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¿Qué forma de Estado sale más barata la monarquía o la república? Depende, sobre todo, pero no es lo único, del poder político que se les adjudica y administran. La ONU registra 193 miembros Estados de los que 43 son monarquías -15, en 2021 serán 14, de la Commonwealth con Isabel II de jefa- o formas hereditarias de Jefatura de Estado, desde Japón a Bután, sultanatos, emiratos o las monarquías europeas. De estas últimas, sólo la española ha sido instaurada en la segunda mitad del siglo XX. ¿Se puede aducir el argumento histórico de la continuidad o la española es de quita y pon? Con la variedad de modelos –de hecho, todos híbridos- que ofrece el mundo, cualquier afirmación a favor o en contra de la monarquía o de la república, en abstracto, puede sustentarse con algún ejemplo extranjero.

Constituciones y leyes determinan con precisión las funciones de los jefes de Estado, sin embargo, resulta casi imposible saber cuánto cuestan exactamente las monarquías o qué incluyen las cifras que publican sus páginas web. Los presupuestos de los Gobiernos tampoco lo resumen en su totalidad. Si se trata de dinero, poca transparencia monárquica. Lo dice hasta el profesor Herman Matthijs, de la Universidad de Bruselas, que ha estudiado con atino algunos casos. "Las cuentas de las monarquías son opacas porque no se sabe lo que cuentan, por ejemplo, tanto en monarquías como en repúblicas la seguridad de la Jefatura del Estado es responsabilidad del ministerio del Interior, y eso es mucho dinero; los viajes oficiales y/o representación diplomática van a cargo de Exteriores, y el cuerpo de funcionarios que los asiste a cargo de quién va… así que la Civil List (asignación y/o salarios a las Casas Reales) es sólo una parte del gasto", explica el profesor belga, que se presenta como flamenco-parlante, al otro lado del teléfono.

El caso más conocido, sobre esta discrepancia entre lo que se les adjudica y lo que realmente paga el erario público o los contribuyentes para su mantenimiento, es el de la monarquía británica –siempre la primera en todo- a la que el Gobierno asigna, para este año, 82.2 millones de libras (85 millones de euros) conocido como Sovereing Grant, un 25% de los beneficios del Crown State, feudo de terreno e inmobiliaria, insertado casi todo el centro de Londres, gestionado por el Gobierno con beneficios para la Corona. El porcentaje del 25% se asigna de 2017 a 2027 para pagar las reformas extra del palacio de Buckingham, a partir de 2028 revertirá al 15% previo a 2017. El 25% supone este año 85 millones de euros, la cifra oficial que cuadran el Gobierno y la Casa Real como asignación.

En cambio, cuesta unos 380 millones de euros si se incluye la seguridad de personas y edificios (110 millones), los beneficios del condado de Cornualles (35 millones para Carlos) y de Lancaster (75 millones para la Reina) que irían al heraldo público por ser feudos del Estado, adjudicados al monarca en siglos anteriores. Cada libra esterlina en esta diferencia de 85 a 380 millones de euros está contabilizada en el informe Royal Expenses. Counting the cost of the Monarchy. La organización Republic calcula que la factura total de la monarquía británica asciende al sueldo de 15.000 maestros o 15.000 enfermeras.La reina Isabel II dispone de un último escollo de poder puesto que, en caso de que los partidos no lograran formar gobierno tras unas elecciones, sería la soberana quien lo haría tomando parte activa en política; una eventualidad que no se ha producido en su longevo reinado, ni en el de su padre, tío, abuelo o bisabuelo. Isabel II dejará de ser jefa de Estado en Barbados en 2021, según ha anunciado el Gobierno de la isla que se convertirá en república. A tenor del profesor Matthijs, "la decisión de Barbados puede desencadenar un efecto dominó". Pero más que el efecto Barbados, el académico se muestra interesado por lo siguiente: "¿Qué tipo de acuerdo pueden alcanzar Felipe VI y Pedro Sánchez sobre Juan Carlos I?". La respuesta, de momento, en el limbo.

El futuro del emérito no es el único interrogante abierto sobre la monarquía española (la segunda más barata en el fake ranking), si no que su coste total también es un misterio. La Casa Real recibe 7.9 millones de euros de asignación, además de la seguridad, mantenimiento de edificios, flota de vehículos –depende del ministerio de Hacienda-, funcionariado –un centenar pagado por el ministerio de Presidencia-, viajes o lo que le cuesta a cada ayuntamiento de pueblo o ciudad que visita o escuela u hospital que inaugura. Cada día que salen de casa comportan un expendio para alguien, normalmente, instituciones públicas. ¿Qué empleados –la cocinera- entran en la asignación o dependen de los edificios –el jardinero-? La británica genera unas expensas más de cuatro veces a lo asignado, de 85 a 380 millones. Por la misma regla de tres, y tirando hacia abajo, la española cuesta por encima de los 30 millones de euros al año. ¿Cuántos maestros o enfermeras caben en la cifra?

El valor real de la monarquía

Rachel Hammersley, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), se ha adentrado en las entrañas de la (su) monarquía de los mil años, exceptuando 11 en el siglo XVII. Aunque su línea es la historia, sobre el coste dice lo siguiente: "No soy fan de la monarquía y, especialmente, me enoja lo que nos cuesta al país, y porque refuerza el poder jerarquizado y aristocrático, aunque sé que los sistemas presidenciales tienen sus propios problemas". La profesora rebate el argumento de que la monarquía británica beneficia el turismo. "Estoy segura de que los turistas igual viajarían a Londres sin monarquía; los contribuyentes nos ahorraríamos una cantidad considerable de dinero si no tuviésemos que subvencionarlos", comenta la académica.

Por cercanía geopolítica, la comparación entre monarquías y repúblicas se limita a Europa. Tailandia lleva días de fuertes protestas contra el rey absolutista, como el de Arabia Saudita; EEUU está en campaña electoral al estilo de los gobiernos europeos. De los todavía (hasta el 31 de diciembre) 28 miembros de la Unión Europea, siete son monarquías y el resto repúblicas. A estas últimas las determina también el poder político que ostentan, por consiguiente, Francia está sola en su división, y su presupuesto de 112 millones de euros anuales, puesto que Emmanuel Macron hace y deshace en la política: república presidencialista, distinta de la parlamentaria. Al otro lado de la frontera francesa, la República Federal de Alemania, ofrece un ejemplo de jefatura de Estado diferente. Al presidente lo elige una convención de parlamentarios (centrales y regionales), como en Italia o Grecia, por consiguiente, se libran de elecciones y lucha partidista para escoger al jefe del Estado cuyas funciones son conocidas como "ceremoniosas"; representa la unidad del país, como los reyes, firma leyes, nombra el gobierno formado por los partidos a través de elecciones y es Jefe de las Fuerzas Armadas, aunque Alemania no dispone de ejército regular por castigo tras la Segunda Guerra Mundial.

El presidente alemán es Frank-Walter Steinmeier, elegido para cinco años renovables otros cinco, su salario es de 222.723 euros anuales incluidos en los 20 millones de euros que cuesta el total de la presidencia. El presidente no tiene adjunto ni vicepresidente; lo sustituye, en caso de indisposición por cualquiera razón, el presidente del Parlamento (a Meritxell Batet, Adolfo Suárez Illana o miembros de la Mesa les tocaría hacer el papel). La República Alemana es de corte federal como la austriaca cuyo presidente, Alexander Van der Bellen, cobra 349.398 euros anuales y reside en un ala del antiguo Palacio Real de Viena.

Las repúblicas federales difieren, en organización territorial, de Portugal, Finlandia, República Checa, Polonia, Hungría o Bulgaria, no obstante, son republicas parlamentarias por el vínculo entre la Jefatura del Estado y el Parlamento (Mesa o presidente), que es el legítimo representante del pueblo.Diferente del alemán, el italiano o la griega, el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgns, surge de elecciones y tiene adjudicado un salario de 249.014 euros anuales para los siete años de su mandato, que renovó en 2018 para otros siete renunciando al incremento que le correspondía. El presidente irlandés no puede abandonar el país sin el permiso de Ejecutivo. La presidencia de la República de Irlanda costó un total de 2.6 millones de euros en su último ejercicio y, como el resto, tiene funciones formales o ceremoniosas. A diferencia de la modesta República Irlandesa, la italiana viene a ser la despilfarradora de Europa con 228 millones de euros -la presidencia reproduce los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, con legión de cargos y funcionarios- aunque el presidente, Sergio Mattarella, recibe un salario de 230.000 euros anuales. No es de extrañar que hayan votado hace unos días a favor de reducir el nombre de diputados; Alemania fusionó hace unos años el número de ayuntamientos con el objetivo de eliminar funcionarios.

Cerca en la geografía y lejos en los gastos de Italia, Grecia ha optado por una presidencia de mínimos, en funciones, y low cost que ahora ocupa la primera mujer, Katerina Sakellaropoulou, procedente de la judicatura, con un salario de 138.732 euros al año, con sede en el Nuevo Palacio Real de Atenas. La presidenta es elegida para cinco años por el Parlamento. Grecia presenta una historia similar a la de España. Ésta es la Tercera República habiendo experimentado la primera de 1924 a 1935 y la segunda, con gobierno militar, de 1973 a 1974. A la tercera ha ido la vencida. Ambos países fueron gobernados por militares en etapas del siglo XX. La presidencia griega ha tomado modelo de la alemana enlazando la Jefatura del Estado con el Parlamento; y el mínimo en funciones y en cuerpo de funcionariado que, como Irlanda, sale a 2.6 millones el año. Aunque el sueldo de los presidentes de las repúblicas se publica en sus webs, calcular el coste de la presidencia resulta tan azaroso como el de las monarquías a pesar de que las cifras son menores a excepción de Italia.

La derecha y la izquierda política española, incluso los independentistas, podrían coincidir en que en España el poder político está suficientemente fragmentado (ayuntamientos, diputaciones, autonomías y central) y la democracia atada y bien atada. La Constitución vigente dice que corresponde al rey "proponer el candidato a presidente del Gobierno" y también "el mando Supremo de las Fuerzas Armadas". Funciones atribuidas a monarcas o presidentes a por doquier. Lo que sí generan las monarquías, a diferencia de las repúblicas, es el interés –a veces roza el morbo- de una parte de la industria mediática; el aspecto culebrón y los líos de familia trascienden más que la utilidad institucional. Parecía que, al menos media España iba a la boda de Enrique y Meghan (por no recordar las españolas) en mayo de 2018. El entusiasmo no ha durado ni dos años. Grecia, como Estado soberano, no reconoce reyes ni princesas propios. Pero éstos se perpetúan en las páginas de revistas y programas de tele que sí los califican de rey, reina, príncipe y princesa de aquí o de allá.

Entre los partidarios de la monarquía española, Emilio Lamo de Espinosa escribía en agosto en El País, "diez razones, pero seguro que hay más" para mantenerla. Una de ellas es la de la legitimidad. Espinosa aduce que España votó el sistema monárquico en 1978 (a favor un 87,78% del 58,97% del censo electoral) sabiendo que a Juan Carlos lo había elegido Franco, y eso le otorga la legitimidad necesaria, ¿y perpetua?. El sociólogo leonés Mauro Guillen, de la Universidad de Pennsylvania, ha publicado un estudio que concluye que los países con mayor Producto Interior Bruto, es decir los que producen mayor riqueza, son monarquías. Para ello ha tomado las cifras de 137 países, desde 1900 a 2010, y las ha relacionado en una especie de túrmix para llegar a la afirmación citada. "No me esperaba conseguir los resultados obtenidos, pero es así: los países de mayor PIB o más ricos del mundo son monarquías", concluye Mauro con firmeza a través de zoom y de su análisis.

Al margen de las conclusiones y la rigurosidad de su estudio, que abarca 110 años, Mauro Guillen añade que "con la abolición de la monarquía, España no resolvería sus graves problemas territoriales o económicos". Monarquía o república, las hay de todo tipo, medida y presupuesto. A la consigna de ¡Viva España y Viva el rey!, le falta añadir ¡Viva el Orden y la Ley!, la que prohíbe al jefe del Estado corromperse.

Fuentes: webs de las Casas Reales, BBC, CNN, ministerio de Hacienda, www.republic.org.uk, wikipedia, entrevista a Herman Matthijs, Rachel Hammersley y Mauro Guillen, El País.

Ranking de monarquías por su asignación oficial, según sus webs y los Presupuestos Generales del Estado, y cálculo real o aproximativo de lo que cuestan al contribuyente en millones de euros

Reino Unido 85 (380)
Holanda 44.4 (177)
Noruega 42 (168)
Bélgica 13 (52)
Dinamarca 10.5 (42)
Luxemburgo 10.5 (42)
España 7.9 (31)
Suecia 7 (28)