viernes, 18 de noviembre de 2022

Gracias, Ana, por este artículo imprescindible para atar cabos en el "prestige" interminable de una política y un contexto circundante disparatadamente mediocre


Dominio público

Feijóo y Abascal, el ‘new feminism’

Ana Pardo de Vera

El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal; el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo y el líder de Vox, Santiago Abascal, conversan durante el acto solemne de homenaje a la bandera nacional y desfile militar en el Día de la Hispanidad, a 12 de octubre de 2022, en Madrid (España).- EUROPA PRESS

En el final de mi novela Chantaje a una jueza (Editorial Espasa), sobre corrupción y muerte en Galicia, quise incluir un agradecimiento a "todas aquellas personas que intentan hacer de este un mundo mejor, aunque se equivoquen". Las democracias, la justicia, los derechos humanos ... el mundo evoluciona así: intentos de mayor bienestar contra intereses perversos de que así no sea, generalmente, por razones de poder y privilegios. ¿Quiénes van ganando? Me daría para otro libro.

La llamada ley del sí es sí (LO 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual) está inmersa en un debate jurídico denso y complejo de enormes proporciones en el que todo el mundo quiere participar, y nosotras las periodistas, las primeras, para garantizar el derecho a la información de los ciudadanos. Eso sí, como carecemos de intereses electorales y partidistas -y me refiero al periodismo de verdad-, tratamos de documentarnos bien, hablando con el mayor número de juristas y políticos/as posible para intentar comprender qué ha pasado: por qué una ley tan positiva, que vuelve a situar a España en la vanguardia del progreso en derechos y libertades -como las leyes del aborto, eutanasia o matrimonio homosexual-, está provocando la rebaja de condenas de aquellos a quienes se quiere penalizar por sus comportamientos machistas criminales y pederastas.

Para no extenderme en detalles, recomiendo encarecidamente la información estudiada y contrastada de mi compañera Marisa Kohan, donde se sumerge a la perfección en la profundidad del debate al que nos enfrentamos, que no solo afecta a la ley del sí es sí y suele regodearse en los derechos de las mujeres, ignorados hasta no hace mucho. Por ejemplo, en 1999, el Gobierno de José María Aznar aprobó una ley para prohibir el despido de mujeres embarazadas o de madres en permiso de maternidad y se encontró con que las empresas dejaban de contratar mujeres. Hubo que acometer ajustes.

Este caso lo contaba este jueves en la Cadena Ser la magistrada del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer, con la claridad que le caracteriza: los derechos que afectan al cuerpo de las mujeres son "derecho nuevo" frente al "derecho clásico". Y -bien lo sabe el feminismo- su aceptación, su aplicación, la formación de los juristas ... llevan tiempo.

¿Es compatible decir que hay jueces machistas con advertir sobre los agujeros de la ley que estamos comprobando? Por supuesto que hay jueces machistas, no hay más que recordar uno de los casos más conocidos, del abogado discrepante de la sentencia de La Manada, hablando de "jolgorio" en vez de violación múltiple. Es innegable que, como en la sociedad entera, hay jueces (y juezas) machistas, pero también hay otros no formados/as y otros y otras que sí lo están y mucho; cada vez más. Hacer una enmienda a la totalidad a todos los y las juezas de España como causa única de coladero para rebajar penas a violadores y pederastas resulta una estrategia incomprensible, sobre todo, tan pronto y sabiendo -como se avisó- que se podrían haber hecho otra cosas, como incluir la cacareada disposición transitoria para evitar al máximo posible de interpretaciones de revisión beneficiosas para los agresores sexuales. Ni siquiera así (y con el debate sobre la inconstitucionalidad que ha generado su propuesta) se garantizarían todos los caso.

El debate está servido, el disgusto también, pero nada se consigue con el enfrentamiento interno. Dejemos actuar a la Fiscalía, de momento. Que se analicen todas las sentencias, las que han bajado las penas y las que no, que son muchas más. ¿Preferimos dejar a la derecha este tipo de cuestiones? ¿A la ultraderecha, quizás? Porque están muy satisfechas ambas con lo que está pasando; obviamente, el sufrimiento de las víctimas les importa nada, y así lo acreditan aquellos que reniegan de la violencia machista, como Vox, o aquellos que pactan con Vox para tocar poder, el Partido Popular.

Tener que escuchar a Alberto Núñez Feijóo hablando de "un Gobierno contra la gente", cuando su partido insulta y menosprecia al 51% de la población que somos las mujeres pactando con Vox es como ver a Santiago Abascal dando palmaditas en la espalda a su líder en Catalunya, Ignacio Garriga, pero sin resultar gracioso. Váyanse, pues, de esta mesa PP y VOX, que no les hemos puesto cubierto y estamos hablando de feminismo e igualdad.

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 Comentario del blog

 

Me gustaría comentar algunos matices. Las innovaciones en Atapuerca no tienen más camino que la repetición constante del mismo tiberio, repartido en distintos envases más "modernos", en los que ofrecer idénticos contenidos para que nunca cambie nada pero se tenga la sensación de que hay una puesta al día del mismo tinglado. Eso es el síndrome rastrero de los imperios, que jamás aceptan su caducidad ni su "rancio" abolengo. Para el pp y su sentido jurídico, los cambios solo pasan por el precio, el coste y el forring político adjunto...Lo que le pase al prójimo son tonterías, sobre todo si ese prójimo es prójima, o sea, mujer, blanca, rica, y además piensa y decide por sí misma o es negra, india, árabe, saharawi , congoleña, afgana, maltratada, violada, asesinada y ¡pobre! para acabarlo de arreglar...¿Qué sabrán ellas de si sí es sí o es no, si ni siquiera lo saben las españolas, blancas, cultas y repartidas en colegios mayores, a partir un piñón con los chicos coleguitas de al lado que a la hora de la verdad tampoco distinguen el sí del no, ni la novatada y las bromas normales, del delito? 

Querida Ana, creo que en un país como éste, lo tenemos crudísimo, más que nada por la "normalización" de lo aberrante,  porque es imposible que las leyes hagan la función pedagógica que no hace el Estado, ni la Educación, ni la Cultura, ni la TV, ni las religiones, ni la mayoría de las familias...La falta de conciencia tanto colectiva como  individual nunca la puede suplir con éxito la imposición por la fuerza de las leyes, ni el conflicto constante, ni la rabia condensada, ni el castigo excluyente como respuesta que acaba por bloquear la evolución con el daño inevitable para toda la sociedad. El pp y la derecha más cafre se sostienen en esas tesituras. Hasta el Poder Judicial está secuestrado ¡!voluntariamente! por esa manada de inercias primarias. 

Hemos tenido como Jefe del Estado durante un montón de años a una patología machista alucinante, una vergüenza, pero, reflexionemos: ¿fue más ética y feminista la sumisión de su mujer, Sofía, tragando quina a lo bestia y aceptando esa barbaridad hipócrita como lo "normal"? ¿Es Corina Larsen mejor que el demérito, solo por el hecho de ser mujer? 

Conozco personalmente demasiados casos terribles y muy cercanos de familias en las que la madre era y es, más machista y cruel que el marido, que sencillamente es su víctima. O sea, que no podemos ni debemos cerrar los ojos ante luna realidad que, desgraciadamente, está ahí. Igual que el machismo más cruel.

Centrarnos en absolutos nos impide ser justas.

Debe ser el pueblo sin manipular y en vías de un despertar consciente el que exija por mayoría a la carcundia ppeppera un cambio urgente o la exclusión de la política común, para evitar la obstrucción más que evidente del avance social hacia la integración y la igualdad. No es posible que el pp actuando como Donald Trump hasta en el Poder Judicial, pueda ser un partido creíble y respetable, no ya en la oposición o el Gobierno, sino en pleno negacionismo de la realidad y que ni el Estado ni la Constitución tengan "el permiso" ético para deshacer el entuerto desde la más cristalina legalidad constitucional.

 Tal vez centrar con tanta fuerza reivindicadora en el feminismo la tarea transformadora favorezca más el enfrentamiento estéril y dañino, que la solución mediante las evidencias amparadas en las leyes sin retorcer, unos retruecanos que son la eterna jugada de los fascismos: dar la vuelta a la tortilla y hacer lo que les da la gana interpretrando y manipulando las leyes a su bola. La dictadura fue la mater et magistra del cotarro, sin duda alguna. Combatir e interceptar  es la guerra constante que ultralandia quiere para invadirlo todo y silenciar lo que no entiende ni conoce. Sentarlos a la mesa y obligarles a escuchar a las víctimas y al pueblo apoyando la sanación social inevitable, creo que sería el remedio y la caída total, definitiva, de máscaras y disfraces, solo puede cambiar este desastre cuando la realidad los deje pública, masiva y pacíficamente en cueros, sin insultarles ni seguirles el juego que es lo que quieren para seguir teniendo un espacio institucional donde ya no quedan espacio ni tiempo disponibles, de los que tanta miseria histórica no sale jamás de rositas. 

Una convocatoria pública en el Congreso, de las mujeres damnificadas ,desprotegidas y castigadas injustamente por el sistema protector del machismo que padecemos, sin duda, en femenino y en masculino, -no olvidemos que todo machista tiene una madre, además de un padre, seamos objetivas ante la realidad-  con datos, pruebas y testimonios verificados por los juzgados, asistentes sociales, centros de atención y testigos reales, sería la prueba del algodón para el pp y sus palmeros. 

Tal vez sería de gran ayuda un Ministerio de Igualdad Andrógina llevado a medias por una ministra y un ministro, donde sean lo fundamental las soluciones justas y no el espectáculo ni el enfrentamiento, donde salga a debate en la calle, lo mismo que el sí es sí, si toda la sociedad apoya el reconocimiento de la prostitución como "trabajo sexual", tan digno y sanísimo como otro cualquiera, sin confundir la "vocación profesional" con el secuestro, la esclavitud, el chantaje, las amenazas y el peligro de las víctimas por parte  de chulos como de madames. No puede salir bien la receta que cocinamos, si los ingredientes están en malas condiciones o, directamente, están caducados, pasados y hasta podridos.

Ningún sistema político nos va a solucionar en plan Harry Potter nada fundamental si quienes lo diseñamos con nuestras exigencias, necesidades y aspiraciones cotidianas y lo hacemos posible con nuestras actitudes nos enredamos en la periferia de los problemas e ignoramos su raíz y su génesis reales. La inteligencia, la conciencia, la salud psicoemocional y la dignidad personal y colectiva no pueden depender jamás de lo que los demás opinen y valoren o no, de nosotr@s...Y de eso no hay feminismo que nos libre.Si ya llegamos a este mundo clasificad@s y educad@s por el género y no llegamos a descubrir en el día a día de la convivencia, las funciones del alma, de la inteligencia, de la conciencia y la apertura al infinito del que procedemos como átomos y electrones mutantes en la integración, apaga y vámonos. Porque así, disfuncionando mayoritariamente a la greña constante con el mantra de la puñetera "lucha" en plan "virtud" como hasta ahora se viene haciendo, nada puede cambiar si no es a peor. Acabemos de una vez con las herencias imperiales del dolor histórico, que desde Roma aconsejaba que si vis pacem para bellum, un mantra que debemos dejar ya mismo en el baul de los peores recuerdos,es decir, que  si queremos paz, no preparemos más guerra en ningún sentido, sino construyamos paz, como cuando se tiene necesidad de comer, no se busca tener más hambre...sino la comida necesaria que acabe con la hambruna. Pues eso mismo debemos lograr como especie en la igualdad de géneros, antes de acabar hech@s una pena.

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