jueves, 20 de abril de 2023

No hay efectos sin causas ni causas sin efectos. La base social se pregunta el porqué de este caos sin fronteras ni sentido alguno en un estado democrático europeo del siglo XXI. Pérez Royo nos explica las causas en este post y Javier Gallego, describe cruda y meridianamente clarísimos, los efectos del percal

Aquí la semilla...

Juan Carlos de Borbón está chuleando a Felipe VI y al pueblo español


Archivo - El rey Juan Carlos, durante su visita a España de 2022 en Sanxenxo

Javier Pérez Royo


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Está pasando lo que tenía que pasar. Juan Carlos de Borbón, como explicó insuperablemente Carolina Bescansa en “Contra la Monarquía”, ha ejercido las funciones que tiene constitucionalmente encomendadas La Corona de manera incalificable. Pero las Cortes Generales, que es el único órgano constitucional con legitimidad para hacer una investigación sobre su conducta durante toda su ejecutoria, se ha negado en todo momento a ponerla en marcha. 

Ante la pasividad del representante del pueblo español, en el que reside la soberanía nacional, el “estado profundo” ha actuado para poner fin a cualquier responsabilidad que pudiera exigírsele a Juan Carlos I ante los tribunales de justicia, desmintiendo una vez más, por si hacía falta, que la justicia no es igual para todos, por no decir que, cuando se ve afectada una persona como él, se aproxima a la calificación que de ella hizo Pedro Pacheco. 

Una vez concluida esta tarea, las Cortes Generales han dado un paso más, permitiendo que Juan Carlos de Borbón continúe usando el título de rey con carácter honorífico, mantenga el tratamiento de “majestad” y haya pasado a ser Capitán General de las Fuerzas Armadas en la reserva y que, a pesar de ello, pueda establecer su residencia fuera del territorio del Estado español y dejar de ser contribuyente ante la Hacienda Pública. 

Esto es abiertamente anticonstitucional. Una persona que continúa usando el título de Rey, aunque sea con carácter honorífico, que mantiene el tratamiento de “majestad” y que continúa siendo Capitán General de las Fuerzas Armadas, aunque sea en la reserva, no puede establecer su residencia fuera del territorio del Estado ni sustraerse unilateralmente a sus obligaciones tributarias. Juan Carlos de Borbón no ha pasado a ser un ciudadano español más, como lo somos todos los demás y, en consecuencia, su posición jurídica no le permite hacer lo que está haciendo. O renuncia de manera real y efectiva al título de rey, a la condición de “majestad” y de Capitán General de las Fuerzas Armadas o no puede no ya establecer su residencia fuera del territorio del Estado, sino ni siquiera “entrar y salir libremente” de España.

Juan Carlos necesitaría autorización de las Cortes Generales para poder hacerlo. Los demás ciudadanos podemos ejercer el derecho reconocido en el artículo 19 de la Constitución de la manera que nos parezca apropiada. Él no puede. Porque no es un ciudadano más, sino que tiene un estatus jurídico distinto y único para él. El principio de igualdad no le es de aplicación. 

Ante la inacción de Felipe VI y de las Cortes Generales está pasando, como decía al comienzo del artículo, lo que tenía que pasar. Está chuleando a Felipe VI y a las Cortes Generales, es decir, a todo el pueblo español en ellas representado. 

La acción de chulear es definida en el diccionario de la RAE como “acción indecorosa, propia de gente de mala educación o ruin condición”. Me parece perfecta para definir las andanzas del rey emérito. 

Ni el rey ni las Cortes pueden tolerar que esa conducta se mantenga. La falta de respeto a la Jefatura del Estado y al órgano en el que reside la soberanía nacional no es tolerable en ningún Estado democráticamente constituido. Y menos cuando dicha falta de respeto viene de quien ha tenido y sigue teniendo una posición de privilegio.  

 

 ...Y aquí la cosecha 

“Estoy hasta los cojones de todos nosotros”

Caricatura de Estanislao Figueras dibujada por Tomás Padró

Javier Gallego


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Estoy harto de las batallas de la izquierda. Harto de ver cómo se destruye a sí misma, una y otra y otra vez, en guerras fratricidas, suicidios colectivos, asesinatos cainitas. Harto de los puñales por la espalda, los disparos al pie, los tiros en la cabeza. Harto del fuego cruzado a través de la prensa entre quienes tendrían que sentarse en una mesa a solucionar sus diferencias. Harto de la irresponsabilidad de los dirigentes que se dan de navajazos en los medios para ganar una pelea callejera en la que pierde la calle y pierden a la calle. Por culpa de los botellazos que se repartieron antes del pacto de los botellines, Izquierda Unida y Podemos se dejaron más de 1 millón de votos en las elecciones. Porque la gente se harta de ver cómo están más a sus cosas de partido que a las nuestras. 

Yolanda Díaz lo sabe, lo dijo en Lo de Évole, pero no se aplicó el cuento. Se aplicó a lo contrario, a seguir el combate. Dijo que no se puede buscar la unidad a tortas como hace Podemos porque eso deprime al electorado y luego se dedicó a deprimir al electorado repartiéndole a Podemos con la mano abierta, pero no tendida. Las preguntas de Évole tampoco ayudaron porque más que “Lo de Yolanda Díaz” el programa pareció “Lo de Pablo Iglesias”. Pero si la candidata de Sumar hubiera ido a tender puentes, no los hubiera quemado casi todos. Fue a fijar posiciones. A clavar su bandera. A seguir la guerra. Ya lo dijo ella misma: es una negociadora durísima. Está debilitando a su rival para negociar con ventaja. 

El domingo, Yolanda Díaz ensanchó la herida, y el lunes, Pablo Iglesias metió la mano entera. Dijo que la unidad sigue siendo necesaria pero que está aún más lejos después de una entrevista que demostró que Sumar y Podemos son proyectos distintos. En la entrevista, Yolanda Díaz apoyó al Sáhara frente a Sánchez, llamó dictadura a Marruecos y pidió la dimisión de Marlaska por Melilla. No se ven diferencias tan grandes, pero la nueva campaña de Podemos es que Díaz o Garzón se ponen de medio lado con la OTAN y Belarra y Montero no se callan. Sin embargo, Iglesias tuvo que callarse cuando era vicepresidente, como reconoció cuando salió del Gobierno. Así que el ex vicepresidente está haciendo lo mismo que la vicepresidenta: marcar posiciones en el frente de una negociación a tiros. 

Lo ha escrito él mismo en su artículo en CTXT, Ione Belarra le ha pedido que sea el partisano en los medios. A la vista de su dedicación al tiroteo, diría que él también se ha ofrecido para el puesto. Es su reconocimiento de por qué se ha tirado al monte y no hace prisioneros. La buena noticia es que quieren negociar aunque no lo parezca. La mala noticia es que antes van a librar esta guerra para ver quién es más fuerte antes de llegar a la mesa. El problema son las bajas de votantes que caerán en esta carnicería. La izquierda es tan tozuda y obtusa que quiere ganar esta batalla aunque pierda la guerra. Lo importante es tener razón aunque no tengas votos. Ganar por eliminación, no por acumulación. Aniquilar al otro antes que asimilarlo. Vencerlo antes que convencerlo. La izquierda se comporta como derecha —intransigente, implacable, inmisericorde— cuando coge el fusil y la guerrera.

La primera víctima de la guerra es la verdad. No es verdad que Podemos y Sumar sean muy distintos. Quince formaciones de la izquierda, incluida la mayor parte de Unidas Podemos, están en Sumar. Podemos quiere unirse pero no integrarse porque cree que se desintegrará, como algunos creían que IU se desintegraría en Unidas Podemos. Se trata de lo mismo. Una lucha por la hegemonía disfrazada de lucha por la ideología. El riesgo de prolongar mucho esta guerra abierta es que perderá la izquierda y perderá la gente. Como escribió Iglesias, “no sé en qué va ayudar a que Ada Colau revalide la alcaldía”. Él se refería a las “hostias” que le dio Yolanda Díaz, pero se puede aplicar también a las suyas. 

No ayuda llamar “miserable” a la vicepresidenta ni ayuda que ella se ponga de perfil cuando le preguntan si va a apoyar a Unidas Podemos en las municipales y autonómicas. No ayudan la guerra de guerrillas en las redes ni los periodistas que cavan trincheras en sus tribunas de prensa. No ayuda nadie que continúe esta bronca nefasta en la que se puede perder mucho: desde los avances sociales y económicos hasta la próxima ley de vivienda. No ayudáis, colegas. Somos muchos los que nos sentimos como Estanislao Figueras, primer presidente de la I República, cuando se hartó de la imposibilidad de llegar a un acuerdo y dicen que dijo (la frase es probablemente apócrifa): “Señores, les seré franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Después, cogió un tren y se exilió en Francia. Ahora ni París nos queda.

Produce Carne Cruda
 
 
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Comentario del blogg

Nada es casual, más bien todo es causal. No hay causa sin efecto ni efecto sin causa. Ni causas y efectos sin causantes y padecedores consecuentes de la misma inercia. Es lo que tiene pensar con cerebro humano y actuar con instinto animal, y así convertirse en un insoportable laberinto contradictorio, estúpido y demoledor, que para ser llevado a cabo necesita ocupar un espacio de poder intocable y casi divino, estereotipado e institucionalizado, para más seguridad, con el fin de no perder el chollo del dominio de todo y de tod@s, menos del autoconocimiento, de la sensatez, la decencia y la inteligencia de la Ética. Es decir, carecer de conciencia y dis-funcionar como máquinas pensantes o robots instintivos,  todos programados en la fábrica inmunda, torpe y cenutria de la Egocracia. Es imposible comer toxinas y no sufrir las consecuencias. Es imposible regodearse en lo más deprimente y nauseabundo, y no acabar deprimidos y convertidos en náusea. Es el caso español. Gente buena, honesta, trabajadora, solidaria, acaba siendo víctima de situaciones y expolios en los que no ha tenido nada que ver pero que han llenado los bolsillos y los sillones de altos cargos, irresponsables, egópatas e incapaces de distinguir la condición humana de la meramente animal, y así en una mezcla repulsiva de instintos, emociones e intereses primarios y retorcidos al mismo tiempo, dan lugar a las peores ideas y conductas, justo, porque desconocen el factor conciencia. Esa señora rara que incomoda y fastidia los mejores chanchullos, los más prósperos entuertos y pifostios rentabilísimos en tantos aspectos...Un antídoto básico contra ella es la vacuna de la ignorancia combinada con el cinismo que justifica cualquier burrada que dé beneficios contantes y sonantes, caiga quien caiga, que eso es lo de menos. 
Lo más 'práctico' y superficial es confundir la conciencia con la inconsciencia. O sea,  equivocar el comprender, conocer y experimentar plenamente, con el mero "saber" acumulador de datos y "ganancias", que sin conciencia no sirven para nada a la hora de gestionar la convivencia social del mismo existir.  Sin capacidad desarrollada para reflexionar, escuchar, preguntar, unir, coordinar cooperando, reflexionar en privado y en común, asumiendo que la vida es insostenible si se vegeta de espaldas a la verdadera inteligencia, que no es "listeza" de caza animal, ni picaresca Monipodio fashion, ni chulería dinástica, ni hegemonismo porcojonista  o porovarista, en masculino o en femenino. No es por ahí, eso garantizado. Sólo hay que ver los efectos de tales causas en las que sobran hormonas y faltan conciencias que den lugar a la Ética tan igualitaria como imprescindible para la conciencia, la existencia y la misma vida, como lo es el oxígeno para la respiración.
 
La vida humana no es sólo vegetar, ni presumir ni confundir la necesaria autoestima con la tontería del glamour y la vanidad,  sino sobre todo desarrollar evolutivamente nuestras capacidades desde la conciencia, tanto personal como colectiva, tan sabia como humilde. Sin que las ideologías ni las religiones, ni las costumbres  y tradiciones ancestrales nos esclavicen con sus mantras y normativas a gusto del conseguidor, que también caducan y hay que ir sustituyendo por el crecimiento consciente y ético de nuestra especie. Si la política, la cultura, las religiones y los hábitos sociales, nos impiden ese avance, el resultado, obviamente, lo estamos comprobando cada día, es nuestro atasco evolutivo y nuestra desaparición inevitable de la especie y ya en modo exponencial, si no cambiamos de actitudes, despertamos y hacemos posible que la vida valga más la alegría del compartir que la pena del destrozar en pedazos lo mejor que podríamos ser y tener, sólo por la imbecilidad  empeñada en ser "los únicos vencedores" en un vertedero sin pies ni cabeza. 

Lo mejor no es poder por poder, que ya la historia nos demuestra sus resultados, sino sencillamente, poder sumar entre todos para crear el bien común. No queda otra. En una sociedad que suma de ese modo nunca habrá lugar para monarquías corruptas y parásitas. La res publica   sería el eje social al servicio de la comunidad y no postrada ente el trono corrupto de una monos arkía repuesta por un dictador, o sea,  el poder de uno sobre los demás. Un vicio consagrado hasta en la Constitución española y poderes del Estado, que en realidad deben ser servicios a los seres humanos que los financian y no el forring office para caciques, señoritos del cortijo y majestades con más cara que espalda y menos conciencia que un botijo. 

Es fundamental que el machismo politicante no confunda el Podemos de Pablo Iglesias con el Sumar de las bases sociales que Yolanda Díaz ha hecho posible y convocado desde su disposición generosa, humilde y sana, a pesar de que lo viejuno se empeñe en salpicarla de un podemismo patológico que está muy lejos de la  conciencia y de su salud moral. Ética de verdad. No confundirla con los sofistas que cuando han sido convocados no acuden porque no han sido ellos los convocantes. Una repetición más del pifostio chapuzas del "sí es sí". Y para demostrarlo y que no haya dudas del talento previsor y ejecutante, siguen en sus trece en vez de revisarse y corregirse, antes de que vuelva a repetirse una vez más el mismo entuerto en las urnas y en la sociedad. Ains! Pasemos ya del rebote izquierda/derecha, que nos ha provocado una dislexia social que no merecemos. 
 
Confiemos en que la parte sana de Podemos reaccione a tiempo y, si esto no cambia ya,  mande a casa a Pablito y a sus coristas enardecidas, para que no sigan clavando el clavito donde no toca, y que no sea demasiado tarde. Mejor unas buenas vacaciones meditativas  y correctoras antes de destrozar lo que ni siquiera han sido capaces de construir. Una preguntita final: ¿Hay algún Marinaleda creado y mantenido por Podemos? Nos encantaría hacer turismo consciente y ético para conocerlo y disfrutarlo directamente. O comprarles por Internet los productos alimenticios que les compran desde Alemania o Austria a los vecinos marinaledenses, por ejemplo...
 
Si algo tiene Sumar, y que al Podemos aparente le falta, es la experiencia de muchos años en la retaguardia del curro social sin fuegos artificiales, sirviendo a palo seco, para mejorar las cosas en vez de 'poder' empeorarlas. Cuántas veces he escuchado a gente de derechas, tras los atentado de Atocha y guerra de Irak, decir que "El mejor presidente del Gobierno sería Julio Anguita".  Por algo sería...
Así que no nos dejemos embaucar por el tópico de que la izquierda es así o asá, lo cierto es que cuando la izquierda aporta las mejores soluciones, nadie la llama izquierda, nadie las ve, pero las soluciones llegan. Y las ayudas y la taención, también. València es un ejemplo. Aquí Podemos Suma.
 
Los derechos  combinados con los deberes facilitan la vida a las bases sociales, aunque para ello suban los impuestos a quienes pueden pagarlos y deberían estar satisfechos y contentos, si fuesen humanos de verdad, al poder ayudar a crear el bien común, como los maestros están felices de su esfuerzo y trabajo, cuando los alumnos aprenden y avanzan en su madurez o los médicos salvan vidas o alivian enfermedades. Son aportaciones y  trabajos que nunca se pueden pagar ni con todo el dinero del mundo. Como tampoco se puede hacer con la conciencia y la ética necesarias para que la sociedad deje de ser "suciedad", miseria y escasez para la mayoría, pero un negocio redondo para la intensa minoría explotadora y sin escrúpulos. Una rémora controladora que se está frotando las manos ante la actitud de Pablo Iglesias y sus feligreses, que cada vez son menos, evidentemente. Aunque la prensa, tantas veces confundida e intoxicada por las prisas influencers, se empeñe en igualar a Iglesias con Yolanda Díaz, metiéndolos en el mismo saco izquierdista, los hechos cantan La Traviata,  es imposible confundir una gacela con un dromedario o un asno atado a la noria con una yegua  alazana paseando por el campo y ayudando a transportar herramientas necesarias, ni un trigal en plena producción con las ortigas que rodean los arcenes o con la cizaña que intenta aniquilar la cosecha. 
Por fortuna hay mucha más gente interesada en  sumar que en ppoder, hasta dentro de Podemos. Por eso, la mayoría, a pesar de los cenizos hereditarios en el españolismo del blablabla, acabará sumando. No hay duda. Se puede ser bocazas, pero no forzosamente idiota. En el siglo XXI la actitud de Estanislao Figueras ya no tiene sentido. Hemos sufrido demasiado para terminar en lo mismo. El demérito en Sanxenxo, otra vez, lo está certificando.
 
Quienes boicoteen la unidad de la solución por un rifirrafe más propio de un recreo en la escuela primaria que de una responsabilidad política y social, no tienen ni tendrán credibilidad electoral, aunque pueden adquirirla si cambian a tiempo y encuentran la cordura que les falta, pues quienes suman nunca ponen barreras ni exclusiones ni culpan a los demás de lo que ellos mismos están rompiendo, y eso es lo que desmiente y desactiva las restas y las divisiones a destiempo y fuera de quicio, solo por intentar ser los reyes del mambo durante unos minutos. Como ridículos gigantes y cabezudos en plena zarzuela. Valga la redundancia.
 

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