,
siempre recién nacidos y a punto de nacer,
perennes refugiad@s en la Casa Común,
en el Nosotr@s
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