George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
martes, 24 de mayo de 2016
Ziuuuuuu...uuuu
Sentada en este banco,
mientras la brisa empuja
soledades perdidas,
las hojas agotadas de un otoño
que finge primavera,
raro, como perdido
entre un anticiclón
y el Meteosat,
me detengo y escucho.
Contemplo. Nada más.
En los versos prestados
encuentro por azar
la cara oculta y plana
de otra luna menguante
despistada
que campa por los cielos
de vete a saber dónde.
Y consuela sentir,
en días como éste,
que no me quedan lágrimas
de autor.
Ni un instante de llanto
que sea solo mío.
Me ha inundando de pronto
sin causa ni motivo
un golpe de alegría inesperada.
El tiempo titubea;
duda en el almanaque
si ser agua de mayo
o sol de octubre.
Sin embargo la vida va a lo suyo;
conserva su cordura inexplicable
y deja sin querer,
mientras dobla la esquina
de aquel bar,
una felicidad desconocida
sin lógica o razón que la sostenga.
Será cosa del lleno en el vacío
o viceversa. Será cosa del yo
cuando es nosotros.
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