ENTREVISTA | Gerardo Iglesias
"Alberto Garzón retoma algunos de los principios que daban fundamento al origen de IU"
El primer líder de IU abre una serie de entrevistas en las que
eldiario.es repasará el pasado, el presente y el futuro de la coalición
que cumple 30 años y afronta una trascendental Asamblea federal en mitad
del proceso de coalición electoral con Podemos
"Muchas de las cosas que planteábamos entonces, salvando las distancias, son bastante similares a las que 30 años después dan nacimiento al 15M y a las mareas"
"En 1986 no había las mismas condiciones que hay ahora para crear una fuerza política como es Podemos"
"Muchas de las cosas que planteábamos entonces, salvando las distancias, son bastante similares a las que 30 años después dan nacimiento al 15M y a las mareas"
"En 1986 no había las mismas condiciones que hay ahora para crear una fuerza política como es Podemos"
El fin de semana del 4 y 5 de mayo Izquierda
Unida culmina una Asamblea federal de la que surgirá una nueva
dirección, unos nuevos estatutos y una nueva estrategia política. La
votación para elegir a los dirigentes arranca este jueves y los
resultados se conocerán a comienzos de la semana que viene. El cónclave
coincide con el 30 aniversario de la fundación de una fuerza política
que nació al calor de las movilizaciones contra la OTAN y que, tres
décadas después, ha decidido por primera vez concurrir en una coalición
electoral en la que no es la fuerza hegemónica.
eldiario.es inicia una serie de entrevistas sobre el pasado y el futuro
de IU y del magma social que representa y ha representado. La inicial es
la del que fuera primer presidente de IU, Gerardo Iglesias (Mieres,
1945), quien apenas duró tres años en el cargo que hoy sería el del
coordinador federal. Tras este corto periodo regresó a Asturias y a la
mina. En su tierra natal encontró "un muro de hormigón" ante las ideas
que habían dado origen a IU.
Hoy, Iglesias ve en Podemos una fuerza que tiene un hilo
de continuidad con la idea originaria de IU y avala que, por primera
vez, el PCE y la propia IU hayan dado el paso a coaligarse con la
formación de Pablo Iglesias pese a no ser las fuerzas hegemónicas.
Usted fue uno de los fundadores de IU y el primer presidente [actual
coordinador federal] hace 30 años, ¿cómo recuerda aquél momento?
Fue un momento importante, emotivo. Con grandes esperanzas. IU se creó
al calor de las movilizaciones contra la entrada de España en la OTAN,
donde una plataforma cívica presidida por Antonio Gala promovió una gran
movilización en todo el país. El PSOE, que había defendido la no
incorporación y al final salió con aquello de "De entrada, no".
¿Y cómo decidieron dar el paso de fundar IU?
Nos planteamos crear una nueva fuerza política acorde con los tiempos.
Las elaboraciones que dan fundamento al nacimiento de IU no perseguían
construir una fuerza instrumental para salir del paso y superar los
límites del PCE. Su aspiración era mucho mayor e iba mucho más lejos.
Partíamos de la base de que los partidos tradicionales estaban en
crisis. Partíamos de que ya en esa época las sociedades se habían
transformado profundamente a partir de lo que entonces se llamó la
revolución científico-técnica y los partidos no canalizaban todas las
demandas de la sociedad. Hicimos una afirmación muy concreta, que está
escrita en los papeles, y era que el partido ya no podía totalizar la
acción política. Había que compartir la acción política con otros
movimientos de carácter social. Eran elementos importantes del nuevo
proyecto.
Es un discurso que podría encontrar ecos en 2016.
Hoy se habla de transversalidad. En aquél momento no se usaba el mismo
término pero sí decíamos ya que las fronteras ideológicas no estaban tan
marcadas como 70 años atrás por lo que estábamos indicando que había
que acceder a ganar la confianza de un espectro mucho más amplio de
aquél que se sentía estrictamente de izquierdas.
También teníamos escrito que se avecinaba una época en la que se podría
acceder a imponentes medio de comunicación y de interacción de la
ciudadanía con los poderes políticos lo que permitiría profundizar en la
calidad de la democracia. Solo lo subrayo porque muchas de las cosas
que planteábamos entonces, salvando las distancias, son bastante
similares a las que 30 años después dan nacimiento al 15M, a las mareas y
a las grandes movilizaciones populares de las que nace y emerge una
fuerza como Podemos.
¿Cree que se quedaron en el planteamiento?
La voluntad era subsumir en un espectro más amplio la cultura comunista
que se presentaba como condicionante para llegar a la conformación de
una nueva fuerza política más acorde con los tiempos finalmente la
inercia de aquella cultura terminó convirtiendo a IU en una fuerza
política más que arrió los elementos fundamentales que daban origen
teórico al nacimiento de aquella fuerza política.
El PCE optó entonces por dejar de ser una fuerza electoral, un elemento que ha recuperado en su último Congreso.
El PCE optó por dejar de ser una fuerza electoral pero no optó por
dejar de hegemonizar el conglomerado que formaba IU. Eso fue un serio
inconveniente. Por eso hablaba yo de la inercia de la cultura comunista,
que finalmente condujo a un partido del mismo corte tradicional que
otros partidos de izquierdas cuando lo que tratábamos era de superar
esos límites, de abrir las formaciones políticas de izquierdas a la
sociedad y compartir la acción política con otros movimientos sociales.
Eso no se ha hecho.
¿El paso del PCE de no concurrir a unas elecciones con sus siglas fue sencillo? ¿No hubo resistencias?
Evidentemente hubo resistencias. Y ahora que IU da el paso tan
importante de coaligarse con Podemos y otras fuerzas de la izquierda esa
resistencia permanece.
Entre la IU de hoy y la de 1986, pese a que no se consiguieron los objetivos que se marcaron, ¿existen paralelismos?
Comienza a haber paralelismos. La orientación que está imprimiendo
Alberto Garzón a IU retoma, en el contexto actual, algunos de los
principios que daban fundamento a su origen. La confluencia abre un
horizonte de esperanza para amplios sectores del electorado y de la
sociedad civil.
¿Puede Podemos acabar sustituyendo a IU y que esta se diluya en Podemos?
Podemos no tiene por qué ser la última expresión en el proceso de
configuración de una nueva fuerza alternativa. De hecho, el Podemos del
primer momento ya no es el de ahora porque ha tenido la capacidad de
integrar fuerzas de la izquierda muy diversas en un único proyecto: las
mareas, Compromís, En Comú, etcétera.
¿Habrá un proceso tras las elecciones del 26 de junio para definir un nuevo espacio o herramienta?
Lo importante es superar los viejos vicios y lastres de las viejas
formaciones políticas. Ahora es posible en la medida en que fuerzas como
el PCE, IU y otras inmersas en un campo de militancia mucho más amplio y
heterogéneo pueden irse desprendiendo de lastres que no ayudaban a la
configuración de esa fuerza alternativa que pueda disputar el poder a la
derecha en este país.
Usted,
como otros líderes de IU y de la izquierda, abandonaron la política
activa y partidista casi por la puerta de atrás y años después se
convierten de alguna manera en referentes. ¿Cómo puede explicarse esta
contradicción?
Yo no sé si salí por la
puerta de atrás (ríe). Cuando renuncié a presentarme a la presidencia de
IU y me vine a Asturias para reincorporarme a mi trabajo, a la mina, no
lo hice con la voluntad de abandonar la política. Yo quería seguir
colaborando con IU en Asturias, pero me encontré con que todo lo que
habíamos diseñado y pensado, un proyecto abierto e integrador, chocó
contra un muro de hormigón. La mayoría de los dirigentes no leyeron la
letra pequeña y terminaron haciendo con unas siglas distintas un modelo
de partido más o menos como era el PCE.
¿Por qué no logró IU romper con ese modelo?
Cuando ahora se dice que si IU hubiera hecho los deberes no existiría
Podemos no estoy del todo de acuerdo. IU no los hizo pero es que venía
muy marcada por la cultura que se había forjado en una lucha muy difícil
que libró el PCE en la Guerra Civil y luego en la dictadura. En 1986 no
había las mismas condiciones que hay ahora para crear una fuerza
política como es Podemos.
¿Cómo se podrían evitar hoy los errores de entonces?
Una fuerza naciente como es Podemos cometerá muchos errores. Es
natural. Y hoy es Podemos y mañana podrá llamarse de otra manera. Lo
importante es que ese paso que se dio de ser una fuerza testimonial a
una fuerza de gran representación en el Parlamento y gobernando en
ayuntamientos como Madrid, Barcelona o Cádiz tiene muchas posibilidades
de hacer que cristalice esa gran fuerza integradora que dispute el poder
a la derecha.
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