miércoles, 11 de diciembre de 2024

Silvio Rodríguez - Sólo el amor

El imperio del caos aún puede tener una buena solución...Vamos a ello!

 

Cada día que amanece la humanidad se estremece

con el efecto pantalla,

las noticias enloquecen en el loco mercadillo

de su incansable barranco lleno de lodo y miseria

ya convertida en negocio, en oficios y en carreras

de mera especulación con todo lo que se encuentra.

 

No queda espacio ni tiempo para poder discernir,

de pensar para elegir en algo más que la pasta,

el éxito y el caché, ¿el futuro...? es el parné,

¿el amor? otra locura convertida en paripé, 

¿la compasión? utopía, que es inútil alcanzar,

igual que las cosas buenas que no producen ganancias, 

ideas para convertir en series y en artículos de prensa

o en espasmos tertulianos

donde las mentiras crecen cual hierbas contaminadas

y tóxicas a rabiar,

ocultas en los disfraces de una DANA desbordada

por tantas calamidades bailando a ritmo de salsa,

de espejismo en espejismo, sin comprender  que las DANAS

son sólo el PEB -el producto exterior bruto-  

de lo que vamos haciendo, porque de interior no hay nada. 


¿Son la lucha y la pelea, la rabia y la frustración,

las venganzas y los odios,

los asesinos en serie de la humana condición,

la guerra y sus bombardeos, auténtico terrorismo

sin alma ni compasión por activa y por pasiva,

las soluciones precisas para acabar con el muermo

que le destroza la vida a la gente y al Planeta

y a toditas sus especies? 


Analicemos despacio el camino y el proceso

del caos y su manicomio. Y qué posibles remedios

se pueden desarrollar para acabar de una vez

con semejante desastre. 


Una buena alternativa puede ser la homeopatía

del alma y de la conciencia, y convertir en vacuna

social e individual,

los efectos de ese virus que mata a la humanidad

con el miedo, con el odio, la miseria y la violencia

en formato mogollón y destrozos sin parar.

 

De modo que la infección inoculada en gotitas

suavemente y con la luz que emana fraternidad

en vez de los jeringazos que inyecta la información

del conflicto sin parar, nos ayude a producir

una vacuna global, que nace en cada organismo

atacado sin parar,

como defensa y talante para convertir el virus

al que llamamos "el mal",

en la mejor medicina que producen las defensas

sin que sea necesario matar a los adversarios

que en realidad son herman@s en la misma sociedad

que es nuestra Casa Común,

y donde la inteligencia del amor y la verdad

es la mejor resistencia de la propia humanidad.  


La violencia y sus ataques ya carecen de sentido

en un camino evidente, basado en la evolución,

que no puede soportar el exterminio animal

en un mundo donde ya la conciencia y sus funciones

han abierto los senderos de una vida diferente

y por eso, hay que cambiar la agresiva medicina

tan primitiva y rupestre -entre santos y demonios-

del ataque, la violencia,el castigo y la venganza

por la terapia serena que además es la vacuna

de una nueva condición, que no tiene que matar

para sanar sus carencias, sino aprovechar el lance

de la propia enfermedad y el propio conocimiento

de la experiencia vital, donde el perdón es salud

que es también aprendizaje,

para que aumenten y crezcan el progreso y sus defensas, 

la curación infalible que nos regala el presente

del alma y de la conciencia y como nuevo bagaje

que dé lugar al futuro de una salud integral, 

donde ya no es el ataque

lo que nos puede salvar, cuando ya hemos aprendido

que sólo el amor consciente tiene la capacidad

de convertir los problemas en éticas soluciones

para generar salud donde había enfermedad

y hasta convertir en bien lo que antes sólo era el mal. 


Ésa es la liberación que podemos convertir 

en un Nuevo Orden Mundial, 

que ahora mismo es tan urgente

como el propio respirar.

Despertemos y veremos y también disfrutaremos

esa nueva Realidad!  


            Flores, Flores De Cerezo, Primavera




martes, 10 de diciembre de 2024

Esto es lo que tiene pillar metáforas y parábolas al pie de la letra y a kilómetros de la propia vida...que en vez de alimentarnos del evangelio acabamos dándole a la horchata y hasta poniendo horchaterías por las esquinas para hacer negocio...Ains...🤩😍🤗👼🏾👼🏽👼🏼👼🏿👼🏻!

 

III adviento

III adviento
III adviento.
 
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Muchísimas gracias, hermano Cortés, por ese precioso humor de (mucho más que) dios...Que siempre emana y regala la gracia verdadera e inagotable...

O SON DO AR - Luar Na Lubre

Salta

Mil gracias, hermano y magistral pedagogo reflexivo, Santi Alba Rico, por esta magnífica e imprescindible exposición de la realidad que estamos padeciendo en todo el planeta, especialmente ahora mismo, en Oriente Medio y Ucrania, zonas que históricamente y por su situación geográfica, llevan miles de años soportando lo peor de lo peor, de imperio en imperio, como lo más "normal", hasta convertirse en algo habitual a estas alturas de la Historia, en un tiempo en el que nuestra evolución tanto común como individual, ya no puede seguir aceptando el negocio de la crueldad "normalizada", como pareja de deshecho y de desecho. O la humanidad comprende y acepta, agradecida, que es una gran familia en lo diverso y aprende a gestionar, a mejorar, a compartir, hasta disfrutar en vez de padecer, esa realidad inevitable, o se acabará deshaciendo en su propia barbarie globalizándola hasta hacerse puré a sí misma. Hay que negarse a semejante crueldad tan estúpida como suicida, en todos los niveles. Y a no llamarse izquierda, ni acurrucarse en la derecha , cuando los intereses, los fanatismos y los rifirrafes de lo inhumano, pero "conveniente", van tomando por lo bajini, las riendas de la aberración camuflada de geopolítica sin conciencia, sin alma ni verdadera inteligencia, para confundir intereses manipulados por emociones instintivas, pergeñadas a gusto del ppoder y del ppastón, mano a mano, por distintas sectas mediáticas y pseudopolíticas, basadas en "lo de siempre"...¿Hasta cuando estaremos aguantando como idiotas, irresponsables y suicidas, que la misma historia podrida se repita sin cesar, a lo largo de milenios y supuestas "civilizaciones"? Ya vale, ¿no, dear family? Nuestr@s herman@s histórica y geográficamente, más castigad@s, -que son la mayoría en nuestro Planeta- se merecen un mundo mucho más humano y feliz. Nosotr@s podemos ayudar a cambiarlo sin combatir sino construyendo lo que necesitamos, sin destrozar lo que estorba, sino cambiándolo y reciclándolo en los talleres del Bien Común, empezando por cambiar nuestras miradas, almas, conciencias, hábitos de vida y de entendimiento. La energía que somos y compartimos hace milagros sorprendentes cuando se pone en marcha, igual que utilizada en el plano opuesto produce lo contrario, cuando el miedo, la mala leche, la violencia, cabreo, la venganza, la manipulación, las mentiras, las ideas fijas, el no hacerse preguntas y la cerrazón perezosa y cómoda, siempre esperando que lo necesario lo hagan otr@s, constituyen la mugre que maneja el timón de Titanic global, personal y social. No lo permitamos por más tiempo. ¡Y vamos al cambio sin marcha atrás, empezando desde dentro para mejorar los afueras, porque al revés la cosa acaba en conflictos constantes entre manipulador@s y manipulad@s. ¡Hále, querida family, no dejemos para mañana lo que ya es urgente hoy, en marcha ya, desde ahora mismo😻😻😻🙌🙌🙌🙏🙏🙏!!!! !


Opinión

Siria, la geopolítica y la izquierda

Sirios celebrando en Atenas el fin del régimen de Bashar al-Assad.Aristidis Vafeiadakis/ZUMA Press / DPA/ EuropaPress
Sirios celebrando en Atenas el fin del régimen de Bashar al-Assad.Aristidis Vafeiadakis/ZUMA Press / DPA/ EuropaPress

Por Santiago Alba Rico

Filósofo, escritor y ensayista

lunes, 9 de diciembre de 2024

PRESENTACIÓN DE LA PLUMA ENCARCELADA

  

Muchas gracias, hermano Pedro Miguel Lamet, por este regalo magnífico tan orientador y curativo, que en estos tiempos confusos, además, de un regalo es también humanamente medicinal. Fray Luis de León es un punto magnífico de referencia humana y divina para nuestra especie, desde la conciencia, el alma, la mente, la voluntad, la apertura y la sorpresa constante del encuentro profundo entre materia, energía, espíritu, tiempo y espacio fluyendo en la inmensidad de lo cotidiano, en la palabra y sus ecos físicos y metafísicos, convirtiendo el milagro en el pan nuestro de cada día...😻😻😻🙏🙏🙏🙏!!!!!

Una vez más, mil gracias a Roberto R. Aramayo, Nueva Tribuna y Público, por este magnífico compendio de reflexiones sobre la imposible mezcla entre los conceptos materializables de ética y guerra. Algo así como intentar que la noche y el día se acaben convirtiendo en un constante amanecer o crepúsculo interminable. O equiparar salud y enfermedad o muerte y vida como estados igualitarios. Un oximorónico y "normalizado" sí, pero no, y no, pero sí. Una mediación bien intencionada, sin duda, pero aniquiladora de valores fundamentales para la misma Vida Digna, no es un acierto, si, precisamente, no son la vida, la salud, la armonía, el bien común y la ética, los ingredientes imprescindibles que hagan posible ese mediar y establecer mejores bases humanas para el bien de tod@s y de Todo. No es posible vivir de verdad con media muerte, media salud, media paz, media vida y media ética...Escuchar y entender a quienes nos consideran enemigos y ofrecer diálogo que nos mejore a todo@s, es pura Ética que se configura con manos tendidas, diálogo entre lo diverso, en pedagógica igualdad de respeto y apertura de conciencias; pero acabar entrando al trapo en ese juego maquiavélico es la cara oculta de la misma guerra, donde el miedo y la mentira tienen mucho más poder que el alma, los mejores sentimientos (no confundirlos con emociones, estados de ánimo e ideas fijas, porfis!). Donde la ética, como los imprescindibles sentimientos de empática y lúcida humanidad para resolver los conflictos, son sólo utópicas quimeras, un hoyo hueco de la filosofía, su antinomia confusa e inútil para conseguir abrir y despejar caminos en vez de atascarlos con "lo de siempre". En las antípodas de la Ética. En el laberinto y su minotauro insaciable e hiperfágico, perdido en la nada y devorando sin parar todo lo que pilla por medio, que es el actual sistem in failure, que ahora marca el paso hacia el abismo. Pero si despertamos a tiempo, esa locura contagiosa diafrazada de falsas verdades, será sólo un mal sueño.

 

¿Cabe fijar límites morales para “humanizar” los conflictos bélicos?

Un diálogo con Enrique Bonete y su Ética de la guerra.

guerra

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Al comienzo de 2001 una odisea en el espacio vemos a un simio descubrir una herramienta que le sirve para combatir. El buen Abel fue abatido con una quijada por el hermano que le sobrevivió y a cuyo linaje perteneceríamos conforme al relato bíblico. Las luchas fratricidas y cainitas han evolucionado conforme lo han hecho los avances tecnológicos aplicados a las contiendas bélicas. En el imaginario colectivo encontramos esa poderosa imagen con que acaba El planeta de los simios para sugerir una hecatombe nuclear. Antaño se resolvían batallas con un duelo singular entre los campeones de dos ejércitos, como el caso de David y Goliat. La destreza con una honda logró abatir al gigantesco guerrero enemigo. Se mandaban emisarios para evitar confrontaciones…

La guerra siempre ha tenido sus protocolos y el honor solía regularlos en ocasiones. Aunque se producían asedios y saqueos de las ciudades enemigas, lo cierto es que a veces la población civil solía mantenerse alejada del campo de batalla. Pero las armas fueron cambiando los usos y costumbres bélicos, derribando las fronteras entre quienes integraban un ejército y la ciudadanía del país considerado hostil. La IA nos va mostrando como podría modificar aún más las reglas del juego bélico, si es que cabe definir algo semejante. En el futuro todo podría ser aún más aterrador.

Sin planteamientos morales no se irían conquistando nuevas parcelas en el ámbito del derecho y de la política

etica de la guerra

¿Acaso se ha deshumanizado el arte de la guerra? Es una pregunta un tanto absurda, porque una matanza nunca puede responder a demandas humanitarias. Por eso casi es una proeza con tintes épicos plantear una Ética de la guerra como hace Enrique Bonete. Su meritorio propósito es intervenir en un tema tan candente desde la historia de las ideas. Su recorrido se inicia en Atenas y Roma, transita por el Medioevo cristiano y el Renacimiento, para llegar a la modernidad y a nuestro presente. Aunque los conoce, deja de lado a los primeros iusnaturalistas, porque le interesa el arsenal filosófico de la reflexión moral. Por sus páginas desfilan en triadas Platón, Aristóteles y Cicerón, Agustín de Hipona, Salisbury y Tomás de Aquino, Maquiavelo, Erasmo y Tomás Moro, Luis Vives Francisco de Vitoria y Francisco Suárez, Hobbes. Locke y Rousseau, Kant, Hegel y Nietzsche, Russell, Arendt y Bobbio, manteniendo al final un ingenioso conversatorio ficticio con Rawls, Tugendhat y Walzer, antes de pasar a esbozar sus propios principios para configurar una ética de la guerra, que a primera vista no deja de parecer un oxímoron, un hierro de madera. Sin embargo, las quimeras tienen el reverso positivo de la utopía y es cierto que sin planteamientos morales no se irían conquistando nuevas parcelas en el ámbito del derecho y de la política, que van cincelándose con la ética o su ausencia.

Se debe aplaudir con entusiasmo el empeño de Bonete por forjar una heurística moral que pudiera orientar los conflictos bélicos, mediante un libro con rigor académico y muy bien escrito, que quiere abordar una cuestión tan acuciante como la de modular moralmente las guerras y que nos presenta una visión panorámica de la evolución histórica del tema, pretendiendo aplicarlos a casos concretos del momento. Este libro nos muestra que releer a los clásicos del pensamiento no es algo así como visitar un museo inerte, sino dejarse inspirar por textos dinámicos que pueden aportar matices interesantes a problemas de la propia época, mediante una lectura que resulte acorde con su espíritu y no tanto con su letra. Hacen falta más libros como este con vocación de intervenir en la praxis, utilizando principios teóricos que pueden configurar una u otra realidad, y hay que felicitarse por este nuevo título del prolífico catedrático de Salamanca.

La ética solo tiene que decir una cosa en esta materia, cual es declararse incompatible con la guerra

Dicho esto, quisiera mostrar mis discrepancias para entablar un dialogo con Enrique Bonete, haciendo de abogado del diablo. Hay una distinción capital que me parece discutible. Partiendo del concepto de guerra justa, se nos habla del derecho hacia la guerra, durante la misma y después de finalizada, trasladando esa distinción temporal a la ética. Se muestra “partidario de reivindicar principios éticos desde los que se podría amparar el inicio de un enfrentamiento bélico, exigir el cumplimiento de criterios normativos en relación al trato de los civiles, refugiados o prisioneros, sin olvidar aquellas pautas deontológicas a tener en cuenta para establecer la paz tras el conflicto, sancionar a los criminales de guerra y reparar los daños sufridos por las víctimas, una vez concluido el conflicto armado” (p. 19). A mi juicio, quizá muy sesgado por Kant, la ética solo tiene que decir una cosa en esta materia, cual es declararse incompatible con la guerra, es decir, con el fracaso de la política, el derecho y nuestros criterios éticos más fundamentales.

Justificar el inicio de la guerra no es una tarea ética, sino más bien del cuerpo diplomático de turno, porque dicha justificación difícilmente podría tener carácter previo. Ciertamente, una guerra defensiva es algo inexcusable, siempre que no quepa salir del paso mediante una resistencia no violenta, pero difícilmente puede darse pedigrí moral a una guerra preventiva (como la de Irak) y mucho menos a una ofensiva (las invasiones de Polonia o Ucrania) u obviamente a esa guerra total de la que nos habló Goebbels, donde solo se persigue aniquilar al enemigo e inmolarse al no conseguirlo. Los polos del pacifismo idealista y el belicismo realista tienen muchos registros intermedios, con una infinita gama de grises, como muestra el caso citado por Bonete de Bertrand Russell, pacifista militante contra la Gran Guerra, comprensivo con pararle militarmente los pies al totalitarismo nazi y nuevamente contrario a la guerra de Vietnam por otras razones.

Conviene rehuir los maniqueísmos y no pretender encorsetar lo complejo en un esquema binario demasiado simplista

Pueden incluso darse ideales belicistas y pacifismos realistas, como los protagonizados, respectivamente, por Netanyahu y Putin o Gandi y Mandela. Conviene rehuir los maniqueísmos y no pretender encorsetar lo complejo en un esquema binario demasiado simplista. Por otra parte, los agresores acostumbran a considerarse previamente agredidos, con razón o sin ella, y una guerra contraofensiva puede ser absolutamente desproporcionada (como la emprendida por Israel tras un execrable ataque terrorista), sobre todo cuando se da pábulo a la venganza por injurias pasadas. Exigir una rendición de cuentas a los criminales no es tampoco algo que deba hacer la ética, que por definición tampoco puede imponer sanciones penales ajenas al ámbito de la moralidad. En cuanto al resarcimiento, cabe recordar las exageraciones del Tratado de Versalles y las funestas consecuencias que tuvo para la paz mundial. El sentido común de Russell puede ser un buen consejero a la hora de analizar en su contexto una u otra contienda bélica.

La selección de textos es impecable, puesto que a veces repara en obras menos atendidas. Con todo, en el caso de Rousseau podría haberse recurrido al resumen y el juicio que hizo sobre la farragosa obra del abate de Saint Pierre sobre una paz perpetua. Hace poco Adrián Ratto me ha recordado un opúsculo de Voltaire que lo satiriza, el Rescripto del emperador de la China, reprochando a Rousseau que solo buscase la paz en una Europa donde por cierto se contaba con el imperio ruso. Voltaire se contentaría con hacer menos monstruosas las guerras y para ello le parece fundamental que las distintas religiones intervinieran en los tratados de paz, al haber provocado históricamente muchas guerras, como desgraciadamente sigue ocurriendo al declararse guerras calificadas como santas por extremismos integristas que desfiguran e instrumentalizan un credo religioso. Incluso en los Estados no teocráticos que se declaran aconfesionales hay religiones hegemónicas que tienden a imponer sus puntos de vista en la esfera pública.

Incluso en los Estados no teocráticos que se declaran aconfesionales hay religiones hegemónicas que tienden a imponer sus puntos de vista en la esfera pública

La propia guerra incivil española, que hizo exilarse a mis abuelos y nos dividió en bandos aparentemente irreconciliables, fue planteada como una cruzada por el nacional-catolicismo recibiendo las bendiciones del Vaticano. En el dólar norteamericano figura la leyenda “En Dios confiamos” desde 1956, en pleno auge de los movimientos evangelistas que siguen teniendo una neta incidencia política. El himno nacional británico recoge un “Dios salve al rey”, máximo dignatario de su propia iglesia desde Enrique VIII. A Voltaire le fascinaba que judíos, protestantes, católicos, musulmanes o budistas pudieran negociar sin sobresaltos en la bolsa londinense, para luego volver a sus respectivos rituales. Las cuestiones económicas neutralizaban esas diferencias religiosas que habían dado lugar a cruzadas, guerras como la de los Treinta Años o matanzas como la de San Bartolomé.     

Comoquiera que sea, la elocuente pluma de Rousseau hizo conocer el indigesto libro debido a Saint-Pierre, y sin ir más lejos ambos quedaron identificados por Kant como venerables idealistas utópicos. El satírico y delicioso escrito kantiano titulado Hacia la paz perpetua (que yo mismo he traducido al castellano después de hacerlo Joaquín Abellán) se inscribe dentro de una larga tradición recogida por Javier Espinosa en Inventores de la paz. Soñadores de Europa. Siglo de la Ilustración. Lejos de conformarse con una paz europea, Kant aplica un punto de vista cosmopolita, como ya había hecho en su Idea para una historia universal. Sus ideas calaron en los mandatarios políticos del pasado siglo y dieron lugar a lo que fue antesala de la ONU. Tras la Segunda Guerra Mundial y la disuasión que presuntamente brindaba el armamento nuclear, se depositaron muchas ilusiones en una organización internacional que arbitrara los conflictos internacionales. Pero su operatividad es nula porque hay miembros del Consejo de Seguridad con derecho a un veto que neutraliza las decisiones claramente mayoritarias.

La ética debe preceder con su espíritu crítico y reflexivo a las decisiones políticas, indicando a quienes detentan el poder sus planes de actuación

En el Artículo Secreto que Kant añade a la segunda edición se asigna un papel fundamental al clan filosófico. Sus críticas al poder deben ser constantes e implacables para que la política pueda reformar sus leyes y evitar con ello traumáticos procesos revolucionarios como la Revolución francesa. Los políticos no deberían dar un paso sin rendir previamente pleitesía y arrodillarse ante la reflexión moral, siendo esto algo en lo que no caben componendas ni partir la diferencia. La ética no puede ser un medio para encubrir conductas inmorales, como harían los moralistas políticos. Ha de ser la brújula que oriente sus acciones convirtiéndose así en un político moral. No hay que moralizar la política, que tiene sus propias reglas como se atrevió a explicitar Maquiavelo, pero la ética debe preceder con su espíritu crítico y reflexivo a las decisiones políticas, indicando a quienes detentan el poder sus planes de actuación. A Truman le faltó un buen consejero, como tenía Roosevelt, para no lanzar sobre ciudades densamente pobladas dos bombas atómicas, en lugar de haber mostrado su poderío bélico sin causar tantas víctimas.

Una vez realizado el recorrido histórico desde Platón hasta Walzer, Bonete toma la palabra y nos brinda seis principios, como resulta de su atenta lectura. La defensa y la solidaridad ampararían en términos éticos una declaración de guerra. La protección de los inocentes y el trato humanitario para con los contendientes habrían de regir cualquier enfrentamiento armado. La imputación de responsabilidad a los mandatarios político-militares y la reparación que intente paliar los desastres del conflicto se aplicarían posteriormente. Su intención es marcar unos límites morales que fijen “lo que no se debe hacer ni antes, ni durante, ni después de las contiendas” (p. 242).

Como buen seguidor de Javier Muguerza, Enrique Bonete se contenta con dibujar los contornos de la injusticia bélica, cuando una guerra se convertiría en algo aún más horrendo y monstruoso, si cabe. Sus principios vienen a formularse en la estela kantiana del potencial heurístico que tendrían las propuestas utópico-morales. “Gracias a la formulación de principios regulativos de la práctica, podemos constatar hasta qué grado concretos comportamientos bélicos respetan o vulneran aquello que marca la ética de la guerra” (p. 242). Nada que objetar a este planteamiento de raigambre kantiana y muguerziana. Ojalá calaran estos principios en los debates internacionales y dieran lugar a nuevas convenciones. Hay que poner constantemente sobre la mesa este tipo de cuestionamientos morales, para servir de contrapeso a la normalización del abuso y la conculcación de todos los derechos imaginables.

Las guerras deberían declararlas quienes van a padecerlas y no sus mandatarios, por mucho que hayan sido elegidos por las urnas

El juicio de Nuremberg quiso dar un ejemplo al mundo y acuñó el concepto de crímenes contra la humanidad aplicando a ciertos jerarcas nazis. Pero muy poco después en el mucho menos conocido juicio de Tokyo, el propio emperador japonés no rindió cuentas y se tomó como cabeza de turco a un alto mando militar. Ahora mismo el Tribunal Internacional dicta ordenes que no sirven para nada, sobre todo si los criminales de guerra siguen ganando batallas, pese a masacrar civiles despersonalizados considerándolos escudos humanos, o cuentan con un ejército bien pertrechado, como al autócrata ruso. Resulta muy difícil incluso mencionar tan siquiera el término terrorismo de Estado, porque siempre se argumentará que no deja de ser contraterrorismo a veces preventivo. Estados Unidos jamás rendirá cuentas por convertir Hiroshima y Nagasaki en laboratorios destinados a estudiar el impacto de la radioactividad, como hubiera hecho Mengele.

Tal como dice Kant, las guerras deberían declararlas quienes van a padecerlas y no sus mandatarios, por mucho que hayan sido elegidos por las urnas. Otro gallo nos cantaría, de ser así. Pero siempre nos cabe a cada cual aplicar esa desobediencia debida que nos dicte nuestra conciencia moral, para no asemejarnos a ese Adolf Eichmann que afirmó gestionar el holocausto acatando obedientemente la cadena de mando. Al asumir ciertas ordenes aborrecibles éticamente nos corresponsabilizamos de las mismas y no caben atenuantes en la rendición de cuentas. Para oponerse moralmente a la guerra viene bien aplicar el kantiano imperativo de la disidencia formulado por Javier Muguerza y que viene a decir lo siguiente: “Obra como si pudieras desobedecer directrices injustas o abominables con arreglo a tu conciencia moral, para evitar que seas instrumentalizado y trates a las personas como meras cosas”. La mejor ética contra las guerras es el atreverse a decir que no, cuando nos veamos instados a cometer barbaridades.

Roberto R. Aramayo, Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e Historiador de las Ideas Morales y Políticas

Enrique Bonete Perales, Ética de la guerra. Evolución histórica y debates actuales, Madrid, Tecnos, 2024.

domingo, 8 de diciembre de 2024

ZOO - PANYA (Official Music Video)

Qué buenas ideas basadas en la praxis política, en la experiencia de gestionar el bien común en vez de utilizarlo para enredar y forrarse. Muchas gracias, hermano Ximo Puig, por haber servido al pueblo valenciano como parte viva y sana de él mismo.Por comprender que gobernar y legislar es servir éticamente a la humanidad, y no utilizarla para ser servidos por ella, mientras los utilizados pagan por ello a los utilizadores. Necesitamos ya con urgencia y sensatez esa refundación. Gracias infinitas, Ximo, por ayudar a ver más claro y a Diario Levante por compartirlo tan generosamente😻😻😻😻🙌🙌🙌🙌!!!!.

 

Opinión

Ética para la refundación

Este artículo, postergado algunas semanas, me resulta muy difícil de escribir, como tantos periodistas que han llorado mientras nos narraban dramas humanos surgidos del barro. Han muerto 222 personas en la mayor tragedia sufrida desde la pandemia. Entre tanto ruido y una insoportable conmoción, entre tantas pérdidas materiales para miles de ciudadanos, la vida se ha teñido de un marrón espeso que tardará en marcharse de las calles y de las mentes. Solo la empatía con el dolor de las familias que han recibido un golpe tan duro debería ser nuestra obsesión. Por decencia, por humanidad. Y, sin embargo, tengo la impresión –como sucedió en anteriores tragedias– de que algo está fallando. Y eso me preocupa. Y me duele.

Por eso, por respeto a ellos, por haber tenido el inmenso honor de ser el president de la Generalitat y por la convicción de que ésta es la hora de la responsabilidad, quisiera que este artículo se interpretara como una reflexión serena alejada de juicios, reproches o comparaciones. Bien al contrario. Este es el tiempo de la unión para hacer efectivo el acompañamiento real en la normalización de las vidas de los afectados, de la cohesión para refundar, del sentimiento para entender que un pueblo es mucho más que unas casas tras otras.

Pensar, dialogar, actuar. Valgan estos apuntes de urgencia como una primera aproximación personal a la reflexión que nos acercará al único aspecto positivo de esta catástrofe: extraer las conclusiones que nos ayuden a hacer viable una transformación que garantice más seguridad, prosperidad e inclusión.

I. Con ese propósito de aprendizaje leo a dos filósofos hablar sobre esta tragedia. Dice Victoria Camps que deberíamos hacer un doble examen para mejorar la prevención. Primero, ver qué se ha hecho que no se debería hacer para no seguir haciéndolo, como construir en zonas inundables. Por ejemplo, de la riada del 57 se aprendió a desviar el cauce del Túria. Y segundo, hay que ver qué se podía haber hecho que no se hizo, como adoptar una reacción más rápida, eficaz y responsable ante la advertencia científica de una DANA. En resumen: la prevención desde la concienciación, la modernización y el refuerzo de la preemergencia cuando las consecuencias del cambio climático nos exponen a más y mayores emergencias. Más que nunca, combatir la irracionalidad del negacionismo es una exigencia ética y política.

José Antonio Marina dice que si creemos –yo lo creo– que la cogobernanza es la mejor solución, hay que aprender a cogobernar. Eso obliga a la coordinación desde la asunción de la dirección responsable. En mi opinión, esa es la acción decisiva que asegura el buen funcionamiento de un Estado compuesto como el nuestro. Estos días vuelve a planear el fantasma del centralismo, siempre presto a sacar el hacha y cortar en troquel nuestra diversidad. Pero es un falso dilema. Insisto: aquí no hubo un problema de competencias, sino de incompetencia.

Siempre he creído en la capacidad de un autogobierno potente. También soy un firme partidario del federalismo, que obliga a la cooperación en los distintos niveles de la Administración bajo el principio de subsidiariedad y el compromiso de lealtad federal. No es teoría; aquí ya lo hemos hecho. Cuando gestionamos la respuesta a la Covid, en la Comunitat Valenciana decidimos adoptar las primeras medidas restrictivas de España, en aquel momento muy impopulares, como fueron la suspensión de las Fallas o el cierre de la hostelería. Fuimos los primeros en cerrar los bares. Fuimos los últimos en levantar perimetrajes. Tuvimos autonomía para diseñar una gestión que primaba la salud pública y que redujo el número de personas fallecidas en nuestro territorio; aquí hubo casi 3.000 muertos menos que la media estatal por población. En otros sitios se eligió una vía muy distinta a la que llamaron «libertad» en su neolengua orwelliana, que traducido al román paladino equivaldría a «sálvese quien pueda». Allá cada uno con su conciencia.

Aquella experiencia en una situación límite, de la que no sabíamos nada, puso a prueba el modelo autonómico y fue perfectamente compatible –por supuesto plagado de insuficiencias– la capacidad del autogobierno con un ejercicio cooperativo con el Gobierno de España. Ese debería ser, de nuevo, el camino. Coincido con José Antonio Marina cuando advierte de un peligro: la ineficiencia de la democracia provoca la nostalgia del autoritarismo, el rechazo de la cogobernanza y la sumisión a un líder fuerte. Y eso debe inquietarnos en el mundo de Trump, Putin o Xi.

Frente a los cantos de sirena populistas que pretenden sacar una tajada indigna de esta catástrofe y erosionar nuestra convivencia en democracia, los demócratas deberíamos ser conscientes de que fuera de las instituciones solo hay caos, fractura y atraso.

Cuidado con legitimar a los difusores de bulos que buscan adentrarnos en una oscura zona de turbulencias.

Cuidado siempre con el cortoplacismo partidista; mucho más todavía en tiempos de tribulación.

Y cuidado, mucho cuidado, con desprestigiar –desde dentro– la política. Es tan viejo como la misma política. Lo que resulta cínico es abdicar, desde la política, de la política. En un nuevo/viejo formato y, ciertamente, bajo la forma impúdica con la que se está haciendo, resulta inquietante. Porque nuestro siglo XIX quedó muy atrás. Pero hay cosas que quedan atrás hasta que, como esta semana en Corea del Sur, intentan de repente regresar.

II. Estamos aún en la emergencia, ha empezado la reparación y la recuperación será larga y llena de dificultades pero hay tres cuestiones que convendría tener en el radar.

La primera es la importancia de articular una gran operación que permita el reset personal y colectivo. Es la hora del Estado social. València lo merece. Sería inaceptable quedarse a medias cuando los focos se vayan retirando del barro. Por eso necesitamos, más que estados de emergencia, tener a todas las Administraciones a pleno rendimiento en esta tarea. Necesitamos a la política que dé respuestas inmediatas y también estructurales. Es ingenuo, por no usar otro adjetivo, creer que fuera de la política puede encontrarse la solución a un problema que afecta a la polis.

La segunda cuestión es recuperar la confianza ciudadana, menoscabada ante la irresponsabilidad pública observada. En ese sentido, considero fundamental alejarnos del enfrentamiento espurio entre los actores responsables de levantar un área con más de medio millón de ciudadanos. Sería obsceno. Sería inmoral. Sería letal para la convivencia y para la fortaleza institucional.

El tercer asunto me parece fundamental. Se habla mucho de reconstrucción, pero –en mi opinión- de lo que se trata es de refundar. No de que todo quede igual como estaba. Estamos en el Mediterráneo, zona cero del cambio climático. En un informe de la OCDE de 2024 se señala que para reforzar la resiliencia ante las catástrofes naturales: hay que realizar evaluaciones integrales de riesgos que identifiquen las vulnerabilidades, se desarrollen estrategias sólidas de mitigación y se atienda a una planificación ajustada a los efectos del cambio climático.

Ante las catástrofes hay que itinerar por una senda clara: prevención, respuesta y refundación.

Por eso, y ante el hecho de que habrá un agravamiento de la incidencia metereológica con diferentes derivadas, pensar solo en reconstruir carece de sentido. No se trata de hacer lo mismo. Se trata de una reconstrucción transformadora que afecte a la política territorial, a la movilidad, al desarrollo económico innovador, a las infraestructuras resilientes, a la gobernanza metropolitana…

Se trata en definitiva de refundar, con principios éticos, un nuevo tiempo para la Comunitat Valenciana.

 Por eso y para eso, ¿cómo se puede interpretar el desprestigio de la política cuando se es autoridad política de la Generalitat? ¿Cuál sería, exactamente, ese otro carril no enunciado? ¿El despotismo ilustrado? ¿La tecnocracia autoritaria? ¿Acaso esa posdemocracia que reserva el poder a unas élites ocultas entre bambalinas y deja a la democracia en simple cáscara formal? Inquietante. Tan inquietante como descubrir que la voluntad de servicio público iba súbitamente aparejada al autoservicio salarial. Inquietante, incomprensible, poco ejemplar.

III. El problema básico –me atrevería a señalarlo como el quid de la cuestión– es que esta crisis tiene un componente humano, social, económico y político, pero sobre todo tiene una sustrato moral. La refundación no se puede liderar sin crédito. Sin auctoritas. No habrá refundación física sin refundación moral. No habrá refundación sólida sin cambiar los mimbres éticos que han teñido la gestión de esta catástrofe. Por eso me pregunto: ¿Cómo se recupera la credibilidad en una institución ahora asociada a la ineficacia, la irresponsabilidad y la desconfianza? ¿Cómo se protege al autogobierno valenciano del triste golpe que ha recibido? En la respuesta a esta pregunta tendremos una parte importante de la solución. En mi opinión, la política valenciana debe dar una respuesta moral al desprestigio y censurar el desacato. No caben atajos.

Por fortuna, la marea de voluntarios, con una juventud que ha tumbado los estereotipos sobre la mal llamada “generación de cristal”, es la cara más positiva de esta tragedia. Han sido el mejor rostro de un pueblo consciente, solidario y cívico. Verlos desfilar por la pasarela, a pie, con palas y cubos, y verlos trabajar llenos de ánimo y tesón ha sido vitamínico en mitad de la desgracia. Ese aire que impulsa a los jóvenes a cruzar la pasarela es el viento de principios que necesita la política, porque la política es como el colesterol. Hay buena y mala política. Y ellos han hecho política preocupándose por la sociedad. En su actitud –de fortaleza, de solidaridad, de responsabilidad– anida el espíritu del tiempo que ya empieza. En ese espíritu está viva la política y la democracia.

Hay Tanto

Y así es, querido hermano Agustín de La Torre. No hay mejor detergente y desinfectante total que la sanísima lejía de la Bienventuranza permanente, en la que l@s humildes y libres de prejuicios, ataduras, soberbias, vanidades y tontunas crueles e intereses demoledores, son expertos totales. Durante años, en la puerta del supermercado, estuvo pidiendo cada día nuestra hermana Pilar, una jubilada viuda, madre y abuela, sin recursos, que después de trabajar como asistenta en el servicio doméstico, toda su vida, sólo disponía al mes de 300 euros de pensión, de modo que si pagaba el alquiler no podían comer y si comían tendrían que vivir en la calle, ella, l@s hij@s sin trabajo y niet@s sin recursos...Por eso pedía cada mañana en el mismo lugar. Ella, en vez de triste, estaba feliz y agradecidísima a toda la familia humana que le dejaba ayuda en el carrito de la compra y en el vasito de plástico que estaba, al lado, en el suelo. Y quería agradecerlo preguntando por nuestra salud, por nuestro estado de ánimo, etc. ¿El resultado? Pilar, poco a poco, se convirtió en la psicóloga gratuita del barrio, en plan vis a vis, o también en grupitos terapéuticos improvisados de dos o tres personas, allí, de pie, a su lado, en la puerta misma del súper, así, por las buenaa...buenísimas; escuchaba, acogía, sonreía con una paz y un buen rollo natural, con una bondad y un cariño totales , sin cotilleos, ni negatividades, ni rabias, ni nada parecido, sólo escucha, atención y preguntas que hacían pensar, reflexionar y encontrar en común las propias soluciones por sí mism@s desde dentro. Todo sin manchas. Inmaculada, tanto ella, como l@s 'pacient@s' que se marchaban liberad@s de conflictos, problemas autoprovocados y demás rollos autofastidiavidas...Inmaculada de verdad. Ella venía en autobús cada mañana desde el barrio de El Cabanyal, del lado pobre marinero. Hasta que una mañana, en tiempos de la pandemia, Pilar dejó de venir y nunca más ha vuelto ni conseguimos saber nada más de ella...Pero a muchísimas personas les/nos quedó para siempre ,en nuestras vidas, la experiencia preciosa de su ayuda, de su escucha y de su luz. Incontables vidas rescatadas humilde y sutilmente de la negrura interior por una ángela contagiadora y transmisora natural de la bienaventuranza. Santa Pilar querida y bendita: Seguro que oras pro nobis!, donde quiera que estés, que, evidentemente es el cielo, en el que ya vivías abriendo las puertas cada día en el barrio valenciano de Patraix, que jamás olvidará tus palabras, tus pasos, tus silencios, tus miradas y tus alas de ángela total...


No tiene manchas 

No tiene manchas


sábado, 7 de diciembre de 2024

La Música

Una vez más, un Gracias infinito a nuestro hermano Roberto R. Aramayo, por esta imprescindible lección reflexiva sobre nuestra historia y sus viejos trapos tan sucios como locos, de los que precisamente Hitler, Goebbels y demás "genios" del caos y la destrucción, vendidos como imperios y soluciones en plan terminator total, nos han dejado como testamento/finiquito, hasta convertido en monasterio cuelgahistorias, alias Valle de los Caídos, que durante cuarenta años se fueron tirando por la borda del 'Crucero Dictadura'. Es decir, si una gran parte de la (des)humanidad opta por seguir esos ejemplos, mucho más propios de un manicomio vergonzante y estúpido, que de un mundo sanamente feliz...Un verdadero desastre, que además provocó nada menos que DOSGUERRASMUNDIALES y unas BOMBASTÓMICAS supereficaces, para estrenar en las tres primeras décadas del siglo XX, un planazo Harry Potter autodestroyer al que lo último que le queda pendiente es disponer ya mismo de una I.A. inventada , propiciada y mantenida por el mismo talentazo sin fronteras ni límites que les orienten ni les despierten, sino que les canten una nana permanente, para que todo siga igual hasta el finiquito...Casi ná! Algo así, como pretender que un mundo analfabeto redacte y escriba las normas de conducta universales para poder funcionar y vivir lo mejor posible, si ni siquiera conoce el significado de lo que piensa y habla...O sea, los casos de Hitler, de Goebbels, de Mussolini, de los maravillosos pacifistas Roosevelt y Truman, o de Ppaquiño el Cunetas sppanish fashion y de tantísimos y fieles ppatriotas seguidor@s del mismo pplanazo (des)humanamente terminator...Ainss, señor, qué cruz!! 😱😱😰😰😰...


TRIBUNA DE OPINIÓN

¿Qué hubiera hecho Goebbels con la Inteligencia Artificial?

Trump ha vuelto a La Casa Blanca porque Banon le dio las claves para lograr algo inimaginable. Putin controla como nadie los medios cibernéticos en lo que se ha dado en llamar guerra hibrida.

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Se ha estrenado la película El ministro de propaganda. Este film versa sobre Joseph Goebbels, cuyo Ministerio se llamaba en realidad de la Ilustración del pueblo y Propaganda. El propio rótulo mancillaba dos nobles términos como los de Ilustración y ciudadanía. No se trataba de ilustrar a la gente para que pensara por cuenta propia y tuviera criterio propio, como pretendió hacer el movimiento ilustrado. Su titular se proponía justamente todo lo contrario, arengar y engatusar a las masas para que siguieran ciegamente los dictados de un líder cuya palabra se presentaba como una verdad revelada.

Trump ha vuelto a La Casa Blanca porque Banon le dio las claves para lograr algo inimaginable. Putin controla como nadie los medios cibernéticos en lo que se ha dado en llamar guerra hibrida

En esta cinta cinematográfica se van introduciendo imágenes reales de archivo y una labor de documentación hace que los diálogos respondan a fuentes fidedignas, todo lo cual hacer que la historia narrada resulte aún más impactante. Justo al principio el personaje de Goebbels define la propaganda como un arte sublime, similar al de la pintura. Lo que cuenta no es retratar la realidad, sino presentarla del modo más útil intensificando el papel de las emociones. Todo un axioma para sus herederos.

Goebbels acertó a emplear todos los medios técnicos de que disponía en su época. Controlaba la prensa, que siguió editando hasta el último día durante la batalla de Berlín. Supo hacer entrar la voz de Hitler y la suya propia en los hogares alemanes mediante unas radios prácticamente regaladas a tal efecto. Pero también tomó las riendas de una potente industria cinematográfica, supervisando que debían ver los alemanes en favor de la causa, para comulgar con el ideario nazi. Rentabilizo las Olimpiadas berlinesas y a última hora hizo rodar una cinta épica para hacer creer que podía revertirse una derrota inexorable.

Resulta escalofriante imaginar qué habría podido hacer disponiendo de la Inteligencia Artificial. En su día trucaba las imágenes y el audio de los documentales (des)informativos para hacer creer que había una realidad paralela y engañar con ello a la población alemana. Con las nuevas tecnologías los nazis no hubieran precisado del arma milagrosa con la que soñaba Hitler. Para dar un vuelco a la guerra, les hubiera bastado con la magia de quien pasa por ser el demagogo por antonomasia. Hubiera reescrito la historia, haciendo ganar a Napoleón la batalla de Waterloo, y habría confundido a los espías mejor acreditados con sus embustes. El problema es que, al revisitar este capítulo de la historia, se tiene la sensación de vivir ahora mismo algo muy parecido. Estamos descubriendo que las pantallas resultan adictivas e internet sirve para vehicular una toxica desinformación que deforma la realidad, haciendo pasar por héroes a los villanos e imponiendo que uno deba probar su inocencia frente a los infundios.

A Goebbels las crisis le fueron haciendo crecer en el entorno de Hitler. Rentabilizó el desastre de Stalingrado para decretar una guerra total a vida o muerte y obtuvo poderes plenipotenciarios

Nuestro modelo social se ve gravemente amenazado por una economía deshumanizada y el negacionismo de problemas tan gruesos como la emergencia climática o las desigualdades. Mientras los magnates aburridos ganan elecciones y ciertas corrientes religiosas contaminan la política con sus dogmas desplazados, la industria del entretenimiento nos tiene muy distraídos. Nos endeudamos para hacer turismo de masas y convertir sitios idílicos en parques temáticos, aceptamos un mercado laboral semi-esclavista que no sirve para cubrir necesidades tan básicas como la vivienda o emanciparse. Aceptamos que se privaticen cosas tan elementales como la sanidad o la educación. Como si a nuestra vida cotidiana no le afectaran tales cosas.

¿Aprueba el pueblo ruso la invasión de Ucrania y su alianza con Corea del Norte? ¿Sancionan los ciudadanos de Israel que su ejército colonice las tierras vecinas masacrando a la población civil? ¿Cómo es posible que no adopten medidas más eficaces contra esas espeluznantes violaciones del Derecho internacional y los derechos humanos? Corea del Sur ha decretado por unas horas la ley marcial. Cuesta no recordar esa guerra de Corea que precedió a la del Vietnam o esa Guerra Fría que nos obsequió con la crisis de los misiles.

A Goebbels las crisis le fueron haciendo crecer en el entorno de Hitler. Rentabilizó el desastre de Stalingrado para decretar una guerra total a vida o muerte y obtuvo poderes plenipotenciarios para proseguir la contienda bélica tras el frustrado atentado contra Hitler. Durante un día sucedió a Hitler como Canciller, antes de asesinar a sus hijos y suicidarse con su mujer. Esta figura ilustra los que puede hacer el fanatismo llevado hasta sus últimas consecuencias.

Trump ha vuelto a La Casa Blanca porque Banon le dio las claves para lograr algo inimaginable. Putin controla como nadie los medios cibernéticos en lo que se ha dado en llamar guerra hibrida. Salvando las distancias, Miguel Ángel Rodríguez se lleva por delante a quien haga falta con sus artimañas. Macron está viendo caer a su primer ministro por haberlo impuesto y Alemania tiene convocadas unas elecciones generales un 23F, Qué poco aprendemos de las lecciones que nos da la historia. 

Muy buenas y urgentes reflexiones. No hay nada como la manifestación de una realidad verdadera para deshacernos de las mentiras sin tener que batallar al mismito nivel de Trolilandia. Un gobierno sano, justo, perticipativo y democrático SOLO puede hacerse posible si es el resultado de y está compuestoo por una sana, limpia, solidaria, lúcida, humanitaria, consciente, sorofraterna, y por ello, ética y justa ciudadanía mayoritaria que lo elige limpiamente. Lo demás sólo es manipulación, falsedad y basura teatralizada, como lo es el caso de venderse como "pueblo salvador" que sólo pretende "salvar" lo suyo, infiltrado como los virus en los cuerpos sanos, imitando y falseando lo mejor de lo que ni siquiera conocen...Gracias, David Casarejos y Nueva Tribuna😍🙌🙌🙏!!!!

 

5 de diciembre, 'dia del voluntario...' frente a los populismos

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Voluntarios Valencia. Foto EFE.

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El pasado jueves 5 de diciembre era el día del voluntariado que es una celebración coordinada por el programa de los Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU).

Según la página de la ONU este día “se celebra anualmente el 5 de diciembre para reconocer y promover la incansable labor, no solo de los Voluntarios de las Naciones Unidas, sino de los voluntarios de todo el mundo.”

Hace unas semanas pudimos comprobar la cantidad de gente que está dispuesta a convertirse en voluntarios y voluntarias en nuestro país, y la terrible desgracia de la DANA de Valencia nos permitió poder ver en directo las marchas de miles de persona desde esta ciudad y desde todos los rincones de nuestro país hacia los pueblos más afectados, llevando productos de limpieza, agua, provisiones y sobre todo sus ganas de ayudar a los que habían perdido todo.

Hablo de aquellos y aquellas que fueron a aportar su granito sin esperar recibir nada a cambio y no toda esa gente que móvil de última generación en mano buscaban rellenar sus ratos como “influencers” mostrándose con una pala en mano y mucho barro en sus pantalones para luchar por conseguir 15 nuevos seguidores.

En una época en que políticamente estamos derivando hacia los populismos de ultra derecha, es difícil encontrar fácilmente a esa población altruista y generosa, capaz de ofrecer su propio tiempo libre

El trabajo voluntario se asocia tradicionalmente con valores como la solidaridad, la empatía y el compromiso con el bienestar colectivo. Sin embargo, diferentes ideologías pueden influir en cómo se percibe o se realiza el voluntariado.

En la mayoría de los casos, los voluntarios y voluntarias buscan ayudar a comunidades vulnerables sin importar fronteras, raza, religión, género u otros factores y por supuesto se alejan de lo que muchos de los nuevos partidos que están surgiendo por toda Europa promueven…partidos de ultraderecha obviamente, que abanderan posturas excluyentes y con gran falta de empatía.

Es gracioso ver cómo en Valencia se presentaron algunos grupúsculos de jóvenes reaccionarios vendiendo una idea de voluntariado que solo se regían por su oportunismo y la búsqueda de réditos políticos. Los movimientos de ultraderecha pueden rechazar o reinterpretar el voluntariado dependiendo de si se alinea con sus prioridades ideológicas, como la preservación cultural, el nacionalismo o la oposición a la inmigración.

Algunos movimientos ultraderechistas promueven el voluntariado dentro de su país para fortalecer la "unidad nacional" o "preservar la identidad cultural" y en España tenemos la desgracia de tener varios de estos grupos a los que además y también por desgracia se les ha proporcionado una atención mediática que a muchas otras organizaciones de voluntariado jamás se le ha ofrecido.

En el caso de la desgracia de Valencia llegaron para dejar clara su desconfianza hacia el Estado y venían a “salvar” lo que el gobierno de Pedro Sanchez y Mazon habían “dejado caer”.

Estos grupos vienen a vender su idea de voluntariado como alternativa a programas estatales que  según ellos son ineficaces y para tratar de ocupar el espacio que le pertenece a los gobiernos en su control de aspectos sociales.

Para todos estos “voluntarios” con carnet de partido, si el voluntariado beneficia a inmigrantes, refugiados o minorías lo perciben como una amenaza a la "pureza cultural" o como una "imposición" de valores progresistas.

Cabe resaltar que las corrientes ultraderechistas valoran más el esfuerzo individual que el trabajo colectivo, viendo el voluntariado como una actividad que fomenta la dependencia o la "debilidad" y además en sus programas políticos no se avergüenzan de intentar recabar votos a través de cargarse todo lo que mantiene el estado del bienestar, incluidas aquellas instituciones que están para proteger y cuidar de la población.

La ultraderecha a menudo critica el voluntariado internacional, especialmente si involucra ayuda humanitaria para refugiados o comunidades migrantes, ya que esto puede contradecir su visión de fronteras estrictas y protección nacional. Sin embargo, muchos voluntarios que trabajan dentro de su propio país (por ejemplo, en desastres naturales) pueden ser bien vistos, siempre y cuando sus acciones refuercen narrativas nacionalistas.

Para muchas personas y organizaciones, el trabajo voluntario se convierte en un acto de resistencia frente a las ideologías excluyentes de la ultraderecha y de hecho muchas y muchos se involucran en ONGs que promueven la inclusión y los derechos humanos dando una respuesta directa a discursos de odio, sumándose proyectos que buscan ayudar a comunidades vulnerables o migrantes desafiando las políticas restrictivas que la ultraderecha podría apoyar.

El voluntariado y la ultraderecha representan enfoques muy diferentes sobre cómo entender y atender las necesidades sociales

El voluntariado y la ultraderecha representan enfoques muy diferentes sobre cómo entender y atender las necesidades sociales. Mientras el primero tiende a priorizar la cooperación, la inclusión y la ayuda desinteresada, la ultraderecha puede promover acciones que fortalezcan divisiones o que sean exclusivas para ciertos grupos. Esto no significa que no existan iniciativas de voluntariado impulsadas por sectores ultraderechistas, pero suelen tener objetivos y valores limitados a sus propios ideales.

Las sociedades más avanzadas suelen tener un sector voluntario más desarrollado y más gente se suma a los proyectos encabezados por las ONGs locales o nacionales. El retroceso actual y los populismos llevan a nuestra sociedad a posiciones que no queremos ni podemos permitirnos y estamos dirigiéndonos hacia una sociedad más empática, más egoísta y nos arriesgamos a dejar de lado a los sectores más vulnerables de nuestra población y a aquellos en situaciones precarias. 

La ONU nos recuerda que “los desafíos actuales a los que nos enfrentamos, como el cambio climático, los conflictos y las injusticias sociales, pueden resultar abrumadores. Sin embargo, en momentos difíciles es cuando el espíritu del voluntariado brilla más que nunca. En todos los rincones del mundo, los voluntarios suelen ser los primeros en responder. Afrontan los retos con valentía, dedicación y desinterés.”

En resumen, el voluntariado es un motor esencial para el desarrollo de sociedades más justas, resilientes y sostenibles. Como en el caso de Valencia además de resolver problemas inmediatos, crean una base sólida para el progreso a largo plazo.

jueves, 5 de diciembre de 2024

Hay Que Vivir

Muchas gracias, Dr. Manzano Callejo y Nueva Tribuna, por estas utilísimas reflexiones, acerca de los hábitos sociales que nos hacen tomar conciencia, o no, de los estereotipos como marcadores e 'influencers' a la hora de aplicar el paso adecuado sobre la riqueza y la percepción de una confianza mecánica, contagiosa y asociada que , sin duda, facilita la adhesión inconsciente y "natural" a una valoración, teledirigida históricamente por la riqueza material y posesiva como el mejor "modus vivendi et operandi" ,ideal para una humanidad abducida por la mecánica de la posesión "natural" , y hasta hereditaria, de riquezas y poderes, aunque en realidad, el Planeta sea de tod@s, y esa tendencia mecánica produzca en el mundo mucha más pobreza y abusos crueles que riqueza verdadera como consecuencia del marrón social que nace de una carencia total para atar cabos psicoemocionales y cognitivos, entre ética y riqueza explotadora de muchos para el beneficio de muy pocos, sin ver la relación inevitable entre ecología y supervivencia del Planeta y sus especies, que, desgraciadamente, dependen del uso adecuado, o no, que la humanidad haga de la urgente percepción adecuada y ecológica de su constante vínculo con la Naturaleza. Es imprescindible que la sensibilidad inteligente de nuestra especie despierte y se implique urgentemente y cuanto antes, en ese camino evolutivo; lo contrario será su propio exterminio, del que ninguna riqueza la salvará si esta especie no lo comprende y cambia de rumbo cuanto antes, con una nueva educación en valores, conocimiento y cambio radical y firme, razonado e inteligente de usos y hábitos diarios, para tod@s sin excepciones, mediante el desarrollo integrativo psicoemocional de las conciencias, sin las que la ciencia es un peligro más que un avance y el dinero como objetivo fundamental, una fuente tóxica de falsa riqueza mucho más letal que vital...La ironía de Cervantes en esa cita, con la que acaba este artículo del Dr. Manzano Callejo, es más que evidente, él mismo Miguel de Cervantes fue víctima total del terrible mejunje, cuyo testimonio literario ha hecho del Quijote una enciclopedia global e intemporal del mismo pastiche. 🙌🙌🙌🙏🙏🙏!!!!

 

PSICOECOLOGÍA

Estereotipos sobre la riqueza y percepción de confianza asociada

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Los estereotipos son imágenes mentales que los individuos construimos acerca de los otros, representaciones esquemáticas y simplificadas de un grupo de personas al que se define a partir de ciertas características representativas. Estas características pueden ser ciertas o falsas, pero, al consistir en una simplificación extrema de una realidad compleja, los estereotipos siempre son interpretaciones limitadas e incompletas.

Los estereotipos son construcciones sociales que adquirimos y asimilamos, asumiéndolas como válidas; suelen transmitirse socialmente por generaciones y nos llevan a hacer afirmaciones generales, ya sean positivas, negativas o incluso neutras, sobre el grupo estereotipado.

Los estereotipos bloquean nuestra capacidad crítica y facilitan que tengamos actitudes prejuiciosas, que pueden desencadenar en prácticas de discriminación e intolerancia

Los estereotipos suelen generar prejuicios, ya que inducen a prejuzgar, es decir, a emitir un juicio sin tener la suficiente información que lo sustente. Los prejuicios, como ideas preconcebidas, suelen basarse en rumores o en una supuesta experiencia previa de las personas que forman nuestro grupo. Solemos tener prejuicios favorables a los grupos con los que nos identificamos y prejuicios negativos hacia los que percibimos como diferentes.

Los prejuicios van más allá de la simple catalogación de las personas ya que condicionan nuestra interacción con ellas. Siempre que actuamos guiados por nuestros prejuicios estamos siendo injustos, pues nos basamos en ideas preconcebidas sobre la otra persona, antes incluso de conocerla.

Los prejuicios y los estereotipos suelen hacer referencia a la identidad de las personas y grupos, como el sexo, la religión, la ideología política, el origen étnico, las ocupaciones, los niveles socioeconómicos, los gustos personales, la apariencia física, etcétera.

Los estereotipos bloquean nuestra capacidad crítica y facilitan que tengamos actitudes prejuiciosas, que pueden desencadenar en prácticas de discriminación e intolerancia.

Los prejuicios, como ideas preconcebidas, suelen basarse en rumores o en una supuesta experiencia previa de las personas que forman nuestro grupo

Una nueva investigación publicada en Journal of Personality and Social Psychology realizada por el Dr. Boon-Falleur, del Centro de Investigación sobre las Desigualdades Sociales (CRIS), Sciences Po, París, Francia, identifica un estereotipo generalizado que vincula la riqueza con la confianza percibida en diversas culturas. El estudio abarcó ocho países y descubrió un estereotipo universal que vincula la riqueza con la confianza, incluso entre aquellos con bajos recursos.

El estudio, realizado en ocho países, incluidos Brasil, Colombia, República Democrática del Congo, India, Francia, Nigeria, Filipinas y el Reino Unido, empleó un método novedoso para descubrir estereotipos y evitar el sesgo de deseabilidad social.

“Las personas con menos recursos son percibidas sistemáticamente como menos fiables por personas de todo el mundo, incluso entre las personas que tienen pocos recursos", afirma el Dr. Boon-Falleur, resumiendo el hallazgo más significativo del estudio.

Esta investigación contribuye a la discusión académica más amplia al resaltar la importancia del origen socioeconómico en la formación de estereotipos, junto con atributos demográficos bien conocidos como el género, la edad o la raza.

También hace hincapié en la necesidad de tener en cuenta tanto las características de la persona que "confía" como las de la persona en la que se confía al examinar la dinámica de la confianza

Estos hallazgos destacan el papel del estatus socioeconómico en la formación de estereotipos, junto con factores como el género y la raza. Reconocer este sesgo puede alentar los esfuerzos para superarlo y promover la confianza social. Las investigaciones futuras tienen como objetivo explorar cómo se pueden cambiar estos estereotipos y su impacto en la discriminación.

Datos clave del estudio:

  • Estereotipo universal: Las personas con menos recursos son percibidas globalmente como menos fiables, independientemente de la propia riqueza del perceptor.
  • Evidencia transcultural: El estereotipo existe en varios países, incluidas las sociedades occidentales y no occidentales.
  • Implicaciones para la desigualdad: La conciencia de este sesgo puede ayudar a abordar los problemas de confianza social y la discriminación relacionada con el estatus socioeconómico.

Por último, compartir esta reflexión atribuida a Miguel de Cervantes: “Dos linajes solo hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener”.