Hola, sol:
El histórico apagón que
paralizó toda la península ibérica la semana pasada ha evidenciado la
fragilidad de nuestro sistema eléctrico y la urgente necesidad de una
transición energética justa y sostenible.
En Greenpeace llevamos años advirtiendo que una
red basada en combustibles fósiles y energía nuclear no es sostenible
ni resiliente para evitar o recuperarse de apagones ni para combatir el
cambio climático. Creemos firmemente que el futuro energético debe ser 100% renovable, eficiente, justo y suficiente.
Hemos aprendido que es más necesario que nunca:
Cerrar progresivamente las centrales nucleares:
El apagón ha puesto de manifiesto algunas de
las debilidades de la energía nuclear, que ni ha sido capaz de evitar
el apagón ni ha contribuido a restablecer la red. Tampoco impulsan la
independencia energética, dado que nuestra nuclear depende del uranio de
Putin y sus socios. Además, genera residuos altamente peligrosos que
permanecerán activos durante miles de años.
Apostar decididamente por las energías renovables e invertir en mejoras de la red y el almacenamiento:
No solo importan las tecnologías que se usen
para generar electricidad, sino la capacidad de almacenamiento y de
gestión de la demanda. Las energías renovables, combinadas con sistemas
de almacenamiento como baterías, ofrecen una respuesta rápida y flexible
a las necesidades energéticas, incluso en momentos críticos.
Fomentar el autoconsumo y las comunidades energéticas locales:
Un sistema más descentralizado, donde
hogares, pueblos y ciudades puedan generar y gestionar su propia
energía, reduce la vulnerabilidad ante apagones masivos y empodera a la
ciudadanía frente a las grandes eléctricas.
Abandonar el gas y los combustibles fósiles:
Aunque las centrales de gas han tenido un
rol relevante junto con la hidráulica en la recuperación del apagón, la
dependencia del gas nos expone a otros riesgos muy importantes:
seguridad de suministro, volatilidad de precios, conflictos
internacionales y nos hace dependientes de regímenes como el de Putin o
Trump. Además, el gas contribuye enormemente a la crisis climática, lo
que genera fenómenos meteorológicos extremos como la pasada DANA de
Valencia.
Y, ¿en qué estamos trabajando desde Greenpeace?
Exigimos al Gobierno que acelere el despliegue de las renovables y elimine las trabas al autoconsumo.
Apoyamos proyectos locales de energía comunitaria que refuerzan la independencia energética de los municipios.
Denunciamos las nuevas normativas que siguen apostando por el gas o amplían la vida de las nucleares.
Presionamos para que los fondos públicos se inviertan en resiliencia energética, no en parches fósiles.
Como sabes, en Greenpeace no aceptamos ni un euro de gobiernos ni empresas.
Todo lo que hacemos es gracias al apoyo de nuestros socios y socias,
que con su contribución nos ayudan a seguir haciendo nuestro trabajo en
estos años cruciales que se avecinan.
sol: contigo a nuestro lado podemos hacer
mayor presión frente a las grandes empresas y a nuestros gobiernos y
vamos a construir un mundo del que las generaciones futuras se sientan
orgullosas.
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