viernes, 20 de septiembre de 2024

Es lo que tiene acostumbrarse, individual y socialmente, a considerar "normal" la explotación inhumana de las personas y de los recursos necesarios para poder vivir, haciendo de esos trámites un proceso inversor de dinero, sólo de dinero y del poder que el dinero da a los que viven de acumular millones sin tener en cuenta que su especulación sin límites es la causa del desorden mundial, de la miseria de millones de seres humanos desahuciados, sin igualdad de derechos, sin justicia, sin humanidad ni ética ni vergüenza. ¿Qué clase de mundo se ha ido creando, para llegar a esto? No deberían ser los Estados sostenidos por la ciudanía con su trabajoo y sus impuestos, los que gestionasen el funcionamiento y las obligaciones sociales, mediante una Banca Estatal, de cuyos criterios y leyes, dependa también la banca privada? ¿No debería ser esa la función del Banco de España, que debería ser el promotor auténtico de las Cajas de Ahorros,, repartidas por pueblos y cuidades de todo el Estado y que quienes quieran especular y abusar de sus dineros en negocios moralmente repugnantes y depredadores, se vayan a invertir a países que funcionen como ellos? No es el dinero lo que nos da la vida, sino que mirado como "único bien absoluto"e s sólo el combustible tóxico que nos oculta, ensombrece y ataca la mente, los sentimientos, el alma y la conciencia, no porque sea "malo" en sí mismo, sino porque la humanidad manipulada y dormida por su propia falta de luces, le ha dado un poder y un valor que en realidad no tendría si la misma humanidad estuviese despierta y sana, si no fuese "pasta dependiente", como una drogadicta torpemente suicida y mucho más tonta que "lista", creyendo que el dinero es la clave y la única base del bien estar y hasta de la felicidad...¡Qué ya es el recolmo, viendo lo que hay y estando el mundo como está! Y así estamos: acabando con todo para que el finiquito turístico/especulativo devorador de su propia/nuestra especie y de la Naturaleza, nos haga ric@s, consumidor@s adict@s a tóxicos en todos los niveles, en-redados, tan rara y esperpénticamente "felices" como imbéciles a la caza y captura del pastón y su errónea valoración, que lleva milenios en el mismo plan sin aprender ni comprender que ellos/nostr@s mism@s son/somos la causa del autodestrozo...No se equivocó en absoluto Jesús de Nazaret cuando afirmaba sin dudas la calidad de este nuevo programa de vida: "Felices los que eligen ser pobres, los que sufren, los pacíficos, los que tienen hambre y sed de justicia, los que prestan ayuda, los limpios de corazón, y los que están perseguidos por su fidelidad a los mejores ideales, felices y sanos principios...Porque de tod@s ell@s es el Reino de los Cielos en la Tierra" "Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien por vivir así. Estad alegres y contentos, porque tendréis la mejor recompensa. Sois la sal de la tierra, ¿y qué pasa si la sal pierde su función? Pues que ya no sirve para nada, entonces se tira a la basura y la gente la pisotea. También sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte ni se enciende una lámpara para ocultarla debajo de una cacerola, sino para situarla en un candelero que alumbre la casa y a todos los que se la encuentran y la ven; así alumbre también vuestra luz a los seres humanos para que vean el bien que hacéis, lo valoren y descubran Quien es el Origen de esa forma de vida y sean felices dando gracias al Padre/Madre de todos y de todas (Mateo 5,1-16; "traducido" y adaptado -con todo el respeto y el cariño- al lenguaje del siglo XXI) . Gracias, Torres López y Nueva Tribuna, por allanar el camino a la bienaventuranza de la humanidad. A la plenitud de nuestra especie. Hacia el despertar ya imprescindible y urgente de Tod@s!🙌🙌🙌🙌😍😍😍😍🙏🙏🙏🙏 !!!


TRIBUNA DE OPINIÓN

El poder público cede, la banca vuelve a ganar

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En muchos de mis artículos y libros he mostrado que la independencia de los bancos centrales que estos reclaman como algo fundamental para las economías es un mito. O, mejor dicho, un fraude que nos cuesta mucho dinero a los contribuyentes.

Hoy voy a poner un nuevo y reciente ejemplo que lo demuestra.

El verano pasado, la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, anunció que era necesario aprobar nuevas garantías de capital para los bancos. Para que se me entienda bien, esas garantías son como el «colchón» que puede protegerlos en casos de pérdidas, shocks o crisis inesperados. Sin suficiente protección, cualquier incidencia los puede llevar a la quiebra y volvería a ocurrir lo que pasó a partir de 2007 o, en menor escala, el año pasado, dentro y fuera de Estados Unidos.

Pues bien, la Reserva Federal dijo entonces que establecería un aumento total del 16% de los requisitos de capital para los 37 bancos con más de 100.000 millones en activos (y para los que, teniendo menos, realicen una actividad comercial significativa). Trataba así de evitar que se produzcan nuevos episodios de falta de liquidez o solvencia bancaria que generen problemas letales al conjunto de la economía. Algo que es seguro que terminará ocurriendo una vez más, dada la acumulación exagerada de activos financieramente explosivos en los balances de los grandes bancos. Sólo los cuatro mayores de Estados Unidos (Goldman Sachs, JPMorgan, Citibank y Bank of America) poseían a finales de 2023 un total de 168,26 billones de dólares en productos financieros derivados, los calificados por Warren Buffet como «armas de destrucción masiva para la economía».

Los cuatro mayores de Estados Unidos poseían a finales de 2023 un total de 168,26 billones de dólares en productos financieros derivados

En cuanto se anunció, los grandes bancos se opusieron a esa medida y llevaron a cabo una ingente campaña de publicidad en los programas de mayor audiencia de televisión, con anuncios en los demás medios y en redes sociales, y con una web llena de afirmaciones falsas, como se ha demostrado aquí. Finalmente, amenazaron con demandar a la Reserva Federal si se aplicaba.

Ante la ofensiva de los bancos, esta última cedió y finalmente aprobó en agosto pasado una subida mínima y, según sus propios análisis previos, insuficiente en los requisitos de capital. La gran banca privada ha vuelto a ganar, imponiendo su voluntad a la banca central «independiente».

Como he dicho, la Reserva Federal consideraba necesario establecer más garantías de capital para dar seguridad al sistema financiero y evitar crisis bancarias, de las que se han producido 151 en todo el mundo de 1970 a 2018. Y el argumento en contra que da la banca (tanto en Estados Unidos como en Europa) para oponerse al incremento de las garantías de capital es muy simple: con más garantías para asegurar al sistema, habría menos flujo de crédito a la economía y disminuirían sus beneficios.

Sus directivos reconocen que, para obtener los beneficios extraordinarios que obtienen, o incrementan sin cesar la inseguridad o dejan de proporcionarle crédito

Se trata, pues, de una auténtica y clara confesión, de una sorprendente autoinculpación de la banca privada.

Sus directivos reconocen que, para obtener los beneficios extraordinarios que obtienen, o incrementan sin cesar la inseguridad que pone en peligro cierto al conjunto de la economía, o dejan de proporcionarle crédito. No se puede expresar de una forma más transparente y sincera que la gran banca privada de nuestro tiempo es una bomba de relojería que, antes o después, como en realidad ya ha pasado varias veces, explotará llevándose consigo al conjunto de la economía. Son sus propios dirigentes y analistas quienes reconocen implícitamente que se trata de una institución mal diseñada, muy peligrosa e ineficiente. Ellos mismos están diciendo a gritos que lo coherente es acabar con ella.

Y llevan razón. La única alternativa posible para garantizar que la economía internacional funcione con seguridad y que empresas y hogares dispongan del crédito que necesitan para generar riqueza productiva e ingresos es desmantelar a los grandes bancos. Las consecuencias de no hacerlo las hemos visto ya varias veces y volveremos a verlas de nuevo, más pronto que tarde y con peores daños.

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